31 may 06
BRUSELAS (Reuters) - Bélgica construirá la primera estación polar alimentada solamente por fuentes de energía renovable en la Antártida, en la que los científicos estudiarán el cambio climático.
La base será construida entre noviembre del 2007 y marzo del 2008 con un costo de 6,4 millones de euros (8,2 millones de dólares), en un proyecto organizado por la Fundación Polar Internacional (IPF, por su sigla en inglés).
"Es la primera estación construida que solo usará energía renovable, solar y eólica," señaló el miércoles a Reuters el presidente de la IPF, Alain Hubert, en una entrevista telefónica.
La estación, el hogar en el verano antártico de 20 personas, incluyendo de 12 a 16 científicos, se focalizará en el estudio del cambio climático y marcará el regreso de Bélgica al continente blanco luego de una ausencia de más de 30 años.
"La Antártida es el único lugar en la Tierra donde se ha descubierto el vínculo entre las emisiones de dióxido de carbono y el incremento de las temperaturas," informó Hubert, un científico y explorador.
La estación será inaugurada durante el Año Internacional Polar, que se extenderá desde marzo del 2007 hasta el mismo mes de 2009, cuando se acelerarán en el continente los trabajos de los científicos, añadió la IPF.
Gran Bretaña y Alemania también tienen planes para construir sus estaciones, mientras que Francia e Italia convertirán una base temporal en una permanente.
Según información publicada en Correo del Caroní de Ciudad Guyana, el 6 de junio de 2006:
Bélgica presentó el proyecto de la primera base científica completamente "bio" en el continente antártico, que será construída entre 2007 y 2008, en coincidencia con la celebración del Año Internacional Polar.
La estación de investigación Princesa Isabel representará "la mejor práctica internacional, ya que funcionará completamente con energía renovable y todos sus desechos serán reciclables", afirmó el presidente de la Fundación Polar Internacional, Alain Hubert, a cargo del proyecto junto con el gobierno belga.
La base estará ubicada en el este de la Antártida, a unos 4.200 km de las costas de Sudáfrica y unos 200 km tierra adentro, cerca de las montañas de Sor Rondane, en un área entre la estación japonesa Syowa y la rusa Novolazarevskaya.
"Cuando sabemos que necesitamos vivir de manera más sustentable para evitar un cambio climático drástico, debemos investigar en la Antártida respetando ese precepto", señaló Hubert, gran explorador del territorio antártico, al presentar el protecto.
Para cumplir con ese objetivo, la base Princesa Isabel, que será inaugurada en febrero de 2008, obtendrá su energía de paneles solares térmicos, seis aerogeneradores y paneles de células fotovoltaicas.
La estación estará dedicada principalmente a investigar el cambio climático y el papel clave de la Antártida como parte del sistema climático mundial.
Su trabajo formará parte de una plan internacional científico en el que participarán otros países, en el marco del Año Internacional Polar, que se celebrará en 2007-2008.
De acuerdo con el proyecto, la estación Princesa Isabel será una base de verano, ocupada por un máximo de 20 científicos durante cuatro meses por año, de noviembre a febrero.
De diseño futurista, con forma octogonal y construida con metal, materiales compuestos y madera, la base estará sujeta a una gran roca gracias a varios pilares.
El costo de su construcción está evaluado en unos 6,4 millones de euros (unos 8,2 millones de dólares), de los cuales 2 millones serán aportados por el gobierno belga y el resto por fondos privados y patrocinadores a través de la Fundación Polar Internacional, con sede en Bruselas.
El gobierno belga ya se comprometió además a desembolsar 3 millones de euros, a través de la Oficina federal de Política Científica, para el mantenimiento de la base y su programa de investigación.
"Este proyecto permitirá a Bélgica recuperar un lugar a la altura de su posición histórica en el Continente Blanco y asumir sus responsabilidades en la gestión del esfuerzo de investigación científica en la Antártida", según la Fundación Polar Internacional.
La relación de los belgas con la Antártida se remonta a 1897, cuando un grupo de exploradores partió a bordo del "Bélgica" en un viaje exclusivamente con fines científicos.
En noviembre de 1957, en pleno Año Geofísico Internacional, Bélgica regresó al continente blanco para instalar su propia base, la estación Rey Balduino.
Dos años más tarde, en 1959, el país europeo fue uno de los doce signatarios del Tratado Antártico que preserva a ese continente únicamente para actividades pacíficas.
Sin embargo, desde 1967, cuando la estación rey Balduino fue abandonada y cerrada tras quedar enterrada bajo varios metros de nieve, Bélgica no tiene presencia en territorio antártico.
Fuente:
http://www.correodelcaroni.com/
jueves, junio 01, 2006
Estudios sobre aplicaciones comerciales de las bacterias resistentes al frío
Una investigación secuenciará el genoma de bacterias de la Antártida. El objetivo es capturar genes con aplicaciones comerciales.
