Publicado en www.heraldo.es - EFE.
Washington, 7 abril 2009
Estados Unidos anunció que pretende que se endurezca la regulación sobre el turismo en la Antártida e imponer más restricciones a la llegada de barcos con turistas para proteger de daños medioambientales esa frágil región.
Así lo expresó la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en su discurso de inauguración de la reunión conjunta del Consejo Consultivo del Tratado Antártico y del Consejo Ártico, donde destacó la importancia de fortalecer las regulaciones medioambientales ante el aumento del turismo en la Antártida.
La Antártida, de unos 14 millones de kilómetros cuadrados, es considerado como el mayor y más importante enclave natural del planeta porque cualquier cambio puede afectar al resto de la Tierra, dado que su inmensa masa de hielo desempeña una función crucial en la regulación general del clima.
Clinton anunció que su país ha presentado una resolución en este sentido porque "EE. UU. está preocupado por la seguridad de los turistas y por la idoneidad de los barcos que viajan al sur".
La resolución "impondría límites a la llegada de barcos que transportan muchos turistas", explicó Clinton en la conferencia, que se celebra en Baltimore desde hoy hasta el día 17, que coincide con el 50 aniversario de la firma del Tratado Antártico.
Washington también ha propuesto que se impongan más requisitos para los botes salvavidas de los barcos que viajan a la Antártida para garantizar que los pasajeros estén a salvo hasta que son rescatados en casos de emergencia.
La secretaria de Estado de EE. UU. también pidió a las delegaciones mayor cooperación internacional para prevenir el vertido de productos tóxicos de barcos turísticos.
Según estadísticas de la Asociación de Operadores Turísticos de la Antártida, el turismo en esa región ha aumentado de 6.700 personas en la temporada 1992-93 a más de 46.000 en la 2007-2008.
La mayoría de los turistas son de EEUU, casi el 36 por ciento, seguidos del Reino Unido y Alemania.
El Gobierno de EEUU también entregó el viernes al Senado el anexo al Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente del Tratado Antártico sobre la responsabilidad derivada de emergencias medioambientales para que dé su visto bueno al documento y Washington lo pueda ratificar, informó Hillary Clinton.
El anexo sólo entrará en vigor si lo aprueban todos los países del Tratado Antártico, un total de 47, por lo que urgió a "todos a moverse lo más rápido posible".
Además, EE. UU. ha presentado una propuesta para extender las normas sobre contaminación marina para que "reflejen más adecuadamente los límites del ecosistema antártico", resaltó la jefa de la diplomacia.
En cuanto al Ártico, Clinton indicó que se debe "fortalecer la paz y la seguridad y apoyar el desarrollo económico sostenible y proteger el medio ambiente".
Clinton expresó su voluntad y la del presidente estadounidense, Barack Obama, de ratificar la Convención sobre el Derecho del Mar y dar pasos adicionales para proteger el medio ambiente y limitar las emisiones contaminantes.
Ante la reunión del Consejo Ártico en Noruega este mes, la secretaria de Estado ha encargado a su equipo que prepare nuevas iniciativas con el fin de llegar a este foro como un socio "pleno y activo".
martes, abril 07, 2009
lunes, abril 06, 2009
Fractura de la barrera de Wilkins
Las bases más cercanas son San Martín (Argentina) y Rothera (UK)
Ver información actualizada:
http://www.esa.int/esaEO/SEMD07EH1TF_index_0.html
http://www.uni-muenster.de/Physik.GP/Polargeophysik/Wilkins-Schelfeis.html
Extracto de la nota: "Istmo de hielo que sostiene capa en Antártica se quiebra"
04 Apr 2009 21:25 - Por Alister Doyle
OSLO, abr 4 (Reuters) - Un istmo de hielo que ha mantenido en su lugar por cientos de años a una vasta capa gélida en la Antártica se quebró el sábado y podría anunciar un mayor colapso debido al calentamiento global, dijo un prominente científico.
La imagen satelital, tomada por la Agencia Espacial Europea, mostró que una larga franja de hielo de 40 kilómetros, que se cree que mantenía a la capa gélida Wilkins en su lugar, se había quebrado en su parte más estrecha de alrededor de 500 metros frente a la Península Antártica.
"Es increíble cómo el hielo se ha roto. Dos días atrás estaba intacto", dijo a Reuters David Vaughan, un experto en glaciares del operador antártico del Reino Unido Investigación Antártica Británica, al referirse a la imagen satelital de la Plataforma de Hielo Wilkins.
"Hemos esperado ver esto por mucho tiempo", agregó.
