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RTVE.ES / REUTERS MADRID / OSLO 12.09.2008
La cantidad de hielo que rodea a la Antártida ha crecido en los últimos años en lo que los expertos consideran un posible efecto colateral del cambio climático. Por el contrario, el Ártico sigue perdidendo superficie helada a un ritmo alarmante.
En pleno invierno del hemisferio sur, cuando los pingüinos emperador se amontonan para hacer frente a las bajísimas temperaturas del polo, la masa helada de la Antártida no para de crecer, de forma lenta pero constante, desde la década de los 70. Según los expertos, las causas podrían derivarse del cambio climático y sus repercusiones en los vientos, las corrientes marinas o las nevadas.
Desde finales de los 70, "la superficie de hielo en la Antártica ha aumentado durante el invierno a un ritmo de un 0,6% por década" enrte entre 1979 y 2006, explica Donald Cavalieri, científico de Centro Espacial Goddard de la NASA.
Sus 19 millones de metros cuadrados casi alcanzan el récord de la década de los 70, en que se alcanzó una superficie de 20 millones de metros cuadrados. También ha aumentado el promedio de la extensión de hielo durante todo el año.
El Ártico, en peligro
Mientras esto sucede, en el otro extremo del planeta la superficie de hielo del Ártico está a punto de alcanzar el nivel más bajo de su historia. La situación es tan grave que amenaza la supervivencia de especies locales como los osos polares.
Algunos escépticos, utilizan estas divergencias entre los polos para denunciar que la preocupación por el cambio climático es exagerada. Sin embargo, los científicos aseguran que hay una explicación lógica:
"Lo que está pasando no es inesperado. Ya se ha había predicho hace mucho que el Ártico se calentaría más rápido que la Antártida", señala Ted Maksym, un especialista en hielo marino del Estudio Británico para la Antártida.
El Panel contra el Cambio Climático de la ONU asegura que el 90% de la población está avivando el cambio climático, sobre todo, con el uso de los combustibles fósiles. Pero advierte de que cada región reaccionará de forma diferente.
La diferencia es que el hielo del Ártico flota sobre un océano caldeado por corrientes cambiantes y vientos del sur. Por el contrario, Antártica es un continente aislado y mayor que Estados Unidos, con su propio clima helado.
Un continente aislado
"La temperatura del aire en la Antártica se ha incrementado muy poco en contraste con la del Ártico", confirma Ola Johannessen, director de un centro de investigación noruego. "La razón es que tiene un océano inmenso que rodea la tierra helada", añade.
Donald Cavalieri asegura que algunas aplicaciones informáticas indican que un posible descenso en la temperatura del océano que rodea la Antártida podría haber contribuido a que creciera la masa de hielo.
Otra teoría apunta a que "el aire más cálido absorbe más humedad y eso se traduce en más nieve y lluvia", asegura Cavalieri. "Eso significa más agua dulce en la superficie del océano que rodea a la Antártida y el agua dulce se congela a mayor temperatura que la salada, explica.
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