martes, abril 10, 2007

Bienal del Fin del Mundo en Ushuaia


Bienal Fin del Mundo
29 de marzo - 29 de abril de 2007


En Ushuaia y sus alrededores se está realizando la primera Bienal del Fin del Mundo como contribución al Año Polar Internacional.
Es un proyecto argentino-brasileño conjunto, que cuenta con el apoyo de autoridades e instituciones públicas y privadas de ambos países.
La Bienal es una iniciativa de la Fundación Patagonia Arte y Desafío y cuenta con el apoyo institucional de la Fundación Memorial del Parlamento Latinoamericano de San Pablo, Brasil.

Contacto:
Bienal del Fin del Mundo, sede Buenos Aires: bsas@bienalfindelmundo.org
Superí 1466 (C1426BAH) C.A. de Buenos Aires, Argentina
Phone: 011 - 4552-6308
Sitio web: www.bienalfindelmundo.org

lunes, abril 09, 2007

Proyectos españoles para el Año Polar

Publicado en http://www.elmundo-eldia.com
8 abril 07
Por JUAN RIERA ROCA
PALMA.- Oceanógrafos del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), centro de alta investigación gestionado por la Universitat de les Illes Balears (UIB) y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) encabezarán dos las más importantes campañas científicas árticas y antárticas del Año Polar Internacional.
Los doctores Damià Gomis y Carlos Duarte, miembros del equipo científico del IMEDEA, son los investigadores responsables de los proyectos ATOS y ESASSI que se desarrollan dentro de los programas del Año Ártico, lo que pone a la UIB a la cabeza de la investigación internacional en este ámbito de la ciencia.
El estudio ESASSI, dirigido por el doctor Gomis, investiga las interacciones de la Plataforma-Talud en el Mar de Escocia (Antártida). La circulación marina en el Océano Austral está caracterizada por diversos frentes asociados a una intensa corriente que rodea el continente en sentido horario.
Se trata de la Corriente Antártica Circumpolar. Cerca del continente, el Frente de Talud Antártico separa las aguas muy frías y densas de la plataforma continental de las aguas algo más cálidas de mar abierto, y da lugar a una contracorriente que rodea el continente. Estos frentes están sometidos a diferentes procesos que modifican sus características.
Estas modificaciones afectan a las masas de agua que estos mismos separan. Cuando las aguas de plataforma entran en la zona de talud su elevada densidad hace que se hundan y se conviertan en aguas intermedias y profundas, según se resume en el informe realizado por los responsables del Año Polar Internacional.

Aguas profundas
Las nuevas aguas intermedias y profundas son ricas en nutrientes (por proceder de la plataforma) y en oxígeno (por haber estado en contacto con la atmósfera). Al ser exportadas hacia los distintos océanos contribuyen a su renovación y a su ventilación (esto es, a la incorporación de oxígeno a niveles profundos).
El proyecto ATOS estudia los aportes atmosféricos de carbono orgánico y de contaminantes al océano polar, las tasas, su importancia y prospectiva. El proyecto abordará sus objetivos en dos campañas oceanográficas, una en cada zona polar, a bordo del buque de investigación oceanográfico Hespérides.

Fusión de los hielos
Los objetivos principales del proyecto ATOS pretenden cuantificar los aportes atmosféricos de compuestos orgánicos y contaminantes claves (en fase de aerosol y gaseosa), dilucidar el papel de la cobertura de hielo sobre el control de estas tasas y los aportes derivados del proceso de la fusión del hielo.
También busca evaluar los efectos del plancton como puntos de entrada de materiales a la cadena trófica y evaluar el destino de estos materiales mediante la evaluación de su uso por los organismos y su transferencia en la cadena trófica, según se recoge en la memoria explicativa de este proyecto científico incluido dentro del Año Polar.
El programa ATOS responde al llamamiento del los organismos internacionales que promueven el Año Polar Internacional para utilizar todos los recursos intelectuales y científicos de las naciones para facilitar un avance decisivo en la comprensión del funcionamiento de las zonas polares, como un legado para generaciones futuras.
Este legado consistirá, además del conocimiento específico generado por las investigaciones que culminen con éxito, en la formación de una nueva generación de investigadores polares, así como en el aumento de la concienciación y participación de la sociedad en la problemática de las zonas polares de la Tierra.
El Año Polar Internacional (IPY en inglés) 2007-2008, se ha concebido como un gran programa internacional de investigación científica coordinada, interdisciplinario y con un marcado interés en potenciar las observaciones en las zonas polares del planeta (Antártida y Ártico).

