lunes, setiembre 22, 2008

Difunden informe técnico por hundimiento del Explorer

Tomado de www.eldiariodelfindelmundo.com
19 set 08

Investigadores, científicos y técnicos de la Dirección Nacional del Antártico y del Instituto Antártico Argentino han elaborado un informe sobre la incidencia del hundimiento del buque turístico "Explorer" en el sector antártico, el cual fue publicado a comienzos de agosto de este año.
El documento recuerda que el hecho se produjo durante la madrugada del día 23 de noviembre del año pasado, cuando el navío antártico chocó contra un iceberg a unos 40 kilómetros de la isla 25 de Mayo, y a unos 96 kilómetros de la Península Antártica, lo que le ocasionó serios daños y el ingreso de agua a la embarcación. Asimismo, detalla que el incidente obligó a los 100 pasajeros y los 54 tripulantes a abandonar el buque, empleando embarcaciones neumáticas tipo zodiac y balsas salvavidas, y que luego fueron rescatados por otros buques que se encontraban operando en la zona.
A partir del accidente, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, la Cancillería Argentina y la Armada llevaron a cabo las primeras evaluaciones ambientales en la zona del hundimiento. En el material indica que se comenzaron con sobrevuelos en el área, y se efectuaron tareas de monitoreo in situ, por medio del buque A.R.A. "Suboficial Castillo", donde participaron especialistas de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Dirección Nacional de Antártico, de la Armada Argentina y científicos del Instituto Antártico Argentino.
El director nacional del Antártico, Mariano Mémoli, se refirió al informe manifestando que se trata de "un estudio oceanográfico y biológico del posible impacto que puede provocar el hundimiento del Explorer", aclarando que se trata de "un informe técnico preliminar, ya que nosotros no abandonaremos el monitoreo de la zona". De ese modo, remarcó que este trabajo "corta como una fotografía lo ocurrido hasta que finalizó la campaña antártica de verano".
Explicó que en función de que en el entorno de la isla 25 de Mayo "tenemos estudios de más de 25 años sobre el ambiente prístino", se convocó a los investigadores del organismo nacional para "trabajar en como iba a afectar el hundimiento del buque, y si eso podía llegar a las playas de las islas provocando un impacto ambiental". Así, señaló que para el trabajo se sumó la Secretaría de Ambiente, la cual "colaboró con sus especialistas", además de la Armada Argentina que "en esos momentos estaba por comenzar a operar en la Patrulla Antártica Naval Combinada".
Remarcó que el estudio y el trabajo de investigación continuarán durante las próximas campañas de verano, porque "los 185.000 litros de gas oil que tenía el Explorer, más la cantidad de combustibles, hacen que esto no lo podamos dar por finalizado, sino que los monitoreos hay que seguir manteniéndolos".

Fue una situación afortunada desde el aspecto ambiental antártico

Respecto de ese primer informe, Mémoli comentó que "los especialistas señalan que ha sido afortunado ya que la corriente que va por el Mar de la Flota no impactará en las playas cercanas, salvo algún cambio de corriente, sino que cualquier mancha de hidrocarburo irá mar afuera", asimismo, indicó que "no va a estar sobre el lugar donde se alimentan los pingüinos, que es donde está el krill, y tampoco va a impactar en las islas que están en el extremo noreste del Mar de la Flota".
Sostuvo que en los monitoreos realizados "pudimos comprobar que no había ningún daño en las costas", no obstante, insistió con que "hay que continuar realizando el monitoreo de esos lugares, porque un informe preliminar que dio resultados positivos no hace que nosotros bajemos los brazos y dejemos de monitorear, porque ante la posibilidad de que exista un impacto, deberemos trabajar para atender esa posible situación".
Manifestó que la continuidad del monitoreo "es un buen ejercicio ya que se trata se un trabajo conjunto entre científicos del Instituto Antártico Argentino, la gente de Gestión Ambiental de la Dirección Nacional del Antártico, la Armada Argentina y los técnicos de la Secretaría de Ambiente".
Finalmente, remarcó que esos futuros informes serán publicados en el sitio web de la Dirección: www.dna.gov.ar, como este primero, ya que "nuestra intención es que estos datos estén al alcance de cualquier persona interesada"

jueves, setiembre 18, 2008

Pintura antártica de Marina Curci


La Antártida según Marina Curci
enviado por masalladelsur@yahoo.com.ar
Reenviamos escaneos de la obra antártica que la pintora Marina Curci expone actualmente en Buenos Aires. En el 2006 viajó embarcada en el Rompehielos Irízar hasta la "Costa Confín" del Mar de Weddell.
Susana - Mariza - Pablo
- Más Allá del Sur - Radio nacional AM 870 -

