MÓNICA SALOMONE
EL PAIS SEMANAL - 18-01-2009
El casco negro de un enorme buque se adentra por el hielo y el silencio antárticos. En su interior, una cincuentena de investigadores trabaja en laboratorios y bodegas. Buscan respuestas para paliar uno de los mayores problemas a que se enfrenta la humanidad: el calentamiento del planeta.
Buscan una forma de enfriar la Tierra.
¿Es tal vez el grandilocuente argumento de una película pretenciosa? Si lo fuera, se ajustaría muy bien a lo que están haciendo ahora mismo científicos de hasta cinco nacionalidades, incluidos españoles, en el proyecto Lohafex. Lo cierto es que el clima de la Tierra está cambiando por la acción del hombre. Es un proceso puesto en marcha sin querer, por así decir, y hasta ahora los esfuerzos se han concentrado en conocerlo mejor y en tratar de frenarlo tocando el mismo botón que lo desencadenó, esto es, la emisión de gases de efecto invernadero. Pero últimamente gana fuerza otra forma de pensar: si hemos logrado calentar el planeta de forma no deliberada, ¿por qué no enfriarlo a propósito? Renunciemos ya al obsoleto sueño de un clima natural y tomemos por fin el mando del termostato. Hagamos geoingeniería.
Sólo que... no es tan sencillo. Uno de los motivos es que algunas ideas anticalentamiento que no pasan por reducir emisiones de dióxido de carbono (CO2) son tan sofisticadas que parecen salidas de un cómic de superhéroes. Por ejemplo, lanzar al espacio 16 billones de pequeños discos que den sombra al planeta o llenar las nubes de sal marina... La Tierra sería un tecno-planeta de ciencia-ficción. Pero la complejidad de la geoingeniería tiene que ver sobre todo con lo que advierte el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC): estas propuestas son "muy especulativas y con el riesgo de desconocidos efectos secundarios".
La primera pega es el desconocimiento. ¿Y si acabara siendo peor el remedio? Otros temen que la geoingeniería sea un falso parche que desvíe la atención de lo importante, que es emitir menos CO2. La sociedad adicta a los combustibles fósiles se comporta "como un yonqui buscando nuevas estrategias para robar a sus hijos", dice Meinrat Andreae, científico atmosférico del Instituto Max Planck para Química, en Mainz (Alemania). Pero los partidarios de tomarse en serio la geoingeniería tienen una respuesta contundente para eso, como el premio Nobel Paul Crutzen: "Hasta ahora, los intentos [de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero] han tenido muy poco éxito". Ha sido su prestigio, premiado en 1995 por alertar sobre el agujero de ozono en la atmósfera, el que ha introducido la geoingeniería en el debate científico. Pese a todas las críticas, cada vez más expertos apuestan por analizar su viabilidad.
1. Abonar el plancton
El buque de casco negro que penetra en los hielos es el Polarstern, alemán, el mayor de Europa para investigación oceanográfica. Desde este mes, y durante diez semanas, estará en la Antártida dedicado a Lohafex, la mayor campaña desarrollada hasta ahora para estudiar si haciendo proliferar el fitoplancton se logra absorber de la atmósfera cantidades importantes de dióxido de carbono. El fitoplancton, como cualquier planta, consigue su carbono del CO2 del aire en la fotosíntesis.
¿Cómo se estimula el crecimiento del plancton? Abonándolo. Añadiendo al agua micronutrientes, en concreto partículas de hierro. En Lohafex -loha es hierro en hindi-, financiada con cuatro millones de euros por India, se lanzarán 20 toneladas de hierro en 2.500 kilómetros cuadrados de océano. No es la primera vez que se hace algo así. Pero la docena de fertilizaciones experimentales hechas hasta ahora no han dado resultados concluyentes: el fitoplancton sí crece, pero no está claro si el carbono acaba donde quieren los investigadores, en el fondo del océano, en vez de ser reemitido a la atmósfera. Tampoco se sabe qué ocurriría si se añadiera más hierro de la cuenta, ni el efecto sobre los demás eslabones del ecosistema, como el krill -crustáceos diminutos que comen fitoplancton- o las ballenas -que comen krill-. Lohafex cubre más superficie, dura más tiempo y analiza más aspectos que los experimentos anteriores. Por eso "se espera que dé respuestas bastante concluyentes", explica Antonio Tovar, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), en Mallorca, uno de los españoles que participan en Lohafex.
"Por supuesto, nos encantaría que el resultado fuera positivo. Reducir el CO2 de la atmósfera es prioritario", dice Tovar. Pero, dadas las incertidumbres actuales, considera del todo descabellado que compañías como las estadounidenses Planktos o Climos planeen ya ofertar la fertilización de plancton a compañías deseosas de pagar por compensar sus emisiones de CO2. A Planktos y Climos ya les llaman "piratas del carbono".
2. Simular una erupción volcánica
La erupción del volcán Pinatubo, en Filipinas, en 1991 introdujo de golpe en la estratosfera 20 millones de toneladas de dióxido de azufre. Las partículas, entre otros efectos, evitaron que parte de la energía del Sol llegara a la Tierra y, como resultado, la temperatura media del planeta bajó ligeramente. Para Paul Crutzen y otros, esa erupción fue un experimento natural del que se puede aprender. La propuesta consiste en inyectar periódicamente en la estratosfera, preferentemente mediante globos, millones de toneladas de partículas de dióxido de azufre.