Por Pedro Lipcovich
Publicado en pagina12.com.ar
31 de mayo 2006
...La tarea será desarrollada por un equipo científico dirigido por Walter Mac Cormack –del Instituto Antártico Argentino y profesor en la UBA– y Andrés Bercovich –de la empresa Bio Sidus, que financia el proyecto–. El relevamiento efectuado desde 2001 en el terreno permitió detectar unas 200 especies de bacterias “psicrófilas”, que sólo pueden vivir a temperaturas por debajo de los 16 grados centígrados y hasta los 0 grado (por debajo de cero, se congelarían). “Se las encuentra en la tierra antártica, a 200 metros de profundidad bajo los hielos, también en las aguas del mar y hasta en los intestinos de los peces en esas latitudes”, contó Mac Cormack.
El investigador del Instituto Antártico puntualizó que este proyecto sólo tiene sentido en bacterias antárticas “ya que, en cualquier otro continente, incluso las zonas más frías tienen, en verano, oscilaciones térmicas que pueden llegar hasta los 20 grados, por lo cual la adaptación de los microorganismos al frío no es tan estricta”.
Bercovich precisó que “la primera etapa consistirá en elegir, a partir varias ‘candidatas’, una bacteria antártica que no haya sido descripta en el mundo y establecer su secuencia genética completa”. Los investigadores llaman “Genoma blanco” a este proyecto. “Prevemos que demandará por lo menos dos años de trabajo, y los resultados quedarán a disposición de la comunidad científica en general.” Para esta etapa se prevé una inversión de 500.000 dólares, que serán aportados por la empresa privada.
La etapa siguiente consistirá en examinar esa secuencia genética en busca de genes específicos que produzcan enzimas de utilidad industrial. “Por ejemplo –contó Bercovich–, en la fabricación industrial de prendas de lana, para que no queden ásperas, se usan enzimas llamadas celulasas, que requieren altas temperaturas: calentar las prendas no sólo aumenta los costos sino que afecta su calidad. Si se encuentra en las bacterias antárticas una enzima que produzca efecto similar, el proceso podrá efectuarse a temperatura ambiente.”
En la elaboración de jugos de frutas, las bacterias antárticas podrían permitir “mejorar la calidad del producto y ahorrar los costos de calentar miles y miles de litros de líquido, como se hace ahora para que puedan actuar las ‘pectinasas’, enzimas que separan el jugo de la pulpa –se esperanzó Bercovich–. Otro ejemplo es el de obtención de leche sin lactosa, para las numerosas personas con intolerancia a ese componente: hoy, también, hay que llevar la leche a muy altas temperaturas. También sería posible elaborar detergentes o jabones en polvo que no requirieran agua caliente para actuar en forma óptima. También podría permitir procesos menos contaminantes en las curtiembres; en general, los productos biológicos son menos contaminantes que los químicos”.
Mac Cormack agregó que “también pueden utilizarse en la Antártida misma, como ‘biorremediación’ de la contaminación por derivados del petróleo. Las bacterias ya conocidas con la propiedad de degradar los hidrocarburos no actúan bien a esas bajas temperaturas”.
Los países que producen estas “enzimas frías”, como se las llama, son hasta ahora Japón, Estados Unidos y, en menor medida, Corea e India. En la Argentina, Bio Sidus viene desarrollando proyectos en relación con la ciencia, de los cuales el más conocido es el de las vacas modificadas genéticamente para que produzcan hormona de crecimiento humana. El nuevo proyecto se presentó ayer en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en un acto en el que participaron el ministro Jorge Taiana y el director nacional del Antártico, Mariano Mémoli.
Por Pedro Lipcovich
Publicado en pagina12.com.ar
31 de mayo 2006
...La tarea será desarrollada por un equipo científico dirigido por Walter Mac Cormack –del Instituto Antártico Argentino y profesor en la UBA– y Andrés Bercovich –de la empresa Bio Sidus, que financia el proyecto–. El relevamiento efectuado desde 2001 en el terreno permitió detectar unas 200 especies de bacterias “psicrófilas”, que sólo pueden vivir a temperaturas por debajo de los 16 grados centígrados y hasta los 0 grado (por debajo de cero, se congelarían). “Se las encuentra en la tierra antártica, a 200 metros de profundidad bajo los hielos, también en las aguas del mar y hasta en los intestinos de los peces en esas latitudes”, contó Mac Cormack.
El investigador del Instituto Antártico puntualizó que este proyecto sólo tiene sentido en bacterias antárticas “ya que, en cualquier otro continente, incluso las zonas más frías tienen, en verano, oscilaciones térmicas que pueden llegar hasta los 20 grados, por lo cual la adaptación de los microorganismos al frío no es tan estricta”.