“...Aquí en esta latitud (77º) todo el día es de día, el sol siempre está allí arriba, lo único que sucede es que hace un arco por sobre nosotros. Se acerca levemente al horizonte, pero como jugando no lo llega ni a tocar, rebota nuevamente para elevarse otra vez y recomenzar su danza semicircular sobre nuestras cabezas.
Ya hace 25 días que no veo la noche…” Marina Curci enero de 2006

Un lugar desconocido para la inmensa mayoría de los seres humanos. No sólo desconocido sino difícil, casi imposible, de imaginar. No hay vivencias equiparables a la experiencia antártica (dicen los que fueron). El tiempo y el espacio, naturaleza y cultura, tienen allí unas coordenadas diferentes a las que se experimentan en todos los lugares habitables del planeta, sean cuales fueren.
Marina Curci viajó a la Antártida a bordo del rompehielos Almirante Irízar en 2006. Llegó a la Antártida luego de un largo período de trabajo y reflexión sobre la naturaleza, el paisaje y su punto de vista como espectadora primero, luego como constructora de paisajes.
La cuestión de la inmensidad ha sido una perspectiva central en su aproximación al paisaje. Primero fue la pampa, el “desierto” que llegaba hasta la vereda de su casa suburbana, que pugnaba por hacerse visible desde abajo del asfalto y las baldosas en la presencia – mínima, casi imperceptible – de los yuyos y pequeñas hierbas “indeseadas” en las veredas y jardines.
Desde ese lugar de reflexión se dispuso a encarar su experiencia en la Antártida, el mítico continente de hielo, sabiendo de antemano que enfrentaría una naturaleza por completo nueva, como un desafío a sus posibilidades de representar y de construir, a partir de su experiencia, un paisaje. ¿Cuál era su expectativa? Un viaje a la Antártida se intuye como una experiencia decisiva, supone enfrentar una relación desconocida con la naturaleza. Tal vez también un viaje interior, al fondo de las posibilidades de vivir y comprender esos procesos de acomodamiento a un entorno que impone unas reglas inexorables. El desafío del regreso sería lograr transmitir en su pintura algo medular de esa experiencia, algo que pudiera suscitar en el espectador algo más que la traducción de esa naturaleza desconocida a unos términos y parámetros conocidos. Sin embargo nada fue como esperaba, la dimensión de su extrañamiento fue desbordante.
Marina Curci llevó un registro minucioso de todas las instancias del viaje. Escribió, dibujó, fotografió, pintó. Aquí se exhibe una meditada selección de las imágenes que – a la manera de un diario – fueron hechas durante el viaje. Y con todo ese material trabaja, desde hace más de un año en su estudio, en una búsqueda interminable de las dimensiones profundas del cambio que la experiencia antártica operó en ella.

