martes, marzo 24, 2009

Historias contadas por sus protagonistas: corriendo en la Antártida

Juan Antonio Alegre, medalla de plata en el maratón de la Antártida
Lamentó no haber ganado en la última prueba del circuito · El madrileño se ha convertido así en el segundo español en completar el perseguido Grand Slam Marathon
Publicado en Marca.com

El español Juan Antonio Alegre, logró la medalla de plata en el Grand Slam Marathon que se disputó en la Antártida, superado tan solo por el holandés Kornelis Brienne, que sentenció la prueba a su favor en tres horas y cuatro minutos.
Alegre, conocido en el mundo de maratones alpinos como 'Chinoto', entró a un minuto del ganador, quien a su vez precedió al estadounidense Matthew Guzik, que completó el podio. La primera mujer en alcanzar la meta antártica fue la estadounidense Lisa De Young, seguida de su compatriota Connie Lutkevich y la alemana Emily
El Grand Slam Marathon consiste en completar una carrera de maratón, o de superior distancia, en cada uno de los siete continentes del planeta y en el Polo Norte. Un desafío atlético y geográfico global que nació en 2002 y que hasta la fecha sólo una treintena de corredores en todo el mundo ha logrado completar, seis de los cuales son mujeres.
El madrileño se ha convertido así en el segundo español en completar el perseguido Grand Slam Marathon. El también madrileño Miguel Caselles selló el circuito en 2007 con el número 18 del ranking internacional. Chinotto como nuevo 'finisher' ocupa el número 31 en espera de que atletas sin fronteras que siguen en liza corriendo por todo el planeta, algunos españoles, se sumen a la cotizada lista.

Llegar al último asalto de 42 kilómetros para sellar el prestigioso circuito atlético global no ha sido fácil. A mediados de marzo 200 corredores de 20 nacionalidades se citaron en el puerto argentino de la ciudad de Ushuaia con destino a la antártica isla del King George.
A bordo de un par de rompehielos rusos tuvieron que cubrir una complicada travesía marítima doblando el Cabo de Hornos y cruzando el Pasaje Drake hasta pisar territorio antártico. Una vez en tierra firme los atletas corrieron los legendarios 42 kilómetros de la prueba reina del atletismo uniendo las bases científicas de Rusia, Uruguay, Chile y China levantadas en tan inhóspito territorio.
Frente a los diez grados bajo cero de pasadas ediciones, temperaturas anormalmente altas para el lugar, de unos cero grados, hicieron algo más llevadero el difícil trayecto de barro, nieve y hielo sobre el que tuvieron que competir los corredores. Fuertes desniveles y terreno complicado no fueron obstáculo para que la cabeza de pelotón lanzase frenéticamente la carrera desde su inicio.
De la experiencia antártica a lo largo de las dos semanas que permaneció en el último continente virgen, Chinotto manifestó "Si la Antártida fuera pintura sería de Dalí, si fuera música de Falla y si fuera arquitectura de Gaudí. Pero además es algo mejor, es el único lugar del planeta que es lo que debe ser: naturaleza en estado puro sin saquear". Al igual que a su paso por el Polo Norte en 2007, Chinotto ha llevado hasta la Antártica el mismo mensaje reivindicativo de entonces: "Corre a por un Mundo más limpio".

lunes, marzo 23, 2009

Relatos de la expedición de Noruega en Base Troll

Expedición busca información en Antártida, con comodidad moderna
Publicado en Prodigy MSN Noticias
22mar09
En el 27° día de su travesía, en la que los miembros de la expedición parecen apenas unos puntos negros en la vasta inmensidad blanca de la Antártida, Lou Albershardt escuchó un ruido que jamás había sentido en sus dos décadas de aventuras en el hielo.
En el 27° día de su travesía, en la que los miembros de la expedición parecen apenas unos puntos negros en la vasta inmensidad blanca de la Antártida, Lou Albershardt escuchó un ruido que jamás había sentido en sus dos décadas de aventuras en el hielo.
El cable de su taladro _un aparato que cuesta 100.000 dólares y puede penetrar el hielo 92 metros (302 pies)_ se cortó y desapareció en las profundidades.
"Fue como si yo misma me hubiese hundido", expresó. "No lo podía creer".
Su equipo de científicos estaba a 800 kilómetros (500 millas) del Polo Sur, donde habían comenzado su expedición, y a 1.500 kilómetros (900 millas) de la Estación Troll, su destino final.
Se encontraban en una meseta de unos 3.000 metros (10.000 pies) de altura, con temperaturas de -20 grados centígrados (0 Farenheit) y vientos fuertes.
Se habían quedado sin su instrumento más importante: un taladro capaz de perforar a grandes profundidades. Ello representaba el fracaso de la expedición. Albershardt sabía que nadie jamás había recuperado un taladro de un pozo tan profundo. "Imposible", dijo.
Esto sucedió el 18 de enero y la expedición de científicos noruegos y estadounidenses ya había hecho uno de los recorridos con fines de investigación más largos jamás emprendidos en una de las regiones menos exploradas del Polo Sur.
Se trataba de un proyecto ambicioso para explorar la capa de hielo más vieja y gruesa del planeta, en busca de pistas sobre su pasado geológico. El objetivo era entender mejor el impacto que pueden tener los fenómenos climatológicos de la Antártida en el calentamiento de la Tierra, cuánto hielo de puede derretir y cuánto pueden crecer los océanos.
La primera fase del proyecto fue un recorrido de dos meses hacia el Polo Sur en el verano austral de 2007-2008, iniciado en esta estación de investigación noruega en el este de la Antártida, a 235 kilómetros (150 millas) de la costa.
Este verano, un equipo de 12 personas, incluidas seis que participaron en la primera expedición, inició el 23 de diciembre el viaje de vuelta, en vehículos de nieve que avanzan a muy baja velocidad. Pese a su lentitud, los vehículos son "fabulosos", según el jefe de la expedición, Tom Neumann.
Un siglo después de que los exploradores llegaron por primera vez el Polo Sur usando esquíes y trineos tirados por perros, estos científicos del siglo XXI recorrían la zona con computadoras portátiles, conexiones a la internet vía satélite, comiendo tres veces al día en un módulo con calefacción y durmiendo en literas en otro módulo.
"La idea era tener que dedicar el menor tiempo posible a tareas de supervivencia y la mayor parte del tiempo a investigaciones científicas", expresó Neumann, un geofísico de 35 años de la NASA.
El grupo incluyó cinco científicos con doctorados, entre ellos Ted Scambos, de 53 años, un renombrado experto en cuestiones polares que participó en otras nueve expediciones a la Antártida.
Su dedicación es total y pasan cuatro meses alejados de sus familias. Zoe Courville, de 31 años, se había casado hacía menos de un mes cuando empacó sus cosas y se vino al sur en octubre.
"Me encanta la nieve, la gente no lo entiende", comentó con una sonrisa.
Igualmente vitales para la expedición fueron varios noruegos que no son científicos, como Ole Tveiten, un médico que vela por la salud de todos, y Svein Henriksen, un mecánico que jamás se da por vencido.
El 18 de enero fue Henriksen quien sacó las castañas del fuego: Recuperó el taladro.
"Sin que me diese cuenta, Sven comenzó a preparar un gancho", recordó Albershardt en una conversación con un periodista tras su llegada a la estación el 21 de febrero.
En su taller _un pequeño módulo rojo montado sobre esquís_ Henriksen, de 40 años, armó algo que Neumann dijo se parecía a un "tulipán boca abajo" y probó fortuna en el hoyo de 10 centímetros (cuatro pies) de ancho y 62 metros (203 pies) de profundidad que había cavado Albershardt. Pudo enganchar el cable, pero cada vez que comenzaban a subirlo, se caía.
Treinta y seis horas después lograron izarlo hasta que quedó a 3,3 metros (11 pies) de profundidad. Era imposible seguir subiéndolo. Entonces cavaron en la nieve hasta llegar al cable y lo acoplaron al cabrestante.
El taladro, no obstante, seguía atrapado en el hoyo y para recuperarlo necesitaban etanol, algo que no tenían.
Cuatro días y medio después de que iniciaron la operación, llegó un avión que trajo 40 litros (11 galones) de etanol.
Henriksen improvisó una botella de plástico cuyo pico se abría cuando se tiraba de una cuerda. La bajaron hasta la altura indicada, tiraron la cuerda y dejaron que el etanol bañase el taladro. El día siguiente, recuperaron el aparato, que no había sufrido daños.
La caravana científica reanudó su marcha, con "Lasse" al frente y "Sambla" en la retaguardia. A los cuatro vehículos de nieve les habían dado los nombres de perros que participaron en las primeras expediciones.
Al volante de Lasse, Stein Tronstad, del Instituto Polar Noruego, observaba un radar capaz de detectar grietas como las que causaron estragos en otras expediciones previas.
A 100 metros (300 pies), la científica británica Kirsty Langley, también del Instituto Noruego, estaba pendiente en Sembla de un radar de baja frecuencia que mide la profundidad de la capa de hielo y la topografía de esa zona montañosa.
Langley escuchaba música con auriculares, cubierta por mantas. "Me sentaba a reflexionar", comentó. Pensaba en los cristales de hielo, por ejemplo, que son minúsculos, insignificantes, pero que forman capas gigantes de hielo, "mientras que nosotros no somos nada, apenas pequeños puntos negros".
Todos salían a esquiar cuando no tenían nada qué hacer o se reunían en uno de los módulos a ver películas como "El Padrino" y "El señor de los anillos".
Baños, duchas, películas, cabinas cómodas, con calefacción. Este es "un viaje de lujo" comparado con las expediciones de antes, en las que usaban tiendas y cavaban pozos en el hielo para hacer sus necesidades, señaló la científica finlandesa Anna Sinisalo, de la Universidad de Oslo.

