viernes, setiembre 28, 2007

Sobreviviendo al frío

Publicado en www.elmundo.es
28set07
por RAFAEL BARQUÍN
MADRID.- Pocos entornos tan hostiles como la Antártida. La vida bajo las condiciones extremas del continente parece poco menos que imposible. En particular porque nada puede crecer con el único soporte del hielo. De ahí que la poquísima superficie no cubierta, un 0,3% del continente, sea un limitado refugio para la superficie de la vida.
Sin embargo, los registros climáticos demuestran que hubo épocas en las que hizo mucho más frío, hasta el punto de que no hubo ni un sólo palmo de terreno libre de los hielos perpetuos. En tal caso, habría habido períodos de extinción total de la vida en el continente; y, por tanto, recurrentes colonizaciones en las épocas más cálidas.
Pero quizás las cosas no fueran así. Un reciente estado de la cuestión publicado por la revista 'Science' recopila los indicios de que, de algún modo, la vida sobreviviera en tan inhóspito lugar, y en tan adversas condiciones. En primer lugar, se reconoce que una parte de la actual biota antártica no puede explicarse fácilmente suponiendo colonizaciones de otros continentes. Hay estudios biológicos que indican que hubo una larga, continua y aislada historia en la vida del continente.
Pero, además, recientes estudios moleculares proporcionan evidencias de la persistencia de varias especies a lo largo de millones de años; algunas, incluso retrotrayéndose a la época de Gondwana (el continente único del que se desgajaron los demás). Por ejemplo, hay especies 'cercanas' en la Antártida y Escocia, lo que se explicaría mejor suponiendo que las dos se retrotraen a esa edad geológica; y suponiendo también que en todo momento se mantuvo la vida en los dos lugares. Según el artículo, "el reexamen de la bibliografía existente proporciona evidencias sólidas que apoyan el antiguo origen de la biota antártica en la mayor parte del continente".

Más Allá del Sur, entrevista al Dr. Rudy Del Valle del Instituto Antártico Argentino

gacetilla de "Más allá del sur..."
un espacio antártico para todo el país

El sábado 29 de septiembre 2007, estableceremos enlace telefónico –a través de la Base Marambio- con el científico argentino Rudy Del Valle del Instituto Antártico Argentino – Dpto. Ciencias de la Tierra, quien se encuentra en el Refugio “Remota” (antiguo radio-faro fuera de servicio en la costa de la isla) junto a cuatro hombres llevando adelante el Proyecto Hidratos de Metano.
Durante el invierno perforan la capa congelada de hielo marino extrayendo muestras, y en el verano las toman navegando en botes de goma.
El Proyecto incluye investigaciones sobre la magnitud de estos escapes naturales de metano desde el fondo del Mar de Weddell y el impacto en la atmósfera de este gas efecto invernadero.
Estos cinco argentinos –tres del IAA y dos del EA- construyen actualmente un nuevo Refugio adecuado y definitivo para dar continuidad a este Proyecto, que contará con participación de la Universidad de San Pablo – Brasil a través de un convenio por Acuerdo Bilateral.
El Dr. Rudy Del Valle trabaja desde hace 35 años en el Instituto Antártico realizando campañas científicas de estas características en el terreno.
Tendremos además –como todos los sábados- la participación de un músico/ intérprete invitado que dedicará un tema a la gente que se encuentra en el Continente Blanco y a todos los pioneros del Instituto Antártico Argentino.

Sábado 29 de septiembre 23:30hs
- Radio Nacional am 870-
en vivo a todo el paìs y al exterior tomando señal por internet:
<< www.radionacional.gov.ar >>

MÁS ALLÁ DEL SUR - RADIO NACIONAL AM 870
sábados 23:30 hs

CONDUCE SUSANA RIGOZ
PABLO CROCCHI Y MARIZA MUÑOZ EN PRODUCCIÒN

nuestro mail: masalladelsur@yahoo.com.ar

jueves, setiembre 27, 2007

Entrevista de Litoral.com.ar al Dr. Pablo Canziani

Entrevista con el Dr. Pablo Canziani
El cambio climático y su relación con los polos
Publicado en www.litoral.com.ar

Pablo Canziani es doctor en Ciencias Físicas, graduado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Desde 1995 investiga para el Conicet y la UCA. En esta entrevista nos cuenta sobre sus proyectos de investigación, en el marco del Año Polar Internacional (API) 2007. Destaca la importancia de los polos como fuente principal de reserva de agua dulce y su influencia en el proceso de cambio climático.