Bercovich precisó que “la primera etapa consistirá en elegir, a partir varias ‘candidatas’, una bacteria antártica que no haya sido descripta en el mundo y establecer su secuencia genética completa”. Los investigadores llaman “Genoma blanco” a este proyecto. “Prevemos que demandará por lo menos dos años de trabajo, y los resultados quedarán a disposición de la comunidad científica en general.” Para esta etapa se prevé una inversión de 500.000 dólares, que serán aportados por la empresa privada.
La etapa siguiente consistirá en examinar esa secuencia genética en busca de genes específicos que produzcan enzimas de utilidad industrial. “Por ejemplo –contó Bercovich–, en la fabricación industrial de prendas de lana, para que no queden ásperas, se usan enzimas llamadas celulasas, que requieren altas temperaturas: calentar las prendas no sólo aumenta los costos sino que afecta su calidad. Si se encuentra en las bacterias antárticas una enzima que produzca efecto similar, el proceso podrá efectuarse a temperatura ambiente.”
En la elaboración de jugos de frutas, las bacterias antárticas podrían permitir “mejorar la calidad del producto y ahorrar los costos de calentar miles y miles de litros de líquido, como se hace ahora para que puedan actuar las ‘pectinasas’, enzimas que separan el jugo de la pulpa –se esperanzó Bercovich–. Otro ejemplo es el de obtención de leche sin lactosa, para las numerosas personas con intolerancia a ese componente: hoy, también, hay que llevar la leche a muy altas temperaturas. También sería posible elaborar detergentes o jabones en polvo que no requirieran agua caliente para actuar en forma óptima. También podría permitir procesos menos contaminantes en las curtiembres; en general, los productos biológicos son menos contaminantes que los químicos”.
Mac Cormack agregó que “también pueden utilizarse en la Antártida misma, como ‘biorremediación’ de la contaminación por derivados del petróleo. Las bacterias ya conocidas con la propiedad de degradar los hidrocarburos no actúan bien a esas bajas temperaturas”.
Los países que producen estas “enzimas frías”, como se las llama, son hasta ahora Japón, Estados Unidos y, en menor medida, Corea e India. En la Argentina, Bio Sidus viene desarrollando proyectos en relación con la ciencia, de los cuales el más conocido es el de las vacas modificadas genéticamente para que produzcan hormona de crecimiento humana. El nuevo proyecto se presentó ayer en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en un acto en el que participaron el ministro Jorge Taiana y el director nacional del Antártico, Mariano Mémoli.
miércoles, mayo 31, 2006
Comunicado del IAU 808 del 26 de mayo 2006
Comunicado del Instituto Antártico Uruguayo
INSTITUTO ANTÁRTICO URUGUAYO DEPARTAMENTO DE RELACIONES PÚBLICAS
COMUNICADO 808/RRPPIAU/06.-
Montevideo, 26 de mayo de 2006
Sres. Comunicadores, Oficinas de Prensa y Relaciones Públicas:
Por este medio, llevamos a su conocimiento que:
Uruguay ostenta el status de Miembro Consultivo del Tratado Antártico lo cual hace que nuestro país deba participar en diferentes Foros internacionales. Por tal motivo, participaremos en la XXIX Reunión Consultiva del Tratado Antártico, que se celebrará en Edimburgo (Reino Unido) entre el 11 y el 23 de junio próximo, donde presentaremos trabajos en temas inherentes a Asuntos Operativos y Educativos, Prevención de la contaminación marina y Asuntos generales del Comité de Protección Ambiental, teniendo en cuenta los requisitos de validez y eficacia del sistema, con el propósito de maximizar su contribución en términos de una actividad antártica continua y autónoma desarrollada durante más de 20 años.
Los temas específicos a tratar dentro de estas áreas son: Desafíos ambientales futuros para la Antártida a la luz del régimen del Protocolo al Tratado Antártico sobre la Protección del Medio Ambiente (recursos naturales y al ámbito de aplicación del instrumento y proceso de ratificación del Anexo VI Responsabilidad, Asuntos políticos (contribución financiera de las Partes y estado de situación de la Secretaría del Tratado Antártico), Seguridad de las Operaciones Antárticas y Turismo Antártico (perspectiva política, jurídica y técnica ambiental, orientado a la actualización de disposiciones regulatorias del Programa de Visitantes a la Base Artigas). También se realizarán las coordinaciones del Año Polar Internacional 2007 – 2009, planificando las correspondientes instancias de cooperación internacional.