Pero los peligros acechan.
El 11 de febrero, en una meseta de 2.700 metros (8.900 pies), el viento llegó a los 50 kilómetros (30 millas) por hora y las temperaturas bajaron a los 65 grados centígrados bajo cero (-85 Farenheit). A esas temperaturas, uno se congela apenas sale de los módulos, pero tenían que trabajar afuera, pues los motores se habían congelado.
Henriksen y varios miembros del equipo desafiaron las inclemencias del tiempo y trabajaron ocho horas a la intemperie. "Cinco o seis de nosotros sufrimos lesiones por el frío", dijo Scambos.
Al final, resolvieron el problema y pudieron continuar su marcha.
Ahora que completaron el recorrido, el próximo paso es analizar los datos recopilados por las dos expediciones y ver qué enseñanzas dejan.
Uno de sus objetivos es analizar cuatro toneladas de hielo, que almacenaron en 80 cajones y transportaron en un buque de carga ruso. Observarán mil años de historia geológica y determinarán cuánta nieve cayó y bajo qué temperaturas. Determinarán patrones del clima y verán cómo se acumula dióxido de carbono en la atmósfera. También analizarán el fenómeno de derretimiento del hielo que hace subir el nivel del agua de los océanos.
A título preliminar, la expedición ya puede haber ayudado a determinar si están subiendo las temperaturas en el este de la Antártida. Scambos dijo que los primeros datos indican que "puede haber habido un pequeño calentamiento en los últimos 30 o 40años".

jueves, marzo 19, 2009

Francia designa embajador para el Artico la Antártida

Michel Rocard, nuevo embajador de Francia para el Artico y el Antártico
fuente: terra.es
El ex primer ministro socialista, Michel Rocard, fue nombrado hoy embajador de Francia encargado de las negociaciones internacionales sobre los polos del Artico y el Antártico.
El Consejo de ministros ratificó hoy mismo su nombramiento, anunció el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, en una audiencia en la Asamblea Nacional.
Según Kouchner, el ex primer ministro es una personalidad 'indiscutible' y uno de los 'pioneros' en las regulaciones internacionales de los polos, la que será su nueva misión.
De hecho, recordó el ministro, Rocard contribuyó a la elaboración de la primera Convención sobre el Antártico que considera a este continente como una 'reserva natural'.
Rocard, de 78 años, fue primer ministro (1988-91) durante la presidencia del socialista Francois Mitterrand

Estreno: "Hielos Míticos", un documental argentino sobre la Antártida y el agua



Primer estreno simultáneo en Buenos Aires y en el cine de la Base Jubany - Antártida, “Latitud 90” del Incaa

Sinopsis oficial:
Desde la antigüedad el hombre ha intentado descubrir y desentrañar los misterios de un continente tan especial como la Antártida. Hielos Míticos narra a lo largo de una travesía sin igual, la belleza de este territorio cuya importancia ya nadie desconoce por ser el poseedor de la mayor reserva natural más importante para la vida, El AGUA
Argentina no ha estado exenta de ese interés y es así que comienza a tener una presencia permanente desde principios del siglo pasado, dando inicio a toda una generación de Exploradores Antárticos. Entre ellos quizás el menos conocido, pero no por eso importante, ha sido Hernán Pujato quien fundara las dos bases mas australes que aun posee la Argentina, creador del Instituto Antártico Argentino e impulsor de la compra del primer buque rompehielos que tuvo nuestro país.
A lo largo de una expedición por los mares y bases antárticas documentando las distintas actividades y la vida que allí se desarrollan, “Hielos míticos” recopila la lucha de Pujato y sus hombres por la conquista del continente blanco.

Título original: "Hielos Míticos"
Género: documental Dirección y Guión: Daniel O. Bazán
Duración: 75 minutos
La unidad Antártida estuvo a cargo de “el Pampa” Fernández en cámara, la Dirección de Fotografía es de Miguel Rivarola, Horacio Almada en dirección de Sonido.
Estreno Jueves 19 de marzo 2009
Complejo Tita Merello
Suipacha 442, Capital - Buenos Aires - Argentina
Tel: 4322-1195

Recomienda: Más allá del sur
masalladelsur@yahoo.com.ar
un espacio antártico para todo el país
Radio Nacional Argentina AM 870

miércoles, marzo 18, 2009

Congreso internacional sobre cambio climático y la Antártida

Granada acogerá congreso internacional sobre cambio climático y la Antártida
fuente: terra.es
18mar09

El Parque de las Ciencias de Granada acogerá el próximo septiembre un congreso acerca de la evolución climática de la Antártida desde sus comienzos, hace 30 millones de años, hasta la actualidad, y cuáles pueden ser las repercusiones del avance o retroceso de su capa de hielo en el cambio climático.
Así lo ha indicado hoy a los periodistas el presidente del Comité Científico para la Investigación de la Antártida, Jerónimo López, quien ha subrayado que este encuentro, al que se prevé asistan entre 200 y 300 investigadores de diferentes países, sirva también para plasmar los resultados de las investigaciones desarrolladas durante el Año Polar Internacional, finalizado el pasado 1 de marzo.
López ha hecho estas declaraciones en el marco de la inauguración del X Curso de Actualidad Científica organizado por el Parque de las Ciencias y la Universidad de Granada y que lleva por título 'Antártida. Ciencia en el continente helado'.
López, que ha definido el continente helado como un 'extraordinario registro' del clima del pasado, ha señalado la importancia del congreso que se celebrará en la capital granadina ya que 'lo que ocurre en la Antártida termina transmitiéndose al clima del conjunto del planeta', ha afirmado.
En esta iniciativa ha participado también la primera mujer que exploró la Antártida y ejerció la jefatura de la base antártica española, Josefina Castellví.
'Sabemos muy poco sobre el cambio climático', ha indicado la investigadora, que ha recordado su primer viaje a la Antártida en 1984: 'Uno se siente en el fin del mundo, chico, humilde. La naturaleza tiene un poder impresionante'.
Castellví, que ha acudido diez años a la citada base durante los periodos de verano austral -de noviembre a marzo- , ha señalado que el trabajo en dichas condiciones era 'muy duro y lento'.

hallazgo en la Antártida de un “cementerio” de amonites gigantes

Moluscos en el Sur y un reptil en el Norte
Tanto la Antártida como el Ártico fueron escenarios de descubrimientos de restos gigantescos: un depósito natural de amonites fósiles y un monstruo marino.

publicado en Los Andes online
miércoles, 18 de marzo de 2009
Científicos argentinos anunciaron ayer el hallazgo en la Antártida de un “cementerio” de amonites gigantes, con una antigüedad de unos 75 millones de años. Mientras que también se conoció que en el Ártico fue encontrado un reptil que vivió hace 150 millones de años.
Para completar el día de descubrimientos, se informó que en Canadá fueron identificados los restos del carnívoro norteamericano más pequeño. Se trata del primo enano del velociraptor, que a penas pesaba no más de dos kilos y medio (ver aparte).