La ruptura dejó enormes icebergs planos flotando en el mar donde había estado hasta el viernes el puente de hielo.
"La Isla de Charcot será de verdad una isla por primera vez en la historia", dijo Vaughan.
La pérdida del istmo de hielo, que tenía casi 100 kilómetros de ancho en 1950 y al menos cientos de años de existencia, podría permitir que las corrientes oceánicas separen más a la plataforma de Wilkins.
"Creemos que el calentamiento en la Península Antártica está relacionado con el cambio climático mundial, aunque los vínculos no son completamente evidentes", señaló Vaughan.
Otras nueve plataformas se han hundido o desintegrado alrededor de la Península Antártica en los últimos 50 años, a menudo abruptamente como la barrera de hielo Larsen A en 1995 o Larsen B el 2002 más hacia el norte, achicando los mapas del continente de hielo.
Vaughan aterrizó en el estrecho puente de hielo, que sobresale alrededor de 20 metros sobre el mar, en enero con un grupo de científicos y dos periodistas de Reuters, anunciando que se rompería este año.
(Para ver el reciente blog sobre ambiente de Reuters ir a http://blogs.reuters.com/enviroment ) (Editado en español por Magdalena Morales) - Resumido por Antawa
REUTERS NP MMM
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El descubrimiento de esta falla se atribuye a la Dra. Angelika Humbert del Instituto de Geofísica de la Universidad de Münste y el Dr. Matthias Braun del Centro de Sensores Remotos de la Universidad de Bonn, ambos de Alemania, trabajnado en sus actividades diarias de monitoreo de las masas de hielo mediante el Radar Avanzado de Apertura Sintética del satélite Envisat.
A continuación se puede ver una mapa con la ubicación de las barreras de Wilkins y de Larsen que han sido las más afectadas, durante los últimos años.
buque polar chino en Taiwán
publicado en www.spanish.xinhuanet.com
KAOHSIUNG, 4 abr 09 (Xinhua) -- El barco de exploración antártica de la parte continental de China "Dragón de Nieve", partió hoy sábado desde el puerto de Kaohsiung, situado en el sur de la isla de Taiwan, tras una estancia de tres días en su camino de regreso a casa.
El navío llegó a Kaohsiung el pasado miércoles a invitación del Museo de Biología Marina y Acuática, la Universidad Sun Yat-sen, y la Universidad Cheng Shiu, con el fin de realizar intercambios sobre investigaciones polares.
Más de 2.000 visitantes subieron al explorador, el único rompehielos de la parte continental, y el cual ha llevado a cabo 12 viajes a la Antártida desde 1994.
Los científicos del "Dragón de Nieve" visitaron a su vez el Museo de Biología Marina y Acuática de Taiwan, con sede en la ciudad de Pingtung, para discutir la posibilidad de profundizar la cooperación académica y los intercambios con sus colegas taiwaneses.
El buque, con 140 tripulantes a bordo, incluyendo científicos, técnicos y marineros, salió de Shanghai en octubre del año pasado para una gira de 173 días, la más larga en la historia de las expediciones polares de China, y regresará a esa misma ciudad el 10 de abril.
Los expedicionarios cumplieron con la misión de construir una nueva estación de investigación, "Kunlun", en el domo Argus (Dome A), el casquete glaciar más elevado, con una altura de 4.093 metros sobre el nivel del mar.
Dicha estación fue establecida el 27 de enero de este año, siendo la tercera estación de investigación científica de China en la Antártida, después de las estaciones de Changcheng (Gran Muralla) y Zhongshan que ya poseía.
La estación de Kunlun, también la primera de investigación de China en el interior de la Antártida, cubre una superficie de 558,56 metros cuadrados.
El rompehielos "Dragón de Nieve" partió desde la Estación Zhongshan el 9 de marzo, y luego de reabastecerse de combustible en el puerto australiano de Fremantle, inició el 22 de marzo el viaje directo hacia territorio chino.
Reunión cumbre Artico - antártico en Washington
CUMBRE ARTICO-ANTARTIDA, CON HIELO DE POLOS EN PELIGRO
Washington, 5 de abril 09(Télam) - Los países firmantes del Tratado Antártico y los miembros del Consejo Artico iniciarán mañana una cumbre que los ambientalistas consideran una oportunidad para atraer la atención a uno de los efectos más visibles del calentamiento global.
A la reunión de dos semanas, que será inaugurada en Washington por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, asistirán representantes gubernamentales y científicos de 47países, según despacho de la agencia DPA.
