martes, setiembre 23, 2008

buque Orión de Ecuador, retorna a navegar

Después de tres años, el buque Orión (Ecuador) retoma sus travesías
publicado en http://www.eluniverso.com
22set08
67 personas deben convivir los 19 días que tomará una investigación del mar territorial.
A las 06:00 tocan la diana (sirena que anuncia la hora de levantarse); a las 07:00 es el desayuno y a las 08:00 deben estar formados. Este itinerario no es solo para la tripulación militar del buque Orión sino también para los civiles que viajan en él durante sus cruceros.
“Los lunes se iza el pabellón nacional, cantamos el himno y también oramos antes de comer”, relata María Elena Tapia, bióloga del Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar).
Esta doctora ha viajado en catorce cruceros de la nave y mañana hará el número quince junto con otros nueve compañeros, cuando el buque inicie un recorrido de 19 días para estudiar las condiciones del mar.
Desde el viernes pasado la embarcación se prepara para zarpar. Ha estado inactiva tres años por remodelación y equipamiento electrónico, por lo que las pruebas son imprescindibles, según el comandante Pablo Pazmiño.
Mientras marinos bajan al departamento de Máquinas o suben al área del puente, en el camino tropiezan con uno de los diez técnicos de Inocar que sube equipos de investigación.
El horario en alta mar no es problema para ellos, explica Luis Burgos, quien ha viajado 40 veces en este barco. “Nosotros trabajamos incluso en la madrugada, porque hay análisis que deben hacerse inmediatamente”, dice el técnico más antiguo del grupo encargado de estudiar las muestras que se recogen en la nave.
A más de sus 36 tripulantes, el Orión debe llevar a 31 invitados, entre técnicos del Inocar, estudiantes y otros expertos de institutos del mar de Colombia, Perú y Chile.
La convivencia en alta mar de las 67 personas ya está coordinada. El segundo comandante del barco, teniente Juan Carlos Tapia, está encargado de distribuirlos en camarotes y organizar sus actividades.
Pazmiño indica que antes de zarpar los visitantes reciben un entrenamiento para que conozcan la embarcación. “Los dejamos en los camarotes y les apagamos las luces para que sepan cómo salir en caso de emergencia”, dice.
Se estudian, además, sus antecedentes médicos, sobre todo los relacionados con claustrofobia. “No solo es una convivencia de géneros, sino de culturas”, añade, y refiere que en el mar se hacen buenos amigos con respeto y disciplina.
Burgos estuvo en la expedición que el Orión hizo a la Antártida en 1998, en pleno desarrollo del fenómeno El Niño de esa época. Lo más complicado de ese viaje, que duró 120 días, fue el tiempo lejos de su familia y adaptarse al clima. “Por ratos uno sentía calor con la ropa térmica, pero si nos la quitábamos la temperatura del cuerpo bajaba rápidamente”.
Su esposa al igual que la familia de los otros expertos ya están acostumbrados a los días de separación, “porque saben que se trata de trabajo”, dice.
Pero la comunicación con ellos se mantiene durante la travesía. En el barco hay un teléfono satelital donde los marinos reciben mensajes que se envían por internet.
Los familiares solo necesitan entrar a la página web www.iridium.com, hacer clic donde dice “send a satellite message” y escribir el mensaje a la persona que necesiten de la nave.
Los técnicos están sorprendidos con los cambios que el buque sufrió durante la remodelación que costó cinco millones de dólares a la Armada. Se emocionan al ver el laboratorio químico con nuevos muebles y el geofísico, donde ahora tienen un mesón de mármol.
En la proa muestran a Paulina Carrillo los equipos con los que cuenta el buque para la investigación. Ella hará su primer viaje en esta embarcación, que no le es ajena porque su esposo es marino.
Ella es química y explica los riesgos que conlleva la manipulación de reactivos (químicos para analizar las muestras) mientras navega el barco.
A más de las decenas de botellas donde toman los tipos de agua, llevan un congelador y envases para especies marinas. Antes de regresar, el próximo 11 de octubre, en Galápagos harán una casa abierta para los estudiantes de Santa Cruz y San Cristóbal.