lunes, abril 02, 2007

30a. Reunión Consutiva del Tratado Antártico en Nueva Delhi -30 de abril 2007


Información extraída del sitio oficial de la XXX RCTA (ATCM) y X Reunión del CPA
http://30atcm.ats.aq

La 30a. RCTA (Reunión Consultiva del Tratado Antártico) y la 10a. Reunión del CPA (Comité de Protección Ambiental) se realizarán en la ciudad de Nueva Delhi (India) del 30 de abril al 4 de mayo de 2007, en el centro de conferencias Vigyan Bhavan, el más importante de ese país.
La Secretaría del Tratado Antártico se está encargando del programa y los documentos para la reunión y la inscripción de los delegados.
Se puede obtener información sobre la organización, el cronograma, documentos y (luego del cierre de la reunión) el Informe Final.
Ya está habilitdo el registro de delegados y a partir del 15 de abril de 2007, obtener la Lista de los mismos.
Tener en cuenta que la mayoría de estas secciones están protegidas por contraseña.
Si tiene alguna pregunta sobre la inscripción de los delegados, el programa y los documentos, diríjase a la Secretaría del Tratado Antártico: 30atcm@ats.aq
Inscripción en el hotel, normas aplicables a las visas e ingreso al país consultar a: ajaisaxena@atcm2007.gov.in
Por información complementaria, visitar http://www.atcm2007.gov.in/

PROGRAMA TENTATIVO


Apertura de la reunión
Elección de autoridades y creación de grupos de trabajo
Aprobación del programa y asignación de temas
Funcionamiento del Sistema del Tratado Antártico: informes de Partes, observadores y expertos
Funcionamiento del Sistema del Tratado Antártico: asuntos generales
Funcionamiento del Sistema del Tratado Antártico: examen de la situación de la Secretaría
Informe del Comité para la Protección del Medio Ambiente
Responsabilidad: aplicación de la Decisión 1 (2005)
Seguridad de las operaciones en la Antártida
El Año Polar Internacional 2007-2008
El turismo y las actividades no gubernamentales en el Área del Tratado Antártico
Inspecciones en virtud del Tratado Antártico y el Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente
Temas científicos, en particular la cooperación científica y la facilitación
Asuntos operacionales
Temas educacionales
Intercambio de información
La prospección biológica en la Antártida
Preparativos para la XXXI RCTA
Otros asuntos
Aprobación del Informe final

jueves, marzo 29, 2007

China construirá observatorio astronómico en la Antártida

Publicado en www.lanacion.cl
27mar07
EFE - China iniciará este año la construcción de un observatorio astronómico en la Antártida, uno de los primeros del mundo que habrá en el continente helado, y que estará emplazado a más de 4.000 metros de altura, informó hoy el Centro de Estudios Polares de China, al diario "Nuevo Pekín".
La expedición para comenzar las obras partirá en octubre a bordo del barco rompehielos "Xuelong" ("Dragón de Nieve"), adquirido a Ucrania en los años 90, actualmente en reparaciones y único navío de China capaz de llegar al Polo Sur.
Yang Huigen, subdirector del Centro de Estudios Polares de China, señaló que el observatorio estará situado en la cima del Domo A (4.093 metros), la masa de hielo más alta de la Antártida.
La construcción costará unos 120 millones de dólares (100 millones de euros), a los que habrá que añadir los 12 millones de dólares (10 millones de euros) que van a sufragarse para la reparación del "Xuelong".
Para Yang, su país "se enfrenta a la competencia científica de países desarrollados" en la Antártida, donde naciones como Australia o Estados Unidos también construyen o planean la construcción futura de observatorios.
El científico destacó que el nuevo observatorio contará con potentes telescopios de infrarrojos, y añadió que la poca humedad del aire antártico, junto a su pureza y su estabilidad, hacen que el Polo Sur sea uno de los lugares más adecuados del mundo para la observación astronómica.