Por primera vez, el encuentro reúne dos cuerpos diplomáticos encargados de la preservación del Artico y la Antártida, en un año clave para el cambio climático pues los gobiernos esperan acordar en diciembre un nuevo tratado mundial para la protección del clima.
Mientras que es posible que los polos no estén en el primer lugar de las agendas de los gobiernos en materia climática, ambientalistas dicen que proveen la mejor idea de cuán dañino es el calentamiento global para el planeta.
Un estudio conjunto de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y la Universidad de Washington, publicado el viernes, afirma que el hielo polar se está derritiendo a una velocidad mucho mayor a la que se creía.
La investigación advierte que el Artico podría quedar totalmente libre de hielo en el verano en un plazo de unos 30 años, lo que podría tener importantes efectos en el nivel del mar y las temperaturas globales.
Estudios previos habían pronosticado la desaparición del hielo ártico para fines de siglo.
"Es importante que las personas entiendan que el cambio climático en el Artico no se queda en el Artico.
Lo que ocurre allí afecta al resto del mundo", dijo Neil Hamilton, director del programa ártico del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, según sus siglas en inglés).
Hamilton advirtió que los negociadoras deberían aprovechar cada oportunidad en los encuentros previos a la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, que se celebrará en diciembre en Copenhague, donde los gobiernos deberán acordar un tratado a largo plazo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La conferencia polar, que tras la inauguración en Washington se trasladará a Baltimore (Maryland), revisará los estudios más recientes, el impacto del turismo y la protección del medio ambiente y las especies en las regiones polares.
La reunión se celebra en coincidencia con el 50 aniversario de la firma del Tratado Antártico, que estableció que los polos son una "reserva natural" pacífica que no puede ser usada por ningún gobierno con fines militares.
Evan Bloom, funcionario del Departamento de Estado que encabezará la delegación estadounidense en la cumbre, dijo que el cambio climático también será uno de los temas centrales de las conversaciones.
"Todas estas reuniones tienen una relación en el camino a Copenhague", dijo Bloom a periodistas.
locales "Ciertamente, el cambio climático será uno de los temas principales de las discusiones", afirmó.
(Télam) assc-aem-dsg
Washington, 5 de abril 09(Télam) - Los países firmantes del Tratado Antártico y los miembros del Consejo Artico iniciarán mañana una cumbre que los ambientalistas consideran una oportunidad para atraer la atención a uno de los efectos más visibles del calentamiento global.
A la reunión de dos semanas, que será inaugurada en Washington por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, asistirán representantes gubernamentales y científicos de 47países, según despacho de la agencia DPA.
Por primera vez, el encuentro reúne dos cuerpos diplomáticos encargados de la preservación del Artico y la Antártida, en un año clave para el cambio climático pues los gobiernos esperan acordar en diciembre un nuevo tratado mundial para la protección del clima.
Mientras que es posible que los polos no estén en el primer lugar de las agendas de los gobiernos en materia climática, ambientalistas dicen que proveen la mejor idea de cuán dañino es el calentamiento global para el planeta.
Un estudio conjunto de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y la Universidad de Washington, publicado el viernes, afirma que el hielo polar se está derritiendo a una velocidad mucho mayor a la que se creía.
La investigación advierte que el Artico podría quedar totalmente libre de hielo en el verano en un plazo de unos 30 años, lo que podría tener importantes efectos en el nivel del mar y las temperaturas globales.
Estudios previos habían pronosticado la desaparición del hielo ártico para fines de siglo.
"Es importante que las personas entiendan que el cambio climático en el Artico no se queda en el Artico.
Lo que ocurre allí afecta al resto del mundo", dijo Neil Hamilton, director del programa ártico del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, según sus siglas en inglés).
Hamilton advirtió que los negociadoras deberían aprovechar cada oportunidad en los encuentros previos a la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, que se celebrará en diciembre en Copenhague, donde los gobiernos deberán acordar un tratado a largo plazo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La conferencia polar, que tras la inauguración en Washington se trasladará a Baltimore (Maryland), revisará los estudios más recientes, el impacto del turismo y la protección del medio ambiente y las especies en las regiones polares.
La reunión se celebra en coincidencia con el 50 aniversario de la firma del Tratado Antártico, que estableció que los polos son una "reserva natural" pacífica que no puede ser usada por ningún gobierno con fines militares.
Evan Bloom, funcionario del Departamento de Estado que encabezará la delegación estadounidense en la cumbre, dijo que el cambio climático también será uno de los temas centrales de las conversaciones.
