jueves, enero 22, 2009

Deshielo: la barrera de Wilkins

Enero de 2009

La Agencia Espacial Europea informó que la aparición de una serie de grietas en la Barrera de Wilkins podrían provocar su total desprendimiento de la Península Antártica, si continúa debilitándose el delgado puente de hielo que la une al continente austral. Las imágenes captadas por el satélite Envisat que vemos a continuación, tomadas el 26 de noviembre de 2008, revelan la presencia de severos resquebrajamientos que parecen moverse hacia el Norte.
El descubrimiento fue efectuado desde Alemania por la Dra. Angelika Humbert del Instituto de Geofísica de la Universidad de Münster y el Dr. Matthias Braun del Centro de Sensores Remotos de la Universidad de Bonn, durante sus actividades diarias de monitoreo de las masas de hielo mediante el Radar Avanzado de Apertura Sintética del satélite Envisat.


“Estas nuevas grietas (demarcadas por las líneas de colores rojo y naranja), que se suman a las que ya existían sobre la masa de hielo (representadas por las líneas azules y celestes) amenazan con extenderse antes de la llegada del invierno, lo que podría causar que el puente de hielo pierda su estabilidad y colapse”, explicó la doctora Humbert. “Estos cambios recientes se están produciendo con mayor lentitud pero también con mayor frecuencia, con respecto a lo observado a principios de este año”.
La Barrera de Wilkins, ubicada al oeste de la isla Alejandro I, y ha estado sufriendo grandes desprendimientos de hielo desde principios de 2008. Más de 2000 kilómetros cuadrados de hielo se desintegraron entre febrero y mayo. Las temperaturas invernales no han sido suficientes para la recuperación de la Barrera, que se mantuvo estable durante la mayor parte del siglo pasado, hasta que comenzó a desmoronarse en 1990.

Ver más en http://nsidc.org/news/press/wilkins/index.html

lunes, enero 19, 2009

Video de la Obra de teatro "Emperadores de la Antartida"

Emperadores de la Antartida, Demo 1:45

Un demo con distintos momentos de la obra musical sobre Sebastian, un muchacho enviado a la Antartida a estudiar el ciclo de vida de los pinguinos.
Cauce Producciones

Algunos comentarios que figuran debajo del video en youtube dicen:

yatzin23 dijo:
La obra esta genial!!! Tuve la oportunidad de asistir al estreno, y me parece excelente, tanto en escenografia, vestuario etc, todo lo que lleva la produccion, y actoralmente creo que todos desarrollan un buen papel. Patricio creo esta excelente, cantando muy bien como lo demostro ya en un reality show, y actoralmente creo que esta excelente y dandolo todo. Espero que todos la vayan a ver ya que en verdad es una obra que vale mucho la pena y creo yo que deberian de darle mas promocion.

anipet dijo:
se ve mejor en video que en vivo, jej... buena producción escénica y visual general, también voces, pero me inquieta una cosa... si el mensaje es ecológico, por que la nieve es de plástico? y más de uno tan difícil de descomponer? además... las focas no son monstruos, no creen que el doble mensaje es nocivo para su especie..?

jcbigtalker dijo:
La obra visualmente es hermosa, no creo que la historia de mucho,la idea me gusta pero considero deben hacer algunos ajustes, pero vale mucho la pena por el arte visual, escenografía, vestuario e iluminación. Tiene números buenos y Pato Borghetti esta cantando muy bien! Suerte Emperadores!!

tikkisurfer dijo:
Definitivamente la mùsica del maestro Alex Sciavo es hermosísima, es lo que le da vida y cuerpo a la obra, ha hecho un excelente trabajo. No pueden dejarlo pasar!!