Formas de vida que se presentan bajo las barreras de hielo

Vida bajo el deshielo
publicado en http://www.diariodenavarra.es
28mar07
Investigadores españoles comprueban que los ecosistemas bajo los hielos de la Antártida crecen a mayor velocidad de lo esperado.
COMPARADOS con la tierra firme, barrida por temperaturas y vientos inhumanos, los fondos marinos de la Antártida ofrecen un refugio calentito, entre uno y dos grados bajo cero, constantes sea verano o invierno. Por ese motivo, hierven de vida marina extraña y singular, adaptada a los vaivenes del hielo y al capricho de algunas de las corrientes marinas más potentes del planeta. Hasta ahí, nada nuevo.

TEXTO: ARANTZA PRÁDANOS (COLPISA). FOTOS: COLPISA.
Lo que sí sorprende es que el ritmo vital del ecosistema bentónico no marcha al ralentí como se creía, que acelera a la mínima oportunidad. Es lo que ha comprobado un grupo de 40 científicos de 12 países tras filmar por primera vez los fondos marinos liberados por el colapso, en la última década, de la plataforma de hielo de Larsen, en la costa oriental de la península Antártica. Los españoles Enrique Isla y Josep-Maria Gili, del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC), tomaron parte en la expedición junto a investigadores de la Universidad de Sevilla.
La rotura en varios tiempos de la ciclópea plataforma Larsen desintegró 10.000 kilómetros cuadrados de hielo anclado al costado derecho de la península durante milenios. El destrozo, achacable al cambio climático, ha abierto al ojo humano un mundo nuevo. Los barcos investigadores acceden ya a donde antes se topaban con una muralla de hielo inexpugnable, y los fondos marinos de la zona, libres de la inmensa boina helada que los cubría, se han llenado de una vida que no debía estar allí, o por lo menos, no todavía.
Crustáceos, corales, esponjas, ascidias, holoturias, anélidos... especies propias de regiones más profundas, han colonizado con celeridad, en cuatro o cinco años, los fondos. Ni siquiera ha frenado esta explosión biológica el hecho de que los enormes bloques de hielo desgajados se hunden y arrasan el fondo marino «como un bulldozer» antes de echar a flotar por los mares circundantes. «El paradigma antártico es que todo va muy lento, los tiempos se miden como poco en centurias. La sorpresa es que la vida antártica es mucho más rápida y activa de lo que creíamos», explica Josep-Maria Gili. Este hecho obligará a «replantear» muchas de las investigaciones sobre biología marina en la zona. A falta de procesar los datos obtenidos gracias a un robot submarino, los investigadores interpretan la presencia de especies de otras latitudes como indicador de que las condiciones ambientales bajo las grandes capas de hielo fijo son «parecidas a las del mar profundo».

Regalo envenenado
La retirada de la plataforma Larsen y el acceso a regiones marinas ignotas es un regalo del cambio climático que puede estar envenenado. «El gran peligro es que esos grandes desprendimientos de hielo se generalicen, porque si desaparece también el hielo alrededor de las zonas destruidas, no habrá especies alrededor capaces de colonizar las zonas abiertas».
La Península Antártica es la región antártica más expuesta al deshielo por la subida de las temperaturas. Modelos matemáticos de predicción fijan en -9ºC la temperatura mínima por encima de la cual las grandes plataformas de hielo dejan de ser estables. Las muestras de agua, animales y sedimentos obtenidas ayudarán a analizar cómo el cambio climático presiona ecosistemas muy sensibles, y al estudio de cómo las plataformas continentales antárticas «han cambiado a través de los pulsos glaciares», rubricó Isla.

martes, marzo 27, 2007

Sobre los riesgos que afrontan los cruceros que navegan en aguas antárticas

Alerta en la Antártida: Los cruceros navegan sin cartas náuticas y en aguas que carecen de rutas definidas
por Ivan M. García, Barcelona
Publicado en http://www.diarioadn.com/ - 27mar07
Ushuaia, la capital de la Tierra del Fuego -en la Patagonia Argentina-, es una hermosa ciudad encorsetada entre montañas infinitas y nevadas y las frías aguas del Pacífico sur. Desde allí, zarpan cada mes numerosos cruceros atiborrados de turistas hacia la gélida Antártida.
El Comité Polar Español estima que unos 80 buques navegan en aguas de la Península Antártica, y realizan una media de 250 viajes cada mes. "El turismo ha aumentado muchísimo en esta zona, se ha cuadriplicado en los dos últimos años", señala la presidenta del Comité Nacional del Año Polar, Margarita Yela. El Año Polar Internacional ha empezado este mes y se prolongará hasta marzo de 2009.