A lo largo del viaje hubo un proceso de reacomodamiento, que podría pensarse como un cambio paulatino en la ecuación cultura/naturaleza. Al principio su respuesta casi instintiva a la inmensidad oceánica fue concentrarse en la cultura que la contenía ante el abismo. Se dedicó a dibujar su entorno inmediato: el barco, el puente de mando, las máquinas, el universo cerrado de ese barco que era como una ciudad flotante, con sus códigos de convivencia, sus reglas y su rutina.
Dice Marina que le costó mucho elaborar un sistema de representación de aquello que la rodeaba más allá de los confines del barco. Cómo sintetizar en el dibujo, cómo traducir en términos plásticos esa experiencia totalmente nueva. El color, el espacio, los volúmenes, pero también el clima, el tiempo de la acción, eran algo absolutamente nuevo, sin parámetros de comparación con lo vivido hasta entonces. “Por ejemplo – dice – no tenía la posibilidad de pararme a contemplar belleza ni a reflexionar. No podés quedarte ahí parada. Todo es movimiento.” La acuarela se congelaba en el pincel. Ha dejado en muchos de sus dibujos el rastro de esas cristalizaciones de los materiales. Se congelaban también las manos, los pies. El clima impuso su ritmo a los dibujos. Trazos rápidos, una gran concentración, la búsqueda de lugares donde anclar un centro para la mirada. ¿Qué es figura y qué es fondo? ¿Cómo medir la distancia? ¿Luz y sombra? ¿Qué sintetizar? Nada de lo aprendido y practicado hasta entonces pareció útil. Dedicó sus días a dibujar a un ritmo frenético, sin darse tiempo para pensar y aplicar alguna de las convenciones que llevaba de su experiencia paisajística previa.
La Antártida para ella, desde el momento de su partida hasta hoy, significa un lento y paulatino desmantelamiento de todas sus certezas aprendidas. Fue, en última instancia, un viaje de alejamiento progresivo de las reglas de la mímesis en su relación con la naturaleza. De las salas de máquinas al interior oscuro de los témpanos. De la rasgadura mínima de una grieta en el hielo al despliegue de las infinitas gradaciones de azules en su experiencia de lo sublime polar.
“Aprendés otras maneras de ver la naturaleza y entendés que todas son pasionales. – dice – Tenés la sensación de entender el mundo a partir de esas imágenes tan fuertes y poderosas, siempre en movimiento.”
Los materiales: los pigmentos, papeles, la técnica, tienen un protagonismo especial en la obra de Marina Curci. Fabrica sus pinturas y elige cuidadosamente los soportes. Los dibujos y bocetos que realizó durante el viaje significaron también un giro en ese sentido. Más que superponer pigmentos y trazos sobre el soporte, su vivencia fue la de estar desagregando, como escarbando en el hielo. Encontraba que el protagonista comenzaba a ser el papel, que dejaba de ser base de la representación para ser el tema principal, la presencia más importante. Descubrió cómo se congela y se descongela la acuarela, aprendió a dibujar con unos guantes enormes, a trabajar en tensión, velozmente y en interacción con esa naturaleza que imponía férreamente sus ritmos.
Una artista reflexiva, minuciosa hasta rozar la obsesión, se encontró sin posibilidades de preguntarse nada a la hora de plasmar lo que veía. No pudo organizar de un modo racional ni siquiera afectivo el impacto que ese mundo produjo en ella. Dibujó frenéticamente sin detenerse a hacerse preguntas. Se dedicó a vivir el espacio y procuró dejarse llevar por la fuerza que la impulsaba a una práctica casi automática del dibujo. A su regreso vendrían el tiempo y la calma para procesar ese caos de sensaciones. La prioridad fue capturar aquello que nunca más tendría, el instante del encuentro.
Al regreso, otra vez en el ámbito reposado del taller, la artista ha comenzado otro viaje. Un viaje que la lleva a una nueva relación con la pintura. Trabaja superponiendo capas de pigmento y veladuras que dan a sus telas una extraña densidad. Hay abismos en esas telas donde es posible hundirse. De la Antártida trajo una vibración emocional que la alejó de la figuración. Desapareció en sus últimas telas el horizonte que la obsesionaba para dar lugar al abismo total, el paredón de hielo aparece infinito en sus trípticos inmensos, donde todo es abismo, en azules y negros profundos. Ha hecho también otras series de cuadros casi blancos, casi vacíos. Hay allí un despojamiento paulatino, un crescendo del silencio. Esas series plantean también una ruptura de los límites del cuadro. Ninguno termina siendo un cosmos ordenado en sí mismo sino que continúa en los otros, siguiendo el vértigo de esa inmersión en una renovada experiencia de lo sublime. Algo que parecía difícil de imaginar en este fatigado planeta.

Laura Malosetti Costa
julio de 2008

Brasil incorporará nuevo buque polar para investigación científica

Publicado en XINHUA
RIO DE JANEIRO, Brasil, 18 set 08
Brasil ha decidido adquirir un nuevo navío polar, para reforzar su programa de investigaciones en la Antártica, informó el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
La adquisición de 41.3 millones de dólares fue autorizada por la Financiadora de Estudios y de Proyectos (Finep), brazo financiero del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
El navío escogido, el Ocean Empress, es de origen noruego y será incluido en la flota del llamado Programa Antártico Brasileño (Proantar).
La compra está siento concluida por la Marina de Guerra de Brasil y la previsión es que el barco comience a operar en un año y medio.
El navío ya está siendo equipado con alta tecnología para investigación oceanográfica en un astillero en Alemania.
Los laboratorios permitirán la investigación en meteorología, geología continental y marina, oceanografía, biología, astrofísica, geomagnetismo y geofísica nuclear.

lunes, setiembre 15, 2008

16 de septiembre: Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono

fuente: www.pnuma.org
Desde 1995, el 16 de septiembre de cada año se celebra el Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono. Esta fecha fue elegida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 49/114, para conmemorar la firma del Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono.Esta conmemoración en todo el mundo brinda la oportunidad de centrar la atención y la acción en la protección de la capa de ozono en los planos mundial, regional y nacional.A los efectos de contribuir a la conmemoración del corriente año, se presenta un resumen de las actividades a ser organizadas en diferentes países de la región.