domingo, enero 18, 2009

Piden cautela ante los proyectos de geoingeniería en el mar

Publicado en Elmundo.es
fuente: Reuters Singapur
Actualizado domingo 11/01/2009

Para algunos empresarios, los helados mares entre Australia y la Antártida podrían generar dinero si se manipula a la naturaleza para que absorba el dióxido de carbono, a fin de vender más tarde los créditos de los gases por millones de dólares.
Pero algunos científicos y muchas naciones consideran que el concepto de usar la naturaleza para limpiar el exceso de dióxido de carbono de la humanidad, con el objetivo de combatir el calentamiento global, está cargado de riesgos e incertidumbre.
Un analista de un destacado organismo australiano de investigaciones insta a la prudencia y dice que hacen falta más estudios antes de que se permitan emprendimientos comerciales que fertilicen los océanos a gran escala y a lo largo de muchos años para capturar dióxido de carbono. "No creo que la comunidad científica se haya detenido a hacer siquiera una lista de las cosas que necesitamos verificar antes de sentirnos cómodos en cuanto a que esta sea una tarea de bajo riesgo", dijo uno de los autores del informe australiano, Tom Trull.
"Nunca diseñamos programas de medición para considerar los cambios y riesgos ecológicos", sostuvo Trull, líder de Control Oceánico del programa de Dióxido de Carbono del Centro Cooperativo de Investigaciones del Clima y los Ecosistemas Antárticos (ACE CRC, por su sigla en inglés).

Proyectos de fertilización del mar
Algunos proyectos de geoingeniería tienen previsto rociar la superficie del océano con cantidades pequeñas de hierro o arrojar nutrientes a lo largo de miles de kilómetros cuadrados para fertilizar el mar y multiplicar el florecimiento del fitoplancton (algas microscópicas), que absorbe CO2 al respirar. Los expertos consideran que el fitoplancton captura hasta un tercio de las emisiones globales de carbono.
Cuando el fitoplancton muere se amontona en las profundidades del océano junto con el carbono atrapado dentro de sus células. Se supone que quedaría almacenado durante décadas o siglos en los sedimentos del suelo oceánico.
Lo que quieren algunas empresas es aprovechar este sumidero natural y potenciarlo mediante una intervención química como es la fertilización, para producir créditos de carbono y ayudar a las industrias a compensar sus emisiones.
Sin embargo, los científicos temen que dichas operaciones puedan cambiar la composición de los océanos, incrementar la acidez o generar "zonas muertas" con situaciones de hipoxia o anoxia (escasez o ausencia de oxígeno) debido a una excesiva proliferación de estas algas microscópicas. Algo que podría incluso provocar liberación de otro gas de efecto invernadero, el óxido nitroso.
"La fertilización del océano podría generar cambios en la estructura de la biodiversidad y los ecosistemas marinos, y podría tener otros efectos no deseados", afirma el ACE CRC en cuanto al análisis de ciencia y política de fertilización oceánica, que pronto será divulgado públicamente.
"Aunque los experimentos controlados de fertilización con hierro arrojaron un incremento en el crecimiento del fitoplancton y una reducción temporal del C02 atmosférico, no queda claro si esto podría aumentar la transferencia de gas a las profundidades oceánicas a largo plazo", indicó el ACE CRC.
Además, el potencial de los impactos negativos aumentarán según las dimensiones y la duración de la fertilización. Hay dudas de que se puedan detectar los efectos perjudiciales a tiempo.
"Es muy importante reconocer que si aumentan los efectos nocivos de la fertilización, podría no ser posible detectarlos hasta que el daño ya esté hecho", dice John Cullen, profesor de oceanografía de la Universidad de Dalhousie en Nova Scotia, Canadá.
"Es extremadamente importante considerar los riesgos ecológicos de este tipo de actividades", señaló Cullen.

El gran sumidero antártico
Los océanos absorben grandes cantidades de dióxido de carbono liberado por la naturaleza o por el uso de combustibles fósiles y la deforestación y el Océano Austral tiene el papel más importante de todos.
No obstante, gran parte del Océano Austral está falto de hierro y los experimentos han demostrado que incluso pequeñas cantidades del nutriente provocan un florecimiento del fitoplancton que podría durar al menos dos meses.
Compañías como Climos de California y Ocean Nourishment Corp de Australia están planeando experimentos a pequeña escala para probar sus proyectos de captura de carbono oceánico.
Ocean Nourishment usa amoníaco y urea, transportados por medio de una cañería marina a una región deficiente en nitrógeno, para fomentar el crecimiento del fitoplancton y las reservas de peces. Climos usa hierro y planea experimentos en el Océano Austral para 2010.
"La fertilización con hierro no es ninguna bala de plata para el cambio climático, lo que recalca la gravedad del problema que tenemos, y la urgencia de la reducción inmediata de emisiones a nivel mundial", declaró a Reuters el fundador y director ejecutivo de Climos, Dan Whaley.
Sin embargo, para Whaley es prematuro juzgar a la fertilización con hierro como peligrosa.
Pero muchas naciones conservan la cautela. Los Estados firmantes de dos tratados sobre vertido de desechos en el mar aprobaron una resolución no vinculante en octubre que exigía que las operaciones de fertilización oceánica sólo estuviesen permitidas para investigaciones.
Las partes de la Convención y el Protocolo de Londres, que pertenece a la Organización Marítima Internacional, firmaron una resolución instando a los Estados miembros a tener "mayor cautela" para evaluar las propuestas de investigación y garantizar la protección de la vida marina.