Barcos varados
El problema viene de lejos. Desde 1957, cuando se firmó el Tratado Antártico. Éste estipuló que solamente se llevarían a cabo investigaciones científicas en la Antártida por parte de los países firmantes, hoy 46, España entre ellos.
No se creyó oportuno hidrografiar la zona. Es decir, investigar el fondo marino de la Antártida para observar qué se esconde bajo sus aguas y crear cartas náuticas y rutas definidas por las que navegar. Así que el aumento de turismo en la zona lleva implícito el peligro de que los cruceros naveguen sin saber por dónde lo hacen y con qué se pueden encontrar bajo el casco.
"El problema es que son grandes buques que circulan por zonas donde no deberían. En ocasiones, son lugares protegidos; pero, claro, eso es lo atractivo para el turista. Suelen ser parajes de muy difícil acceso y, a veces, los capitanes confían demasiado en su pericia y terminan por varar el barco", asegura Yela.
En lo que va de año, son ya dos los buques -el ruso Orlova y el noruego Nordkapp- que se han accidentado en las aguas de la Isla Decepción, uno de los lugares más turísticos de la zona y donde la armada española ha establecido una de sus bases de investigación, la Gabriel de Castilla.
La noche del 30 de enero (2007), el Nordkapp se adentraba en la bahía de la Isla Decepción con 295 pasajeros y 76 tripulantes a bordo cuando topó con una roca sumergida a cuatro metros de profundidad. La colisión ocasionó una brecha en el casco y un vertido de carburante de cinco kilómetros de perímetro, según la armada.
"Afortunadamente, el vertido no llegó a una tonelada. Nada importante, pues no causó ningún daño ecológico y se pudo limpiar sin dificultad", asegura la presidenta del Comité Nacional del Año Polar. Los casos del Orlova y del Nordkapp son sólo los que ha notificado la armada española. El Comité Polar Español asegura que el número de accidentes es mucho mayor.

Entre mailManuel Catalán, secretario técnico del Comité Polar Español

Creíamos que el problema era la contaminación.
En absoluto. El turismo en la Antártida no contamina. ¡Si son contadas las ocasiones en que bajan del barco!

Un barco que navega sin una ruta establecida.
El caso es que en 1957, en la firma del Tratado Antártico, nadie previno del turismo. Ningún país firmante pensó en ello y se ha ido cartografiando e hidrografiando la zona poco a poco y hoy, queda aún mucho por hacer.

¿Se debería prohibir el turismo en la Antártida?
No, y además no se puede. No hay ningún tipo de legislación al ser una zona sin soberanía exceptuando la de los países del Tratado.
Pero en principio, el Tratado estableció que en esa zona sólo se llevarían a cabo investigaciones.
Realmente sólo podemos prohibir aquellas actividades que no sean transitorias. Edificar un hotel en la Antártida resulta imposible.

¿Cómo afrontan este aumento del turismo?
Bajo mi punto de vista, deberíamos crear un anexo nuevo en el Tratado que especifique cómo regular esta actividad. Si algo no se puede prohibir, hay que regularlo.

¿Y la solución para que no varen más barcos?
Por un lado, hay que crear cartas náuticas lo antes posible, por otro, hay que regular el tipo y el tamaño de los cruceros. I.M.G.

domingo, marzo 25, 2007

La Base Neumayer

 Ubicación de la base NeumayerUbicación de la Base Neumayer

Investigando bajo el hielo.
Reportaje de Toni Polo publicado en www.elpais.com (España)
25/03/2007

Entramos en la base alemana de Neumayer, de investigación puntera. La única completamente bajo el hielo de la Antártida. Durante meses, nueve científicos viven allí. Estudian los cambios que afectan al continente blanco y miden las amenazas al planeta.