"Todas estas reuniones tienen una relación en el camino a Copenhague", dijo Bloom a periodistas.
locales "Ciertamente, el cambio climático será uno de los temas principales de las discusiones", afirmó.
(Télam) assc-aem-dsg
martes, marzo 24, 2009
Historias contadas por sus protagonistas: corriendo en la Antártida
Juan Antonio Alegre, medalla de plata en el maratón de la Antártida
Lamentó no haber ganado en la última prueba del circuito · El madrileño se ha convertido así en el segundo español en completar el perseguido Grand Slam Marathon
Publicado en Marca.com
El español Juan Antonio Alegre, logró la medalla de plata en el Grand Slam Marathon que se disputó en la Antártida, superado tan solo por el holandés Kornelis Brienne, que sentenció la prueba a su favor en tres horas y cuatro minutos.
Alegre, conocido en el mundo de maratones alpinos como 'Chinoto', entró a un minuto del ganador, quien a su vez precedió al estadounidense Matthew Guzik, que completó el podio. La primera mujer en alcanzar la meta antártica fue la estadounidense Lisa De Young, seguida de su compatriota Connie Lutkevich y la alemana Emily
El Grand Slam Marathon consiste en completar una carrera de maratón, o de superior distancia, en cada uno de los siete continentes del planeta y en el Polo Norte. Un desafío atlético y geográfico global que nació en 2002 y que hasta la fecha sólo una treintena de corredores en todo el mundo ha logrado completar, seis de los cuales son mujeres.
El madrileño se ha convertido así en el segundo español en completar el perseguido Grand Slam Marathon. El también madrileño Miguel Caselles selló el circuito en 2007 con el número 18 del ranking internacional. Chinotto como nuevo 'finisher' ocupa el número 31 en espera de que atletas sin fronteras que siguen en liza corriendo por todo el planeta, algunos españoles, se sumen a la cotizada lista.
Llegar al último asalto de 42 kilómetros para sellar el prestigioso circuito atlético global no ha sido fácil. A mediados de marzo 200 corredores de 20 nacionalidades se citaron en el puerto argentino de la ciudad de Ushuaia con destino a la antártica isla del King George.
A bordo de un par de rompehielos rusos tuvieron que cubrir una complicada travesía marítima doblando el Cabo de Hornos y cruzando el Pasaje Drake hasta pisar territorio antártico. Una vez en tierra firme los atletas corrieron los legendarios 42 kilómetros de la prueba reina del atletismo uniendo las bases científicas de Rusia, Uruguay, Chile y China levantadas en tan inhóspito territorio.
Frente a los diez grados bajo cero de pasadas ediciones, temperaturas anormalmente altas para el lugar, de unos cero grados, hicieron algo más llevadero el difícil trayecto de barro, nieve y hielo sobre el que tuvieron que competir los corredores. Fuertes desniveles y terreno complicado no fueron obstáculo para que la cabeza de pelotón lanzase frenéticamente la carrera desde su inicio.
De la experiencia antártica a lo largo de las dos semanas que permaneció en el último continente virgen, Chinotto manifestó "Si la Antártida fuera pintura sería de Dalí, si fuera música de Falla y si fuera arquitectura de Gaudí. Pero además es algo mejor, es el único lugar del planeta que es lo que debe ser: naturaleza en estado puro sin saquear". Al igual que a su paso por el Polo Norte en 2007, Chinotto ha llevado hasta la Antártica el mismo mensaje reivindicativo de entonces: "Corre a por un Mundo más limpio".
Lamentó no haber ganado en la última prueba del circuito · El madrileño se ha convertido así en el segundo español en completar el perseguido Grand Slam Marathon
Publicado en Marca.com
El español Juan Antonio Alegre, logró la medalla de plata en el Grand Slam Marathon que se disputó en la Antártida, superado tan solo por el holandés Kornelis Brienne, que sentenció la prueba a su favor en tres horas y cuatro minutos.
Alegre, conocido en el mundo de maratones alpinos como 'Chinoto', entró a un minuto del ganador, quien a su vez precedió al estadounidense Matthew Guzik, que completó el podio. La primera mujer en alcanzar la meta antártica fue la estadounidense Lisa De Young, seguida de su compatriota Connie Lutkevich y la alemana Emily
El Grand Slam Marathon consiste en completar una carrera de maratón, o de superior distancia, en cada uno de los siete continentes del planeta y en el Polo Norte. Un desafío atlético y geográfico global que nació en 2002 y que hasta la fecha sólo una treintena de corredores en todo el mundo ha logrado completar, seis de los cuales son mujeres.