Por mas detalles sobre este tema, contactar a Aldo Felici: ambiente@iau.gub.uy
INSTITUTO ANTÁRTICO URUGUAYO DEPARTAMENTO DE RELACIONES PÚBLICAS
COMUNICADO 808/RRPPIAU/06.-
Montevideo, 26 de mayo de 2006
Sres. Comunicadores, Oficinas de Prensa y Relaciones Públicas:
Por este medio, llevamos a su conocimiento que:
Uruguay ostenta el status de Miembro Consultivo del Tratado Antártico lo cual hace que nuestro país deba participar en diferentes Foros internacionales. Por tal motivo, participaremos en la XXIX Reunión Consultiva del Tratado Antártico, que se celebrará en Edimburgo (Reino Unido) entre el 11 y el 23 de junio próximo, donde presentaremos trabajos en temas inherentes a Asuntos Operativos y Educativos, Prevención de la contaminación marina y Asuntos generales del Comité de Protección Ambiental, teniendo en cuenta los requisitos de validez y eficacia del sistema, con el propósito de maximizar su contribución en términos de una actividad antártica continua y autónoma desarrollada durante más de 20 años.
Los temas específicos a tratar dentro de estas áreas son: Desafíos ambientales futuros para la Antártida a la luz del régimen del Protocolo al Tratado Antártico sobre la Protección del Medio Ambiente (recursos naturales y al ámbito de aplicación del instrumento y proceso de ratificación del Anexo VI Responsabilidad, Asuntos políticos (contribución financiera de las Partes y estado de situación de la Secretaría del Tratado Antártico), Seguridad de las Operaciones Antárticas y Turismo Antártico (perspectiva política, jurídica y técnica ambiental, orientado a la actualización de disposiciones regulatorias del Programa de Visitantes a la Base Artigas). También se realizarán las coordinaciones del Año Polar Internacional 2007 – 2009, planificando las correspondientes instancias de cooperación internacional.
Por mas detalles sobre este tema, contactar a Aldo Felici: ambiente@iau.gub.uy
martes, mayo 30, 2006
finaliza campaña de verano en la Base Artigas
Según informa el www.elpais.com.uy en su edición digital del lunes 29 de mayo de 2006...
A las 10 de la mañana de hoy partió desde Monetvideo, el avión Hércules con destino la Antártida. Realizarán tareas de mantenimiento de grupos electrógenos y la toma de agua de las instalaciones de la Base Artigas.
A las 10 de la mañana partió el avión Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya, hacia la Antártida.
Es el último vuelo que se realizará por tres meses. El personal realizará tareas de mantenimiento en los grupos electrógenos y la toma de agua de las instalaciones de la Base.
Científicos, especialistas y personal de apoyo serán trasladados para controlar el desarrollo de los proyectos de investigación que Uruguay lleva adelante en el Continente blanco.
Fuente: El País Digital
Montevideo, Uruguay
A las 10 de la mañana de hoy partió desde Monetvideo, el avión Hércules con destino la Antártida. Realizarán tareas de mantenimiento de grupos electrógenos y la toma de agua de las instalaciones de la Base Artigas.
A las 10 de la mañana partió el avión Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya, hacia la Antártida.
Es el último vuelo que se realizará por tres meses. El personal realizará tareas de mantenimiento en los grupos electrógenos y la toma de agua de las instalaciones de la Base.
Científicos, especialistas y personal de apoyo serán trasladados para controlar el desarrollo de los proyectos de investigación que Uruguay lleva adelante en el Continente blanco.
Fuente: El País Digital
Montevideo, Uruguay
Sobre el agujero de Ozono
El ´Nobel del ozono´ afirma que el agujero disminuirá en el 2050
Crutzen asegura que el hueco ha dejado de crecer y "sigue estable".
publicado en http://www.diariocordoba.com/
EFE (29/05/2006)
El científico holandés Paul Crutzen, que ganó el Premio Nobel de Química en 1995 por sus estudios acerca de la formación del agujero de la capa de ozono, aseguró ayer en Barcelona que el hueco permanece estable y pudiera comenzar a disminuir a partir del año 2050 "de manera significativa".
Crutzen afirmó que la prohibición de las emisiones de los gases CFC (cloroflurocarbonos) a la atmósfera en 1987 ha contribuido a frenar el deterioro del ozono, que filtra los rayos ultravioleta. Los CFC son los principales causantes del agujero.
CONTAMINANTES LONGEVOS A pesar del optimismo porque el agujero de ozono ha dejado de crecer, Crutzen asegura que es necesario no bajar la guardia, puesto que se estima que los CFC pueden estar activos en la atmósfera entre 50 y 100 años. Dado que desde 1987 está prohibida la emisión de CFC, se estima que en 2050 el hueco pudiera comenzar a contraerse, lo cual, según el Nobel, permite "mirar el futuro con mayor optimismo".
La larga vida útil de estos gases, subraya Crutzen, explicaría la paradójica situación que se ha vivido en los últimos años, pues el tamaño del agujero de ozono ha ido creciendo, a pesar de la eliminación de los CFC, presentes sobre todo en viejos frigoríficos, aerosoles y sistemas de aire acondicionado.
El actual tamaño del hueco equivale a "la superficie de Estados Unidos y algo más", y se concentra en la Antártida, a pesar de que los CFC se han emitido principalmente en los países desarrollados, situados en las latitudes medias.
