USHUAIA - Se lanza hoy la segunda versión del concurso “Alas para el Medio Ambiente 2005” en el que pueden participar alumnos de todo el país La segunda edición de este concurso nacional que lleva el lema “Dibujá, ganá y viajá a la Antártida”, organizada por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y la Fuerza Aérea Argentina, propone la participación de todos los colegios de nuestro país y premia a los ganadores con viajes para los alumnos, familiar y docente a la Base Antártica Marambio. El certamen será presentado hoy a las 10:30 en el edificio de Fuerza Aérea, ubicado en la calle Pedro Zanni 250 del barrio de Retiro, por Dr. Atilio Savino, Secretario de Ambiente de la Nación. El concurso, que el año pasado contó con la participación de más de 5000 alumnos, tiene el objetivo de relacionar a través de un dibujo, pintura, afiche u otro elemento gráfico, las distintas realidades ambientales de nuestro país y los recursos naturales propios de cada región. Los alumnos que participen de esta segunda edición deberán poner en relación sus trabajos con las actividades que realizan la Secretaría de Ambiente y Fuerza Aérea Argentina, que han establecido como segundo premio 3 viajes a la reserva Yabotí, en la provincia de Misiones, y como tercer premio 3 maquetas de aviones Hércules C-130 y números de la revista Aeroespacio.
Bases
Se podrá obtener información al respecto y las bases completas en las dependencias de la Institución, o a través de las páginas de internet
www.fuerzaaerea.mil.ar
o
www.medioambiente.gov.ar
jueves, setiembre 22, 2005
miércoles, setiembre 21, 2005
Lamentable accidente
El pasado sábado 17 de setiembre de 2005, un grupo de expedicionarios argentinos, viajaba por encima del glaciar Collins en la Isla Rey Jorge, y una moto de nieve con dos personas desapareció en una grieta.
Hasta el momento de escribir esta noticia, los rescatistas no habían podido localizar a las vícitmas ni el vehículo.
Los accidentados fueron el suboficial de la Armada Teófilo González y el científico del Instituto Antártico Argentino Augusto Thibaud.
A estas horas, se teme por la vida de los accidentados.
Antawa

Infografía publicada en clarin.com
para ver más información les recomendamos visitar alguno de estos links
http://www.clarin.com
http://www.larazon.com.ar
Hasta el momento de escribir esta noticia, los rescatistas no habían podido localizar a las vícitmas ni el vehículo.
Los accidentados fueron el suboficial de la Armada Teófilo González y el científico del Instituto Antártico Argentino Augusto Thibaud.
A estas horas, se teme por la vida de los accidentados.
Antawa

Infografía publicada en clarin.com
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http://www.larazon.com.ar
miércoles, setiembre 14, 2005
Australia estudia los meteoritos con el LIDAR
Meteoritos dejan enormes nubes de polvo que pueden tener influencia en el clima del planeta
Científicos de la División australiana de la Antártida estudiaron enorme meteorito que explotó al entrar en la atmósfera en septiembre de 2004.
Publicado en http://eltiempo.terra.com.co/
Los efectos de la entrada del meteorito fueron registrados desde la estación australiana de Davis por un poderoso instrumento de observación conocido como LIDAR (Light Detection and Ranking), explicó Andrew Klekociuk, director del equipo científico, en el que también participan estadounidenses y canadienses.
El LIDAR es un instrumento sensor que mide la densidad atmosférica, la temperatura y la velocidad del viento y opera de forma parecida a un radar, dijeron los científicos en un comunicado de prensa.
"Justo cuando empezábamos la observación de la estratosfera, una señal extraña procedente de unos 30 kilómetros de distancia fue registrada", relató Klekociuk.
Unas horas antes de que el LIDAR registrara el evento, un asteroide había estallado en otra parte de la Antártida, a unos 1.500 kilómetros al oeste de la estación de Davis.
De no estallar su efecto habría sido como la bomba de Hiroshima
"El meteorito, que venía posiblemente de un lugar entre Venus y la Tierra, medía unos 10 metros, con una masa de 1.000 toneladas y si no se hubiera desintegrado al entrar en la atmósfera su efecto habría sido parecido al de la bomba de Hiroshima", indicó el científico.
El estudio ha permitido determinar la medida de las partículas de polvo dejadas por el meteorito que son 100 veces más grandes de lo que se creía.
"Es la primera vez que hemos podido medir las propiedades del polvo de un gran meteorito en el momento en que entraba en la atmósfera", dijo el científico.
"Las partículas que vimos eran pequeñas, de una milésima parte de un milímetro, pero eso es entre 10 y 100 veces más grande de lo que se esperaba encontrar en la desintegración de un gran meteorito", aclaró.
Los granos de polvo se convierten en lluvia
Durante las semanas siguientes a la explosión, los granos de polvo caen en forma de lluvia y es posible que tengan un papel importante en el comportamiento del clima de la tierra.