-¿Qué desafíos plantea el API a la comunidad científica?
-El objetivo de este año es estudiar el Ártico y la Antártida de manera multidisciplinaria. La idea es crear una base de datos, que hoy no existe, sobre el estado de los polos. Se investigará en la atmósfera, en los océanos, suelos, hielos y personas. Al respecto, las poblaciones existentes en Siberia, en el norte de los países escandinavos (lapones) y en Canadá (esquimales), serán objeto de estudio dado que son altamente vulnerables a los procesos de cambios que se viven en el planeta. La temática espacial también se incluirá: es una de las disciplinas que más se ha desarrollado desde el inicio del Año Geofísico Internacional, en 1957, a partir del cual se avanzó mucho en el conocimiento de la relación del campo magnético terrestre con el campo magnético interespacial, y con el área de comunicaciones. En este sentido, en los años '60 y '70 hubo un gran auge de los estudios de la Ionósfera. Hay proyectos de más de 20 países.

-¿Por qué es importante estudiar los polos?
-En primer lugar, porque allí está la mayor reserva de agua dulce del planeta y, en segundo término, porque el clima y la circulación oceánica están muy influenciados por lo que ocurre en los polos. En el caso de la Argentina, en invierno, la situación climática de parte de su territorio depende de lo que pase en el polo y en los océanos alrededor de éste. Allí se definen la meteorología y el clima, y ahí es donde se generan todos los frentes fríos que llegan hasta Buenos Aires y más al norte.
Por otro lado, el Ártico y el Antártico son los lugares donde en el invierno se pierde buena parte de la radiación de energía térmica hacia el espacio. Son los sumideros de energía solar que la Tierra absorbe en distintos grados y latitudes, y en menor escala hacia los polos, pero cuyo excedente se emite hacia el espacio durante la noche polar. Los cambios en esa pérdida de energía, o los cambios en verano por disminución de los hielos, van a afectar el clima. Entonces, es fundamental entender cómo funciona ese balance de radiación entre lo que emite la Tierra y lo que viene del sol.

-¿Cómo afecta esta situación a los océanos?
-El calentamiento aumenta hacia los polos. El nuevo informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático indica que, para los próximos 100 años, el aumento promedio en los niveles de los océanos será de alrededor de medio metro. Si se derrite el Ártico, por ejemplo, puede haber un incremento de 6 metros. Pero eso, obviamente, va a llevar mucho más tiempo que un siglo.

-¿Y qué papel juega la contaminación?
-La contaminación llega a los polos desde distintos lugares del planeta. Se pueden ver registros de erupciones volcánicas del trópico en la Antártida. Y el comportamiento del agujero de ozono estaría ligado a procesos no sólo en la estratósfera sino climáticos vinculados con el de latitudes medias de ambos polos.

-¿Qué proyectos presentarán ustedes en el marco del API?
-Estamos asociados a un proyecto que dirige Italia y que investiga el problema de las partículas en la atmósfera. Además, trabajamos en un proyecto internacional del Programa de Estudios de Procesos Estratosféricos en el Clima, que depende del Programa Mundial del Clima, encargado de estudiar y modelar la relación de la estratósfera ártica y antártica, la variabilidad y cambio climático.

-¿Cuál es su opinión sobre la difusión de temas científicos en los medios de comunicación?
-Mi experiencia con los medios masivos, en el noventa por ciento de los casos, es buena. El problema surge cuando los medios presentan notas de manera sensacionalista. Creo que está en cada uno de los científicos el explicar bien las cosas.