Carta a las Unidades Nacionales de Ozono por Rajendra Shende, Jefe de la Unidad de Acción por el Ozono, PNUMA DTIE

Artículo de Silvie Lemmet, Directora, PNUMA DTIE, Protocolo de Montreal Asociación Mundial para Obtener Beneficios Mundiales

El Protocolo de Montreal - Asociación Mundial para Obtener Beneficios Mundiales

¿La Antártida crece mientras el Ártico se derrite?

Publicado en http://www.rtve.es
RTVE.ES / REUTERS MADRID / OSLO 12.09.2008
La cantidad de hielo que rodea a la Antártida ha crecido en los últimos años en lo que los expertos consideran un posible efecto colateral del cambio climático. Por el contrario, el Ártico sigue perdidendo superficie helada a un ritmo alarmante.
En pleno invierno del hemisferio sur, cuando los pingüinos emperador se amontonan para hacer frente a las bajísimas temperaturas del polo, la masa helada de la Antártida no para de crecer, de forma lenta pero constante, desde la década de los 70. Según los expertos, las causas podrían derivarse del cambio climático y sus repercusiones en los vientos, las corrientes marinas o las nevadas.
Desde finales de los 70, "la superficie de hielo en la Antártica ha aumentado durante el invierno a un ritmo de un 0,6% por década" enrte entre 1979 y 2006, explica Donald Cavalieri, científico de Centro Espacial Goddard de la NASA.
Sus 19 millones de metros cuadrados casi alcanzan el récord de la década de los 70, en que se alcanzó una superficie de 20 millones de metros cuadrados. También ha aumentado el promedio de la extensión de hielo durante todo el año.

El Ártico, en peligro
Mientras esto sucede, en el otro extremo del planeta la superficie de hielo del Ártico está a punto de alcanzar el nivel más bajo de su historia. La situación es tan grave que amenaza la supervivencia de especies locales como los osos polares.
Algunos escépticos, utilizan estas divergencias entre los polos para denunciar que la preocupación por el cambio climático es exagerada. Sin embargo, los científicos aseguran que hay una explicación lógica:
"Lo que está pasando no es inesperado. Ya se ha había predicho hace mucho que el Ártico se calentaría más rápido que la Antártida", señala Ted Maksym, un especialista en hielo marino del Estudio Británico para la Antártida.
El Panel contra el Cambio Climático de la ONU asegura que el 90% de la población está avivando el cambio climático, sobre todo, con el uso de los combustibles fósiles. Pero advierte de que cada región reaccionará de forma diferente.
La diferencia es que el hielo del Ártico flota sobre un océano caldeado por corrientes cambiantes y vientos del sur. Por el contrario, Antártica es un continente aislado y mayor que Estados Unidos, con su propio clima helado.

Un continente aislado
"La temperatura del aire en la Antártica se ha incrementado muy poco en contraste con la del Ártico", confirma Ola Johannessen, director de un centro de investigación noruego. "La razón es que tiene un océano inmenso que rodea la tierra helada", añade.
Donald Cavalieri asegura que algunas aplicaciones informáticas indican que un posible descenso en la temperatura del océano que rodea la Antártida podría haber contribuido a que creciera la masa de hielo.
Otra teoría apunta a que "el aire más cálido absorbe más humedad y eso se traduce en más nieve y lluvia", asegura Cavalieri. "Eso significa más agua dulce en la superficie del océano que rodea a la Antártida y el agua dulce se congela a mayor temperatura que la salada, explica.