La razón de este fenómeno es que los gases se expanden alrededor del globo terráqueo. A pesar de que la Antártida tiene la misma cantidad de CFC que cualquier otra zona del planeta, el hueco del ozono se concentra, de manera mayoritaria, en ese lugar.
Según explicó Paul Crutzen, la capa de ozono es destruida por el cloro presente en los CFC. Para activarlo, es necesario que ocurran varias reacciones químicas, para lo cual es necesario la presencia de luz y frío. Ambos ingredientes se encuentran presentes en la Antártida. "Por eso tenemos hoy este fenómeno tan sorprendente que no habíamos previsto", explicó ayer el científico holandés.
Las investigaciones llevadas a cabo por Paul Crutzen y los científicos estadounidenses Mario Molina, de origen mexicano, y F. Sherwood Rowland obtuvieron el premio Nobel de Química hace once años.
MAS CALENTAMIENTO En contraste con el optimismo contenido de Crutzen, Tim Flannery, científico y representante de la National Geographic Society en Asia y Australia, asegura que el problema del calentamiento global causará un cambio en las corrientes marinas que desencadenará el comienzo de una nueva era glacial, a finales de este siglo.
Si las emisiones de CO2 continúan su ritmo actual, en las últimas décadas de este siglo pudieran ocurrir grandes deshielos que generarían grandes distorsiones en el planeta.
Crutzen asegura que el hueco ha dejado de crecer y "sigue estable".
publicado en http://www.diariocordoba.com/
EFE (29/05/2006)
El científico holandés Paul Crutzen, que ganó el Premio Nobel de Química en 1995 por sus estudios acerca de la formación del agujero de la capa de ozono, aseguró ayer en Barcelona que el hueco permanece estable y pudiera comenzar a disminuir a partir del año 2050 "de manera significativa".
Crutzen afirmó que la prohibición de las emisiones de los gases CFC (cloroflurocarbonos) a la atmósfera en 1987 ha contribuido a frenar el deterioro del ozono, que filtra los rayos ultravioleta. Los CFC son los principales causantes del agujero.
CONTAMINANTES LONGEVOS A pesar del optimismo porque el agujero de ozono ha dejado de crecer, Crutzen asegura que es necesario no bajar la guardia, puesto que se estima que los CFC pueden estar activos en la atmósfera entre 50 y 100 años. Dado que desde 1987 está prohibida la emisión de CFC, se estima que en 2050 el hueco pudiera comenzar a contraerse, lo cual, según el Nobel, permite "mirar el futuro con mayor optimismo".
La larga vida útil de estos gases, subraya Crutzen, explicaría la paradójica situación que se ha vivido en los últimos años, pues el tamaño del agujero de ozono ha ido creciendo, a pesar de la eliminación de los CFC, presentes sobre todo en viejos frigoríficos, aerosoles y sistemas de aire acondicionado.
El actual tamaño del hueco equivale a "la superficie de Estados Unidos y algo más", y se concentra en la Antártida, a pesar de que los CFC se han emitido principalmente en los países desarrollados, situados en las latitudes medias.
La razón de este fenómeno es que los gases se expanden alrededor del globo terráqueo. A pesar de que la Antártida tiene la misma cantidad de CFC que cualquier otra zona del planeta, el hueco del ozono se concentra, de manera mayoritaria, en ese lugar.
Según explicó Paul Crutzen, la capa de ozono es destruida por el cloro presente en los CFC. Para activarlo, es necesario que ocurran varias reacciones químicas, para lo cual es necesario la presencia de luz y frío. Ambos ingredientes se encuentran presentes en la Antártida. "Por eso tenemos hoy este fenómeno tan sorprendente que no habíamos previsto", explicó ayer el científico holandés.
Las investigaciones llevadas a cabo por Paul Crutzen y los científicos estadounidenses Mario Molina, de origen mexicano, y F. Sherwood Rowland obtuvieron el premio Nobel de Química hace once años.
MAS CALENTAMIENTO En contraste con el optimismo contenido de Crutzen, Tim Flannery, científico y representante de la National Geographic Society en Asia y Australia, asegura que el problema del calentamiento global causará un cambio en las corrientes marinas que desencadenará el comienzo de una nueva era glacial, a finales de este siglo.
Si las emisiones de CO2 continúan su ritmo actual, en las últimas décadas de este siglo pudieran ocurrir grandes deshielos que generarían grandes distorsiones en el planeta.
jueves, mayo 25, 2006
A bordo de un crucero por los mares antárticos...
Publicado en: Diario Hoy Net - 23 mayo 06
http://www.diariohoy.net/
Los rigores del invierno austral le marcaron a la nave Nordkapp, de la centenaria naviera Hurtigruten, de Noruega, que había que regresar. La temporada de cruceros 2005-2006 hacia la Antártida, recorriendo puertos de la Argentina y Chile, había finalizado.