Motores
Tres generadores de marca Caterpillar de 590 kilovatios son los que se estrenan en este viaje como nuevos motores de la embarcación. Estos ponen en marcha dos propulsores marca Siemens.

Antártida
Según el comandante del buque, se espera que el próximo año el buque Orión participe de los cruceros a la Antártida, pero para ello se necesitan recursos. Este tipo de investigaciones, dijo, cuesta un aproximado de once millones de dólares. Hasta ahora la embarcación ha viajado al polo tres veces: en 1988, 1990 y 1998.

Antártida Argentina – Informe Ulises

por Por Mario Cafiero
publicado en www.politicaydesarrollo.com.ar
22set08
¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
En la Plataforma Continental Argentina, en el Mar Argentino y Sector Antártico?

INFORME ULISES NRO 6: GRAVÍSIMA SITUACIÓN EN LA ANTÁRTIDA ARGENTINA.
La República Argentina enfrenta por primera vez en más de un siglo de presencia permanente en la Antártida una situación particularmente crítica con tres gravísimos problemas a resolver en los próximos meses, es decir, de aquí al verano austral:
a) Abastecimiento de nuestras bases, en particular Belgrano II y Marambio
b) Realización y presentación de actividad científica relevante de conformidad con las obligaciones establecidas por el Tratado Antártico. En particular tratándose del Año Polar Antártico y por cumplirse 50 años del Tratado Antártico, ocasión en que todos los países antárticos, en particular los reclamantes de soberanía lucirán sus mejores galas y destacarán sus logros científicos.
c) Relimitación de la plataforma continental antártica (PCA): antes de mayo del 2009 en resguardo de nuestros derechos soberanos deberemos haber concluido el informe sobre los límites.
Este triple desafío- abastecimiento logístico, investigación científica y delimitación de la PCA - debe completarse durante el próximo verano 2008-2009. Sin embargo, al día de hoy SU CUMPLIMIENTO NO ESTÁ ASEGURADO.
Ninguna de estas actividades es nueva, sorprendente o inesperada. Hemos abastecido nuestras bases y realizamos actividad científica en forma ininterrumpida desde 1904. Una rutina secular. Tampoco es una novedad lo de la PCA, ya que lo sabíamos desde 1982 (fecha en que firmamos la CONVEMAR) o como mínimo desde 1995 (fecha de su ratificación).
Llama poderosamente la atención la desarticulación - en algunos casos al borde del colapso - de nuestro aparato antártico, tanto en lo logístico, como en lo científico, presupuestario y político-diplomático.
Esta carencia combinada, es única en nuestro historial secular y ocurre en coincidencia con el momento de máxima apreciación geoeconómica y geoestratégica de nuestros contendientes de soberanía en el área, principalmente el Reino Unido.
La Argentina está allí desde 1904, cuando el presidente Roca decidió y concretó el Observatorio Meteorológico y Magnético de las islas Orcadas del Sur. La Argentina se transformó en el primer país y el único durante 40 años en establecer una base científica en la Antártida.
El desbaratamiento del aparato antártico constituye un corolario de la política iniciada hace dos décadas a partir de los acuerdos de Madrid, un verdadero Caballo/Cavallo de Troya, inocuo en apariencia, pero terriblemente dañino por lo que alberga en su interior.
Resultan sorprendentes y alarmantes las manifestaciones contenidas en la nota de Ámbito Financiero del día 17 de Septiembre de 2008 (pág. 21). Según la información allí suministrada, la Aduana Argentina estaría cobrando retenciones a las exportaciones de combustibles a la Antártida Argentina, aplicando la Resolución 394/07, en violación de la ley 19.640 y aparentemente colocándose en la escandalosa situación de aplicar derechos de aduana a productos necesarios para la subsistencia de bases en territorio argentino. Una vez más, el tema de las retenciones, pero esta vez, absurdamente aplicada dentro del propio territorio nacional (recordemos que la Antártida forma parte del territorio de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur).
Una gravísima lesión para los intereses y posiciones argentinas en el área. La aplicación de la Resolución 394/07 a exportaciones a nuestro territorio antártico podría resultar en el corto, mediano y largo plazo más dañina que la conflictiva Resolución 125.
Las deficiencias presupuestarias, el apuro y el nerviosismo con que ahora se pretende dar respuesta a situaciones previstas y anticipadas desde hace décadas, motivan nuestra profunda preocupación, todavía sin ánimo de entrar en suspicacias.
Pero la pregunta surge: ¿no existió acaso en algunos ámbitos ministeriales la idea de desafectar o cerrar bases antárticas, disgregar y minimizar la actividad científica sustantiva, y no relevar ni limitar nuestra plataforma continental antártica? ¿No podría ser esta hipótesis complementaria de la idea de no delimitar la plataforma continental en torno a Malvinas, Georgias del Sur, y Sándwich del Sur, y dejar que otros países ejecuten esta tarea? ¿Se pensaba tal vez que con una plataforma continental residual (o sea sólo un par de áreas en nuestro litoral continental septentrional y cerca de Tierra del Fuego) era suficiente?
¿No habrá sido por eso que no se asignaron las provisiones presupuestarias, logísticas, científicas y político-internacionales del caso?
La ridícula y escandalosa aplicación de retenciones a la exportación a combustibles a ser utilizados en el área antártica presenta aristas y problemas que la Cancillería debe responder, deslindando las responsabilidades y señalando a los responsables del caso.