El madrileño se ha convertido así en el segundo español en completar el perseguido Grand Slam Marathon. El también madrileño Miguel Caselles selló el circuito en 2007 con el número 18 del ranking internacional. Chinotto como nuevo 'finisher' ocupa el número 31 en espera de que atletas sin fronteras que siguen en liza corriendo por todo el planeta, algunos españoles, se sumen a la cotizada lista.
Llegar al último asalto de 42 kilómetros para sellar el prestigioso circuito atlético global no ha sido fácil. A mediados de marzo 200 corredores de 20 nacionalidades se citaron en el puerto argentino de la ciudad de Ushuaia con destino a la antártica isla del King George.
A bordo de un par de rompehielos rusos tuvieron que cubrir una complicada travesía marítima doblando el Cabo de Hornos y cruzando el Pasaje Drake hasta pisar territorio antártico. Una vez en tierra firme los atletas corrieron los legendarios 42 kilómetros de la prueba reina del atletismo uniendo las bases científicas de Rusia, Uruguay, Chile y China levantadas en tan inhóspito territorio.
Frente a los diez grados bajo cero de pasadas ediciones, temperaturas anormalmente altas para el lugar, de unos cero grados, hicieron algo más llevadero el difícil trayecto de barro, nieve y hielo sobre el que tuvieron que competir los corredores. Fuertes desniveles y terreno complicado no fueron obstáculo para que la cabeza de pelotón lanzase frenéticamente la carrera desde su inicio.
De la experiencia antártica a lo largo de las dos semanas que permaneció en el último continente virgen, Chinotto manifestó "Si la Antártida fuera pintura sería de Dalí, si fuera música de Falla y si fuera arquitectura de Gaudí. Pero además es algo mejor, es el único lugar del planeta que es lo que debe ser: naturaleza en estado puro sin saquear". Al igual que a su paso por el Polo Norte en 2007, Chinotto ha llevado hasta la Antártica el mismo mensaje reivindicativo de entonces: "Corre a por un Mundo más limpio".
lunes, marzo 23, 2009
Relatos de la expedición de Noruega en Base Troll
Expedición busca información en Antártida, con comodidad moderna
Publicado en Prodigy MSN Noticias
22mar09
En el 27° día de su travesía, en la que los miembros de la expedición parecen apenas unos puntos negros en la vasta inmensidad blanca de la Antártida, Lou Albershardt escuchó un ruido que jamás había sentido en sus dos décadas de aventuras en el hielo.
En el 27° día de su travesía, en la que los miembros de la expedición parecen apenas unos puntos negros en la vasta inmensidad blanca de la Antártida, Lou Albershardt escuchó un ruido que jamás había sentido en sus dos décadas de aventuras en el hielo.
El cable de su taladro _un aparato que cuesta 100.000 dólares y puede penetrar el hielo 92 metros (302 pies)_ se cortó y desapareció en las profundidades.
"Fue como si yo misma me hubiese hundido", expresó. "No lo podía creer".
Su equipo de científicos estaba a 800 kilómetros (500 millas) del Polo Sur, donde habían comenzado su expedición, y a 1.500 kilómetros (900 millas) de la Estación Troll, su destino final.
Se encontraban en una meseta de unos 3.000 metros (10.000 pies) de altura, con temperaturas de -20 grados centígrados (0 Farenheit) y vientos fuertes.
Se habían quedado sin su instrumento más importante: un taladro capaz de perforar a grandes profundidades. Ello representaba el fracaso de la expedición. Albershardt sabía que nadie jamás había recuperado un taladro de un pozo tan profundo. "Imposible", dijo.
Esto sucedió el 18 de enero y la expedición de científicos noruegos y estadounidenses ya había hecho uno de los recorridos con fines de investigación más largos jamás emprendidos en una de las regiones menos exploradas del Polo Sur.
Se trataba de un proyecto ambicioso para explorar la capa de hielo más vieja y gruesa del planeta, en busca de pistas sobre su pasado geológico. El objetivo era entender mejor el impacto que pueden tener los fenómenos climatológicos de la Antártida en el calentamiento de la Tierra, cuánto hielo de puede derretir y cuánto pueden crecer los océanos.
La primera fase del proyecto fue un recorrido de dos meses hacia el Polo Sur en el verano austral de 2007-2008, iniciado en esta estación de investigación noruega en el este de la Antártida, a 235 kilómetros (150 millas) de la costa.
Este verano, un equipo de 12 personas, incluidas seis que participaron en la primera expedición, inició el 23 de diciembre el viaje de vuelta, en vehículos de nieve que avanzan a muy baja velocidad. Pese a su lentitud, los vehículos son "fabulosos", según el jefe de la expedición, Tom Neumann.