Cinco ideas para enfriar el planeta

MÓNICA SALOMONE
EL PAIS SEMANAL - 18-01-2009

El casco negro de un enorme buque se adentra por el hielo y el silencio antárticos. En su interior, una cincuentena de investigadores trabaja en laboratorios y bodegas. Buscan respuestas para paliar uno de los mayores problemas a que se enfrenta la humanidad: el calentamiento del planeta.
Buscan una forma de enfriar la Tierra.
¿Es tal vez el grandilocuente argumento de una película pretenciosa? Si lo fuera, se ajustaría muy bien a lo que están haciendo ahora mismo científicos de hasta cinco nacionalidades, incluidos españoles, en el proyecto Lohafex. Lo cierto es que el clima de la Tierra está cambiando por la acción del hombre. Es un proceso puesto en marcha sin querer, por así decir, y hasta ahora los esfuerzos se han concentrado en conocerlo mejor y en tratar de frenarlo tocando el mismo botón que lo desencadenó, esto es, la emisión de gases de efecto invernadero. Pero últimamente gana fuerza otra forma de pensar: si hemos logrado calentar el planeta de forma no deliberada, ¿por qué no enfriarlo a propósito? Renunciemos ya al obsoleto sueño de un clima natural y tomemos por fin el mando del termostato. Hagamos geoingeniería.
Sólo que... no es tan sencillo. Uno de los motivos es que algunas ideas anticalentamiento que no pasan por reducir emisiones de dióxido de carbono (CO2) son tan sofisticadas que parecen salidas de un cómic de superhéroes. Por ejemplo, lanzar al espacio 16 billones de pequeños discos que den sombra al planeta o llenar las nubes de sal marina... La Tierra sería un tecno-planeta de ciencia-ficción. Pero la complejidad de la geoingeniería tiene que ver sobre todo con lo que advierte el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC): estas propuestas son "muy especulativas y con el riesgo de desconocidos efectos secundarios".
La primera pega es el desconocimiento. ¿Y si acabara siendo peor el remedio? Otros temen que la geoingeniería sea un falso parche que desvíe la atención de lo importante, que es emitir menos CO2. La sociedad adicta a los combustibles fósiles se comporta "como un yonqui buscando nuevas estrategias para robar a sus hijos", dice Meinrat Andreae, científico atmosférico del Instituto Max Planck para Química, en Mainz (Alemania). Pero los partidarios de tomarse en serio la geoingeniería tienen una respuesta contundente para eso, como el premio Nobel Paul Crutzen: "Hasta ahora, los intentos [de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero] han tenido muy poco éxito". Ha sido su prestigio, premiado en 1995 por alertar sobre el agujero de ozono en la atmósfera, el que ha introducido la geoingeniería en el debate científico. Pese a todas las críticas, cada vez más expertos apuestan por analizar su viabilidad.