El palacio flotante de siete cubiertas y 213 metros de largo puso proa hacia el verano boreal para operar el programa "La travesía más hermosa del mundo", por los fiordos noruegos.
Y cuando el planeta cumpla un nuevo ciclo regresará para iniciar en octubre otra temporada antártica hasta marzo de 2007, con los programas de la mayorista Oremar Representaciones.
La Antártida, según los expertos, es un destino que propone dos experiencias fuertes: llegar hasta el confín sur del mundo y también a lo más profundo del propio espíritu.
Porque estos barcos no brindan la diversión de los cruceros tradicionales, sino un viaje por paisajes propicios para reflexionar y meditar. Sin embargo, se pueden recibir mails sin cargo y por 20 dólares se accede a internet por varias horas.
Conviene llevar libros, porque el barco tiene una buena biblioteca pero sólo con ediciones en inglés y noruego, y lo bueno es que la nave posee un gimnasio pequeño pero bien equipado.
Los itinerarios son de catorce y de ocho días, que el viajero puede abordar en Santiago de Chile, Ushuaia y Punta Arenas.
Cuando se inician las travesias los viajeros participan de un simulacro de naufragio guiado por los tripulantes, y después los científicos de la nave informan sobre las normas de seguridad.
Al sur del paralelo 40 los fiordos chilenos se muestran como una maraña de islotes y piedras. Los próximos destinos son la Isla de Chiloé - la más grande de Sudamérica después de Tierra del Fuego -, los puertos Chacabuco y Edén y Punta Arenas.
La isla está separada de la tierra por 2.300 metros, y se la conoce por sus tormentas y su tierra negra; por los mariscos "pico de mar"; por los dos lagos que la dividen y por sus moras oscuras.
Se destaca por sus iglesias con tejas de alerce y sus rarísimas casas palafitos, emergiendo del agua en un paisaje donde los verdes oscuros se mezclan con retamas amarillas y lupines.
Los extranjeros buscan allí a la América indígena, a los mapuches a los que habían imaginado viviendo aún en chozas.
De este paisaje tan distinto al suyo se llevan raíces y piedras. Las cámaras y las filmadoras no cesan de captar imágenes de un lugar al que seguramente nunca volverán.
A ambos lados de los fiordos se ven picos nevados, montañas y ríos de deshielo, y los glaciares que anuncian las fuertes corrientes del Golfo de Penas, donde el barco se zarandea.
Más adelante el Nordkapp pasa por el Estrecho de Magallanes y el Canal de Beagle, y las últimas franjas de tierra que se ven en el horizonte son las de Usuhaia y el Cabo de Hornos.
Y finalmente la nave enfrenta los mil kilómetros del Pasaje de Drake, que precede a la Antártida. La navegación por el pasaje son 48 horas de mar encabritado, olas gigantes y fuertes vientos.
El sol se resiste a irse, su luz se va extendiendo y ya no hay noche ni tampoco día; es la luminosidad del verano austral.
En sus charlas con los pasajeros, donde además proyectan películas, los científicos recuerdan al más famoso pirata inglés, Sir Francis Drake, que circunnavegó el mundo entre 1577 y 1580.
Se preguntan cómo habrán hecho aquellos corsarios para superar esas tempestades sin navegadores satelitales ni radios, sin ropa térmica, sólo con perros y carne salada.
Y cuando el barco llega a Halfmoon Island, la isla de la media luna, los europeos no dudan en zambullirse en un gran hoyo cavado en las costas del viejo puesto ballenero de Whalers Bay. Se sumergen desnudos en el gélico océano y se calientan en la tibieza de las aguas volcánicas.
Por allí se ven icebergs gigantes donde reposan pingüinos y lobos, y se acercan grupos de ballenas francas. Los científicos identifican a los pingüinos y dicen: "la única manera de verlos de cerca es que ellos caminen hacia nosotros", tal como recomienda la IAATO, Internatioonal Association Antartic Tour Operators.
En la Antártida hay sitios donde no llueve desde hace veinte millones de años y es un lugar, ya muy cerca del sur definitivo, al que la oscuridad nunca llega. Un continente habitado por 3 mil personas, de las cuales apenas el 15 por ciento son mujeres.
La Antártida está tan despoblada como el desierto del Sahara, es más seca que Arabia Saudita y aún es una tierra llena de incógnitas y misterios. Es el último continente descubierto por el hombre, que en su permanente búsqueda de nuevos horizontes lo convirtió en un desafío para los sentidos.
http://www.diariohoy.net/
Los rigores del invierno austral le marcaron a la nave Nordkapp, de la centenaria naviera Hurtigruten, de Noruega, que había que regresar. La temporada de cruceros 2005-2006 hacia la Antártida, recorriendo puertos de la Argentina y Chile, había finalizado.
