viernes, setiembre 26, 2008

Armada de Chile aumentará control a cruceros antárticos

Publicado en http://www.maritimoportuario.cl
Fuente: www.diario.elmercurio.com , 25 de septiembre de 2008.

La Armada chilena intensificará el control de la navegación en las aguas antárticas ante el comienzo de la temporada de cruceros, que parte en noviembre, y que registrará un aumento de 10% en los viajes al continente blanco.
La International Association of Antarctica Tour Operators (IAATO) estimó que entre noviembre y febrero llegarán a la zona 35 mil turistas, contra los 32 mil contabilizados en el periodo anterior.
Informes permanentes sobre la posición geográfica en que navegan los buques y la experiencia de sus tripulaciones en la navegación en mares con hielos serán las medidas que exigirá la autoridad marítima chilena a las naves turísticas que se internan en aguas antárticas, especialmente en la zona donde nuestro país debe prestar auxilio en caso de emergencias.
También se recomendará el uso de posicionadores satelitales, aunque la Armada no puede hacer extensiva la obligación a las naves turísticas. Una normativa que hará exigible el posicionador será planteada en la próxima reunión consultiva del Tratado Antártico, en 2009, en Estados Unidos.
La última temporada, 32.198 turistas desembarcaron en la Antártica, a bordo de 45 naves turísticas, las que tienen sus puntos de partida desde Usuahia (Argentina) y Punta Arenas. Por ello, la Armada establecerá un riguroso control a las naves que zarpan desde Punta Arenas para evitar accidentes.
Los operadores no olvidan el hundimiento del crucero Explorer, el 23 de noviembre de 2007, tras chocar con un iceberg. Un total de 154 personas viajaban a bordo, las que lograron ser rescatadas por la Armada.
En tanto, 210 mil litros de combustible se derramaron en el mar.
Y aunque los especialistas sostienen que no hubo daño mayor al medio ambiente, la mancha de hidrocarburo cubrió 848 mil metros cuadrados en 2,5 millas náuticas de extensión por una milla de ancho.
El buque yace en el estrecho de Bransfield, a 1.300 metros de profundidad, y entre las causas del accidente está la escasa experiencia de la tripulación del Explorer para navegar por los mares antárticos.

Impacto ambiental
"La sacamos barata", dice Verónica Vallejos, jefa de Investigación y Medio Ambiente del Instituto Antártico Chileno (Inach), que evaluó en el lugar el impacto inmediato de la catástrofe generada por el hundimiento del crucero Explorer, y donde la abundante fauna no sufrió sus efectos.
Las condiciones climáticas y el uso de métodos mecánicos para dispersar el combustible, en vez de utilizar químicos para controlar el derrame, contribuyeron a su rápida mitigación.

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