Los investigadores argentinos encontraron un depósito natural de amonites, moluscos fósiles del grupo los cefalópodos, con concha externa en espiral, parientes lejanos de los actuales pulpos y calamares.
“Lo que encontramos es un campo de amonites gigantes, de 80 centímetros a 1,20 metro de diámetro”, especificó el paleontólogo Eduardo Olivero al canal de televisión Todo Noticias.
El científico dijo que este “cementerio de gigantes del mar”, hallado a unos 100 kilómetros de la base antártica argentina Marambio, tiene como particularidad la alta concentración de restos fósiles.
“La particularidad es la concentración provocada por tormentas. Estos eran organismos que vivían en el mar abierto, morían probablemente en el mar y grandes tormentas los transportaban sobre la superficie de las aguas y los concentraban en una playa”, explicó el experto, quien destacó que el grado de preservación de los fósiles es “excelente”.

Misión en el Ártico
Un equipo noruego descubrió, en una misión en el océano Ártico, restos fosilizados de un pliosaurio que era un terrible reptil marino de 15 metros de largo y 45 toneladas de peso, informó el Museo de Historia Natural de Oslo.
Los restos de ese monstruo, apodado “Predador X” o “tiranosaurio de los mares” hasta que se le dé un nombre científico, fueron exhumados en julio de 2008 en el archipiélago noruego de las Svalbard, a unos mil kilómetros del Polo Norte, frente a las costas de Noruega.
El “Predador X” vivió hace 150 millones de años, cuando las Svalbard estaban sumergidas.
Tenía un aspecto gigantesco, con cuatro extremidades como aletas y una cabeza parecida a la de un cocodrilo.
Su mandíbula, cuatro veces más potente que la de un tiranosaurio con una fuerza estimada de 16 toneladas, tenía dientes de 30 centímetros de largo. “Su anatomía y su estrategia de caza lo convierten en el predador absoluto, el animal más peligroso de todos los mares”, comentó el Museo en un comunicado.
Un responsable del equipo que descubrió los restos contó a la AFP que se han necesitado meses para unir todos los trozos de hueso y reconstruir ese animal en un tamaño gigantesco.
"Incluso pudo haber animales de esta especie mayores, pero aún no han sido descubiertos”, añadió Joern Hurum.

Regresan venezolanos de la Antártida con importantes avances científicos

fuente: Agencia Bolivariana de Noticias
Caracas, 17 Mar.09 ABN.- Este martes llegó a Venezuela el segundo componente de científicos que partió hacia la Antártida con el objetivo de realizar diversos estudios en diferentes ámbitos, entre ellos el calentamiento global.
Al respecto, el director del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), Ángel Viloria, enfatizó que los científicos han traído hasta el país muestras de sedimentos marinos, que son el producto de diversas pruebas que los venezolanos le practicaron al suelo marino antártico.
Igualmente, informó que todo el trabajo científico permitirá realizar mapas cartográficos de la región antártica, y así analizar a fondo la zona para futuras expediciones.
Viloria destacó también que la expedición ha sido muy exitosa, por lo que se prevé realizar otras en un futuro próximo.
Por su parte, el teniente de navío Adrián Bracho comentó que los expedicionarios venezolanos llevaron el nombre de Venezuela a nuevos territorios, lo que se convierte en un nuevo aporte del país ante la comunidad internacional.
Con los resultados de esta expedición, Venezuela desarrollará 20 proyectos antárticos, de los cuales 18 son investigaciones científicas en Ciencias de la Vida, Geociencias y Ciencias Físicas, áreas establecidas por el Comité Científico sobre Investigaciones Antárticas.
Este segundo componente de expedicionarios partió hacia la Antártida el pasado el 26 de enero para completar así la segunda expedición venezolana hacia el también llamado continente blanco, lo que evidencia el avance tecnológico y científico del país.


Luego de 45 días de trabajo: Segunda expedición científica venezolana en la Antártida culminó con éxito
fuente: MinCI Venezuela
Con las investigaciones científicas alcanzadas en el proyecto, Venezuela podrá afianzar su propuesta para ingresar como miembro consultivo del Tratado Antártico
Este martes llegó a Caracas la segunda expedición científica de Venezuela en la Antártida, equipo que permaneció por 45 días ejecutando estudios hidrográficos en la Isla Rey Jorge, perteneciente al archipiélago de las Shetland del Sur, del también conocido Continente blanco.
La expedición marítima realizó su viaje en el Buque General Artigas, de la marina uruguaya, saliendo de Montevideo, Uruguay, el 30 de enero, pasando por Ushuaia en la Patagonia argentina hasta llegar a la Isla Rey Jorge.
El componente de la expedición estuvo constituido por 7 miembros de la Armada Nacional Bolivariana y una representante del Instituto Oceanográfico de la Universidad de Oriente. Este grupo de investigadores es complemento del primer contingente de la expedición, que también visitó la Isla Rey Jorge por vía aérea y que arribó al país hace una semana.
Entre las muestras a investigar está la extracción de sedimentos marinos para hacer estudios relacionados con cambios ambientales. Otro de los logros que se persigue con los aportes científicos es afianzar la propuesta de Venezuela de ingresar como miembro consultivo del Tratado Antártico, aún cuando ya forma parte como miembro adherente desde 1999.
Para Ángel Viloria, presidente del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), esta iniciativa es sinónimo de avance “en varios proyectos de investigación científica relacionados con el ambiente, geología, biología, oceanografía, hidrología del Continente Antártico para correlacionarlos con los estudios que avanzan en nuestras zonas costeras y del Mar Caribe venezolano”.
Uruguay ha sido el país aliado para la expedición, pero también se ha contado con el apoyo de las estaciones de investigación de Argentina en Bahía Esperanza, el Instituto Antártico chileno; Ecuador, que tienen programas antárticos más avanzados y Brasil.
Otro de los objetivos del proyecto es adelantar en los próximos años para que “nuestra armada adquiera más experiencia en la navegación antártica y llegue a ser una armada entrenada, para apoyar logísticamente este programa venezolano y poder arrancar con mayor independencia en este reto”, destacó Viloria.
Por su parte, la directora de Navegación e Hidrografía de la Armada, (CN) Ana Suárez Pacheco, señaló que “cumpliendo con los lineamientos del Gobierno Nacional, en cuanto a la integración y cooperación de los pueblos, la comunidad científica nacional está realizando aportes de gran valor para el mantenimiento del medio ambiente en la Antártida”.
El Teniente de Navío Adrián Alaña Bracho, especialista en hidrografía, fue el encargado de dirigir la expedición y manifestó su satisfacción por los resultados obtenidos durante la travesía.
“Regresamos con la moral en alto por dar un pequeño aporte que a la vez se suma a la gran montaña del legado que está dejando nuestra patria para la comunidad internacional, que tiene un fin social muy importante y que es el espíritu que persigue el Comité Antártico para que todas las naciones puedan, en un futuro próximo, explotar los grandes recursos que tiene el Continente Antártico, tanto en alimentos como en agua”, dijo Alaña.
Prensa MinCI

martes, marzo 17, 2009

Noruegos, invernan en base Troll

Noruegos aprenden a sobrellevar inacabable invierno en Antártida
Publicado en Univision.com
AP - 16 de Marzo de 2009, 01:15pm ET