Un siglo después de que los exploradores llegaron por primera vez el Polo Sur usando esquíes y trineos tirados por perros, estos científicos del siglo XXI recorrían la zona con computadoras portátiles, conexiones a la internet vía satélite, comiendo tres veces al día en un módulo con calefacción y durmiendo en literas en otro módulo.
"La idea era tener que dedicar el menor tiempo posible a tareas de supervivencia y la mayor parte del tiempo a investigaciones científicas", expresó Neumann, un geofísico de 35 años de la NASA.
El grupo incluyó cinco científicos con doctorados, entre ellos Ted Scambos, de 53 años, un renombrado experto en cuestiones polares que participó en otras nueve expediciones a la Antártida.
Su dedicación es total y pasan cuatro meses alejados de sus familias. Zoe Courville, de 31 años, se había casado hacía menos de un mes cuando empacó sus cosas y se vino al sur en octubre.
"Me encanta la nieve, la gente no lo entiende", comentó con una sonrisa.
Igualmente vitales para la expedición fueron varios noruegos que no son científicos, como Ole Tveiten, un médico que vela por la salud de todos, y Svein Henriksen, un mecánico que jamás se da por vencido.
El 18 de enero fue Henriksen quien sacó las castañas del fuego: Recuperó el taladro.
"Sin que me diese cuenta, Sven comenzó a preparar un gancho", recordó Albershardt en una conversación con un periodista tras su llegada a la estación el 21 de febrero.
En su taller _un pequeño módulo rojo montado sobre esquís_ Henriksen, de 40 años, armó algo que Neumann dijo se parecía a un "tulipán boca abajo" y probó fortuna en el hoyo de 10 centímetros (cuatro pies) de ancho y 62 metros (203 pies) de profundidad que había cavado Albershardt. Pudo enganchar el cable, pero cada vez que comenzaban a subirlo, se caía.
Treinta y seis horas después lograron izarlo hasta que quedó a 3,3 metros (11 pies) de profundidad. Era imposible seguir subiéndolo. Entonces cavaron en la nieve hasta llegar al cable y lo acoplaron al cabrestante.
El taladro, no obstante, seguía atrapado en el hoyo y para recuperarlo necesitaban etanol, algo que no tenían.
Cuatro días y medio después de que iniciaron la operación, llegó un avión que trajo 40 litros (11 galones) de etanol.
Henriksen improvisó una botella de plástico cuyo pico se abría cuando se tiraba de una cuerda. La bajaron hasta la altura indicada, tiraron la cuerda y dejaron que el etanol bañase el taladro. El día siguiente, recuperaron el aparato, que no había sufrido daños.
La caravana científica reanudó su marcha, con "Lasse" al frente y "Sambla" en la retaguardia. A los cuatro vehículos de nieve les habían dado los nombres de perros que participaron en las primeras expediciones.
Al volante de Lasse, Stein Tronstad, del Instituto Polar Noruego, observaba un radar capaz de detectar grietas como las que causaron estragos en otras expediciones previas.
A 100 metros (300 pies), la científica británica Kirsty Langley, también del Instituto Noruego, estaba pendiente en Sembla de un radar de baja frecuencia que mide la profundidad de la capa de hielo y la topografía de esa zona montañosa.
Langley escuchaba música con auriculares, cubierta por mantas. "Me sentaba a reflexionar", comentó. Pensaba en los cristales de hielo, por ejemplo, que son minúsculos, insignificantes, pero que forman capas gigantes de hielo, "mientras que nosotros no somos nada, apenas pequeños puntos negros".
Todos salían a esquiar cuando no tenían nada qué hacer o se reunían en uno de los módulos a ver películas como "El Padrino" y "El señor de los anillos".
Baños, duchas, películas, cabinas cómodas, con calefacción. Este es "un viaje de lujo" comparado con las expediciones de antes, en las que usaban tiendas y cavaban pozos en el hielo para hacer sus necesidades, señaló la científica finlandesa Anna Sinisalo, de la Universidad de Oslo.
Pero los peligros acechan.
El 11 de febrero, en una meseta de 2.700 metros (8.900 pies), el viento llegó a los 50 kilómetros (30 millas) por hora y las temperaturas bajaron a los 65 grados centígrados bajo cero (-85 Farenheit). A esas temperaturas, uno se congela apenas sale de los módulos, pero tenían que trabajar afuera, pues los motores se habían congelado.