-¿Hablar de crisis ambiental es una exageración o una toma de conciencia?
-Yo diría que la crisis medioambiental es mucho más severa de lo que la mayoría de la gente cree. Pero "severa" no quiere decir que tengamos que entrar en un estado de desesperación, sino que estamos consumiendo entre tres y cuatro veces los recursos que nos puede dar el planeta. En poco tiempo más, a ese nivel de consumo, el planeta no es viable y vamos a arruinar toda la naturaleza.

Por Gabriela Araujo ("Iciencia"; Nro. 14, Año 5.
Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación).
Seleccionó y adaptó: Lic. Enrique A. Rabe (ÁCS/Conicet Santa Fe).
(C) SECyT - CONICET SANTA FE - EL LITORAL

Opiniones de Pedro Skvarca sobre el aumento de temperatura en la Antártida

Publicado en El Tribuno (Salta, Argentina) - http://www.eltribunosalta.com.ar/

En la reunión de físicos que se realiza en Salta un experto prendió luces de alerta
por Antonio Oieni
27set07

Desde la segunda mitad del siglo XX la temperatura del aire en la Península Antártica aumentó más que en otros lugares del mundo, como consecuencia del cambio climático que muchos aún miran de costado y se empeñan en minimizar, pese a las contundentes evidencias que científicos serios siguen reuniendo en distintos rincones del planeta. Entre estos últimos se cuenta, sin dudas, el jefe de la División de Glaciología del Instituto Antártico Argentino, Pedro Skvarca.
Muchos de los investigadores que asisten en Salta a la 92° Reunión Nacional de Física aseguraron ayer que pocos exploraron el continente blanco como él. Y por ello no se perdieron detalle de la conferencia plenaria que ofreció antes de la mesa redonda sobre cambio climático. En esa ronda Skvarca; Luis Saravia, experto en fuentes de energías renovables de la UNSa, y Rubén Piacentini, investigador del Instituto de Física de Rosario, la UNR y el CONICET, expusieron indicadores, alcances y alternativas frente a la creciente emisión de gases con efecto invernadero y el acelerado calentamiento global.
El debate se prestó para interesantes cruces de opiniones con el auditorio, que abandonó la sala del Teatro del Huerto, luego de más tres horas de exposiciones, envuelto en asombro.
"En el último medio siglo la temperatura del aire en la Península Antártica aumentó más de 2,5 grados centígrados y las últimas dos décadas fueron las más cálidas del siglo en la región", precisó Skvarca, tras advertir que a raíz del calentamiento atmosférico y oceánico -de los cuales el hombre no es para nada ajeno- el hielo antártico retrocede en forma preocupante.
"Los cambios más dramáticos y sin precedentes en los últimos milenios ocurrieron en las dos décadas pasadas por desintegración de las barreras de hielo", recalcó el glaciólogo, quien advirtió que desde 1975 sólo en la Península Antártica se fracturaron, colapsaron y desaparecieron cerca de 19.000 kilómetros cuadrados de barreras de hielo, o sea una colosal mole equivalente a la superficie de la provincia de Tucumán, y cuyos espesores oscilaban entre 200 y 400 metros.
Skvarca reseñó que "el calentamiento atmosférico y el aumento de la temperatura del Mar de Weddel hicieron que en el verano de 1994-1995 se desintegraran 1.600 kilómetros cuadrados de la barrera de hielo denominada Larsen A". En el verano 2001-2002, el científico del Instituto Antártico Argentino vio desaparecer, en cuestión de pocos días, la barrera de hielo conocida como Larsen B, de 3.200 kilómetros cuadrados.
"La evidencia del cambio climático se observa especialmente en los glaciares que terminan en tierra", subrayó Skvarca, quien precisó que los estudios glaciológicos iniciados en la década del ochenta en el sector Noreste de la Península Antártica revelaron un adelgazamiento de los glaciares a razón de 1 metro por año.
"Luego de desaparecer las barreras de hielo conocidas como Larsen A y Larsen B, sus glaciares tributarios aumentaron hasta 8 veces su velocidad, adelgazaron significativamente, retrocedieron detrás de su línea de apoyo y comenzaron a aportar al aumento global del nivel del mar", puntualizó el experto del IAA, quien señaló que los glaciares que quedaron sin barreras de hielo contenedoras en el sector Larsen comenzaron a ceder al océano desde 2002-2003 unos 27 kilómetros cúbicos anuales de agua dulce.
Skvarca, quien lleva 34 años de investigaciones glaciológicas en el continente blanco -la mayor reserva mundial de agua dulce- advirtió que en poco tiempo pueden producirse cambios aún mayores en la Península Antártica. "Si se mantienen las tasas actuales de calentamiento atmosférico y oceánico, el sector Larsen C podría desaparecer en las próximas décadas", advirtió, con respecto a otra de las barreras de hielo que bordean el 44% del continente antártico y descargan la mayor parte del hielo interior. Skvarca, quien lleva 34 años de estudios en la Antártida, demostró en uno de los informes a la comunidad glaciológica internacional que las barreras de hielo -lejos de los que se pensaba hasta no hace mucho tiempo, actúan como contenedoras de los glaciares y las sabanas de hielo.
En consecuencia, una vez colapsadas las barreras, los glaciares se desestabilizan y comienzan a aportar a la elevación del nivel de las aguas. En tal sentido, Skvarca sostuvo que una remoción de las grandes barreras Ross, Filchner y otras del sector Oeste que presentan hoy evidencias de desestabilización "podría ser catastrófica para la humanidad", ya que su colapso y desintegración haría que el mar se eleve más de un metro.