Ulises, 20 de setiembre del 2008.
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lunes, setiembre 22, 2008

Venezuela construirá buque oceanográfico antártico

Publicado en www.elcomerciodigital.com
Juliana confirma que construirá un oceanográfico para el Gobierno de Venezuela
21.09.08 - REDACCIÓN GIJÓN
Juliana confirmó ayer que construirá uno de los cinco barcos que el Gobierno de Venezuela le ha adjudicado a su propietario, el grupo gallego Factorías Vulcano, junto con el astillero vigués Freire.
Se trata de un oceanográfico preparado para navegar por la Antártida y que, según se explicó en el momento de la firma, tendrá un casco reforzado y plataforma para helicópteros.
El astillero vigués Freire construirá otros dos buques para la investigación oceanográfica, mientras que Vulcano se hará cargo de dos buques sísmicos para la prospección petrolífera.
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Córdoba: XI Seminario de Periodismo y Medio Ambiente

Atapuerca y la Antártida, temas del seminario de Periodismo y Medio Ambiente
20-09-08
EFE
CÓRDOBA. El XI Seminario de Periodismo y Medio Ambiente, que organizan la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) y la Fundación Efe del 24 al 26 de septiembre, abordará entre otras cuestiones las consecuencias del cambio climático y los efectos que produce el turismo descontrolado en la Antártida.
Así lo explicó el director del seminario, José María Montero, quien ha indicado que estos temas se tratarán durante la primera conferencia titulada «El pulso del planeta: investigación en regiones polares», que será impartida por el presidente del Comité Español del Scientific Committee on Antarctic Research, Jerónimo López.
En las conferencias resalta la participación del arqueólogo, antropólogo, paleontólogo y codirector del yacimiento de Atapuerca, Eudald Carbonell, que dará a conocer la últimas novedades de estas excavaciones