Completan con exito, primer aterrizaje con visor nocturno en Antártida

Un piloto estadounidense culmina con éxito el primer vuelo a la Antártida de noche
El hito, que abre nuevas posibilidades para la ciencia en el continente helado, apenas accesible en invierno, ha sido posible gracias a unas lentes especiales
ELPAÍS.com - Madrid - 14/09/2008

Un piloto de las fuerzas aéreas estadounidenses ha hecho aterrizar por primera vez con éxito un avión en la Antártida de noche, gracias a la ayuda de un dispositivo con lentes de visión nocturna. Este hito podría ser el primer paso para que se generalizaran los vuelos de suministro a las bases científicas en el continente helado durante los crudos y oscuros meses de invierno, informa la CNN en su edición digital.
El avión de carga, un C-17 Globemaster, aterrizó cerca del centro de investigación estadounidense en McMurdo Station, después de meses de pruebas con estas lentes nocturnas. La aeronave partió de Christchurch, en Nueva Zelanda, y tardó seis horas en llegar.
Según Him McGann, portavoz de las fuerzas aéreas, el avión empleó sus propias luces para aterrizar en el continente, cuyo clima helado hacen demasiado difícil la instalación de farolas o luces de señalización. McGann ha precisado a una radio neozelandesa que estos vuelos supondrían suministro durante todo un año para las bases estadounidenses y neozelandesas en la Antártida.
Hasta ahora, los vuelos al continente helado se suspendían durante seis meses durante el invierno. Estos viajes supondrían sobre todo un avance en caso de evacuación médica, ha precisado el portavoz, así como un nuevo abanico de posibilidades para la investigación.

lunes, setiembre 08, 2008

Construcciones para la Antártida

Universidad Santa María participa en IV Simposio sobre Investigaciones Antárticas
Universidad Técnica Federico Santa María
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Académico y titulado del Departamento de Arquitectura de esta Casa de Estudios, presentaron una conferencia y un poster, respectivamente, con sus trabajos sobre infraestructura Antártica.

En el marco de la VII Reunión Chilena de Investigación Antártica, se realizó en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el encuentro anual de todos los investigadores antárticos del continente. En este evento, participaron el académico del Departamento de Arquitectura de la Universidad Santa María, Pedro Serrano y el arquitecto USM Alejandro Véliz.
Los profesionales fueron los únicos que presentaron trabajos en infraestructura antártica, en un evento donde dominaron las ciencias de la biología y glaciología.
Pedro Serrano señaló que “lo interesante, entre muchas cosas, ha sido verificar que todos los grupos y equipos de investigadores que se adentran en el continente helado necesitan de algún modo cobijos especiales para resistir el clima de estas zonas extremas. Infraestructura para bajas temperaturas, resistentes a vientos superiores a los 100 km/hora, sustentables en situaciones remotas y aisladas. Más aún cumpliendo con un protocolo que exige una máxima cautela ambiental en el desarrollo de las actividades humanas en la Antártica”.
“El desarrollo de infraestructura sustentable y autónoma para la Antártica requiere del uso creativo de los más avanzados materiales, el aprovechamiento de las energías sustentables locales y las últimas tecnologías, prototipos que deben además resistir las duras condiciones y poder ser transportadas por trineos, helicópteros y aun por expediciones a pie. En esto ha estado trabajando la Unidad de Arquitectura Sustentable para Zonas Extremas del Departamento de Arquitectura USM, desarrollando proyectos en la propia Universidad, como una serie de cápsulas, refugios para situaciones de catástrofes y otros para cobijar investigadores en zonas remotas”, explicó el académico.
La primera instalación antártica diseñada y construida en el Departamento de Arquitectura fue EPTAP, la Estación Polar Teniente Arturo Parodi Alister, de la FACH, en 1999, ubicada en latitud 80° sur, donde se constituye en el edificio más remoto y austral de Chile. EPTAP cumple en 2009 diez años resistiendo las condiciones polares.
La investigación antártica expuesta por los equipos nacionales e internacionales en el Simposio, se orienta fundamentalmente a verificar los impactos de la contaminación humana en flora y fauna, más la medición de los evidentes efectos del calentamiento global en las pérdidas de las plataformas de hielo, escurrimiento de glaciares y cambios en la topografía de los hielos continentales.
“La propuesta de la USM hizo hincapié que para todas estas actividades se necesitan refugios e instalaciones de asistencia especialmente diseñadas y que para esto, el Departamento de Arquitectura ha adquirido una interesante experiencia en los últimos 10 años, colaborando con otras Unidades y utilizando los excelentes laboratorios y servicios que dispone la Universidad”, finalizó el académico.
Edición: Universia / RR