miércoles, febrero 09, 2005

españoles estudian calzado para el frio

Publicado en: http://servicios.elcorreodigital.com/
feb 05

Antártida. Año 2005. Un grupo de científicos españoles investiga sobre la actividad volcánica en una base instalada en un paraje perdido y con un nombre, a priori, poco esperanzador: la isla Decepción. Según la leyenda allí permanecían escondidos los tesoros de un legendario pirata. Navegantes, buscadores y balleneros se adentraron en las costas con el propósito de encontrar su fortuna, pero ésta nunca apareció. Pero la verdadera riqueza de esta isla se encuentra en su propio territorio que surgió tras una fuerte erupción. Por eso se ha convertido en un campo de ensayo perfecto para investigar y conocer más detalles sobre el misterio que envuelve a este fenómeno natural. Allí se encuentra la Base española Gabriel de Castilla. Rodeados de hielo, pingüinos y ballenas, los científicos y militares desarrollan su labor en condiciones adversas. Pero una empresa riojana ha contribuido a mejorar la estancia de sus ocupantes. Se trata de la firma Chiruca que fabrica Calzados FAL. Está colaborando en la misión y al mismo tiempo desarrollando su propia investigación. «Cuando tienes frío en el cuerpo te puedes poner más ropa encima y lo solucionas. Pero en el caso del calzado, sino es bueno, no hay forma de solucionarlo», justifica Manuel Abad, uno de sus impulsores.

Modelo SHERPA

En misiones como éstas hace falta un material que resista todo tipo de condiciones y adversidades. Es el caso del modelo SHERPA. «Allí necesitan sobre todo modelos que resistan tanto las bajas temperaturas como el riesgo de oxidación. Nuestro producto es idóneo porque está preparado para resistir hasta cuarenta grados bajo cero», añade Abad. Teniendo en cuenta que en el 'sexto continente' se pueden alcanzar hasta noventa grados bajo cero, parece que la elección está más que justificada.

En la empresa arnedana tienen muy claro que hay que apostar por la investigación, el desarrollo y la innovación. «Toda la vida se ha hablado del confort en el calzado, pero ahora ya no se trata sólo de que sea cómodo y siente bien, sino que buscamos también el confort térmico. Si tu bota no transpira y cala al contacto con el agua, la sensación de frío es terrible», explica el empresario.

Además de mejorar la estancia de los miembros de la misión, los responsables de la empresa también realizan sus propios experimentos. En el Instituto Tecnológico del Calzado INESCOP -al que pertenecen- han incorporado a las botas unos sensores que permiten medir la presión, la humedad y la temperatura. «Los datos que recibamos permitirán a nuestro departamento de I+D+I avanzar en nuevos proyectos. Lo cierto es que somos punteros en el sector porque apostamos muy fuerte por adaptarnos a las nuevas exigencias. Para ello hemos hecho otras pruebas similares en desiertos o a alturas muy elevadas».

Los datos se remitirán al INESCOP y éste a su vez, a Calzados FAL. En función al resultado se pondrán a trabajar para intentar adaptar al mercado el nuevo producto. «Los resultados que se obtengan en estas condiciones extremas se pueden extrapolar a otras actividades. Ahora mismo tenemos ya modelos que resisten hasta cinco mil metros de altura. Y no nos paramos ahí», concluye.

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