Difunden informe técnico por hundimiento del Explorer

Tomado de www.eldiariodelfindelmundo.com
19 set 08

Investigadores, científicos y técnicos de la Dirección Nacional del Antártico y del Instituto Antártico Argentino han elaborado un informe sobre la incidencia del hundimiento del buque turístico "Explorer" en el sector antártico, el cual fue publicado a comienzos de agosto de este año.
El documento recuerda que el hecho se produjo durante la madrugada del día 23 de noviembre del año pasado, cuando el navío antártico chocó contra un iceberg a unos 40 kilómetros de la isla 25 de Mayo, y a unos 96 kilómetros de la Península Antártica, lo que le ocasionó serios daños y el ingreso de agua a la embarcación. Asimismo, detalla que el incidente obligó a los 100 pasajeros y los 54 tripulantes a abandonar el buque, empleando embarcaciones neumáticas tipo zodiac y balsas salvavidas, y que luego fueron rescatados por otros buques que se encontraban operando en la zona.
A partir del accidente, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, la Cancillería Argentina y la Armada llevaron a cabo las primeras evaluaciones ambientales en la zona del hundimiento. En el material indica que se comenzaron con sobrevuelos en el área, y se efectuaron tareas de monitoreo in situ, por medio del buque A.R.A. "Suboficial Castillo", donde participaron especialistas de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Dirección Nacional de Antártico, de la Armada Argentina y científicos del Instituto Antártico Argentino.
El director nacional del Antártico, Mariano Mémoli, se refirió al informe manifestando que se trata de "un estudio oceanográfico y biológico del posible impacto que puede provocar el hundimiento del Explorer", aclarando que se trata de "un informe técnico preliminar, ya que nosotros no abandonaremos el monitoreo de la zona". De ese modo, remarcó que este trabajo "corta como una fotografía lo ocurrido hasta que finalizó la campaña antártica de verano".
Explicó que en función de que en el entorno de la isla 25 de Mayo "tenemos estudios de más de 25 años sobre el ambiente prístino", se convocó a los investigadores del organismo nacional para "trabajar en como iba a afectar el hundimiento del buque, y si eso podía llegar a las playas de las islas provocando un impacto ambiental". Así, señaló que para el trabajo se sumó la Secretaría de Ambiente, la cual "colaboró con sus especialistas", además de la Armada Argentina que "en esos momentos estaba por comenzar a operar en la Patrulla Antártica Naval Combinada".
Remarcó que el estudio y el trabajo de investigación continuarán durante las próximas campañas de verano, porque "los 185.000 litros de gas oil que tenía el Explorer, más la cantidad de combustibles, hacen que esto no lo podamos dar por finalizado, sino que los monitoreos hay que seguir manteniéndolos".

Fue una situación afortunada desde el aspecto ambiental antártico

Respecto de ese primer informe, Mémoli comentó que "los especialistas señalan que ha sido afortunado ya que la corriente que va por el Mar de la Flota no impactará en las playas cercanas, salvo algún cambio de corriente, sino que cualquier mancha de hidrocarburo irá mar afuera", asimismo, indicó que "no va a estar sobre el lugar donde se alimentan los pingüinos, que es donde está el krill, y tampoco va a impactar en las islas que están en el extremo noreste del Mar de la Flota".
Sostuvo que en los monitoreos realizados "pudimos comprobar que no había ningún daño en las costas", no obstante, insistió con que "hay que continuar realizando el monitoreo de esos lugares, porque un informe preliminar que dio resultados positivos no hace que nosotros bajemos los brazos y dejemos de monitorear, porque ante la posibilidad de que exista un impacto, deberemos trabajar para atender esa posible situación".
Manifestó que la continuidad del monitoreo "es un buen ejercicio ya que se trata se un trabajo conjunto entre científicos del Instituto Antártico Argentino, la gente de Gestión Ambiental de la Dirección Nacional del Antártico, la Armada Argentina y los técnicos de la Secretaría de Ambiente".
Finalmente, remarcó que esos futuros informes serán publicados en el sitio web de la Dirección: www.dna.gov.ar, como este primero, ya que "nuestra intención es que estos datos estén al alcance de cualquier persona interesada"

jueves, setiembre 18, 2008

Pintura antártica de Marina Curci


La Antártida según Marina Curci
enviado por masalladelsur@yahoo.com.ar
Reenviamos escaneos de la obra antártica que la pintora Marina Curci expone actualmente en Buenos Aires. En el 2006 viajó embarcada en el Rompehielos Irízar hasta la "Costa Confín" del Mar de Weddell.
Susana - Mariza - Pablo
- Más Allá del Sur - Radio nacional AM 870 -

“...Aquí en esta latitud (77º) todo el día es de día, el sol siempre está allí arriba, lo único que sucede es que hace un arco por sobre nosotros. Se acerca levemente al horizonte, pero como jugando no lo llega ni a tocar, rebota nuevamente para elevarse otra vez y recomenzar su danza semicircular sobre nuestras cabezas.
Ya hace 25 días que no veo la noche…” Marina Curci enero de 2006