Henriksen y varios miembros del equipo desafiaron las inclemencias del tiempo y trabajaron ocho horas a la intemperie. "Cinco o seis de nosotros sufrimos lesiones por el frío", dijo Scambos.
Al final, resolvieron el problema y pudieron continuar su marcha.
Ahora que completaron el recorrido, el próximo paso es analizar los datos recopilados por las dos expediciones y ver qué enseñanzas dejan.
Uno de sus objetivos es analizar cuatro toneladas de hielo, que almacenaron en 80 cajones y transportaron en un buque de carga ruso. Observarán mil años de historia geológica y determinarán cuánta nieve cayó y bajo qué temperaturas. Determinarán patrones del clima y verán cómo se acumula dióxido de carbono en la atmósfera. También analizarán el fenómeno de derretimiento del hielo que hace subir el nivel del agua de los océanos.
A título preliminar, la expedición ya puede haber ayudado a determinar si están subiendo las temperaturas en el este de la Antártida. Scambos dijo que los primeros datos indican que "puede haber habido un pequeño calentamiento en los últimos 30 o 40años".
Publicado en Prodigy MSN Noticias
22mar09
En el 27° día de su travesía, en la que los miembros de la expedición parecen apenas unos puntos negros en la vasta inmensidad blanca de la Antártida, Lou Albershardt escuchó un ruido que jamás había sentido en sus dos décadas de aventuras en el hielo.
En el 27° día de su travesía, en la que los miembros de la expedición parecen apenas unos puntos negros en la vasta inmensidad blanca de la Antártida, Lou Albershardt escuchó un ruido que jamás había sentido en sus dos décadas de aventuras en el hielo.
El cable de su taladro _un aparato que cuesta 100.000 dólares y puede penetrar el hielo 92 metros (302 pies)_ se cortó y desapareció en las profundidades.
"Fue como si yo misma me hubiese hundido", expresó. "No lo podía creer".
Su equipo de científicos estaba a 800 kilómetros (500 millas) del Polo Sur, donde habían comenzado su expedición, y a 1.500 kilómetros (900 millas) de la Estación Troll, su destino final.
Se encontraban en una meseta de unos 3.000 metros (10.000 pies) de altura, con temperaturas de -20 grados centígrados (0 Farenheit) y vientos fuertes.
Se habían quedado sin su instrumento más importante: un taladro capaz de perforar a grandes profundidades. Ello representaba el fracaso de la expedición. Albershardt sabía que nadie jamás había recuperado un taladro de un pozo tan profundo. "Imposible", dijo.
Esto sucedió el 18 de enero y la expedición de científicos noruegos y estadounidenses ya había hecho uno de los recorridos con fines de investigación más largos jamás emprendidos en una de las regiones menos exploradas del Polo Sur.
Se trataba de un proyecto ambicioso para explorar la capa de hielo más vieja y gruesa del planeta, en busca de pistas sobre su pasado geológico. El objetivo era entender mejor el impacto que pueden tener los fenómenos climatológicos de la Antártida en el calentamiento de la Tierra, cuánto hielo de puede derretir y cuánto pueden crecer los océanos.
La primera fase del proyecto fue un recorrido de dos meses hacia el Polo Sur en el verano austral de 2007-2008, iniciado en esta estación de investigación noruega en el este de la Antártida, a 235 kilómetros (150 millas) de la costa.
Este verano, un equipo de 12 personas, incluidas seis que participaron en la primera expedición, inició el 23 de diciembre el viaje de vuelta, en vehículos de nieve que avanzan a muy baja velocidad. Pese a su lentitud, los vehículos son "fabulosos", según el jefe de la expedición, Tom Neumann.
Un siglo después de que los exploradores llegaron por primera vez el Polo Sur usando esquíes y trineos tirados por perros, estos científicos del siglo XXI recorrían la zona con computadoras portátiles, conexiones a la internet vía satélite, comiendo tres veces al día en un módulo con calefacción y durmiendo en literas en otro módulo.
"La idea era tener que dedicar el menor tiempo posible a tareas de supervivencia y la mayor parte del tiempo a investigaciones científicas", expresó Neumann, un geofísico de 35 años de la NASA.
El grupo incluyó cinco científicos con doctorados, entre ellos Ted Scambos, de 53 años, un renombrado experto en cuestiones polares que participó en otras nueve expediciones a la Antártida.
Su dedicación es total y pasan cuatro meses alejados de sus familias. Zoe Courville, de 31 años, se había casado hacía menos de un mes cuando empacó sus cosas y se vino al sur en octubre.