¿Una macrocontaminación deliberada? Sí, pero Crutzen recuerda que ya por quemar combustibles fósiles emitimos más de 50 millones de toneladas de dióxido de azufre, con el agravante de que esas partículas están en las capas bajas de la atmósfera y, por tanto, las respiramos: matan nada menos que a medio millón de personas al año, según la Organización Mundial de la Salud. ¿No es mejor inyectar las partículas en la estratosfera, donde enfrían el planeta sin matarnos? Su efecto refrigerador sería inmediato, mientras que el de la reducción de emisiones tardará generaciones en notarse. Crutzen viene a decir que, en caso de emergencia -el colapso del hielo en Groenlandia, por ejemplo-, el dióxido de azufre puede ser un alivio.
Pero hay inconvenientes. El enfriamiento no sería regular -los trópicos se enfriarían más que los polos, justo donde más falta hace-. Y podría cambiar el patrón de lluvias incluso en zonas alejadas de donde se inyectaran las partículas: ¿qué pasaría si un país decidiera proteger su clima sin importarle que otros pagaran las consecuencias? Pero lo más grave, seguramente, es que el dióxido de azufre retrasaría en muchas décadas la curación de la capa de ozono.
3. Nubes más brillantes
La cantidad de luz solar que las nubes devuelven al espacio depende de la superficie de las gotas que forman la nube. Muchas gotas pequeñas ofrecen más superficie que pocas gotas grandes. Por eso lo que proponen los británicos John Latham y Stephen Salter es regar las nubes con agua de mar para que acaben formándose innumerables gotitas en torno a los granos de sal. ¿Cómo hacerlo? Con una flota de varios miles de barcos fantasma surcando los mares constantemente: algo así como catamaranes no tripulados y guiados por satélite, equipados con altos cilindros giratorios que hacen las veces de velas y aspersores. Las pegas: su coste, nada barato, y que no se sabe realmente cuánto aumentaría la reflexión de las nubes.
4. Una macrosombrilla espacial
La propuesta tecnológicamente más sofisticada la lanzó el prestigioso astrofísico Roger Angel, de la Universidad de Arizona, hace dos años: colocar en el espacio, concretamente en un punto a 1,85 millones de kilómetros de la Tierra, nada menos que 16 billones (millones de millones) de finísimos discos de silicio que formarían una gigantesca sombrilla planetaria. Los discos se dispondrían en un enjambre que, desde esa distancia, daría sombra a toda la Tierra sin contaminar. Cada disco tendría un pequeño espejo que actuaría de vela solar; además, habría satélites pastoreando la nube.
No haría falta montajes en el espacio, ni ningún astronauta: los discos serían lanzados en paquetes, y una vez en su destino serían esparcidos automáticamente como los naipes de una baraja. Pero eso no elimina los obstáculos. Se tardaría casi un siglo en fabricar tantos discos, y Angel estima un coste de cinco billones (millones de millones) de dólares.
5. Secuestrar carbono
Capturar el dióxido de carbono que emite una única central y almacenarlo puede que no sea geoingeniería propiamente dicha. Pero hacerlo con todas las centrales del planeta sí que supone una transformación sustancial de la Tierra; según algunas estimaciones, habría que gestionar al menos tanto dióxido de carbono como petróleo se consume. ¿Dónde meterlo de forma segura, y con garantías de que no saldrá de nuevo? La petrolera noruega Statoil ha inyectado ya 10 millones de toneladas métricas de CO2 bajo el fondo del mar del Norte a lo largo de 12 años.
Aun así, hay que buscar más opciones. Una es llenar con CO2 los yacimientos de petróleo ya agotados. Otra, clasificable entre las más exóticas, es depositar el CO2 en las zonas más profundas del océano, donde las altas presiones lo convertirían en líquido y lo mantendrían, supuestamente, confinado. Nadie conoce los efectos de algo así sobre la vida marina. Más explorada, aunque en el laboratorio, es la idea de convertir el CO2 en piedra. Se sabe que cuando el CO2 reacciona con una roca llamada peridotita, el resultado es carbonato cálcico, piedra caliza; la peridotita es muy abundante en el manto terrestre, a 20 kilómetros de profundidad, pero aflora en algunas zonas, como el desierto de Omán, Papúa Nueva Guinea, Nueva Caledonia y las costas de Grecia y la antigua Yugoslavia. Ya hay una compañía, Petroleum Development Oman, interesada en un proyecto piloto para ver si funciona.
domingo, enero 18, 2009
Lluvia acelera derretimiento de glaciares en Península Antártica
viernes 16 de nero de 2009 14:30 GYT
Por Alister Doyle
publicado en Reuters
GLACIAR SHELDON, Antártica (Reuters) - Un aumento en la lluvia sobre la Península Antártica está acelerando el derretimiento de glaciares como el Sheldon, que se ha reducido 2 kilómetros en 20 años y está aumentando levemente los niveles mundiales del mar, dijo un destacado experto.
"La lluvia es muy corrosiva para los glaciares y al menos es en parte responsable de que este glaciar se esté encogiendo", sostuvo David Vaughan, un glaciólogo del British Antarctic Survey, navegando en una lancha inflable en una bahía que había estado cubierta de hielo por miles de años.
"El glaciar se ha encogido desde 1989 y dejado esta agua abierta. Ese es el mismo patrón para el 87 por ciento de 400 glaciares a lo largo de la Península Antártica", dijo a Reuters.
El hielo se agrieta y emite un sonido profundo cuando rocas de 70 metros de alto en la parte delantera del glaciar Sheldon se deslizan hacia abajo, algunas de hielo color blanco azulado. Los icebergs a veces se separan en el mar, donde nadan pingüinos y focas.