...Desde los días de los trineos tirados por perros hasta las motonieves y los teléfonos vía satélite de hoy, soportar el largo invierno de la Antártida, donde el sol desaparece en mayo y regresa recién en octubre, ha sido siempre una empresa mayúscula.
Las tiendas y frazadas de piel de la heroica gesta de Cook han dado paso a viviendas prefabricadas, con calefacción central y estantes repletos de DVDs que ayudan a pasar el tiempo. Pero en este continente de hielo, los viejos peligros siguen presentes: en las aguas heladas, en las profundas grietas en el hielo, incluso en las lesiones que más al norte son consideradas de rutina.
Cuando uno de los ocupantes de la base sufrió una fractura múltiple en una pierna, a sus compañeros les tomó dos semanas despejar la pista para que un avión pudiera evacuarlo.
"Le salvamos la pierna por poco", dijo Jan Gunnar Winther, director del Instituto Polar Noruego, que opera la base.
Los noruegos son nuevos en esta empresa. Si bien la base fue construida hace 20 años, recién en el 2005 la expandieron, la prepararon para soportar los inviernos e instalaron generadores potentes, que pueden funcionar todo el año. El generador calienta el complejo.
Los seis edificios del complejo están ubicados en un área ventajosa, en un valle entre los montes Gjelsvik, de 2.300 metros (7.000 pies) de altura, a 235 kilómetros (150 millas) del Atlántico Sur y 4.800 kilómetros (3.000 millas) al sudoeste de Sudáfrica. No se producen allí tormentas de nieve demasiado intensas y las temperaturas rara vez llegan a los 50 grados celsius bajo cero (menos 60 Farenheit), como ocurre más adentro.
¿Por qué es necesario ocupar la base todo el año? Nacionalismo, para empezar. El reclamo noruego de una parte de la Antártida gana peso si hay ocupantes los 12 meses del año. Esos reclamos fueron congelados por el Tratado de la Antártida de 1959, pero siguen allí.
El instituto también espera poder "realizar más iniciativas científicas", indicó John Guldahl, quien supervisó la expansión de la base. El personal de invierno dispone de equipo para observar la contaminación atmosférica y otros fenómenos. Además, hay incentivos económicos: Los picos blancos alrededor de la base, donde se han instalado antenas para los satélites que recorren la órbita polar.
Troll cuenta con dos docenas de personas durante el verano y con media docena en invierno: un científico, un mecánico, un electricista, un plomero, un médico y un cocinero. El contingente es minúsculo comparado con los que envían otros países. Estados Unidos, por ejemplo, tiene 153 personas en la base de McMurdo Sound durante todo el invierno.
Quienes permanecen durante el invierno, de marzo a noviembre, no lo hacen por dinero precisamente, ya que ganan bastante poco.
Djupdal, quien tiene 31 años y un doctorado en ingeniaría de computadoras, será el líder de grupo que pasará el invierno. Dijo que le atrajo la idea de venir aquí luego de completar los estudios para su doctorado. "Las regiones polares siempre me fascinaron, desde que leí los libros de los exploradores noruegos Amundsen y Nansen cuando era niño".
Cuando se le preguntó lo mismo, poco después de que despegó el avión que se llevaba el último grupo de personas que estuvieron en la base durante el verano, la cocinera Britt Simones, de 47 años, respondió: "La verdad, no lo sé".
Luego comentó que su trabajo en la cocina de un asilo de ancianos le generaba muchas tensiones y que cuando vio un aviso en un diario dominical ofreciendo trabajo en Troll, su hijo adolescente y su esposo le dijeron que lo tomase.
Los colores que ve por la ventana de la base la emocionan. "Azul, púrpura, gris, un poco de amarillo...", expresa admirada. Le encanta pintar y no ve la hora de sacar sus óleos y comenzar a captar los rayos del sol horizontales y los colores del invierno en el sur del mundo.
"Cuando el sol está tan bajo, hay luces rojas en las montañas y azul en los glaciares", expresó Trond Lovdal, de 38 años y quien pasó el invierno en la base hace dos años. "Uno puede hacer caminatas, esquiar... Pasar el año aquí es algo muy especial".
Cuando el sol finalmente se va hacia el norte, se instala la oscuridad y el mercurio baja a menos 30 o menos 40 grados, dijo Simone, "¡a una le queda la bañera!".
"Lo único que necesita uno es una buena gorra", bromeó Guldahl.

domingo, marzo 15, 2009

reseña de la XIII expedición de Ecuador a la Antártida

Más deshielo en los 20 años de estación antártica ecuatoriana
publicado en eluniverso.com
Ecuador, 15mar09


ANTÁRTIDA. José Olmedo Morán izó la bandera del Ecuador en la primera expedición antártica, en 1987. - Foto: eluniverso.com

Mientras mira su álbum de fotos, José Olmedo Morán recuerda la alegría que sintió en 1987 cuando, como miembro de la Marina, izó por primera vez la bandera nacional en medio de la nieve antártica.
Olmedo, ahora director ejecutivo del Instituto Antártico Ecuatoriano (INAE), volvió a vivir esa emoción en enero pasado, cuando llegó al continente blanco en el año del vigésimo aniversario de la construcción de la estación científica Pedro Vicente Maldonado, ubicada en la isla de Greenwich.
La base fue inaugurada en marzo de 1989, como un plan para impulsar la participación del país en el Sistema del Tratado Antártico (al que se suscribió en 1987). Este convenio es un acuerdo de cooperación científica internacional que regula el uso de la Antártida exclusivamente para fines de investigación, prohibiendo la explotación del petróleo y los minerales que ahí se hallan.
“Para los ecuatorianos la Antártica es muy importante porque ahí se genera, entre otras cosas, la corriente fría de Humboldt, responsable de la riqueza ictiológica de las costas de nuestro país y que baña Galápagos. Entonces, conocer más sobre su origen nos ayudará a saber cómo aprovecharla”, resalta Olmedo.
Asimismo se efectúan estudios con las plantas y animales de la zona. Uno de ellos, que se realiza con los líquenes antárticos de flores negras, tiene como objetivo determinar qué hace a estas especies resistentes al frío. Con esta información se busca crear nuevos procedimientos para aplicarlos en la agricultura y evitar, por ejemplo, que una helada dañe los cultivos de papas.
Según el director del INAE, a la última expedición, que se llevó a cabo entre el 8 de enero y el 22 de febrero pasados, acudieron trece científicos –ecuatorianos y extranjeros– quienes realizaron catorce proyectos de investigación en diversas áreas; una de las más importantes tiene que ver con el cambio climático mundial.
“Estamos muy preocupados por este tema porque el retroceso de los glaciares en la Antárdida está en niveles muy elevados”, comenta Olmedo, mientras en sus fotos muestra cómo el paisaje de la zona ha ido transformándose del blanco al gris en los últimos años.
En el 2006, por ejemplo, cuando se hizo la anterior expedición, la base científica Maldonado estaba rodeada de una capa de nieve y hielo, que se han ido derritiendo y ahora solo hay suelo rocoso alrededor.
Según datos de la INA, en los últimos diez años los glaciares cercanos a la estación han tenido un retroceso de entre 150 y 200 metros y muchos han desaparecido. Esto, como consecuencia del calentamiento mundial, que ha alcanzado niveles históricos en ese polo, donde la temperatura promedio en verano es de 0 grados centígrados. No obstante, en la última expedición el ambiente se mantuvo en 1,8 grados, cifra nunca antes registrada.
Olmedo explica que el aumento de los deshielos causa a su vez, el incremento del nivel del mar. “Cada año este índice sube paulatinamente en milímetros y esto va a afectar a las ciudades costeras, incluyendo las de nuestro país, por ejemplo, con inundaciones”, asevera Olmedo, quien señala que los efectos podrán sentirse con mayor intensidad en unos 50 u 80 años.
Por ello, recalca que es indispensable continuar el estudio de estos fenómenos naturales para así ejecutar proyectos de remediación ambiental a nivel mundial.
Evaluación
El consejo directivo del Instituto Antártico Ecuatoriano, conformado por delegados de cuatro ministerios de Gobierno y miembros de la Marina, visitó este año, por primera vez en la historia, la base científica en la Antártida, para evaluar el trabajo de la misión.

viernes, marzo 13, 2009

Chile emite sello por 50 años del Tratado Antártico

SANTIAGO DE CHILE, 12mar09 (ANSA) -

El gobierno chileno inició la conmemoración de los 50 años del Tratado Antártico con el lanzamiento de la emisión postal Expo Antártica Chile 2009, diseñada por el artista Roberto Sepúlveda, quien plasmó la imagen de la base Presidente Eduardo Frei Montalva.