1. Abonar el plancton
El buque de casco negro que penetra en los hielos es el Polarstern, alemán, el mayor de Europa para investigación oceanográfica. Desde este mes, y durante diez semanas, estará en la Antártida dedicado a Lohafex, la mayor campaña desarrollada hasta ahora para estudiar si haciendo proliferar el fitoplancton se logra absorber de la atmósfera cantidades importantes de dióxido de carbono. El fitoplancton, como cualquier planta, consigue su carbono del CO2 del aire en la fotosíntesis.
¿Cómo se estimula el crecimiento del plancton? Abonándolo. Añadiendo al agua micronutrientes, en concreto partículas de hierro. En Lohafex -loha es hierro en hindi-, financiada con cuatro millones de euros por India, se lanzarán 20 toneladas de hierro en 2.500 kilómetros cuadrados de océano. No es la primera vez que se hace algo así. Pero la docena de fertilizaciones experimentales hechas hasta ahora no han dado resultados concluyentes: el fitoplancton sí crece, pero no está claro si el carbono acaba donde quieren los investigadores, en el fondo del océano, en vez de ser reemitido a la atmósfera. Tampoco se sabe qué ocurriría si se añadiera más hierro de la cuenta, ni el efecto sobre los demás eslabones del ecosistema, como el krill -crustáceos diminutos que comen fitoplancton- o las ballenas -que comen krill-. Lohafex cubre más superficie, dura más tiempo y analiza más aspectos que los experimentos anteriores. Por eso "se espera que dé respuestas bastante concluyentes", explica Antonio Tovar, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), en Mallorca, uno de los españoles que participan en Lohafex.
"Por supuesto, nos encantaría que el resultado fuera positivo. Reducir el CO2 de la atmósfera es prioritario", dice Tovar. Pero, dadas las incertidumbres actuales, considera del todo descabellado que compañías como las estadounidenses Planktos o Climos planeen ya ofertar la fertilización de plancton a compañías deseosas de pagar por compensar sus emisiones de CO2. A Planktos y Climos ya les llaman "piratas del carbono".

2. Simular una erupción volcánica
La erupción del volcán Pinatubo, en Filipinas, en 1991 introdujo de golpe en la estratosfera 20 millones de toneladas de dióxido de azufre. Las partículas, entre otros efectos, evitaron que parte de la energía del Sol llegara a la Tierra y, como resultado, la temperatura media del planeta bajó ligeramente. Para Paul Crutzen y otros, esa erupción fue un experimento natural del que se puede aprender. La propuesta consiste en inyectar periódicamente en la estratosfera, preferentemente mediante globos, millones de toneladas de partículas de dióxido de azufre.
¿Una macrocontaminación deliberada? Sí, pero Crutzen recuerda que ya por quemar combustibles fósiles emitimos más de 50 millones de toneladas de dióxido de azufre, con el agravante de que esas partículas están en las capas bajas de la atmósfera y, por tanto, las respiramos: matan nada menos que a medio millón de personas al año, según la Organización Mundial de la Salud. ¿No es mejor inyectar las partículas en la estratosfera, donde enfrían el planeta sin matarnos? Su efecto refrigerador sería inmediato, mientras que el de la reducción de emisiones tardará generaciones en notarse. Crutzen viene a decir que, en caso de emergencia -el colapso del hielo en Groenlandia, por ejemplo-, el dióxido de azufre puede ser un alivio.
Pero hay inconvenientes. El enfriamiento no sería regular -los trópicos se enfriarían más que los polos, justo donde más falta hace-. Y podría cambiar el patrón de lluvias incluso en zonas alejadas de donde se inyectaran las partículas: ¿qué pasaría si un país decidiera proteger su clima sin importarle que otros pagaran las consecuencias? Pero lo más grave, seguramente, es que el dióxido de azufre retrasaría en muchas décadas la curación de la capa de ozono.

3. Nubes más brillantes
La cantidad de luz solar que las nubes devuelven al espacio depende de la superficie de las gotas que forman la nube. Muchas gotas pequeñas ofrecen más superficie que pocas gotas grandes. Por eso lo que proponen los británicos John Latham y Stephen Salter es regar las nubes con agua de mar para que acaben formándose innumerables gotitas en torno a los granos de sal. ¿Cómo hacerlo? Con una flota de varios miles de barcos fantasma surcando los mares constantemente: algo así como catamaranes no tripulados y guiados por satélite, equipados con altos cilindros giratorios que hacen las veces de velas y aspersores. Las pegas: su coste, nada barato, y que no se sabe realmente cuánto aumentaría la reflexión de las nubes.