Un lugar desconocido para la inmensa mayoría de los seres humanos. No sólo desconocido sino difícil, casi imposible, de imaginar. No hay vivencias equiparables a la experiencia antártica (dicen los que fueron). El tiempo y el espacio, naturaleza y cultura, tienen allí unas coordenadas diferentes a las que se experimentan en todos los lugares habitables del planeta, sean cuales fueren.
Marina Curci viajó a la Antártida a bordo del rompehielos Almirante Irízar en 2006. Llegó a la Antártida luego de un largo período de trabajo y reflexión sobre la naturaleza, el paisaje y su punto de vista como espectadora primero, luego como constructora de paisajes.
La cuestión de la inmensidad ha sido una perspectiva central en su aproximación al paisaje. Primero fue la pampa, el “desierto” que llegaba hasta la vereda de su casa suburbana, que pugnaba por hacerse visible desde abajo del asfalto y las baldosas en la presencia – mínima, casi imperceptible – de los yuyos y pequeñas hierbas “indeseadas” en las veredas y jardines.
Desde ese lugar de reflexión se dispuso a encarar su experiencia en la Antártida, el mítico continente de hielo, sabiendo de antemano que enfrentaría una naturaleza por completo nueva, como un desafío a sus posibilidades de representar y de construir, a partir de su experiencia, un paisaje. ¿Cuál era su expectativa? Un viaje a la Antártida se intuye como una experiencia decisiva, supone enfrentar una relación desconocida con la naturaleza. Tal vez también un viaje interior, al fondo de las posibilidades de vivir y comprender esos procesos de acomodamiento a un entorno que impone unas reglas inexorables. El desafío del regreso sería lograr transmitir en su pintura algo medular de esa experiencia, algo que pudiera suscitar en el espectador algo más que la traducción de esa naturaleza desconocida a unos términos y parámetros conocidos. Sin embargo nada fue como esperaba, la dimensión de su extrañamiento fue desbordante.
Marina Curci llevó un registro minucioso de todas las instancias del viaje. Escribió, dibujó, fotografió, pintó. Aquí se exhibe una meditada selección de las imágenes que – a la manera de un diario – fueron hechas durante el viaje. Y con todo ese material trabaja, desde hace más de un año en su estudio, en una búsqueda interminable de las dimensiones profundas del cambio que la experiencia antártica operó en ella.