Cuatro anchos tubos sobresalen del suelo helado en pleno desierto antártico; un puñado de cables cuelgan desordenados y se pierden en la blancura del ambiente; antenas aparentemente colocadas sin ton ni son permanecen vigilantes; una rampa siniestra se abre en el suelo. No hay más señales. Es todo cuanto se ve en la superficie del hielo de Neumayer, una base científica antártica dependiente del Alfred Wegener Institute (AWI) de Bremerhaven (Alemania), situada en Atka Bay, en la zona del mar de Weddell. Los tubos son los respiraderos de la estación; los cables, el contacto con la caseta meteorológica, a dos kilómetros hacia el interior; las antenas, la comunicación con la civilización; la rampa, la entrada de los vehículos pesados. La estación de investigación hierve de actividad dos metros más abajo, totalmente sepultada en el hielo.
En la base se espera la llegada del Polarstern, un buque rompehielos, auténtica joya de la ciencia oceanográfica alemana, que dos o tres veces al año, durante los meses del verano austral, entre diciembre y marzo, acude a Neumayer para abastecerla: grúas, motos de nieve, combustible, recambios de maquinaria, comida, bebida, ropa y nuevos científicos. Investigadores que analizarán durante esos meses cálidos, en los que la temperatura se acerca a los cero grados, aunque pocas veces los alcanza, todos los aspectos de la geofísica, la química del aire y la meteorología, las tres grandes áreas de estudio en las que Neumayer es puntera.
La bienvenida a los visitantes siempre es efusiva. Algunos de los habitantes permanentes de la estación se quedan 15 meses en los casi 3.000 metros cuadrados de la base, dispuestos en dos largas estructuras metálicas cilíndricas de 90 metros de largo por ocho de diámetro, conectadas por un pasillo más estrecho y por un tercer gran tubo en el que están aparcados los vehículos pesados, los contenedores, las motos de nieve.
Alrededor de estos ermitaños polares, siempre las mismas caras, las mismas voces, los mismos gestos. Por eso el recibimiento es casi una fiesta, pero efímera: "Tanta gente en un solo día nos altera un poco", reconoce un geofísico de la base. "Está bien, pero al ver sólo a ocho personas durante tanto tiempo, la llegada de nuevos científicos nos llega a agobiar enseguida".
A la base se accede subiendo unas escaleras que conducen a la cima de una de las torres metálicas que despuntan del hielo, a unos tres metros de altura. Está elevada porque, durante el invierno, el nivel del hielo aumenta y casi alcanza la puerta. Dentro de la base todo está perfectamente organizado. "En un espacio cerrado del que no tienes posibilidad de escapatoria, el orden es fundamental", comenta Covadonga Orejas, ecóloga especialista en bentos del Institut de les Ciències del Mar (ICM) de Barcelona, y visitante de la Neumayer. "El caos puede ser la perdición". Por eso un orden casi maniático impera en toda la base. En uno de los tubos que la componen se acumulan los dormitorios, lavabos y duchas, una de las dos centrales eléctricas, un almacén, los laboratorios de geofísica y de meteorología y el hospital, un quirófano preparado para realizar operaciones de consideración: "Aquí nadie puede atendernos y, en caso de accidente, hay que estar preparados", comenta Ursula Wilk, la médica que estuvo a cargo de Neumayer durante 15 meses hace dos años.
En la otra ala de la base es donde más conviven los estudiosos. Allí está la cocina, la acogedora sala de estar, un gimnasio, la administración, la sala de radio, un taller, otra central eléctrica y el fundidor de nieve, donde se remineraliza y potabiliza el agua de nieve, utilizándose tanto para las duchas como para beber, tras pasar por una serie de sistemas de esterilización.
En los últimos años, la tecnología ha cambiado la vida de los hibernantes. Lars, un telegrafista que estuvo nueve meses en Neumayer en 2000, con sólo 19 años, se quejaba amargamente de las condiciones de entonces: "A veces conseguimos conectar vía satélite con la televisión surafricana. Pero la mayoría del tiempo permanecemos incomunicados por la sombra electromagnética y las fuertes tormentas de iones, auroras australes". A pesar de que en los polos hay una actividad magnética mayor que en otras partes de la atmósfera, lo que puede provocar interferencias en los diversos aparatos de transmisión, actualmente, los científicos pueden conectarse permanentemente a Internet, ver películas en ordenadores portátiles con discos duros de 400 gigas y escuchar miles de canciones en un MP3.
