Neumayer III: luz científica en noche antártica
publicado en dw-world.de
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20.02.2009
La estación científica alemana en la Antártica, la Neumayer III, se inaugura. Sus científicos levantan datos, miden gases de efecto invernadero, observan ballenas.. Todo el año, también durante el invierno polar.
La Neumayer III representa para los investigadores que la habitan un lujo inusitado. La vida de topos que tenían en la tubular Neumayer II llega a su fin. Durante los últimos 15 años, la Neumayer II fue hundiéndose paulatinamente en el hielo y la nieve; a 12 metros bajo la superficie se encuentra ahora y el que llegue a ser aplastada como una lata de refresco por las enormes masas gélidas es sólo una cuestión de tiempo. De su original forma elíptica, nada queda; los tubos están achatados y doblados como bananas.
Que la Neumayer II acabe como aplastada como una lata bajo la nieve es cuestión de tiempo. Se supone que la Neumayer III hará frente a las masas de hielo sobre y no, como su antecesora, bajo la superficie. Por un lado es más agradable para el personal, que verá al fin la luz del día; por otro, el contrato prevé que todo lo que sea llevado a este frágil ecosistema tendrá que ser retirado. Nada puede quedar ahí, ni basura, ni aparatos, tampoco piezas. Para lograrlo se ha construido con tecnología nueva: la estación, que pesa unas 2300 toneladas, está colocada sobre 16 grandes pilares, que pueden ser elevados hidráulicamente.
Saad el Naggar, físico del Instituto Alfred Wegener para Investigación Polar y Marína en Bremerhaven cuenta que “lo especial de esta estación es que crece con la nieve. Podemos elevarlo un metro por año”.
Más cara, más cómoda
Saad el Naggar -uno de los padres de Neumayer III y encargado de acompañar el proceso de construcción- explica que la esperanza la nueva estación resistirá entre 25 y 30 años; el límite de la anterior eran 15. “Aunque la nueva ha costado el doble que la tubular anterior, ahora contamos con el doble de superficie aprovechable”, comenta.
Construcción de Neumayer III
15 dormitorios hay en la estación, doce laboratorios, oficinas y espacio destinado para la vida personal de los científicos. Cuentan con bibliotecas, un cine, un bar, un gimnasio y una sauna. Se trata de que aguanten el invierno, y este término significa ahí -en el Ekstrom Ice Shelf donde está emplazada- una oscuridad permanente, temperaturas de hasta -50 grados centígrados y tormentas.
Andreas Nitschke, ingeniero que planificó la estación, explica: “En la Neumayer III se ha considerado todo eso, porque en invierno no se puede abandonar la estación. Afuera está oscuro, es noche antártica, la velocidad del viento es tan alta y las temperaturas son tan bajas que uno sólo puede salir un instante. Por eso hay que tener ocupaciones, pues en ese tiempo también el trabajo científico disminuye”.
Entre 9 y 11 científicos pasan el invierno en la estación, en el verano llegan a ser 60. Neumayer III está compuesta por muchos contenedores individuales que llegaron –completamente equipados- por barco desde Ciudad del Cabo. Alrededor de ellos, una pared metálica de 120 mm pintada de rojo, azul y blanco, los cubre y protege.
En lo científico se continuará lo que se ha hecho hasta ahora: los investigadores recogerán datos meteorológicos y climáticos, mediarán campos magnéticos terráqueos, monitorearán la concentración de emisiones relevantes para el clima y observarán asistidos por tecnología submarina a la fauna polar también durante la profunda noche antártica.
La estación científica alemana en la Antártica, la Neumayer III, se inaugura. Sus científicos levantan datos, miden gases de efecto invernadero, observan ballenas.. Todo el año, también durante el invierno polar.
La Neumayer III representa para los investigadores que la habitan un lujo inusitado. La vida de topos que tenían en la tubular Neumayer II llega a su fin. Durante los últimos 15 años, la Neumayer II fue hundiéndose paulatinamente en el hielo y la nieve; a 12 metros bajo la superficie se encuentra ahora y el que llegue a ser aplastada como una lata de refresco por las enormes masas gélidas es sólo una cuestión de tiempo. De su original forma elíptica, nada queda; los tubos están achatados y doblados como bananas.
Que la Neumayer II acabe como aplastada como una lata bajo la nieve es cuestión de tiempo. Se supone que la Neumayer III hará frente a las masas de hielo sobre y no, como su antecesora, bajo la superficie. Por un lado es más agradable para el personal, que verá al fin la luz del día; por otro, el contrato prevé que todo lo que sea llevado a este frágil ecosistema tendrá que ser retirado. Nada puede quedar ahí, ni basura, ni aparatos, tampoco piezas. Para lograrlo se ha construido con tecnología nueva: la estación, que pesa unas 2300 toneladas, está colocada sobre 16 grandes pilares, que pueden ser elevados hidráulicamente.
Saad el Naggar, físico del Instituto Alfred Wegener para Investigación Polar y Marína en Bremerhaven cuenta que “lo especial de esta estación es que crece con la nieve. Podemos elevarlo un metro por año”.
Más cara, más cómoda
Saad el Naggar -uno de los padres de Neumayer III y encargado de acompañar el proceso de construcción- explica que la esperanza la nueva estación resistirá entre 25 y 30 años; el límite de la anterior eran 15. “Aunque la nueva ha costado el doble que la tubular anterior, ahora contamos con el doble de superficie aprovechable”, comenta.
Construcción de Neumayer III
15 dormitorios hay en la estación, doce laboratorios, oficinas y espacio destinado para la vida personal de los científicos. Cuentan con bibliotecas, un cine, un bar, un gimnasio y una sauna. Se trata de que aguanten el invierno, y este término significa ahí -en el Ekstrom Ice Shelf donde está emplazada- una oscuridad permanente, temperaturas de hasta -50 grados centígrados y tormentas.
Andreas Nitschke, ingeniero que planificó la estación, explica: “En la Neumayer III se ha considerado todo eso, porque en invierno no se puede abandonar la estación. Afuera está oscuro, es noche antártica, la velocidad del viento es tan alta y las temperaturas son tan bajas que uno sólo puede salir un instante. Por eso hay que tener ocupaciones, pues en ese tiempo también el trabajo científico disminuye”.
Entre 9 y 11 científicos pasan el invierno en la estación, en el verano llegan a ser 60. Neumayer III está compuesta por muchos contenedores individuales que llegaron –completamente equipados- por barco desde Ciudad del Cabo. Alrededor de ellos, una pared metálica de 120 mm pintada de rojo, azul y blanco, los cubre y protege.
En lo científico se continuará lo que se ha hecho hasta ahora: los investigadores recogerán datos meteorológicos y climáticos, mediarán campos magnéticos terráqueos, monitorearán la concentración de emisiones relevantes para el clima y observarán asistidos por tecnología submarina a la fauna polar también durante la profunda noche antártica.
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Post 2007 de Antárticos: La Base NeumayerDescripción del AWI, de toda la estación Neumayer III
Germany’s Antarctic Neumayer Station III starts scientific operation. IPY official infoWeb Cam Neumayer III
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