A lo largo del viaje hubo un proceso de reacomodamiento, que podría pensarse como un cambio paulatino en la ecuación cultura/naturaleza. Al principio su respuesta casi instintiva a la inmensidad oceánica fue concentrarse en la cultura que la contenía ante el abismo. Se dedicó a dibujar su entorno inmediato: el barco, el puente de mando, las máquinas, el universo cerrado de ese barco que era como una ciudad flotante, con sus códigos de convivencia, sus reglas y su rutina.
Dice Marina que le costó mucho elaborar un sistema de representación de aquello que la rodeaba más allá de los confines del barco. Cómo sintetizar en el dibujo, cómo traducir en términos plásticos esa experiencia totalmente nueva. El color, el espacio, los volúmenes, pero también el clima, el tiempo de la acción, eran algo absolutamente nuevo, sin parámetros de comparación con lo vivido hasta entonces. “Por ejemplo – dice – no tenía la posibilidad de pararme a contemplar belleza ni a reflexionar. No podés quedarte ahí parada. Todo es movimiento.” La acuarela se congelaba en el pincel. Ha dejado en muchos de sus dibujos el rastro de esas cristalizaciones de los materiales. Se congelaban también las manos, los pies. El clima impuso su ritmo a los dibujos. Trazos rápidos, una gran concentración, la búsqueda de lugares donde anclar un centro para la mirada. ¿Qué es figura y qué es fondo? ¿Cómo medir la distancia? ¿Luz y sombra? ¿Qué sintetizar? Nada de lo aprendido y practicado hasta entonces pareció útil. Dedicó sus días a dibujar a un ritmo frenético, sin darse tiempo para pensar y aplicar alguna de las convenciones que llevaba de su experiencia paisajística previa.
La Antártida para ella, desde el momento de su partida hasta hoy, significa un lento y paulatino desmantelamiento de todas sus certezas aprendidas. Fue, en última instancia, un viaje de alejamiento progresivo de las reglas de la mímesis en su relación con la naturaleza. De las salas de máquinas al interior oscuro de los témpanos. De la rasgadura mínima de una grieta en el hielo al despliegue de las infinitas gradaciones de azules en su experiencia de lo sublime polar.
“Aprendés otras maneras de ver la naturaleza y entendés que todas son pasionales. – dice – Tenés la sensación de entender el mundo a partir de esas imágenes tan fuertes y poderosas, siempre en movimiento.”
Los materiales: los pigmentos, papeles, la técnica, tienen un protagonismo especial en la obra de Marina Curci. Fabrica sus pinturas y elige cuidadosamente los soportes. Los dibujos y bocetos que realizó durante el viaje significaron también un giro en ese sentido. Más que superponer pigmentos y trazos sobre el soporte, su vivencia fue la de estar desagregando, como escarbando en el hielo. Encontraba que el protagonista comenzaba a ser el papel, que dejaba de ser base de la representación para ser el tema principal, la presencia más importante. Descubrió cómo se congela y se descongela la acuarela, aprendió a dibujar con unos guantes enormes, a trabajar en tensión, velozmente y en interacción con esa naturaleza que imponía férreamente sus ritmos.
Una artista reflexiva, minuciosa hasta rozar la obsesión, se encontró sin posibilidades de preguntarse nada a la hora de plasmar lo que veía. No pudo organizar de un modo racional ni siquiera afectivo el impacto que ese mundo produjo en ella. Dibujó frenéticamente sin detenerse a hacerse preguntas. Se dedicó a vivir el espacio y procuró dejarse llevar por la fuerza que la impulsaba a una práctica casi automática del dibujo. A su regreso vendrían el tiempo y la calma para procesar ese caos de sensaciones. La prioridad fue capturar aquello que nunca más tendría, el instante del encuentro.
Al regreso, otra vez en el ámbito reposado del taller, la artista ha comenzado otro viaje. Un viaje que la lleva a una nueva relación con la pintura. Trabaja superponiendo capas de pigmento y veladuras que dan a sus telas una extraña densidad. Hay abismos en esas telas donde es posible hundirse. De la Antártida trajo una vibración emocional que la alejó de la figuración. Desapareció en sus últimas telas el horizonte que la obsesionaba para dar lugar al abismo total, el paredón de hielo aparece infinito en sus trípticos inmensos, donde todo es abismo, en azules y negros profundos. Ha hecho también otras series de cuadros casi blancos, casi vacíos. Hay allí un despojamiento paulatino, un crescendo del silencio. Esas series plantean también una ruptura de los límites del cuadro. Ninguno termina siendo un cosmos ordenado en sí mismo sino que continúa en los otros, siguiendo el vértigo de esa inmersión en una renovada experiencia de lo sublime. Algo que parecía difícil de imaginar en este fatigado planeta.

Laura Malosetti Costa
julio de 2008

Brasil incorporará nuevo buque polar para investigación científica

Publicado en XINHUA
RIO DE JANEIRO, Brasil, 18 set 08
Brasil ha decidido adquirir un nuevo navío polar, para reforzar su programa de investigaciones en la Antártica, informó el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
La adquisición de 41.3 millones de dólares fue autorizada por la Financiadora de Estudios y de Proyectos (Finep), brazo financiero del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
El navío escogido, el Ocean Empress, es de origen noruego y será incluido en la flota del llamado Programa Antártico Brasileño (Proantar).
La compra está siento concluida por la Marina de Guerra de Brasil y la previsión es que el barco comience a operar en un año y medio.
El navío ya está siendo equipado con alta tecnología para investigación oceanográfica en un astillero en Alemania.
Los laboratorios permitirán la investigación en meteorología, geología continental y marina, oceanografía, biología, astrofísica, geomagnetismo y geofísica nuclear.