El borde frontal del Sheldon -un glaciar pequeño según los estándares de la Antártica- ha retrocedido 2 kilómetros desde 1989, aparentemente debido al calentamiento global que provocan los gases efecto invernadero emitidos por la quema de combustibles fósiles, dijo Vaughan.
El viernes y el jueves hubo temperaturas bajo cero con cielos despejados. La lluvia salpicó el glaciar el miércoles y ha caído varias veces durante este mes, pleno verano austral.
Vaughan dijo que la lluvia se estaba volviendo más frecuente durante el verano en la península, la parte más al norte de la Antártica que sobresale hacia América del Sur. La Península se esta calentando más rápidamente que cualquier otro sitio en el hemisferio sur.
AUMENTAN NIVELES DEL MAR Continuación...
viernes 16 de nero de 2009 14:30 GYT
Por Alister Doyle
publicado en Reuters
GLACIAR SHELDON, Antártica (Reuters) - Un aumento en la lluvia sobre la Península Antártica está acelerando el derretimiento de glaciares como el Sheldon, que se ha reducido 2 kilómetros en 20 años y está aumentando levemente los niveles mundiales del mar, dijo un destacado experto.
"La lluvia es muy corrosiva para los glaciares y al menos es en parte responsable de que este glaciar se esté encogiendo", sostuvo David Vaughan, un glaciólogo del British Antarctic Survey, navegando en una lancha inflable en una bahía que había estado cubierta de hielo por miles de años.
"El glaciar se ha encogido desde 1989 y dejado esta agua abierta. Ese es el mismo patrón para el 87 por ciento de 400 glaciares a lo largo de la Península Antártica", dijo a Reuters.
El hielo se agrieta y emite un sonido profundo cuando rocas de 70 metros de alto en la parte delantera del glaciar Sheldon se deslizan hacia abajo, algunas de hielo color blanco azulado. Los icebergs a veces se separan en el mar, donde nadan pingüinos y focas.
El borde frontal del Sheldon -un glaciar pequeño según los estándares de la Antártica- ha retrocedido 2 kilómetros desde 1989, aparentemente debido al calentamiento global que provocan los gases efecto invernadero emitidos por la quema de combustibles fósiles, dijo Vaughan.
El viernes y el jueves hubo temperaturas bajo cero con cielos despejados. La lluvia salpicó el glaciar el miércoles y ha caído varias veces durante este mes, pleno verano austral.
Vaughan dijo que la lluvia se estaba volviendo más frecuente durante el verano en la península, la parte más al norte de la Antártica que sobresale hacia América del Sur. La Península se esta calentando más rápidamente que cualquier otro sitio en el hemisferio sur.
AUMENTAN NIVELES DEL MAR Continuación...
viernes, enero 16, 2009
Estrenan documental de W. Herzog: "Encuentros en el fin del mundo"
PROYECTO MCMURDO
Werner Herzog desnuda la Antártida en 'Encuentros en el fin del mundo'
Actualizado jueves 15/01/2009 19:00 (CET)
ELMUNDO.ES
MADRID.- Este jueves por la noche (22.20 horas) se estrena un documental del director Werner Herzog que acerca a los espectadores al sur de la Antártida, y muestra como se relacionan día a día los habitantes de la estación McMurdo y la naturaleza que los rodea.
En la Antártida habitan durante el verano austral cientos de hombres y mujeres que gracias al proyecto McMurdo intentan entender el origen del planeta Tierra. Es en este lugar donde el director Herzog decidió grabar su último documental, que emite Canal +, acompañado únicamente por un camarógrafo (Peter Zeitlinger).
El director alemán propone al espectador una exploración por la Antártida, una de las últimas reservas del planeta, consiguiendo retratar la belleza natural de esa tierra en la que podemos observar desde los miles de pingüinos que habitan en ella hasta los pocos conocidos volcanes que esconde uno de los lugares más australes de nuestro planeta.
El documental 'Encuentros en el fin del mundo' se desarrolla en la estación de McMurdo donde Herzog pasa los meses de octubre a febrero, temporada conocida como verano austral, y allí el alemán descubre una comunidad de casi un millar de personas, entre científicos y conductores de camión, que viven allí en condiciones increíbles arriesgando su vida día a día por amor a la ciencia.
Herzog explica los motivos que le llevaron a realizar el documental: "Deseé ir a la Antártida después de ver imágenes submarinas de un medio ambiente de otro mundo, que habían sido tomadas por un amigo mío, un experto en submarinismo, que capturó un mundo congelado, nunca hasta ahora visto."
Al director le sorprendió cuando llegó a McMurdo que fuera un lugar con feo aspecto de ciudad minera, lleno de grúas y ruidosas contrucciones. Para él: "McMurdo está hecha de soñadores profesionales y de historias maravillosas".
Con este documental, el director alemán confirma su prestigio como reconocido 'poeta' de hombres en situaciones extremas. El documental contiene imágenes inéditas del continente que podrían ser un registro único de estos parajes.
El documental se estrena tanto en Canal+ como en Canal+ HD la noche del 15 de enero y lo seguirán emitiendo en diferentes pases a lo largo de todo el mes.
Werner Herzog desnuda la Antártida en 'Encuentros en el fin del mundo'
Actualizado jueves 15/01/2009 19:00 (CET)
ELMUNDO.ES
MADRID.- Este jueves por la noche (22.20 horas) se estrena un documental del director Werner Herzog que acerca a los espectadores al sur de la Antártida, y muestra como se relacionan día a día los habitantes de la estación McMurdo y la naturaleza que los rodea.
En la Antártida habitan durante el verano austral cientos de hombres y mujeres que gracias al proyecto McMurdo intentan entender el origen del planeta Tierra. Es en este lugar donde el director Herzog decidió grabar su último documental, que emite Canal +, acompañado únicamente por un camarógrafo (Peter Zeitlinger).