Se trata de 50.000 ejemplares que fueron impresos por la Casa de Moneda. "La presencia chilena en la Antártida es un elemento significativo de nuestra soberanía nacional y representa una política de Estado", afirmó el vicecanciller, Alberto van Klaveren, durante la ceremonia.

Agregó que el tratado "se ha transformado en uno de los instrumentos más notables, más visionarios y más excepcionales del derecho internacional contemporáneo".

GAT 12/03/2009 21:02

© Copyright ANSA. Todos los derechos reservados.

Historias contadas por sus protagonistas

Varados en la Antártida: un viaje de ocho horas que se transformaron en seis días
Por Leonardo Fredes
publicado en : telam.com.ar
12 de Marzo de 2009

Un periodista de Télam que se encuentra en la Base Jubany junto a otros cuatro colegas, relató la aventura que vive en el hielo mientras espera que se den las condiciones para emprender el regreso. Las ganas de volver, mezcladas con el descubrimiento de lugares y nuevas costumbres.
La posibilidad de conocer la Antártida, de pasar algunos días, aunque sea algunas horas, en un lugar al que no llegan vuelos comerciales y donde se pagan fortunas por recorrerlo en cruceros, es casi irrechazable. Pocos se animarían a negarse a este desafío, aún con un importante riesgo incluido en la aventura: quedarse varados en el casi inhóspito continente blanco.
Justamente, lo que nos sucedió a cinco periodistas que llegamos a la Antártida con la idea de permanecer ocho horas y que ya llevamos seis días y casi 18 horas (bien contados, para eso sobra tiempo) en los que se mezclan las ganas de volver con el descubrimiento incesante de cosas, lugares y costumbres nuevas, y que, sabemos, difícilmente se pueda volver a repetir.
Quisieron las condiciones meteorológicas, o la suerte, o la desgracia (según el momento en que nos encontremos), o el destino, o vaya a saber cuál de todas las conjeturas que pensamos en estos largos días, que estemos aún en la base Jubany, una de las seis permanentes que tiene la Argentina en la Antártida y la de mayor desarrollo científico.
Justamente esta última condición le da un matiz distinto a la de la reconocida y difundida Marambio, una base de mayor presencia militar. Aquí científicos de diferentes nacionalidades, con supremacía de argentinos, interactúan casi por partes iguales con la dotación militar y el personal civil que actúa de apoyo.
Tuvimos la suerte de llegar a esta base y de poder compartir “un día en la vida de un poblador antártico” –aunque ya llevamos seis-, algo que es mucho más superador que las dos horas en las que íbamos a ser testigos de la firma de un tratado.
Aquí todo es calidez y buena predisposición por parte de la dotación que encabeza el Teniente Coronel Fernando Isla, dentro de las limitaciones lógicas que implica estar en un lugar semicomunicado y dependiente de las cuestiones meteorológicas.
Todos los habitantes de la base aportan su granito de arena para hacernos las cosas más fáciles, aunque vivir seis días, o quién sabe cuántos más, con un bolso preparado para unas horas, no resulta tan fácil.
La llegada a la base Jubany fue un alivio después de las 20 horas de navegación desde la base chilena en la que nos dejó el Hércules de la Fuerza Aérea, y de la que salimos casi sin pisarla para anticiparnos a la llegada de quienes debían firmar el tratado en la base Argentina.
Veinte horas que fueron casi un bautismo antártico para quien no está acostumbrado a la vida marina –todos nosotros-: un mar tormentoso, grandes olas y un fuerte viento impidieron que el barco pudiera acercarse a la costa para desembarcar, por lo que nos pasamos la mayor parte de la estadía en el buque Olivieri intentando encontrar el sentido de equilibrio y rechazando la posibilidad de alimentarnos.
Antes y después de la vuelta en barco (denominada “circuito hipódromo por la característica del trazado que recorrimos más de cuatro veces), hubo una “interesante” experiencia en gomones para llegar y desembarcar hasta la costa; algo que no recomendamos a quien quiera visitar la Antártida.
Ya en Jubany nos esperaban con chocolate, café y medialunas caseras (nunca más se repitieron), cuartos cómodos y bien calefaccionados, una interesante lista de actividades y lugares para conocer, pero sobre todo, lo más buscado, “tierra, un piso firme”.
Compartimos con los científicos parte de sus trabajos, mucha naturaleza desconocida aún por nosotros, mates y cafés con la gente de la dotación y de la campaña de verano y se armaron buenas guitarreadas a la noche.
Para el esparcimiento no faltan ofertas: una amplia biblioteca, una gran videoteca, cartas, juegos de mesa y hasta un cine, permiten que las horas se pasen más rápido, sobre todo para quienes deben pasar el invierno aquí, porque en verano el trabajo no da mucha tregua.
Igualmente, más allá de la comodidad y de la belleza del glaciar que da un imponente marco al paisaje, llega el momento en que uno comienza a preguntarse “¿cuando volvemos?”. Y la familia, vía MSN o mail pregunta: “¿Cuándo vuelven?”, y los compañeros de la dotación preguntan ¿Cuándo se vuelven ustedes?. Y cada día que pasa hay un amague, y seguimos acá. Las comodidades muchas veces subvaluadas de la vida en la ciudad por momentos se hacen sentir fuerte.
El agua caliente suele no dar abasto en las horas pico, salir a dar ‘una vueltita’ implica someterse a temperaturas bajo cero o apenas por encima, y chocolates y cigarrillos cotizan en bolsa y forman parte de un interesante circuito en que el dinero no cuenta.
“Cuando se abra la ‘ventanita’ salimos”, es la frase que más escuchamos. La ya famosa ventanita es la condición meteorológica ideal para que el avión pueda llegar desde el continente y salir nuevamente hacia allí.
Además esto se tiene que complementar con condiciones de navegabilidad buenas para poder llegar hasta el aeropuerto; algo que, lógicamente, aún no sucedió.
La posibilidad de regresar el domingo se pasó para el lunes, ilusión y desilusión mediante, pasó para el martes, otro día de rumores y de hipótesis, hasta que llegó el anuncio: “el día es el jueves”. Pero no, acá estamos, en la Antártica, y parece que la vuelta es mañana (nos dijeron que es cierto, que no es una broma).
El miércoles, igualmente, fue un día distinto: hicimos un “simulacro” de abandono de la base. Sí, todo comenzó el martes, cuando nos avisaron que “salimos”, nos vestimos con los trajes térmicos naranja fluo –que nos quedan muy lindos aunque parecemos astronautas- y otra vez al agua, para, gomón mediante, embarcar en el buque “Canal de Beagle”.
Este es un barco más grande y más cómodo que nos iba a dejar en la base chilena el jueves para subir al Hércules que nos llevaría a tierra. Incomunicados, ya sin Internet, y con poco espacio por la sobrepoblación del barco intentamos pasarla bien, ayudados por la buena voluntad de la tripulación.
El miércoles lo pasaríamos en el barco, que tenía que realizar algunos trabajos de logística con otros buques que navegan en la zona, una experiencia interesante de presenciar, mucho más sabiendo que al otro día nos volvíamos.
Pero no, la meteorología, la ‘ventanita’ o la ‘pacha mama’ –a esta altura pensábamos cualquier cosa- obligó a un cambio de planes: “No puede llegar el avión a la Antártida, elijan qué quieren hacer, seguir en barco a Ushuaia para llegar en tres días al continente o volver a Jubany”.
Buena pregunta, poco tiempo para contestar y, obviamente para hacerla más difícil, opiniones diferentes, tres querían una cosa y dos la otra, además, las dos opciones tenían su trampita y pesaba un juramento tácito: “moriremos juntos”.
La navegación no nos había dado buenos antecedentes y el viaje a Ushuaia incluía el cruce del siempre bravo estrecho de Drake y la vuelta a Jubany una advertencia: “el avión puede llegar a aparecer por la Antártida en dos, en cinco o en quince días”.
Así y todo, ganó esta última, y aquí estamos, en Jubany. Tierra firme, buena comida (ya pasaron las pizzas, la picada antártica y hoy llega el asado), y oídos bien abiertos esperando escuchar que alguien diga que “se abrió la ventanita”. ¿O seremos demasiado ilusos?.