"Me encanta la nieve, la gente no lo entiende", comentó con una sonrisa.
Igualmente vitales para la expedición fueron varios noruegos que no son científicos, como Ole Tveiten, un médico que vela por la salud de todos, y Svein Henriksen, un mecánico que jamás se da por vencido.
El 18 de enero fue Henriksen quien sacó las castañas del fuego: Recuperó el taladro.
"Sin que me diese cuenta, Sven comenzó a preparar un gancho", recordó Albershardt en una conversación con un periodista tras su llegada a la estación el 21 de febrero.
En su taller _un pequeño módulo rojo montado sobre esquís_ Henriksen, de 40 años, armó algo que Neumann dijo se parecía a un "tulipán boca abajo" y probó fortuna en el hoyo de 10 centímetros (cuatro pies) de ancho y 62 metros (203 pies) de profundidad que había cavado Albershardt. Pudo enganchar el cable, pero cada vez que comenzaban a subirlo, se caía.
Treinta y seis horas después lograron izarlo hasta que quedó a 3,3 metros (11 pies) de profundidad. Era imposible seguir subiéndolo. Entonces cavaron en la nieve hasta llegar al cable y lo acoplaron al cabrestante.
El taladro, no obstante, seguía atrapado en el hoyo y para recuperarlo necesitaban etanol, algo que no tenían.
Cuatro días y medio después de que iniciaron la operación, llegó un avión que trajo 40 litros (11 galones) de etanol.
Henriksen improvisó una botella de plástico cuyo pico se abría cuando se tiraba de una cuerda. La bajaron hasta la altura indicada, tiraron la cuerda y dejaron que el etanol bañase el taladro. El día siguiente, recuperaron el aparato, que no había sufrido daños.
La caravana científica reanudó su marcha, con "Lasse" al frente y "Sambla" en la retaguardia. A los cuatro vehículos de nieve les habían dado los nombres de perros que participaron en las primeras expediciones.
Al volante de Lasse, Stein Tronstad, del Instituto Polar Noruego, observaba un radar capaz de detectar grietas como las que causaron estragos en otras expediciones previas.
A 100 metros (300 pies), la científica británica Kirsty Langley, también del Instituto Noruego, estaba pendiente en Sembla de un radar de baja frecuencia que mide la profundidad de la capa de hielo y la topografía de esa zona montañosa.
Langley escuchaba música con auriculares, cubierta por mantas. "Me sentaba a reflexionar", comentó. Pensaba en los cristales de hielo, por ejemplo, que son minúsculos, insignificantes, pero que forman capas gigantes de hielo, "mientras que nosotros no somos nada, apenas pequeños puntos negros".
Todos salían a esquiar cuando no tenían nada qué hacer o se reunían en uno de los módulos a ver películas como "El Padrino" y "El señor de los anillos".
Baños, duchas, películas, cabinas cómodas, con calefacción. Este es "un viaje de lujo" comparado con las expediciones de antes, en las que usaban tiendas y cavaban pozos en el hielo para hacer sus necesidades, señaló la científica finlandesa Anna Sinisalo, de la Universidad de Oslo.
Pero los peligros acechan.
El 11 de febrero, en una meseta de 2.700 metros (8.900 pies), el viento llegó a los 50 kilómetros (30 millas) por hora y las temperaturas bajaron a los 65 grados centígrados bajo cero (-85 Farenheit). A esas temperaturas, uno se congela apenas sale de los módulos, pero tenían que trabajar afuera, pues los motores se habían congelado.
Henriksen y varios miembros del equipo desafiaron las inclemencias del tiempo y trabajaron ocho horas a la intemperie. "Cinco o seis de nosotros sufrimos lesiones por el frío", dijo Scambos.
Al final, resolvieron el problema y pudieron continuar su marcha.
Ahora que completaron el recorrido, el próximo paso es analizar los datos recopilados por las dos expediciones y ver qué enseñanzas dejan.
Uno de sus objetivos es analizar cuatro toneladas de hielo, que almacenaron en 80 cajones y transportaron en un buque de carga ruso. Observarán mil años de historia geológica y determinarán cuánta nieve cayó y bajo qué temperaturas. Determinarán patrones del clima y verán cómo se acumula dióxido de carbono en la atmósfera. También analizarán el fenómeno de derretimiento del hielo que hace subir el nivel del agua de los océanos.
A título preliminar, la expedición ya puede haber ayudado a determinar si están subiendo las temperaturas en el este de la Antártida. Scambos dijo que los primeros datos indican que "puede haber habido un pequeño calentamiento en los últimos 30 o 40años".
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