Desde 1996, la base es mixta. Hasta entonces, los equipos de científicos los componían exclusivamente hombres. La mezcla de géneros no ha supuesto ningún problema. "La gente que viene aquí es elegida por un comité específico y tiene que superar unas pruebas físicas y, sobre todo, psicológicas", explica Ursula Wilk. "Tienes que venir muy mentalizado, porque un comportamiento que en tu casa te puede parecer una rutina, aquí se le puede hacer insoportable a alguien. Y si se envenena la convivencia, no hay escapatoria posible".
Todos los expedicionarios que viajan a la Antártida reciben un curso en el AWI concienciándolos de otra cuestión importante: el reciclaje. En Neumayer se recicla absolutamente todo. El Polarstern se lleva a Alemania cualquier resto, cualquier basura, hasta las heces de los científicos.
En su último viaje antes del invierno, el buque abandonará la Antártida hasta el año siguiente, dejando en la base a nueve personas: un médico, que hará las funciones de jefe de la base, dos meteorólogos, dos geofísicos, un ingeniero, un electricista, un radiotelegrafista y un cocinero. Hasta que el barco regrese, nueve meses después, su único contacto con la civilización será por radio, teléfono o correo electrónico. Se hará el silencio. "Todos tenemos la experiencia del silencio en la montaña", comentó en cierta ocasión la veterana bióloga Pepita Castellví, pionera de la investigación antártica española. "Pero es un silencio de rumor de hojas, de canto de pájaro, de murmullo de agua. En la Antártida, cuando no sopla el viento, reina el silencio cósmico. Crees haber ensordecido".
Las condiciones son severas. "Los dos meses de oscuridad, mayo y junio, son muy duros, aunque de vez en cuando disfrutamos de luces polares o de una maravillosa claridad de la Luna que nos permite salir", recuerda Uwe Kapieske, el médico que estuvo al frente de Neumayer durante 15 meses, entre 2003 y 2004. "Sin embargo, cuando apareció el Sol, aún permanecimos más tiempo encerrados, puesto que el viento nos impedía hasta asomarnos al exterior". Las ráfagas de más de 200 kilómetros por hora en pleno invierno hacen bajar la temperatura real mucho más de 50 grados bajo cero, y nublan completamente la visibilidad.
El viento es, precisamente, una de las causas que ha hecho de Neumayer una estación enterrada en un glaciar. En aquella zona, la tierra está a unos 200 metros bajo el hielo. "Hay dos opciones", comenta Josep Maria Gili, ecólogo marino del ICM: "O se construye sobre la superficie helada, expuesta a los vientos gélidos, o se sumerge en el hielo y se obtiene una temperatura siempre constante y gobernable". El resultado es un ejemplo de ingeniería: una obra equipada con la más moderna tecnología adaptada para vivir y trabajar durante todo el año, la única base antártica construida entera bajo el hielo.
Este hecho acarrea un problema: la estación está en continuo movimiento. Por un lado, la estructura, más oscura que la superficie, absorbe más calor y va derritiendo el hielo, hundiéndose constantemente; por otro, el corrimiento típico del glaciar provoca que no deje de desplazarse. Todo ello hace que la estructura aguante unos 15 años. La primera base, que rindió homenaje con su nombre al científico Georg von Neumayer (1826-1909), gran promotor de la investigación antártica alemana, data de 1981; 11 años más tarde se mudaron a otra recién construida, la que sigue ahora funcionando. En febrero de 2009 está previsto que la actividad científica se traslade a Neumayer III, una construcción en la que ya se trabaja. Como existe el compromiso de no abandonar nada, ni el tornillo más pequeño, en la Antártida, el desmantelamiento de Neumayer tiene que ser total y requiere una operación muy lenta que puede durar décadas.
En Neumayer coinciden dos grupos de científicos. Los permanentes y los pasajeros, que sólo se quedan un par de meses y, a menudo, fuera de la base, en el Polarstern o en sofisticadas tiendas de campaña adecuadas al frío.
Neumayer es una de las bases científicas permanentes que hay en la Antártida. Otras, sólo están operativas durante el verano. Pero nunca se había hecho tan necesario visitar de forma constante el continente más inexplorado del planeta como ahora. El cambio climático y las aceleradas transformaciones que está registrando la Tierra se perciben perfectamente en la Antártida: el retroceso del hielo, la mayor frecuencia de icebergs a la deriva, el declive de las poblaciones de krill y pingüinos, la invasión de algunas especies nuevas en los fondos de la Antártida crean incertidumbre respecto al futuro de este continente.