El palacio flotante de siete cubiertas y 213 metros de largo puso proa hacia el verano boreal para operar el programa "La travesía más hermosa del mundo", por los fiordos noruegos.
Y cuando el planeta cumpla un nuevo ciclo regresará para iniciar en octubre otra temporada antártica hasta marzo de 2007, con los programas de la mayorista Oremar Representaciones.
La Antártida, según los expertos, es un destino que propone dos experiencias fuertes: llegar hasta el confín sur del mundo y también a lo más profundo del propio espíritu.
Porque estos barcos no brindan la diversión de los cruceros tradicionales, sino un viaje por paisajes propicios para reflexionar y meditar. Sin embargo, se pueden recibir mails sin cargo y por 20 dólares se accede a internet por varias horas.
Conviene llevar libros, porque el barco tiene una buena biblioteca pero sólo con ediciones en inglés y noruego, y lo bueno es que la nave posee un gimnasio pequeño pero bien equipado.
Los itinerarios son de catorce y de ocho días, que el viajero puede abordar en Santiago de Chile, Ushuaia y Punta Arenas.
Cuando se inician las travesias los viajeros participan de un simulacro de naufragio guiado por los tripulantes, y después los científicos de la nave informan sobre las normas de seguridad.
Al sur del paralelo 40 los fiordos chilenos se muestran como una maraña de islotes y piedras. Los próximos destinos son la Isla de Chiloé - la más grande de Sudamérica después de Tierra del Fuego -, los puertos Chacabuco y Edén y Punta Arenas.
La isla está separada de la tierra por 2.300 metros, y se la conoce por sus tormentas y su tierra negra; por los mariscos "pico de mar"; por los dos lagos que la dividen y por sus moras oscuras.
Se destaca por sus iglesias con tejas de alerce y sus rarísimas casas palafitos, emergiendo del agua en un paisaje donde los verdes oscuros se mezclan con retamas amarillas y lupines.
Los extranjeros buscan allí a la América indígena, a los mapuches a los que habían imaginado viviendo aún en chozas.
De este paisaje tan distinto al suyo se llevan raíces y piedras. Las cámaras y las filmadoras no cesan de captar imágenes de un lugar al que seguramente nunca volverán.
A ambos lados de los fiordos se ven picos nevados, montañas y ríos de deshielo, y los glaciares que anuncian las fuertes corrientes del Golfo de Penas, donde el barco se zarandea.
Más adelante el Nordkapp pasa por el Estrecho de Magallanes y el Canal de Beagle, y las últimas franjas de tierra que se ven en el horizonte son las de Usuhaia y el Cabo de Hornos.
Y finalmente la nave enfrenta los mil kilómetros del Pasaje de Drake, que precede a la Antártida. La navegación por el pasaje son 48 horas de mar encabritado, olas gigantes y fuertes vientos.
El sol se resiste a irse, su luz se va extendiendo y ya no hay noche ni tampoco día; es la luminosidad del verano austral.
En sus charlas con los pasajeros, donde además proyectan películas, los científicos recuerdan al más famoso pirata inglés, Sir Francis Drake, que circunnavegó el mundo entre 1577 y 1580.
Se preguntan cómo habrán hecho aquellos corsarios para superar esas tempestades sin navegadores satelitales ni radios, sin ropa térmica, sólo con perros y carne salada.
Y cuando el barco llega a Halfmoon Island, la isla de la media luna, los europeos no dudan en zambullirse en un gran hoyo cavado en las costas del viejo puesto ballenero de Whalers Bay. Se sumergen desnudos en el gélico océano y se calientan en la tibieza de las aguas volcánicas.
Por allí se ven icebergs gigantes donde reposan pingüinos y lobos, y se acercan grupos de ballenas francas. Los científicos identifican a los pingüinos y dicen: "la única manera de verlos de cerca es que ellos caminen hacia nosotros", tal como recomienda la IAATO, Internatioonal Association Antartic Tour Operators.
En la Antártida hay sitios donde no llueve desde hace veinte millones de años y es un lugar, ya muy cerca del sur definitivo, al que la oscuridad nunca llega. Un continente habitado por 3 mil personas, de las cuales apenas el 15 por ciento son mujeres.
La Antártida está tan despoblada como el desierto del Sahara, es más seca que Arabia Saudita y aún es una tierra llena de incógnitas y misterios. Es el último continente descubierto por el hombre, que en su permanente búsqueda de nuevos horizontes lo convirtió en un desafío para los sentidos.
Historias contadas por sus protagonistas: Manuel Catalán
Entrevista de Andalucía Inestiga publicada en
http://www.andaluciainvestiga.com/
24 mayo 2006
El almirante Manuel Catalán tiene 71 años y es un gran privilegiado porque ha disfrutado cuatro veranos australes en los remotos mares del polo sur. Ha visto decenas de focas marinas y la inmensidad del cielo estrellado, pero lo que más le impresionó del continente de hielo es "su naturaleza virgen, como la del planeta hace 10.000 años".