4. Una macrosombrilla espacial
La propuesta tecnológicamente más sofisticada la lanzó el prestigioso astrofísico Roger Angel, de la Universidad de Arizona, hace dos años: colocar en el espacio, concretamente en un punto a 1,85 millones de kilómetros de la Tierra, nada menos que 16 billones (millones de millones) de finísimos discos de silicio que formarían una gigantesca sombrilla planetaria. Los discos se dispondrían en un enjambre que, desde esa distancia, daría sombra a toda la Tierra sin contaminar. Cada disco tendría un pequeño espejo que actuaría de vela solar; además, habría satélites pastoreando la nube.
No haría falta montajes en el espacio, ni ningún astronauta: los discos serían lanzados en paquetes, y una vez en su destino serían esparcidos automáticamente como los naipes de una baraja. Pero eso no elimina los obstáculos. Se tardaría casi un siglo en fabricar tantos discos, y Angel estima un coste de cinco billones (millones de millones) de dólares.

5. Secuestrar carbono
Capturar el dióxido de carbono que emite una única central y almacenarlo puede que no sea geoingeniería propiamente dicha. Pero hacerlo con todas las centrales del planeta sí que supone una transformación sustancial de la Tierra; según algunas estimaciones, habría que gestionar al menos tanto dióxido de carbono como petróleo se consume. ¿Dónde meterlo de forma segura, y con garantías de que no saldrá de nuevo? La petrolera noruega Statoil ha inyectado ya 10 millones de toneladas métricas de CO2 bajo el fondo del mar del Norte a lo largo de 12 años.
Aun así, hay que buscar más opciones. Una es llenar con CO2 los yacimientos de petróleo ya agotados. Otra, clasificable entre las más exóticas, es depositar el CO2 en las zonas más profundas del océano, donde las altas presiones lo convertirían en líquido y lo mantendrían, supuestamente, confinado. Nadie conoce los efectos de algo así sobre la vida marina. Más explorada, aunque en el laboratorio, es la idea de convertir el CO2 en piedra. Se sabe que cuando el CO2 reacciona con una roca llamada peridotita, el resultado es carbonato cálcico, piedra caliza; la peridotita es muy abundante en el manto terrestre, a 20 kilómetros de profundidad, pero aflora en algunas zonas, como el desierto de Omán, Papúa Nueva Guinea, Nueva Caledonia y las costas de Grecia y la antigua Yugoslavia. Ya hay una compañía, Petroleum Development Oman, interesada en un proyecto piloto para ver si funciona.
Lluvia acelera derretimiento de glaciares en Península Antártica
viernes 16 de nero de 2009 14:30 GYT
Por Alister Doyle
publicado en Reuters
GLACIAR SHELDON, Antártica (Reuters) - Un aumento en la lluvia sobre la Península Antártica está acelerando el derretimiento de glaciares como el Sheldon, que se ha reducido 2 kilómetros en 20 años y está aumentando levemente los niveles mundiales del mar, dijo un destacado experto.
"La lluvia es muy corrosiva para los glaciares y al menos es en parte responsable de que este glaciar se esté encogiendo", sostuvo David Vaughan, un glaciólogo del British Antarctic Survey, navegando en una lancha inflable en una bahía que había estado cubierta de hielo por miles de años.
"El glaciar se ha encogido desde 1989 y dejado esta agua abierta. Ese es el mismo patrón para el 87 por ciento de 400 glaciares a lo largo de la Península Antártica", dijo a Reuters.
El hielo se agrieta y emite un sonido profundo cuando rocas de 70 metros de alto en la parte delantera del glaciar Sheldon se deslizan hacia abajo, algunas de hielo color blanco azulado. Los icebergs a veces se separan en el mar, donde nadan pingüinos y focas.
El borde frontal del Sheldon -un glaciar pequeño según los estándares de la Antártica- ha retrocedido 2 kilómetros desde 1989, aparentemente debido al calentamiento global que provocan los gases efecto invernadero emitidos por la quema de combustibles fósiles, dijo Vaughan.
El viernes y el jueves hubo temperaturas bajo cero con cielos despejados. La lluvia salpicó el glaciar el miércoles y ha caído varias veces durante este mes, pleno verano austral.
Vaughan dijo que la lluvia se estaba volviendo más frecuente durante el verano en la península, la parte más al norte de la Antártica que sobresale hacia América del Sur. La Península se esta calentando más rápidamente que cualquier otro sitio en el hemisferio sur.
AUMENTAN NIVELES DEL MAR Continuación...