LA ENTREVISTA/a Pedro Skvarca, científico del Instituto Antártico Argentino.
Publicada en http://www.eltribunosalta.com.ar/

¿Cuán cerca está el mundo de ver desaparecer el bloque de hielo conocido como Larsen C en la Antártida?
De acuerdo con las estimaciones que se manejan hoy, Larsen C podría desaparecer antes de fin de siglo. Ahora si crece la tasa de aumento de la temperatura atmosférica y del agua de los océanos, el tiempo se acortaría en forma significativa. Esperamos ampliar el pronóstico durante el año polar internacional.

¿Qué sucedería concretamente si colapsa la barrera de hielo Larsen C?
Son más de 50.000 kilómetros cuadrados de superficie. Si se desintegra esta barrera de hielo estaremos, con seguridad, ante un escenario incluso más dramático que el que quedó tras el colapso de las barreras Larsen A y Larsen B. Con la pérdida de Larsen C, quedaríamos a las puertas de las grandes barreras de hielo que contienen las gigantescas masas de hielo del interior de la Antártida.

¿Este desastre se haría sentir en la elevación del nivel de las aguas oceánicas?
Desde ya que influiría, porque se trata de un volumen colosal, de muchos cientos de gigatoneladas de agua dulce fundidas en el mar.

¿En que momento se acentuó el retroceso de los hielos antárticos?
Desde 1963 hubo un notorio retroceso que va en incremento, pero lo que más llamó la atención de la comunidad glaciológica internacional fue el colapso de los grandes sectores de barrera de hielo denominados Larsen 1 y Larsen 2. El primero se desintegró en el verano de 1994-1995 y el segundo, siete años mas tarde, en apenas cinco semanas.

¿Sucedió algo parecido en algún otro momento de la historia?
No ocurrió nada igual al menos en los últimos 10.000 años, de acuerdo con los datos preliminares que tenemos por los análisis realizados en sedimentos del fondo marítimo. Estos fueron extraídos frente al sector de Larsen.
Ante el peso de las evidencias, no parece caber duda acerca de la responsabilidad del hombre en el calentamiento global y los desastres aparejados...
Creo que son bastantes contundentes las evidencias que hemos presentado en Salta en cuanto a la influencia del hombre, al menos desde 1750, con la era industrial. Los glaciares son excelentes indicadores del cambio climático y a través de ellos vemos que el calentamiento global se aceleró en la segunda mitad del siglo XX. En los últimos 30 años se han desintegrado casi 20.000 kilómetros cuadrados de barreras de hielo, coincidentemente con los registros de temperaturas más altas que existen en la península antártica. La temperatura media anual allí aumentó más de 2,5 grados centígrados en 50 años. Es una tasa muy superior a la del resto del mundo.