El director alemán propone al espectador una exploración por la Antártida, una de las últimas reservas del planeta, consiguiendo retratar la belleza natural de esa tierra en la que podemos observar desde los miles de pingüinos que habitan en ella hasta los pocos conocidos volcanes que esconde uno de los lugares más australes de nuestro planeta.
El documental 'Encuentros en el fin del mundo' se desarrolla en la estación de McMurdo donde Herzog pasa los meses de octubre a febrero, temporada conocida como verano austral, y allí el alemán descubre una comunidad de casi un millar de personas, entre científicos y conductores de camión, que viven allí en condiciones increíbles arriesgando su vida día a día por amor a la ciencia.
Herzog explica los motivos que le llevaron a realizar el documental: "Deseé ir a la Antártida después de ver imágenes submarinas de un medio ambiente de otro mundo, que habían sido tomadas por un amigo mío, un experto en submarinismo, que capturó un mundo congelado, nunca hasta ahora visto."
Al director le sorprendió cuando llegó a McMurdo que fuera un lugar con feo aspecto de ciudad minera, lleno de grúas y ruidosas contrucciones. Para él: "McMurdo está hecha de soñadores profesionales y de historias maravillosas".
Con este documental, el director alemán confirma su prestigio como reconocido 'poeta' de hombres en situaciones extremas. El documental contiene imágenes inéditas del continente que podrían ser un registro único de estos parajes.
El documental se estrena tanto en Canal+ como en Canal+ HD la noche del 15 de enero y lo seguirán emitiendo en diferentes pases a lo largo de todo el mes.
El Príncipe Alberto de Mónaco en el Polo Sur
El monarca se convierte así en el único jefe de Estado que ha visitado los dos polos
ELPAÍS.com - Madrid - 15/01/2009
Tras visitar en 2006 el Polo Norte, el Príncipe Alberto de Mónaco ha decidido empezar este año viajando a los puntos más australes del planeta. El miércoles, después de luchar contra la niebla y el viento de la Antártida, el soberano de Mónaco llegó al Polo Sur, junto con su médico y amigo Mike Horn, un aventurero surafricano que le acompaña en su travesía.
Según informa la agencia Associated Press, las temperaturas a las que Alberto se ha enfrentado en los dos días de viaje que le ha significado alcanzar el Polo bajan de los 40 grados bajo cero.
Con esta visita, el monegasco se convierte en el primer y único jefe de Estado que ha viajado a los dos polos, tras iniciar una travesía por la Antártida que comenzó el 5 de enero y que durará, según él mismo ha anunciado, hasta el 22 de este mes.
Las razones del Príncipe para visitar los dos polos tienen que ver con su preocupación por el calentamiento global. En la Antártida, de hecho, se ha reunido con expertos de distintas ciencias que estudian el fenómeno, como vulcanólogos, glaciólogos y climatólogos que le han explicado los efectos que éste está teniendo en el continente.
Su llegada al continente antártico fue celebrada con una breve ceremonia en una base estadounidense cercana al Polo Sur, una de las 26 bases internacionales que visitará en total el Príncipe durante toda su visita
Ver información actualizada sobre esta expedición
Fundación Príncipe Albert II de Mónaco: www.fpa2.mc
martes, enero 13, 2009
Premios Antárticos de la Universidad Politécnica de Madrid, por un viaje a la Antártida
Segunda edición de los premios Antárticos
Universidad Politécnica de Madrid
La Universidad Politécnica de Madrid y la empresa Área Táctica SL convocan la II edición de los premios Antárticos de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente para científicos jóvenes. Los dos mejores trabajos de investigación recibirán sendos premios. Consistirán en una estancia en la Base Antártica Argentina "Esperanza" donde podrán desarrollar sus proyectos.
12/1/2009
Los premios Antárticos se convocan por segundo año consecutivo, con la pretensión de lograr que el conjunto de la sociedad pueda juzgar los avances en los fenómenos científicos y tecnológicos, así como despertar en los jóvenes universitarios el deseo de participar en la aventura científica.
El objetivo de esta convocatoria es seleccionar dos proyectos de investigación de carácter científico, tecnológico ó medioambiental, de aplicación en el continente antártico.
Serán premiados aquellos que plasmen la mejor labor científica llevada a cabo por profesionales y universitarios noveles, durante los dos últimos años anteriores a la fecha de concesión de los premios.
Los candidatos tendrán que reunir diversos requisitos:
Deberán ser menores de 40 años y tener nacionalidad española o de algún país miembro de la Unión Europea.
También podrán presentarse científicos de nacionalidad argentina y chilena.
Los formatos de las propuestas deberán contener una serie de puntos. Título del trabajo, identificación del autor principal y datos de la Universidad, Centro de Investigación ó Escuela donde desarrolle su proyecto, y Memoria del trabajo de investigación, entre otros.
La extensión de las propuestas, que deberán presentarse en castellano, no deberá exceder las seis páginas.
Los dos mejores trabajos de investigación recibirán sendos premios. Consistirán en una estancia de cerca de 15 días en la Base Antártica Argentina “Esperanza”, donde los ganadores podrán integrarse con científicos y técnicos militares en sus labores diarias y trabajar en los cometidos que la UPM les asigne a razón de su proyecto. El viaje tendrá lugar entre los meses de febrero y marzo de 2009 coincidiendo con el verano antártico.