jueves, marzo 12, 2009

Reportaje sobre Base Esperanza, escuela nueva y museo

El lugar donde el futuro se viste de blanco
Publicado en elargentino.com
08-03-2009 / Antes había sólo bases de investigación, hoy llegan los turistas, pero la preocupación es qué pasará con sus recursos naturales.
Por Mario Valor
Periodista. Desde la Antártida

Los lujosos cruceros que parten de Ushuaia o de Punta Arenas cargados de prósperos turistas europeos o norteamericanos contribuyen a romper la bella monotonía del paisaje helado que rodea el norte de la península Antártica. En la base Esperanza, una de las seis que mantiene en forma permanente la Argentina, militares y científicos están acostumbrados a recibir la visita de turistas. Luego de pedir permiso, los grupos bajan ordenadamente en las lanchas del buque y los asombrados gringos recorren durante un par de horas las vistosas instalaciones, pintadas de un color rojo vivo que destaca contra el blanco del paisaje. Después viene un chocolate o un café caliente en el casino de la base y la compra de algunos souvenires.

Para que el exclusivo tour sea posible, los interesados deberán pagar varios miles de euros correspondientes al viaje en avión hasta la lejana Tierra del Fuego y el crucero de cinco días entre los hielos.

Pero para las bases que la Argentina mantiene en el continente blanco el negocio no existe, sólo se trata de relaciones públicas para exhibir la labor que abnegadamente desarrollan militares y científicos desde hace más de cien años en unas tierras inhóspitas pero hermosas sobre las que el país tiene títulos históricos y geográficos de peso.

El turismo no es la única novedad que se asoma por estas heladas tierras: el calentamiento global, que por estos lares ya se advierte a simple vista, precipitará la pulseada por los recursos naturales entre los países que tiene presencia en el continente. Entre los expertos nadie duda de que la Antártida es el último reservorio de petróleo, gas y minerales inexplotado del planeta.

Por lo pronto, esta semana Esperanza se vistió de fiesta para inaugurar la nueva escuela que reemplaza a la que se incendió hace un año. La ministra de Defensa, Nilda Garré llegó en un viaje relámpago desde Ushuaia para dejar iniciado el ciclo lectivo y con ella arribaron las dos maestras que impartirán clases durante todo el invierno. Dependen del consejo de Educación de Tierra del Fuego, la provincia dentro de cuya jurisdicción se encuentran las Islas del Atlántico Sur y la porción antártica que la Argentina reclama como propias.

La ministra viajó en un Hércules C-130 hasta Marambio, la única base donde pueden aterrizar aviones de gran porte, y desde allí se desplazó en helicóptero hasta Esperanza. La acompañaron la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos y autoridades militares.

Esperanza está emplazada en una bahía rodeada de picos nevados y ventisqueros. Una docena de casitas en las que habitan las alrededor de 80 personas que viven aquí en forma permanente matizan el paisaje, recorrido casi siempre por fuertes vientos.

La ministra de Defensa felicitó al personal militar que reconstruyó la escuela 38, Julio Argentino Roca, en tiempo récord.

El jefe de la base, el teniente coronel Gustavo Gómez, un fanático de la equitación que hace sus
primeras armas en la Antártida, explica que la escuela tiene 200 metros cubiertos y está construida con columnas de aluminio y revestida con chapas de un plástico especial.

No es el único motivo de orgullo que últimamente tiene la base. Hace escasamente un mes se inauguró el museo, el primero de la Antártida, que está a cargo de Rubén Montiel, un veterano de casi 80 años con más de 30 campañas antárticas.

El museo funciona en un antiguo taller mecánico construido en el ’52. “Para la Antártida esto es un lujo”, dice don Montiel, que llegó a la Antártida por primera vez en el ’77, como investigador del Museo de Ciencias Naturales. “En el ’75 me invitó la Dirección Nacional del Antártico (DNA), empecé oficialmente en el ’77 y ya no paré más. Mi misión es siempre la misma, en la selva, en el monte o en la Antártida: trabajar”, reflexiona.

El museo reúne fotos antiguas de expediciones antárticas argentinas y muestras embalsamadas de la flora y de la fauna: pingüinos, palomas antárticas, cormoranes de ojos azules, gaviotas.
En Esperanza hay dos tipos de pingüinos, Papúa y Adelia –muy cerca del museo, en una caleta helada, hay una enorme pingüinera– pero en la Antártida hay cuatro en total, más cerca del Polo Sur habitan el de barbijo y el famoso emperador.

Montiel embalsama animales que fueron encontrados muertos, por el Tratado Antártico está terminantemente prohibido matarlos, cazarlos o pescarlos. Además, el hombre se define como “proteccionista”. En la campaña del ’82-’83 todavía se podía cazar focas para los perros, refiere y lamenta que en el ’99, a consecuencia del Protocolo de Madrid, los perros de trineo, un ícono de la exploración antártica, fueron desterrados de estas latitudes por ser considerados exóticos. “Eran lo más lindo que tenía la Antártida”, recuerda Montiel con nostalgia y refiere algunas anécdotas que dan cuenta de la increíble intuición del mejor amigo del hombre, como una que da cuenta de que en una oportunidad los ingleses establecieron un campamento en la isla Belgrano, sobre el mar congelado, pero un temporal separó los hielos y quedaron a la deriva 35 personas con una cantidad de perros. “Todos murieron y sólo logró sobrevivir un perro que llegó de vuelta a la base”, apunta Montiel.

Ahora los perros siberianos son reemplazados por la moto de nieve o el snow cat, que no se detienen ante una grieta que podría resultar letal para una expedición como hacían los perros.
“Yo estoy muy cómodo acá, con calefacción, acostumbrado a trabajar en los refugios con varios grados bajo cero”, reflexiona el anciano y recuerda que en sus primeros viajes el viento pegaba fuerte, sobre todo en los refugios como el de la isla Nelson, un lugar mínimo que tenía comedor, cocina dormitorio y radio todo en un solo ambiente, en el que estuvo 12 veces.

Montiel ya ocupa un lugar en la filatelia argentina: dos estampillas en las que está fotografiado para siempre en la Antártida están en circulación desde este año. No por nada el hombre define su relación con el continente blanco como “una pasión”.

miércoles, marzo 11, 2009

Finaliza segunda expedición antártica de Venezuela

De regreso a Uruguay expedición antártica venezolana
Basado en lo publicado en prensa-latina.cu, con correciones de Antawa.
Montevideo, 10 mar 09 (PL) - Antawa
La segunda expedición científica venezolana a la Antártida regresa mañana a puerto montevideano a bordo del buque ROU 04 General Artigas, de la marina uruguaya.
El grupo está integrado por siete especialistas en diversas materias que formaron parte de un grupo de 29 que durante casi mes y medio realizó importantes investigaciones en el llamado Continente Blanco.
Los otros 22 ya están en su país, pues viajaron en un Hércules C-130 de la FAU (Fuerza Aérea Uruguaya) (Nota: en la publicación original figura "fuerza aérea venezolana" por error), lo que además permitió a los pilotos entrenarse bajo condiciones extremas.
Una fuente de la embajada venezolana en Uruguay que pudo comunicarse con los expedicionarios dijo a Prensa Latina que la misión dio exitosa continuación a otra similar, pero menos numerosa, enviada el año pasado a territorio antártico.
Los especialistas que fueron por vía marítima se asentaron en la Base Uruguaya "ECARE", en Bahía Esperanza y efectuaron estudios de bioquímica, biología marina, oceanografía e hidrografía. Los que viajaron por avión tuvieron como centro de operaciones la base científica uruguaya “Artigas”, en la Isla Rey Jorge.
De modo general sus proyectos investigativos estuvieron enfilados al estudio de la biodiversidad, el clima, la composición físico-química del medio acuático y la bioquímica de los sedimentos, así como a la cartografía náutica de la zona, entre otros temas.
Estas expediciones tienen sustento en un acuerdo firmado por los presidentes Hugo Chávez y Tabaré Vázquez, a tenor con el cual Uruguay aporta su experiencia y capacidad operativa, y Venezuela el financiamiento.
La nación caribeña es miembro adherente del Sistema del Tratado Antártico (STA) y con esas misiones enriquece su expediente para ser aceptado como Miembro Consultivo de la entidad, de la que Uruguay es uno de sus 28 integrantes.
Firmado el 1 de diciembre de 1959 en Washington, el STA regula aspectos sobre libertad de investigación, no nuclearización y no militarización de la Antártida, así como la explotación racional de los recursos marinos vivos y la defensa medioambiental, entre otros.