¿La situación que se presenta en la Península Antártica, se repite en otros sectores del continente blanco?
La zona Oeste del continente antártico también se muestra en desequilibrio. Hasta aquí incidió en una elevación del nivel del mar a razón de 2 milímetros por año, pero de colapsar ese sector de la sabana de hielo, podría elevar el nivel de las aguas oceánicas en en 1,3 metros. Las consecuencias serían, si duda, catastróficas para la humanidad.

¿Qué volumen de hielo tiene toda la Antártida?
El volumen de hielo almacenado en la Antártida, según valores actualizados, es hoy del orden de los 25 millones de kilómetros cúbicos.

¿Qué pasaría si todo ese hielo se derritiese en el océano?
Mejor ni lo piense. Si todo ese hielo cediese, elevaría el nivel del mar en unos 54 metros.

¿En el Artico los hielos retroceden en la misma medida que en la Antártida?
En el Artico todos los glaciares están retrocediendo, aunque allí tenemos hielo marino, formado por congelamiento de agua del mar, y de tan sólo un par de metros de espesor. La retracción de los glaciares en el Artico sí interfiere bastante en el balance energético para la vida en el mar.

¿Ocurre algo similar con los glaciares de la cordillera de los Andes?
Salvo algunas excepciones, como la del Perito Moreno, que por suerte se ha mantenido en equilibrio en los últimos 80 años, la gran mayoría de los glaciares del campo de hielo Patagónico Sur experimenta un intenso retroceso. Los últimos cinco años la situación se agravó tres veces en relación con el período de 1970 a 2000. Allí, lamentablemente, estamos perdiendo más 40 kilómetros cúbicos por año de hielo.


Fuente: Entrevista a Pedro Skvarca
El Tribuno (Salta, Argentina)
http://www.eltribunosalta.com.ar/

martes, setiembre 25, 2007

Pelea por el Ártico alerta sobre la Antártida

Publicado en http://www.impulsobaires.com.ar/
25set07
La Plata - El continente blanco en alarma. Al extenderse el altercado entre países con frontera sobre el Artico que piden por su soberanía. La cuestión es si este proceso desatado allí puede darse en el futuro en la Antártida, donde la Argentina reivindica históricos derechos de soberanía territorial. Aunque son discutidos por su internacionalización.

El alto precio de las materias primas ha revalorizado la importancia del territorio de los países, lo que parecía haber perdido significación en los años noventa, cuando se pensaba que el conocimiento era la clave del valor. En particular, el aumento de los precios de la energía ha llevado a dar valor territorios antes olvidados. El caso más relevante es el del Artico, donde podría encontrarse la cuarta reserva energética del mundo. El 1 de agosto, el jefe de la expedición rusa al Polo Norte, Artur Chilingarov, dijo públicamente que el Artico forma parte del territorio ruso, y sostuvo que «nuestro objetivo es recordar al mundo que somos una gran potencia polar, científica e investigadora». Lo dijo tras bajar a 4.261 metros, hasta el fondo del océano y plantar en él la bandera rusa, en una misión en la que participaron dos minisubmarinos, agregando que «tocar el fondo del mar a esa profundidad ha sido como pisar por primera vez la Luna». Su país reclama en las Naciones Unidas una extensión del subsuelo del océano Artico desde 2001, argumentando que la cordillera Lamonosov -extensión comparable a la de Francia, Alemania e Italia juntas- es una prolongación de su plataforma siberiana. Rusia reclama así aproximadamente la mitad del lecho de este océano. El pasado jueves 20 de setiembre, el ministro de ambiente ruso, volvió a reivindicar la soberanía rusa sobre el Artico. La Armada rusa está construyendo cuatro grandes rompehielos, incluyendo en ellos propulsión nuclear.