"El tamaño de la nube de polvo en la estratosfera era de 200 kilómetros por 75 kilómetros, si hubiera pasado entre la Tierra y la luz solar habría reducido la intensidad de la luz en un 20 por ciento", indicó.
Los científicos australianos continúan la investigación, y el próximo paso será analizar las muestras de partículas de polvo recogidas en las tres estaciones que Australia tiene en la Antártida, Davis, Casey y Mawson.
Klekociuk espera que los análisis permitan validar modelos de circulación atmosférica y poner a prueba varias teorías relativas al impacto que los grandes meteoritos tienen en el clima y en el ozono.
"Puede que no haya cambios asociados al clima regional o a los niveles del ozono a corto plazo, pero hay que analizar cuales son las repercusiones a largo plazo", concluyó el científico, que ha visto publicados los resultados de su investigación en la última edición de la revista científica "Nature".
Sydney (Australia)
Con EFE
Científicos de la División australiana de la Antártida estudiaron enorme meteorito que explotó al entrar en la atmósfera en septiembre de 2004.
Publicado en http://eltiempo.terra.com.co/
Los efectos de la entrada del meteorito fueron registrados desde la estación australiana de Davis por un poderoso instrumento de observación conocido como LIDAR (Light Detection and Ranking), explicó Andrew Klekociuk, director del equipo científico, en el que también participan estadounidenses y canadienses.
El LIDAR es un instrumento sensor que mide la densidad atmosférica, la temperatura y la velocidad del viento y opera de forma parecida a un radar, dijeron los científicos en un comunicado de prensa.
"Justo cuando empezábamos la observación de la estratosfera, una señal extraña procedente de unos 30 kilómetros de distancia fue registrada", relató Klekociuk.
Unas horas antes de que el LIDAR registrara el evento, un asteroide había estallado en otra parte de la Antártida, a unos 1.500 kilómetros al oeste de la estación de Davis.
De no estallar su efecto habría sido como la bomba de Hiroshima
"El meteorito, que venía posiblemente de un lugar entre Venus y la Tierra, medía unos 10 metros, con una masa de 1.000 toneladas y si no se hubiera desintegrado al entrar en la atmósfera su efecto habría sido parecido al de la bomba de Hiroshima", indicó el científico.
El estudio ha permitido determinar la medida de las partículas de polvo dejadas por el meteorito que son 100 veces más grandes de lo que se creía.
"Es la primera vez que hemos podido medir las propiedades del polvo de un gran meteorito en el momento en que entraba en la atmósfera", dijo el científico.
"Las partículas que vimos eran pequeñas, de una milésima parte de un milímetro, pero eso es entre 10 y 100 veces más grande de lo que se esperaba encontrar en la desintegración de un gran meteorito", aclaró.
Los granos de polvo se convierten en lluvia
Durante las semanas siguientes a la explosión, los granos de polvo caen en forma de lluvia y es posible que tengan un papel importante en el comportamiento del clima de la tierra.
"El tamaño de la nube de polvo en la estratosfera era de 200 kilómetros por 75 kilómetros, si hubiera pasado entre la Tierra y la luz solar habría reducido la intensidad de la luz en un 20 por ciento", indicó.
Los científicos australianos continúan la investigación, y el próximo paso será analizar las muestras de partículas de polvo recogidas en las tres estaciones que Australia tiene en la Antártida, Davis, Casey y Mawson.
Klekociuk espera que los análisis permitan validar modelos de circulación atmosférica y poner a prueba varias teorías relativas al impacto que los grandes meteoritos tienen en el clima y en el ozono.
"Puede que no haya cambios asociados al clima regional o a los niveles del ozono a corto plazo, pero hay que analizar cuales son las repercusiones a largo plazo", concluyó el científico, que ha visto publicados los resultados de su investigación en la última edición de la revista científica "Nature".
Sydney (Australia)
Con EFE
lunes, setiembre 12, 2005
Incendio en Base Belgrano II
Publicado en http://www.infobae.com/
12 set 05
Un incendio se registró ayer en instalaciones de la base antártica "Belgrano 2", aunque no se reportaron víctimas, informó el Ejército argentino.
El fuego se inició ayer a la mañana como consecuencia de una falla en el sistema de calefacción, agravada por las condiciones meteorológicas, precisa un comunicado del Ejército difundido esta tarde.
El reporte indica que la casa habitación quedó inutilizada pero que la dotación se encuentra en perfecto estado.
"Se pusieron en práctica los planes de contingencia previstos, y se redistribuyó al personal en otras dependencias de la base", agrega el parte firmado por el coronel Bari del Valle Sosa, jefe de prensa del Ejército.
Por la tarde se ultimaban las tareas de reorganización necesarias, agrega el comunicado, y aclara que la base sigue operando normalmente.
