lunes, febrero 14, 2005

Calentamiento global

Publicado en http://elpanamaamerica.terra.com.pa/
13 feb 05
Charles J. Hanley

AGENCIAS DE NOTICIAS

LOS CIENTÍFICOS que estudian lo que sucede allende el extremo austral de América del Sur, más allá de aguas grises como el acero y hacia la helada Antártida, sólo encuentran interrogantes sobre el destino del planeta.

Ahora que un gigantesco manto de hielo se ha precipitado al océano, ¿cuándo se desmoronará y deslizará hacia las aguas cálidas otro más grande? ¿En 1,000 años? ¿En 100 años? ¿Antes? ¿Nunca?

Nadie tiene todavía la respuesta a esta pregunta: ¿cuál es la probabilidad de que se produzca ese colapso, si es que se produce?, expresó el científico Gino Casassa. Pero existen ciertos indicios de inestabilidad, precisó.

Casassa y otros investigadores chilenos que acaban de regresar de la Antártida trajeron algunas noticias inquietantes.

En un viaje de ida y vuelta al polo sur en un tractor de nieve, que se prolongó dos meses, descubrieron con su radar que el manto de hielo de la región occidental de la Antártida podría ser más espeso de lo que se pensaba, y que en algunas partes tendría varios metros más de espesor.

Los glaciólogos como Casassa temen que si esa enorme capa se derrite paulatinamente provoque un aumento en el nivel de los océanos de todo el mundo en unos 4.5 metros.

Eso sería una catástrofe en cámara lenta para las costas de todo el mundo. Y si bien no causaría tantas muertes inmediatas como un maremoto, sería más universal y permanente.

Mientras más profunda sea la capa de hielo del oeste de la Antártida, mayor será el impacto potencial para el nivel del mar, indicó Casassa, aunque advirtió que la información necesita un análisis más exhaustivo.

Semejantes interrogantes sobre el continente blanco y el calentamiento global, y el impacto que uno ejercerá sobre el otro, están consumiendo cada vez más recursos científicos, mientras cientos de investigadores se trasladan hacia el sur durante el verano para indagar, medir y observar en el mismo terreno.

EXPERTOS OPINAN
Científicos de EU y Pedro Skvarca, un veterano científico habían informado anteriormente que desde que el Larsen B se desintegró, otros témpanos que venían detrás aceleraron su propio derretimiento a un ritmo ocho veces más rápido que antes.

Actualmente los científicos observan con preocupación el témpano Larsen C. Al igual que el Larsen B antes de desintegrarse, el "Larsen C también parece estar perdiendo grosor", expresó Robert Thomas, investigador de la NASA.

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