Rechazos
Los otros siete países con frontera sobre el Artico -EE.UU., Canadá, Noruega, Dinamarca, Suecia, Finlandia e Islandia- han rechazado el reclamo ruso, pendiente de un dictamen de la Comisión Jurídica encargada de velar por el cumplimiento del Tratado que regula la región. Desde el siglo XIX, estos países cuentan con estaciones científicas en la región, pero hasta ahora ninguno había reclamado la soberanía. En cambio, ahora Dinamarca sostiene que la cordillera Lomosonov es continuación de la plataforma de Groenlandia y que, en consecuencia, le pertenece. Canadá, a su vez, anunció la construcción de un puerto de aguas profundas en el extremo norte del país y la inversión de hasta 6.700 millones de dólares en 8 patrulleros con capacidad de rompehielos, proyectando construir en la próxima década una ruta navegable Atlántico-Pacífico a través del Polo Norte. Dicha ruta reduciría en 5.000 millas o en 5 días la navegación entre los dos océanos. Las fuerzas armadas canadienses han realizado ejercicios militares en la zona y han establecido un centro de adiestramiento militar permanente. Este país reclama desde 1973 la soberanía sobre este estrecho entre los dos océanos y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, realizó una visita de tres días al Ártico, como respuesta a la acción de Rusia. Como ha dicho el americano Jeremy Rifkin, «la búsqueda de gas y petróleo en el Artico es posible hoy en razón del cambio climático», ya que el derretimiento del hielo más el incremento de los precios de la energía han tornado viable su explotación. Dice que la paradoja es «que el mismo proceso de quema de combustibles fósiles libera cantidades masivas de dióxido de carbono y provoca un aumento de la temperatura terrestre, la que a su vez derrite el hielo del Ártico, volviendo disponibles más petróleo y gas para la energía». La cuestión es si este proceso que se ha desatado en el Ártico puede darse en el futuro en la Antártida, donde la Argentina reivindica históricos derechos de soberanía territorial, aunque discutidos por su internacionalización. En el caso de la Antártida, está regida por el Tratado Antártico, firmado por 46 países, y que tiene una secretaría permanente establecida en Buenos Aires desde 2004. Cabe señalar que este instrumento tiene fecha de vencimiento, en la cual los países podrían decidir no renovarlo.

Costoso
Para su secretario, Johannes Huber, es poco probable que en la Antártida pueda desatarse una pugna territorial por el valor de la energía. Sus razones son que el Artico no tiene un Tratado de la entidad que rige en la Antártida y argumenta que es mucho más costoso extraer energía a través de una capa de cuatro kilómetros de hielo como existe en la región del Polo Sur. Sin embargo, hasta hace poco tiempo parecía imposible extraer energía en el Artico y ahora lo es, y si la combinación del cambio climático con el aumento de los precios de la energía continúa, podría en algún momento ser rentable lo que ahora no lo es. La denuncia de ecologistas acerca de que el calentamiento está extinguiendo especies antárticas, como salpas y krill, confirma que la posibilidad de explotación económica de la Antártida puede estar empezando a cambiar. Ello lleva a contemplar que la política antártica en el futuro puede ser mucho más relevante de lo que parece hoy habiéndose constatado en la Antártida importantes cantidades de petróleo, gas, carbón, oro, plata, cromo, uranio, cobalto, zinc y manganeso, aunque en condiciones de explotación no económica por el momento. Fue el presidente Roca en 1903, en su segunda presidencia, hace más de un siglo, quien estableció el primer asentamiento permanente de la Argentina en la Antártida, siendo el primero de estas características en el mundo. Desde entonces, la Argentina ha sido uno de los países con mayor presencia en la zona. Pero en los últimos meses, hemos visto señales muy claras de que el país está sufriendo una crisis en su política antártica. El accidente del rompehielos fue seguramente fortuito, pero que privó a las bases antárticas argentinas de su cadena logística. El alquiler de un rompehielos ruso para sustituirlo se sigue demorando. A ello se sumó un incendio en la escuela argentina en la Antártida, donde estudian los niños de las familias que viven en las bases, y un accidente en uno de los aviones que realizan el abastecimiento aéreo. Como los medios de la política antártica son los militares, en parte, la desatención hacia las Fuerzas Armadas está produciendo esta crisis. Quizá sea el momento de reflexionar si la falta de prioridad que hoy el país da a la Antártida, en el futuro no será juzgada severamente, si llegase a suceder con ella lo que hoy está sucediendo con el Ártico y este es el contexto para interpretar el pedido del Reino Unido a la ONU, para extenderse en la plataforma submarina alrededor de las islas Malvinas. Siempre los motivos son económicos y forman parte de los intereses nacionales.