Neumayer es un centro de gran importancia en investigaciones relativas a la química del aire, a la meteorología y a la geofísica. Buena parte de esta investigación se realiza a través del hielo. Desde su formación, hace más de un millón de años, el hielo antártico ha atrapado precipitaciones, gases, moléculas y polvo que aportan incalculable información sobre las condiciones ambientales prehistóricas. La relación entre la concentración de CO2 atmosférico aprisionado en forma de burbujas y la temperatura de formación del hielo pone en evidencia el impacto del efecto invernadero. Se ha detectado a la perfección la explosión demográfica, el comienzo de la industrialización, el desarrollo del automóvil, los ensayos nucleares de hace medio siglo.
El estudio de la química del aire permite hacer un seguimiento del ozono y de las partículas de aerosol. La extrema pureza del aire de este lugar hace que estas partículas sean consideradas como punto de referencia de otros lugares del planeta. Estos especialistas, además, detectan contaminantes que lleguen desde el área civilizada a través del complejo sistema de corrientes de aire. Los geofísicos registran continuamente los cambios temporales del campo magnético de la Tierra, los movimientos de la plataforma del hielo y la localización de terremotos. Los meteorólogos han creado un observatorio diseñado para hacer un seguimiento detallado de los cambios de la radiación solar a lo largo de los años; buscan y anotan las perturbaciones, la intensidad y la frecuencia de las tormentas, los mínimos y máximos de temperatura... "Es un trabajo que hay que hacer durante todo el año y sólo se puede llevar a cabo desde allí", explica Matias Bender, un geofísico alemán que ha vivido dos veces la experiencia invernal antártica en Neumayer. "Tenemos instalados sensores permanentes en glaciares, globos con los que controlamos la capa de ozono, aparatos para todo tipo de mediciones".
En realidad, la tarea de los científicos hibernantes es muy rutinaria, aunque a veces tienen que lidiar con experimentos más originales. Bender tuvo en el año 2000 un cometido de verdadera responsabilidad que le llevó unas cuantas semanas en la base: "Fue una misión especial", recuerda. "Tenía que controlar una instalación de infrasonidos y ajustarla al nivel de la nieve. Las señales de entrada se procesarían a través de un monitor y se almacenarían. Estas señales se transmitían directamente desde la Antártida por satélite a Viena, donde se encuentran las autoridades internacionales de la energía atómica. A ese centro llegaban también otras señales procedentes de diversas estaciones de medición, de forma que los especialistas de Austria podían, tras una valoración, saber exactamente dónde se efectuaban pruebas con armas atómicas".
Más relevancia geoestratégica: las corrientes de aguas profundas, las que hacen mover los océanos, se recargan en un 80% en el norte del mar de Weddell, donde se halla Neumayer. Cualquier alteración en este sistema puede afectar a todo el mundo: elevación de la temperatura del agua, deshielos, aumento del nivel del mar.
Además, la atmósfera de la Antártida tiene un interés específico debido a la dinámica de los vientos y a que éstos circulan en áreas extremadamente secas (llueve tan poco como en el Sáhara), lo que crea un anticiclón casi permanente en medio del continente responsable de las bajísimas temperaturas (el récord se midió en 1983 en la base rusa de Vostok: -89,3 grados centígrados), que convierten el territorio en un auténtico desierto helado.
Por otro lado, al ser un área tan inexplorada, los organismos que viven en la Antártida han sufrido muy pocos cambios provocados por el ser humano. Una reciente hipótesis desarrollada por el equipo del ecólogo marino Josep Maria Gili considera que la fauna del mar de Wedell puede ser un reducto de organismos desarrollados en el cretácico (hace entre 146 y 65 millones de años). Esos organismos, al encontrarse bajo el hielo, estaban acostumbrados a unas condiciones de vida muy duras marcadas por largos periodos de falta de alimento y luz solar, y bajas temperaturas.
Ya ha llegado marzo; vuelve el invierno a Neumayer, y con él reina de nuevo el silencio cósmico. Nadie se percatará de que, a dos o tres metros bajo el hielo y a miles de kilómetros de la civilización, nueve científicos y personal de mantenimiento trabajan por mantener el equilibrio climático del planeta.


Ver más información en:
http://simonc.f2o.org/south/archives/000151.php
http://www.awi.de/en/infrastructure/stations/neumayer_station/