C. García
Manuel Catalán es almirante y científico. Tiene 71 años y ha dedicado prácticamente toda su vida a la investigación del continente antártico. No habla de miedo, ni de soledad cuando se refiere a sus estancias en los remotos mares del continente de hielo, sólo recuerda "los placeres de la naturaleza virgen" y cómo se potencian las buenas cualidades de la gente cuando está aislada. "Yo no soy psicólogo, pero he observado que las personas buenas se vuelven buenísimas, y también al revés", sostiene recordando sus días en las bases españolas de las islas Decepción y Livingston.
El oceanógrafo estuvo entre los primeros españoles que hace 19 años levantaron el asentamiento militar de Juan Carlos I y después ha vuelto a la Antártida cuatro veranos australes enteros (de noviembre a marzo). "Me considero un afortunado, la gente paga por viajar a este continente y disfrutar de la naturaleza virgen. Y es que una vez que vas, te entra el ‘mono’. Hace un año estuve allí por última vez y volvería ahora mismo nadando, si supiera que la temperatura del agua me permitiría llegar", comenta con sentido del humor.
El investigador describe apasionado el blanco paraje de glaciares y aguas heladas. Lo que más le impresionó de este gélido mundo no son las decenas de focas marinas que avistó –"más de las que podría contar con los dedos de las manos y los pies"– ni los estrellados cielos desde el medio de la nada sino "todo el conjunto de la naturaleza virgen": "Es como debió ser el planeta hace 10.000 años, antes de que lo trabajáramos tanto para mal", señala recalcando su faceta más ecologista.
En este mismo sentido, alerta sobre el 'desbordado' turismo de esta región. "Este año 25.000 personas visitaron la Antártida", apostilla, aunque reconoce que la contaminación que provocan estos tours no es recalcable: "Muchos ni se bajan de los barcos, pero hay que intentar regular los comportamientos siguiendo las pautas del Tratado Antártico, que prohíbe contaminar", señala. Catalán es de Denia (Valencia) pero vive en Cádiz hace tantos años, que se encuentra en esta ciudad "de primera división con previsión de permanencia", confiesa gracioso.
http://www.andaluciainvestiga.com/
24 mayo 2006
El almirante Manuel Catalán tiene 71 años y es un gran privilegiado porque ha disfrutado cuatro veranos australes en los remotos mares del polo sur. Ha visto decenas de focas marinas y la inmensidad del cielo estrellado, pero lo que más le impresionó del continente de hielo es "su naturaleza virgen, como la del planeta hace 10.000 años".
C. García
Manuel Catalán es almirante y científico. Tiene 71 años y ha dedicado prácticamente toda su vida a la investigación del continente antártico. No habla de miedo, ni de soledad cuando se refiere a sus estancias en los remotos mares del continente de hielo, sólo recuerda "los placeres de la naturaleza virgen" y cómo se potencian las buenas cualidades de la gente cuando está aislada. "Yo no soy psicólogo, pero he observado que las personas buenas se vuelven buenísimas, y también al revés", sostiene recordando sus días en las bases españolas de las islas Decepción y Livingston.
El oceanógrafo estuvo entre los primeros españoles que hace 19 años levantaron el asentamiento militar de Juan Carlos I y después ha vuelto a la Antártida cuatro veranos australes enteros (de noviembre a marzo). "Me considero un afortunado, la gente paga por viajar a este continente y disfrutar de la naturaleza virgen. Y es que una vez que vas, te entra el ‘mono’. Hace un año estuve allí por última vez y volvería ahora mismo nadando, si supiera que la temperatura del agua me permitiría llegar", comenta con sentido del humor.
El investigador describe apasionado el blanco paraje de glaciares y aguas heladas. Lo que más le impresionó de este gélido mundo no son las decenas de focas marinas que avistó –"más de las que podría contar con los dedos de las manos y los pies"– ni los estrellados cielos desde el medio de la nada sino "todo el conjunto de la naturaleza virgen": "Es como debió ser el planeta hace 10.000 años, antes de que lo trabajáramos tanto para mal", señala recalcando su faceta más ecologista.
En este mismo sentido, alerta sobre el 'desbordado' turismo de esta región. "Este año 25.000 personas visitaron la Antártida", apostilla, aunque reconoce que la contaminación que provocan estos tours no es recalcable: "Muchos ni se bajan de los barcos, pero hay que intentar regular los comportamientos siguiendo las pautas del Tratado Antártico, que prohíbe contaminar", señala. Catalán es de Denia (Valencia) pero vive en Cádiz hace tantos años, que se encuentra en esta ciudad "de primera división con previsión de permanencia", confiesa gracioso.
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