Ver post sobre reclamos del Reino Unido en la Antártida y las reacciones de Argentina y Chile

INACH apoya empresas para negocios antárticos en Punta Arenas

Iniciativa financiada por el Instituto Antártico Chileno y el Servicio de Cooperación Técnica, asesorarán a empresarios de Punta Arenas con el objetivo de lograr mejor capacidad logística para los negocios antárticos.
Fuente: www.inach.cl
Punta Arenas, 21 de septiembre de 2007. El Director Nacional del Instituto Antártico Chileno (INACH), Dr. José Retamales Espinoza, e Iris Vásquez Bahamonde, Directora Regional del Servicio de Cooperación Técnica (SERCOTEC), dieron inicio hoy al proyecto "Centro de Negocios Logísticos Antárticos", que será financiado por ambas instituciones y que tiene la finalidad de desarrollar una plataforma de negocios basados en la logística antártica para las micro y pequeñas empresas (MIPES) de la ciudad de Punta Arenas. Además, la iniciativa buscará cuantificar la demanda de materiales y servicios que los operadores antárticos requieren para sus actividades en el territorio antártico; y determinar el perfil requerido de las MIPES para satisfacer las necesidades de los clientes. El Dr. Retamales dijo que cuando las autoridades pensaron en el traslado del INACH a nuestra región, lo hicieron justamente para potenciar la creación y desarrollo de nuevas oportunidades de negocios para la economía local. "La Antártica genera en negocios un equivalente a más de 1.000 millones de dólares al año, y nosotros tenemos que saber aprovechar esta oportunidad para aportar a la economía regional. Pero para ello tenemos que estar preparados, sobre todo las empresas que deben saber qué servicios necesitan los más de 14 programas científicos que cada año pasan por esta ciudad rumbo al continente helado", enfatizó. "El Centro de Negocios Logísticos Antárticos significa tener personal especializados en el negocio antártico, hablar inglés, interpretar las necesidades de los operadores antárticos, y levantar servicios que tengan un sello de calidad", finalizó Retamales. Por su parte, la Directora Regional de SERCOTEC destacó que "la ciudad de Punta Arenas es considerada como una puerta de entrada a la antártica, por lo que surge la necesidad de garantizar apoyo especializado a las expediciones científicas y otras actividades a dicho continente. Sobre lo mismo, el nicho de mercado detectado en materia de asesoría logística, tanto en productos como en servicios que son usados habitualmente en el continente antártico, presenta una excelente oportunidad no explorada en la actualidad, menos por las PYMES", señaló. En tanto los ejecutores del proyecto, Paul Gnadt y Patricia Garay, resaltaron que esta consultoría tiene planificadas varias actividades de coordinación y cooperación pública privada, entre ellas, un Seminario de Promoción y Difusión del Centro de Negocios Logísticos Antárticos, y talleres dirigidos tanto a entidades públicas como privadas. La finalidad de este seminario, que se espera realizar el próximo mes de octubre, es dar a conocer en qué consiste el negocio logístico antártico, su envergadura e importancia para la Región de Magallanes y Antártica Chilena, además de incentivar a la MIPE para que participen del centro de negocios. Cabe destacar que la ejecutora titular del proyecto, la ingeniera Patricia Vidal, conoce bien el sector económico que se pretende vincular a esta plataforma de negocios antárticos, al ejecutar el año 2005 del proyecto "Catastro y Diagnóstico de la Micro y Pequeña Empresa de la Región de Magallanes y Antártica Chilena", que fue financiado por SERCOTEC.
Departamento de Difusión Instituto Antártico Chileno (INACH) Ministerio de Relaciones Exteriores