El jurado que evaluará los proyectos estará formado por una comisión científica de la UPM. Valorará la innovación, viabilidad, originalidad, desarrollo e integración con las nuevas tecnologías. El plazo de presentación de los trabajos, abierto desde el 26 de diciembre, finalizará el 16 de enero de 2009.
Por último, los premiados, después del viaje, deberán exponer las conclusiones de sus trabajos y sus experiencias profesionales desarrolladas en el continente antártico, en una segunda clausura que tendrá lugar en Santander.
Bases de la convocatoria disponibles en
www.upm.es/investigacion/convocatorias/archivos/premiosantarticos.pdf
Universia
http://www.universia.es/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=98344
Universidad Politécnica de Madrid
La Universidad Politécnica de Madrid y la empresa Área Táctica SL convocan la II edición de los premios Antárticos de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente para científicos jóvenes. Los dos mejores trabajos de investigación recibirán sendos premios. Consistirán en una estancia en la Base Antártica Argentina "Esperanza" donde podrán desarrollar sus proyectos.
12/1/2009
Los premios Antárticos se convocan por segundo año consecutivo, con la pretensión de lograr que el conjunto de la sociedad pueda juzgar los avances en los fenómenos científicos y tecnológicos, así como despertar en los jóvenes universitarios el deseo de participar en la aventura científica.
El objetivo de esta convocatoria es seleccionar dos proyectos de investigación de carácter científico, tecnológico ó medioambiental, de aplicación en el continente antártico.
Serán premiados aquellos que plasmen la mejor labor científica llevada a cabo por profesionales y universitarios noveles, durante los dos últimos años anteriores a la fecha de concesión de los premios.
Los candidatos tendrán que reunir diversos requisitos:
Deberán ser menores de 40 años y tener nacionalidad española o de algún país miembro de la Unión Europea.
También podrán presentarse científicos de nacionalidad argentina y chilena.
Los formatos de las propuestas deberán contener una serie de puntos. Título del trabajo, identificación del autor principal y datos de la Universidad, Centro de Investigación ó Escuela donde desarrolle su proyecto, y Memoria del trabajo de investigación, entre otros.
La extensión de las propuestas, que deberán presentarse en castellano, no deberá exceder las seis páginas.
Los dos mejores trabajos de investigación recibirán sendos premios. Consistirán en una estancia de cerca de 15 días en la Base Antártica Argentina “Esperanza”, donde los ganadores podrán integrarse con científicos y técnicos militares en sus labores diarias y trabajar en los cometidos que la UPM les asigne a razón de su proyecto. El viaje tendrá lugar entre los meses de febrero y marzo de 2009 coincidiendo con el verano antártico.
El jurado que evaluará los proyectos estará formado por una comisión científica de la UPM. Valorará la innovación, viabilidad, originalidad, desarrollo e integración con las nuevas tecnologías. El plazo de presentación de los trabajos, abierto desde el 26 de diciembre, finalizará el 16 de enero de 2009.
Por último, los premiados, después del viaje, deberán exponer las conclusiones de sus trabajos y sus experiencias profesionales desarrolladas en el continente antártico, en una segunda clausura que tendrá lugar en Santander.
Bases de la convocatoria disponibles en
www.upm.es/investigacion/convocatorias/archivos/premiosantarticos.pdf
Universia
http://www.universia.es/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=98344
lunes, enero 12, 2009
Submarino investigará debajo de una barrera de hielo de la Antártida
Publicado en http://about.reuters.com
11 Ene 2009
Por Alister Doyle
PUNTA ARENAS, Chile, ene 11 (Reuters) - Un submarino robot amarillo se sumergirá debajo de una barrera de hielo en la Antártida, a fin de buscar evidencia sobre aumentos en los niveles del mar en uno de los lugares más inaccesibles de la Tierra.
El submarino de 7 metros, que será lanzado desde una embarcación de investigación estadounidense, recorrerá la parte sumergida del hielo al final del glaciar Pine Island, que se está moviendo más rápido que cualquier otro en la Antártida y ya lleva más agua a los océanos que el río Rin de Europa.
Por largo tiempo los científicos han observado la formación de icebergs a partir de las barreras de hielo de la Antártida - extensiones de glaciares flotando sobre el mar - pero no han podido sumergirse para ver cuán profunda es la ruptura que permite el acceso de corrientes de agua.
Ahora los científicos buscan aumentar sus investigaciones en la Antártida, a sabiendas de que cualquier leve aceleración del deshielo podría inundar islas bajas en el Pacífico o afectar las defensas costeras de grandes ciudades como Pekín y Nueva York.
La velocidad de movimiento del glaciar Pine Island en la parte occidental de la Antártida se ha acelerado a 3,7 kilómetros por año, en comparación a los 2,4 kilómetros anuales registrados a mediados de la década de 1990.
"Ha tomado a todos por sorpresa", dijo Adrian Jenkins, líder de la misión "Autosub" del Servicio Británico en la Antártida.
El submarino costó varios millones de dólares en ser desarrollado.
"Si haces investigaciones en la parte del hielo que tienes enfrente todo lo que obtienes es una caja negra", sostuvo Jenkins. "Lo que estamos haciendo es observar lo que está dentro de la caja negra", agregó.
La Antártida contiene más del 90 por ciento de la reserva de agua dulce del mundo y podría aumentar los niveles mundiales de mar en 57 metros si se derrite en su totalidad, lo que tomaría miles de años.
El Panel del Clima de Naciones Unidas pronosticó el año pasado que los niveles marítimos se elevarían entre 18 y 19 por ciento para el 2100, a causa del calentamiento global originado por las emisiones de gases de efecto invernadero.