antawa
lma/asg
PL-190

Se cierra campaña antártica 2008-2009 del INACH

Se fortalece la cooperación internacional.
CONCLUYÓ XLVª EXPEDICIÓN CIENTÍFICA ANTÁRTICA
Publicado en radiopolar.com
11 marzo 2009

Con el fin de la XLV Expedición Científica Antártica (ECA) se cierra la temporada de verano de una veintena de proyectos que trabajaron en las cercanías de la base "Profesor Julio Escudero", perteneciente al Instituto Antártico Chileno (Inach) y ubicada en bahía Fildes, y en otras bases y buques que acogieron a científicos chilenos y extranjeros.
La expedición 2008-2009 comenzó el 8 de noviembre con el proyecto trinacional glaciológico "Clima de Antártica y Sudamérica, CASA", de Chile, Brasil y Estados Unidos y en el que Chile es representado por el Dr. Ricardo Jaña (Inach). A su vez, este proceso investigativo concluyó con el día 8 de marzo con dos proyectos con investigadores en terreno: uno que dirige Emma Newcombe (Cequa, "Estructura de comunidades bentónicas en arrecifes rocosos antárticos") y otro de Angélica Casanova (Universidad de Concepción, "Respuestas ecofisiológicas de la flora antártica bajo un escenario de calentamiento global").
Patricio Barraza, jefe de operaciones logísticas del Inach, comenta que la XLV ECA contó con el traslado desde y hacia el Continente Blanco de aproximadamente 100 personas. Fue una veintena de proyectos en terreno, de los cuales 60 eran científicos y el resto correspondió a personal logístico e invitados.
Cabe señalar que la actividad 2008-2009 se diferenció de otras expediciones en un aspecto fundamental: la cooperación internacional. Se contó con un mayor apoyo de Brasil, ya que esta nación ha apoyado en forma creciente el traslado de personas hacia el Continente Blanco. Otra novedad fue el flete conjunto con España de vuelos a la Antártica. Esto representa la cooperación internacional que promueve el Inach y que, sin duda, es fundamental para el crecimiento científico y logístico de las futuras expediciones.

Primer Laboratorio Antártico de Biología Molecular
El Inach inauguró en febrero el primer laboratorio chileno de microbiología, bioquímica y biología molecular en la Antártica, en la base Escudero, dando así un importante paso para desarrollar nuevas líneas de investigación en Chile. Además, esta plataforma tecnológica permanente permitirá potenciar aun más la colaboración internacional.
En la ocasión, el Director Nacional del Inach, Dr. José Retamales, destacó que con este nuevo equipamiento se está dando inicio a una nueva era para la ciencia antártica nacional, al fortalecer la única base científica chilena, que durante 14 años ha servido de plataforma de trabajo para científicos de universidades, centros de estudios, organismos públicos y empresas privadas nacionales.
Las instalaciones inauguradas, justamente, serán parte de una red de cuatro laboratorios ubicados en la Antártica (1), Punta Arenas (1) y Santiago (2). La inversión total en la implementación de los laboratorios es del orden de los 230 millones de pesos, de los cuales 24 millones corresponden al laboratorio antártico. En este proyecto participan el Inach, la Fundación Biociencia, Swissaustral Chile Ltda. y VitroGen S.A. Este laboratorio permitirá el estudio de muestras en la misma Antártica, dando un mayor valor científico a su análisis in situ. Así, Chile se suma a la tendencia internacional en esta materia, en la península Fildes.

sábado, marzo 07, 2009

Bienal de Arte Contemporáneo del Fin del Mundo en Sao Paulo

Publicado en ADN.es
EFE Sao Paulo, 7 de marzo 2009
La ciudad brasileña de Sao Paulo acogerá desde mañana la obra de 29 artistas de 16 nacionalidades en lo que será un anticipo de la Bienal de Arte Contemporáneo del Fin del Mundo, que se inaugurará el próximo 24 de abril en Ushuaia, localidad argentina más austral del planeta.
Los artistas brasileños Caio Reisewitz, Thiago Rocha Pitta y Laura Vinci, los argentinos Mika Rottenberg y Diana Lebenson, el belga-mexicano Francis Alÿs, el español Eugenio Ampudia y el estadounidense Reynold Reynolds serán algunos de los que muestren parte de su trabajo en la Oca del Parque Ibirapuera, un centro de exposiciones diseñado por el arquitecto Óscar Niemeyer.
La muestra, que lleva por título "Intemperies. El Fin del Tiempo", estará abierta al público hasta el próximo 12 de abril, según la Alcaldía de Sao Paulo y el Instituto Goethe, dos de los organizadores.
La exposición se presenta a través de grandes proyecciones de vídeos y fotografías en las que se expresa el distanciamiento del hombre ante las transformaciones climáticas que experimenta el planeta.
Estructurada en torno a los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego), la exposición contará con la curaduría internacional del crítico de arte alemán Alfons Hug y nacional de Alberto Saraiva.
"Antiguamente, el tiempo era simplemente el tiempo. Pero ahora el tiempo llegó al fin y se transformó en clima, una entidad física, anónima y amedrentadora que, en cualquier momento, es capaz de desencadenar una catástrofe", explicó Hug en un comunicado divulgado por la Alcaldía.
Bajo el lema fundacional "Pensar en el Fin del Mundo, qué otro mundo es posible", la Bienal, cuyo anticipo se verá en Sao Paulo, se desarrollará, además de en Ushuaia, en El Calfate, Punta Arenas, Rosario y en la base sudafricana en la Antártida.
La Primera Bienal del Fin del Mundo tuvo lugar también en Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en la Patagonia Argentina, entre el 29 de marzo y el 29 de abril de 2007.
Esta edición inaugural se llevó a cabo como parte de las actividades del Año Polar Internacional, para promover la unión de los polos Sur y Norte a través de tres estaciones electrónicas ubicadas en Ushuaia, el norte de Canadá y Finlandia.

Argentina y Chile: unidos por interés común en la Antártida

Argentina y Chile: unión antártica
Diputados de Argentina y Chile rechazaron este viernes las pretensiones territoriales del Reino Unido en la Antártida, a dos meses de que las Naciones Unidas decidan sobre un reclamo británico para explotar un área de aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados en el continente blanco.

Fuente: BBC Mundo.com
7 de marzo de 2009

"Reafirmamos, con nuestros colegas argentinos, que rechazamos categóricamente, de forma definitiva y decisiva (dichas pretensiones)", dijo el presidente de la Comisión de Exteriores de la Cámara de Diputados de Chile, Renán Fuentealba.

Fuentealba agregó que las delegaciones de ambos países, que visitaron la base chilena Presidente Frei y el centro argentino Jubany, lograron "afianzar las relaciones bilaterales, especialmente ante las declaraciones del gobierno británico en las que se reserva su derecho sobre la plataforma continental".
En octubre de 2007, el Reino Unido reclamó una región que se sobrepone con áreas que Chile y Argentina se adjudican como propias. Se prevé que la ONU se pronunciará en mayo de este año.