sábado, setiembre 22, 2007

Josefina Castellvi, la ciencia de la fiesta

Nota publicada en www.abc.es
22set07
Por ÀLEX GUBERN BARCELONA.
Por fin, un pregón ortodoxo. Después de años de experimentación y cuando no cierta polémica -en 2006 lo fue lingüística, con una Elvira Lindo convertida en involuntario «punching ball» de la intransigencia-, Barcelona pudo por fin inaugurar su fiesta mayor con un pregón, por llamarlo de alguna manera, de corte clásico. Abajo en plaza Sant Jaume, todo se escribió según el guión: alguna protesta aislada, cientos de barceloneses y «guiris» intentando seguir la lectura a través de pantallas y un ambiente de expectación ante los tres días de fiesta que se inauguran.
El pregón lo pronunció la oceanógrafa Josefina Castellví, y contuvo todo lo que se puede esperar de una lectura de estas características: paseo nostálgico por la Barcelona de la infancia, riguroso orden cronológico, una visión siempre amable de la ciudad y un prolijo chapuzón en el campo en el que la pregonera más segura se siente: la ciencias en general, y en su caso concreto, las simas marinas y los hielos antárticos.
Entre la ciencia y la poesía
Alentada por el hecho de que este 2007 es en Barcelona el «año de la ciencia», Castellví vino a realizar una apología del conocimiento científico, una defensa de la investigación en un campo, el de la oceanografía, que todavía conserva el espíritu de la gran aventura, el aroma de los pioneros que forjaron en las expediciones árticas una mitología propia. Una invitación también a la implicación de Barcelona en la aventura del conocimiento: vía 22@, vía superodenador Mare Nostrum, vía sincotrón.., con el aval de una ciudad que entre sus muros tiene instituciones como el Parc de Recerca Biomédica, u hospitales que llevan décadas, cuando no algo más de un siglo, a la cabeza de la investigación médica, como Sant Pau o el Clínic, y más recientemente, Vall d´Hebron o el Mar.
Con sus 72 años, habló Castellví de la casa en la que se formó y creció como científica, el Instituto de las Ciencias del Mar, para luego saltar, en un recorrido que nunca abandonó la traza del descubrimiento y el tono de clase magistral, entre el recuerdo y la poética de lo racional.
Se lanzó Castellví al abismo de la fosa de las Marianas -11.000 metros de profundidad-, para luego escalar hasta las ciclópeas masas antárticas, que acumulan en sus entrañas hielos con más de 20 millones de años de antigüedad, dentro de los cuales, las burbujas de aire atrapadas nos dan información de la génesis de nuestro propio planeta, como si se tratase de un soplo de aire del pasado más remoto. Castellví, al frente de la base Antártica Española, instalada en la Isla Livingstone desde 1988 y a cuyo impulsó contribuyó de manera decisiva, realizó una encendida defensa de la investigación en esos parajes, la única manera de acceder al disco duro de la memoria de los hielos, auténticos fósiles de agua.
Como si embarcase en una más de las 36 campañas oceanográficas que ha protagonizado, Castellví recorrió primero el Eixample de su infancia -en uno de cuyos pisos nació y vive todavía-, recordando como su madre, en una noche de bombardeo durante la Guerra Civil, renunció a ir al refugio, y tomando a la niña en brazos la asomó al balcón para que en su memoria se grabase a fuego el horror de la guerra mientras caían las bombas sobre la ciudad. Paseó luego por la Rambla de las flores hasta llegar a las plazoletas del barrio Gótico, y de allí a la Ribera y Santa Maria del Mar, donde con un salto cronológico se aupó luego a lo más alto del palau Sant Jordi Olímpico y la euforia del 92.
Viaje en el tiempo y en el espacio para concluir con una cita de Ernest Shakletone, el gran héroe de la Antártida: «Las regiones polares dejan una huella en quienes han luchado por ellos, la profundidad de la cual no se explican fácilmente los hombres que no han salido del mundo civilizado». Tras el pregón, y protegiéndose de la ventisca polar que trajo Castellví al Saló de Cent, los barceloneses se asomaron a una ciudad lista para tres días de fiesta mayor: no una odisea antártica, pero casi.