"El glaciar Pine Island y el glaciar junto a él, el Thwaites, se están moviendo más rápido que cualquier otro en la Antártida", dijo Stan Jacobs, un científico de la Universidad de Columbia en Estados Unidos.
"También se están acelerando", afirmó, a bordo de la embarcación estadounidense Nathaniel B. Palmer en Punta Arenas, la zona más austral de Chile, antes de iniciar un viaje de 54 días.
HIELO MAS DELGADO
Pine Island, Thwaites y el glaciar cercano Crosson agregan cada año 0,25 milímetros al año a los niveles marítimos, 2,5 centímetros en un siglo en caso de que el ritmo de deshielo se mantenga.
El Autosub, impulsado por 5.000 baterías del tipo utilizado en linternas, cuenta una velocidad máxima de 3,4 nudos, un alcance de 400 kilómetros y puede sumergirse 1.600 metros. La barrera de hielo del Pine Island tiene un grosor de alrededor de 400 metros en el borde que da hacia el mar de Amundsen.
Otros proyectos de la embarcación de investigación incluyen dispositivos para ser instalados en el lecho marino a fin de monitorear la temperatura del océano, la salinidad y las corrientes durante dos años.
En Pine Island, el adelgazamiento de la plataforma de hielo parece estar vinculado con un cambio en las corrientes oceánicas, que lleva aguas más cálidas y derrite el hielo. Nadie sabe la razón.
En la península antártica más al norte, varias barreras de hielo se han desintegrado en los últimos años, aparentemente por el aumento de la temperatura en el aire en 3 grados centígrados en los últimos 50 años. El fenómeno podría estar relacionado con el calentamiento global.
En buena parte de la Antártida, las temperaturas cambian muy poco.
Cualquiera sean las causas, los glaciares podrían separarse más rápido del continente si las barraras de hielo desaparecen, sumando agua dulce a los océanos y aumentando los niveles marítimos.
"Tenemos que empezar a preocuparnos si el sistema se está acelerando, si el hielo se está moviendo más rápidamente hacia el océano de lo que lo hacía hace 50 años", indicó Jacobs. Los cambios en la dirección de los vientos podrían estar modificando el curso de las corrientes, que obtienen más aguas cálidas de partes profundas del océano.
El submarino, que toma lecturas de sonar y mide la salinidad de las aguas bajo el hielo - el glaciar está compuesto por agua dulce - es el sucesor de una nave perdida al comienzo de una misión similar en el 2005, bajo una barrera al este de la Antártida.
"La gente se sorprende al oír que está impulsado por 5.000 baterías alcalinas", aseveró Steve McPhail del Centro Nacional de Oceanografía de Gran Bretaña, ubicado en Southampton, donde fue desarrollada la nave.
"Esta es la forma más económica de impulsar un submarino como este", explicó. La nave deberá realizar media decena de misiones bajo el hielo y su ruta ha sido programada con anticipación, pero puede maniobrar en casos imprevistos.
McPhail comentó que el submarino es amarillo porque así es más sencillo ubicarlo cuando alcanza la superficie, y señaló que su color "no tiene nada que ver con la canción de los Beatles, 'Yellow Submarine'".
(Editado en español por Marion Giraldo)
REUTERS MG/
11 Ene 2009
Por Alister Doyle
PUNTA ARENAS, Chile, ene 11 (Reuters) - Un submarino robot amarillo se sumergirá debajo de una barrera de hielo en la Antártida, a fin de buscar evidencia sobre aumentos en los niveles del mar en uno de los lugares más inaccesibles de la Tierra.
El submarino de 7 metros, que será lanzado desde una embarcación de investigación estadounidense, recorrerá la parte sumergida del hielo al final del glaciar Pine Island, que se está moviendo más rápido que cualquier otro en la Antártida y ya lleva más agua a los océanos que el río Rin de Europa.
Por largo tiempo los científicos han observado la formación de icebergs a partir de las barreras de hielo de la Antártida - extensiones de glaciares flotando sobre el mar - pero no han podido sumergirse para ver cuán profunda es la ruptura que permite el acceso de corrientes de agua.
Ahora los científicos buscan aumentar sus investigaciones en la Antártida, a sabiendas de que cualquier leve aceleración del deshielo podría inundar islas bajas en el Pacífico o afectar las defensas costeras de grandes ciudades como Pekín y Nueva York.
La velocidad de movimiento del glaciar Pine Island en la parte occidental de la Antártida se ha acelerado a 3,7 kilómetros por año, en comparación a los 2,4 kilómetros anuales registrados a mediados de la década de 1990.
"Ha tomado a todos por sorpresa", dijo Adrian Jenkins, líder de la misión "Autosub" del Servicio Británico en la Antártida.
El submarino costó varios millones de dólares en ser desarrollado.
"Si haces investigaciones en la parte del hielo que tienes enfrente todo lo que obtienes es una caja negra", sostuvo Jenkins. "Lo que estamos haciendo es observar lo que está dentro de la caja negra", agregó.
La Antártida contiene más del 90 por ciento de la reserva de agua dulce del mundo y podría aumentar los niveles mundiales de mar en 57 metros si se derrite en su totalidad, lo que tomaría miles de años.
El Panel del Clima de Naciones Unidas pronosticó el año pasado que los niveles marítimos se elevarían entre 18 y 19 por ciento para el 2100, a causa del calentamiento global originado por las emisiones de gases de efecto invernadero.
"El glaciar Pine Island y el glaciar junto a él, el Thwaites, se están moviendo más rápido que cualquier otro en la Antártida", dijo Stan Jacobs, un científico de la Universidad de Columbia en Estados Unidos.