Ver: Londres le pone el ojo a la Antártida

Tratado Antártico
De favorecer los reclamos británicos, la ONU le dará al Reino Unido acceso a una zona donde se cree que existen depósitos de minerales valiosos, además de gas y petróleo.
Los diputados sudamericanos destacaron, en una declaración, que el reclamo es improcedente en el marco del Tratado Antártico, suscrito 50 años atrás por 46 países, entre ellos el Reino Unido.
El artículo 4º del Tratado Antártico expresa que no se reconocen reclamos territoriales ni se aceptan disputas al respecto.
Además, comprende un conjunto de principios y objetivos vinculados a la cooperación internacional y la investigación científica, incluyendo la protección del medio ambiente y la utilización de la región para fines pacíficos.
En ese contexto, los diputados chilenos y argentinos dijeron en la declaración que "apoyan las acciones que impulsen sus gobiernos para reservar sus derechos sobre la plataforma continental antártica y se comprometen a continuar impulsando el uso pacífico del continente antártico, así como los estudios y la cooperación para el desarrollo de la investigación científica y la defensa de su medio ambiente".

viernes, marzo 06, 2009

Historias contadas por sus protagonistas

Antártida: una escuela de vida
por Marnie Chesterton y Patricia Karpovich
27-02-2009
Publicado en Radio Nederland

La Antártida es un sitio que encierra muchos misterios y un sinfín de peligros. Investigadores de todo el mundo buscan desde hace tiempo desvelar los secretos encerrados en sus entrañas congeladas. La exploración de su vasta diversidad es el principal desafío de los científicos. Los descubrimientos, avances y también los fracasos son difundidos por los más prestigiosos medios de comunicación. Sin embargo, hay un aspecto poco conocido: las relaciones humanas en el continente blanco.
El Año Polar Internacional se desarrolla desde mayo del 2007 hasta marzo del 2009. En ese marco se viene estimulando la divulgación de las labores que realizan, en diversas disciplinas, los científicos de más de 60 países.
Además, la Antártida constituye un laboratorio -único en su tipo- para el estudio del cambio climático, sobre todo en las capas polares y la banquisa de la península antártica, y el consecuente aumento del nivel de los mares.
Con temperaturas que, en ocasiones, son inferiores a los 80° bajo cero, y con vientos que muchas veces sobrepasan los 200 km por hora, los expertos asumen el desafío de descifrar y sacar a la luz los aspectos arcanos que encierra el continente blanco. Sin embargo, hay un tema del que mucho no se habla: la convivencia humana de estos hombres y mujeres destacados en las bases antárticas.

Pasatiempos
Birgit Obermüller es bióloga marina. Actualmente realiza estudios con el equipo del British Antarctic Survey en la base de investigación científica de Rothera, Antártida. Este centro está aislado de todo. En el verano cuenta con más personal y con la visita ocasional de algún que otro ingeniero o piloto de avión de carga. Sin embargo, en los oscuros e inhóspitos meses de invierno sólo permanecen unos pocos investigadores en la base. Birgit, integrante del equipo de buceo marino, investiga la microflora bajo el hielo. Desde Rothera, y a través de un teléfono satelital, Birgit Obermüller cuenta a Radio Nederland Wereldomroep cómo se vive en uno de los lugares más recónditos del planeta. ¿Cuál es su pasatiempo favorito? ¿Ayudan los juegos de mesa como las damas, el ajedrez o el monopolio para vencer la soledad?:
"En honor a la verdad, creo que jugué sólo una vez al monopolio. Lo bueno de estar aquí es que tenemos una gran zona de recreación en la que se puede esquiar, hacer snowboard, escalar o salir con los botes. Sería muy simple encerrarte en tu propia habitación y refugiarte en la computadora y no salir hasta que vuelva a salir el sol."
La mentalidad y la actitud desempeñan un papel protagónico. De todas formas, ello no es óbice para que a veces el ánimo decaiga como la propia Birgit admite:
"Claro que sí, por supuesto que a veces se atraviesa por momentos en los que se llega a decir: Dios mío, cómo me gustaría irme de aquí y ver a mi familia por unas semanas. Pero eso se supera. Afortunadamente hay un equipo de personas que te ayuda a salir de esa situación y te levanta el ánimo."
Códigos de comportamientoDurante el invierno el equipo se reduce al mínimo: 18 hombres y 4 mujeres. No hay nuevos rostros, no hay posibilidad alguna de abandonar la estación durante la constante noche antártica. Esa situación obliga a manejar otros códigos y modificar el comportamiento. Birgit lo aclara:
"Lo importante aquí es no permitir que una discusión acabe en un conflicto, las cosas hay que tratar de resolverlas lo más pronto posible porque estamos aislados, dependemos unos de otros. Necesitamos llevarnos bien entre nosotros. Desde ya que hay situaciones que te molestan o irritan, pero aprendes a aceptar las cosas tal como son, a ser más tolerante y a ayudar a los demás como si no pasara nada."
La presencia, relativamente reciente, de mujeres en la base ha ejercido una beneficiosa influencia en el comportamiento del grupo. Al respecto Birgit confirma:
"Es bueno que haya mujeres en la base, porque levanta la moral. Ha mejorado mucho la forma de tratarnos unos a otros. A pesar de que algunos tradicionalistas, invernando con nosotros, aseguraban que no se debía permitir la permanencia de mujeres en la Antártida, ahora han cambiado de opinión porque todo el mundo está contento de que haya mujeres en la base. Por supuesto, que si les preguntas a los varones te responderán que podría haber unas cuantas más, pero ¡¿Qué puedo hacer yo al respecto?!"(risas)
En este lugar inhóspito y remoto no faltan las risas. La Dra. Birgit Obermüller volverá en abril de 2009 a su mundo europeo luego de haber pasado dos años en Antártida y de haber vivido una de las experiencias más duras y a la vez más gratificantes de su existencia

La Toyota Hilux en la Antártida

Toyota Hilux también conquistó el Polo Sur
La todoterreno de la marca japonesa logró otra conquista polar e igualó lo realizado en 2007 cuando llegó al Polo Norte magnético
Publicado en observa.com.uy

La Toyota Hilux logró superar otra prueba en su búsqueda por demostrar su versatilidad a la hora de adaptarse a distintos caminos y confirmar que se trata de una todoterreno. Luego de que en 2007 el modelo de la firma japonesa lograra llegar al Polo Norte magnético, como parte del programa televisivo inglés Top Gear, en este 2009 la marca llegó al Polo Sur tras completar un viaje a través de la Antártida.
La expedición también demostró que Hilux tiene ventajas sobre los snowcats (vehículos utilizados para el traslado en la nieve). Ésta puede viajar mucho más rápido, utilizando mucho menos combustible y llevar a más cantidad de pasajeros con mayor comodidad.
Las camionetas fueran adaptadas para la ocasión, con ruedas de un mayor tamaño a las de los modelos Hilux que se pueden apreciar en las calles y rutas de Uruguay. Además –según señala el portal de la marca nipona-, gracias a la calidad de la Toyota 3.0, motor D-4D, las emisiones de CO2 son sensiblemente inferiores.
En la Antártida, el modelo Hilux fue solicitado como vehículo de apoyo para la Amundsen Omega3, una carrera de 760 kilómetros donde la Hilux Doble Cabina estuvo preparada para las condiciones más extremas.
Con un diseño de remolque, la Hilux tuvo que hacer frente a cargas de hasta 2,5 toneladas -1,5 toneladas más de su capacidad especificada-, y fueron también equipadas con un sistema para derretir la nieve cuando la camioneta está en movimiento, usando el calor del motor.
De esta forma las cuatro Hilux que participaron en la expedición han cubierto más de 3200 kilómetros en un terreno congelado a temperaturas tan bajas como -30°C.
El portal de Toyota señala que la camioneta ya ha demostrado su valor como un referente en la elección de los científicos y está en proceso de revisión como la solución para las futuras necesidades de transporte en la zona, lo que demuestra más allá de toda duda, su capacidad para hacer frente a las más extremas condiciones climáticas.
Por más información dirigirse al sitio: http://www.arctictrucks.com/