viernes, enero 16, 2009

Estrenan documental de W. Herzog: "Encuentros en el fin del mundo"

PROYECTO MCMURDO
Werner Herzog desnuda la Antártida en 'Encuentros en el fin del mundo'
Actualizado jueves 15/01/2009 19:00 (CET)
ELMUNDO.ES
MADRID.- Este jueves por la noche (22.20 horas) se estrena un documental del director Werner Herzog que acerca a los espectadores al sur de la Antártida, y muestra como se relacionan día a día los habitantes de la estación McMurdo y la naturaleza que los rodea.
En la Antártida habitan durante el verano austral cientos de hombres y mujeres que gracias al proyecto McMurdo intentan entender el origen del planeta Tierra. Es en este lugar donde el director Herzog decidió grabar su último documental, que emite Canal +, acompañado únicamente por un camarógrafo (Peter Zeitlinger).
El director alemán propone al espectador una exploración por la Antártida, una de las últimas reservas del planeta, consiguiendo retratar la belleza natural de esa tierra en la que podemos observar desde los miles de pingüinos que habitan en ella hasta los pocos conocidos volcanes que esconde uno de los lugares más australes de nuestro planeta.
El documental 'Encuentros en el fin del mundo' se desarrolla en la estación de McMurdo donde Herzog pasa los meses de octubre a febrero, temporada conocida como verano austral, y allí el alemán descubre una comunidad de casi un millar de personas, entre científicos y conductores de camión, que viven allí en condiciones increíbles arriesgando su vida día a día por amor a la ciencia.
Herzog explica los motivos que le llevaron a realizar el documental: "Deseé ir a la Antártida después de ver imágenes submarinas de un medio ambiente de otro mundo, que habían sido tomadas por un amigo mío, un experto en submarinismo, que capturó un mundo congelado, nunca hasta ahora visto."
Al director le sorprendió cuando llegó a McMurdo que fuera un lugar con feo aspecto de ciudad minera, lleno de grúas y ruidosas contrucciones. Para él: "McMurdo está hecha de soñadores profesionales y de historias maravillosas".
Con este documental, el director alemán confirma su prestigio como reconocido 'poeta' de hombres en situaciones extremas. El documental contiene imágenes inéditas del continente que podrían ser un registro único de estos parajes.
El documental se estrena tanto en Canal+ como en Canal+ HD la noche del 15 de enero y lo seguirán emitiendo en diferentes pases a lo largo de todo el mes.

El Príncipe Alberto de Mónaco en el Polo Sur

El Príncipe Alberto de Mónaco 'conquista' el Polo Sur
El monarca se convierte así en el único jefe de Estado que ha visitado los dos polos
ELPAÍS.com - Madrid - 15/01/2009

Tras visitar en 2006 el Polo Norte, el Príncipe Alberto de Mónaco ha decidido empezar este año viajando a los puntos más australes del planeta. El miércoles, después de luchar contra la niebla y el viento de la Antártida, el soberano de Mónaco llegó al Polo Sur, junto con su médico y amigo Mike Horn, un aventurero surafricano que le acompaña en su travesía.
Según informa la agencia Associated Press, las temperaturas a las que Alberto se ha enfrentado en los dos días de viaje que le ha significado alcanzar el Polo bajan de los 40 grados bajo cero.
Con esta visita, el monegasco se convierte en el primer y único jefe de Estado que ha viajado a los dos polos, tras iniciar una travesía por la Antártida que comenzó el 5 de enero y que durará, según él mismo ha anunciado, hasta el 22 de este mes.
Las razones del Príncipe para visitar los dos polos tienen que ver con su preocupación por el calentamiento global. En la Antártida, de hecho, se ha reunido con expertos de distintas ciencias que estudian el fenómeno, como vulcanólogos, glaciólogos y climatólogos que le han explicado los efectos que éste está teniendo en el continente.
Su llegada al continente antártico fue celebrada con una breve ceremonia en una base estadounidense cercana al Polo Sur, una de las 26 bases internacionales que visitará en total el Príncipe durante toda su visita

Ver información actualizada sobre esta expedición
Fundación Príncipe Albert II de Mónaco: www.fpa2.mc