"También se están acelerando", afirmó, a bordo de la embarcación estadounidense Nathaniel B. Palmer en Punta Arenas, la zona más austral de Chile, antes de iniciar un viaje de 54 días.
HIELO MAS DELGADO
Pine Island, Thwaites y el glaciar cercano Crosson agregan cada año 0,25 milímetros al año a los niveles marítimos, 2,5 centímetros en un siglo en caso de que el ritmo de deshielo se mantenga.
El Autosub, impulsado por 5.000 baterías del tipo utilizado en linternas, cuenta una velocidad máxima de 3,4 nudos, un alcance de 400 kilómetros y puede sumergirse 1.600 metros. La barrera de hielo del Pine Island tiene un grosor de alrededor de 400 metros en el borde que da hacia el mar de Amundsen.
Otros proyectos de la embarcación de investigación incluyen dispositivos para ser instalados en el lecho marino a fin de monitorear la temperatura del océano, la salinidad y las corrientes durante dos años.
En Pine Island, el adelgazamiento de la plataforma de hielo parece estar vinculado con un cambio en las corrientes oceánicas, que lleva aguas más cálidas y derrite el hielo. Nadie sabe la razón.
En la península antártica más al norte, varias barreras de hielo se han desintegrado en los últimos años, aparentemente por el aumento de la temperatura en el aire en 3 grados centígrados en los últimos 50 años. El fenómeno podría estar relacionado con el calentamiento global.
En buena parte de la Antártida, las temperaturas cambian muy poco.
Cualquiera sean las causas, los glaciares podrían separarse más rápido del continente si las barraras de hielo desaparecen, sumando agua dulce a los océanos y aumentando los niveles marítimos.
"Tenemos que empezar a preocuparnos si el sistema se está acelerando, si el hielo se está moviendo más rápidamente hacia el océano de lo que lo hacía hace 50 años", indicó Jacobs. Los cambios en la dirección de los vientos podrían estar modificando el curso de las corrientes, que obtienen más aguas cálidas de partes profundas del océano.
El submarino, que toma lecturas de sonar y mide la salinidad de las aguas bajo el hielo - el glaciar está compuesto por agua dulce - es el sucesor de una nave perdida al comienzo de una misión similar en el 2005, bajo una barrera al este de la Antártida.
"La gente se sorprende al oír que está impulsado por 5.000 baterías alcalinas", aseveró Steve McPhail del Centro Nacional de Oceanografía de Gran Bretaña, ubicado en Southampton, donde fue desarrollada la nave.
"Esta es la forma más económica de impulsar un submarino como este", explicó. La nave deberá realizar media decena de misiones bajo el hielo y su ruta ha sido programada con anticipación, pero puede maniobrar en casos imprevistos.
McPhail comentó que el submarino es amarillo porque así es más sencillo ubicarlo cuando alcanza la superficie, y señaló que su color "no tiene nada que ver con la canción de los Beatles, 'Yellow Submarine'".
(Editado en español por Marion Giraldo)
REUTERS MG/
domingo, enero 11, 2009
Instalación de un segundo aerogenerador en Base Esperanza
Desarrollan un proyecto en la Antártida para reducir a la mitad el uso de combustibles fósiles
Esta semana concluirá la instalación de un segundo aerogenerador en Esperanza, una de las seis bases argentinas permanentes en la zona, que utiliza la fuerza del viento para calefacción e iluminación, pero también para obtener hidrógeno. De este modo, disminuirá el impacto ambiental en un continente crítico y reducirá además el costo de la energía.
Publicado en http://www.telam.com.ar
10 enero 2009
La instalación de un segundo aerogenerador en Esperanza, una de las seis bases argentinas permanentes en la Antártida, se inscribe en un proyecto para reducir el uso de combustibles fósiles en un 50% en 15 años.
"Estamos conectando todo y esperamos concluir esta próxima semana" el montaje del Primer Módulo Argentino de Energía Limpia (MAEL I), dijo el teniente primero Pablo Cañete, coordinador del grupo de trabajo, consultado telefónicamente por Télam.
Si el primer aerogenerador creado para la base por la empresa estatal rionegrina INVAP calefacciona el laboratorio, el segundo, cuyos componentes descargó hace pocos días en Esperanza el buque Canal de Beagle, de la Armada, tiene aplicaciones más complejas.
El MAEL I utiliza la fuerza del viento para calefacción e iluminación pero también para obtener hidrógeno por electrólisis, explicó Cañete, un licenciado en Matemática Aplicada que se desempeña en el Comando Antártico de Ejército, en la División Investigación, Desarrollo y Medio Ambiente.
El hidrógeno así obtenido a partir del agua tiene muy variadas aplicaciones, entre las cuales alimentar un horno, un quemador, un generador de 8 HP y un equipo de soldadura autógena.
"Este trabajo ha sido realizado en el marco de un proyecto de investigación científico tecnológico que involucra a instituciones y empresas, con el fuerte apoyo de la Dirección Nacional del Antártico (DNA) y su director, Mariano Memolli", subrayó Cañete.
A partir de la puesta en marcha del MAEL I, prevista para marzo próximo, Esperanza utilizará un 7% por ciento de energías alternativas y se situará, en este campo, entre las tres bases más avanzadas de todas las de los diversos países en la Antártida.
La estación científica belga Princesa Elisabeth, fundada en 2007 y que inició los estudios científicos en esta campaña de verano 2008/2009, es la primera base antártica que trabaja con cero emisión de CO2 (dióxido de carbono).
En el caso de Esperanza, sus primeros pasos reflejan el fuerte impulso a la investigación y desarrollo de tecnologías de energías alternativas aplicables a la logística antártica dado por el Ejército junto a la DNA y el Instituto Antártico Argentino (IAA).
El proyecto sustentado en tecnologías alternativas, en especial las del "Sistema Viento-Hidrógeno", apunta a reducir el consumo de combustibles fósiles en un 50% en 15 años.
De este modo, disminuirá el impacto ambiental en un continente crítico y reducirá además el costo de la energía empleada en la Base Esperanza, situada al pie de un glaciar y sobre una bahía del mismo nombre en el norte de la Península Antártica.
Sólo esta base seleccionada para experimentar el uso de energías alternativas utiliza hasta ahora por año unos 350.000 litros de gasoil antártico, combustible que arriba a destino con costos quintuplicados por la gran complejidad del transporte.
El proyecto apunta a generar un mínimo de 150 Kw empleando fuentes limpias y renovables, así como a reducir en 50% las emisiones de dióxido de carbono y las horas de vuelo de helicópteros en el abastecimiento de combustibles, minimizando riesgos de derrames contaminantes.
Además de la DNA, Cañete destacó el papel en el proyecto de la Dirección de Investigación, Desarrollo y Producción del Ejército (DIDEP), el Comando Antártico de Ejército (CAE) y el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEFA).
También de la Escuela Superior Técnica (EST), INVAP, la Planta Experimental de Hidrógeno de Pico Truncado (PEHPC) y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).
"Los trabajos de laboratorio y seguimiento de proyectos serán llevados a cabo durante todo el año en la Base Esperanza por el técnico de la DNA Carlos Gutierrez y personal capacitado de la dotación 2009", concluyó el teniente primero Cañete.
Esta semana concluirá la instalación de un segundo aerogenerador en Esperanza, una de las seis bases argentinas permanentes en la zona, que utiliza la fuerza del viento para calefacción e iluminación, pero también para obtener hidrógeno. De este modo, disminuirá el impacto ambiental en un continente crítico y reducirá además el costo de la energía.
10 enero 2009
La instalación de un segundo aerogenerador en Esperanza, una de las seis bases argentinas permanentes en la Antártida, se inscribe en un proyecto para reducir el uso de combustibles fósiles en un 50% en 15 años.
"Estamos conectando todo y esperamos concluir esta próxima semana" el montaje del Primer Módulo Argentino de Energía Limpia (MAEL I), dijo el teniente primero Pablo Cañete, coordinador del grupo de trabajo, consultado telefónicamente por Télam.
Si el primer aerogenerador creado para la base por la empresa estatal rionegrina INVAP calefacciona el laboratorio, el segundo, cuyos componentes descargó hace pocos días en Esperanza el buque Canal de Beagle, de la Armada, tiene aplicaciones más complejas.
El MAEL I utiliza la fuerza del viento para calefacción e iluminación pero también para obtener hidrógeno por electrólisis, explicó Cañete, un licenciado en Matemática Aplicada que se desempeña en el Comando Antártico de Ejército, en la División Investigación, Desarrollo y Medio Ambiente.
El hidrógeno así obtenido a partir del agua tiene muy variadas aplicaciones, entre las cuales alimentar un horno, un quemador, un generador de 8 HP y un equipo de soldadura autógena.
"Este trabajo ha sido realizado en el marco de un proyecto de investigación científico tecnológico que involucra a instituciones y empresas, con el fuerte apoyo de la Dirección Nacional del Antártico (DNA) y su director, Mariano Memolli", subrayó Cañete.
A partir de la puesta en marcha del MAEL I, prevista para marzo próximo, Esperanza utilizará un 7% por ciento de energías alternativas y se situará, en este campo, entre las tres bases más avanzadas de todas las de los diversos países en la Antártida.
La estación científica belga Princesa Elisabeth, fundada en 2007 y que inició los estudios científicos en esta campaña de verano 2008/2009, es la primera base antártica que trabaja con cero emisión de CO2 (dióxido de carbono).
En el caso de Esperanza, sus primeros pasos reflejan el fuerte impulso a la investigación y desarrollo de tecnologías de energías alternativas aplicables a la logística antártica dado por el Ejército junto a la DNA y el Instituto Antártico Argentino (IAA).
El proyecto sustentado en tecnologías alternativas, en especial las del "Sistema Viento-Hidrógeno", apunta a reducir el consumo de combustibles fósiles en un 50% en 15 años.
De este modo, disminuirá el impacto ambiental en un continente crítico y reducirá además el costo de la energía empleada en la Base Esperanza, situada al pie de un glaciar y sobre una bahía del mismo nombre en el norte de la Península Antártica.
Sólo esta base seleccionada para experimentar el uso de energías alternativas utiliza hasta ahora por año unos 350.000 litros de gasoil antártico, combustible que arriba a destino con costos quintuplicados por la gran complejidad del transporte.
El proyecto apunta a generar un mínimo de 150 Kw empleando fuentes limpias y renovables, así como a reducir en 50% las emisiones de dióxido de carbono y las horas de vuelo de helicópteros en el abastecimiento de combustibles, minimizando riesgos de derrames contaminantes.
Además de la DNA, Cañete destacó el papel en el proyecto de la Dirección de Investigación, Desarrollo y Producción del Ejército (DIDEP), el Comando Antártico de Ejército (CAE) y el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEFA).
También de la Escuela Superior Técnica (EST), INVAP, la Planta Experimental de Hidrógeno de Pico Truncado (PEHPC) y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).
"Los trabajos de laboratorio y seguimiento de proyectos serán llevados a cabo durante todo el año en la Base Esperanza por el técnico de la DNA Carlos Gutierrez y personal capacitado de la dotación 2009", concluyó el teniente primero Cañete.
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