La Base Belgrano II se encuentra en
Latitud: 77º 52' 29" S
Longitud: 34º 37' 37" W
en la Región denominada Confin Coast - North of Coast Land Nunatak Bertrab. Mar de Weddell, a 120 km del litoral Antártico.
La estación más próxima es la Base Halley (UK) a 400 km
Está a 2500 Km de Ushuaia y fue inagurada el 5 de febrero de 1979.
12 set 05
Un incendio se registró ayer en instalaciones de la base antártica "Belgrano 2", aunque no se reportaron víctimas, informó el Ejército argentino.
El fuego se inició ayer a la mañana como consecuencia de una falla en el sistema de calefacción, agravada por las condiciones meteorológicas, precisa un comunicado del Ejército difundido esta tarde.
El reporte indica que la casa habitación quedó inutilizada pero que la dotación se encuentra en perfecto estado.
"Se pusieron en práctica los planes de contingencia previstos, y se redistribuyó al personal en otras dependencias de la base", agrega el parte firmado por el coronel Bari del Valle Sosa, jefe de prensa del Ejército.
Por la tarde se ultimaban las tareas de reorganización necesarias, agrega el comunicado, y aclara que la base sigue operando normalmente.
La Base Belgrano II se encuentra en
Latitud: 77º 52' 29" S
Longitud: 34º 37' 37" W
en la Región denominada Confin Coast - North of Coast Land Nunatak Bertrab. Mar de Weddell, a 120 km del litoral Antártico.
La estación más próxima es la Base Halley (UK) a 400 km
Está a 2500 Km de Ushuaia y fue inagurada el 5 de febrero de 1979.

¿Por qué se agranda el agujero de ozono?
Publicado en http://www.lahora.com.ec/
12 set 05
Por Stephen Leahy La capa de ozono estratosférica luce un enorme agujero sobre la Antártida por segundo año consecutivo, exponiendo a los territorios australes de Argentina y Chile a altas dosis de radiación solar ultravioleta.
El ‘agujero’ o adelgazamiento de la capa de ozono sigue ensanchándose, según la información satelital de la Agencia Espacial Europea. Podría ser el más grande de la historia.
Estos datos parecen contradecir los últimos anuncios acerca de que la concentración atmosférica de clorofluorocarbonos (CFC), gases agotadores del ozono, ha comenzado a declinar. De hecho, esas sustancias permanecerán en la atmósfera por muchas décadas.Mientras, el aumento de otras sustancias agotadoras del ozono, como el agroquímico bromuro de metilo, y el uso ilegal de CFC indican que la lucha para restaurar la capa protectora de ozono está lejos de terminar.
"El agujero de este año sobre la Antártida alcanzará su máxima extensión a mediados de este mes", pronosticó Craig Long, meteorólogo de EE.UU. La fecha coincide con el Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebra el 16 de septiembre, a instancias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Protocolo de Montreal
"Gracias al Protocolo de Montreal sobre Sustancias que Agotan la Capa de Ozono, el riesgo de las radiaciones dañinas parece estar cediendo", dijo el secretario general de la ONU, Kofi Annan.El Protocolo de Montreal, adoptado en 1987, obliga a 184 naciones que lo firmaron a eliminar el uso de CFC y de casi 100 sustancias químicas que afectan la capa de ozono.El debilitamiento de esa capa por las emisiones humanas de gases en las últimas décadas ha incrementado las radiaciones ultravioletas en todo el mundo, provocando más casos de cáncer de piel, enfermedades de la vista y otros problemas de salud en humanos y en otras especies animales y vegetales.Peligro latenteAunque es una buena noticia, los científicos son cautelosos. "Algunas sustancias permanecen en la atmósfera durante muchas décadas, y continúan siendo peligrosas", dijo el científico Sherwood Rowland, en un comunicado. Rowland y sus colegas Mario Molina y Paul Crutzen ganaron en 1995 el premio Nobel de Química por su aporte en la identificación de los peligros para la capa de ozono en los años 70.
El Protocolo de Montreal permite el uso de sustancias agotadoras del ozono en situaciones críticas. Por ejemplo, las naciones industriales debieron haber eliminado el bromuro de metilo el 1 de enero de este año. Pero los horticultores y fruticultores estadounidenses usaron en 2005 unos 20 millones de kilogramos de este plaguicida, más de lo aplicado en 2002.Estados Unidos convenció a los países parte del Protocolo que se le permitiera utilizar 8,5 millones de kilos de bromuro de metilo en 2006, más que de lo que usará el resto del mundo rico. Sin embargo, hay alternativas a este plaguicida, económicas y fáciles de usar.
Mercado negro
Los sustitutos de los CFC son utilizados ampliamente en todo el mundo, pero su mayor costo ha dado lugar a un mercado negro en sectores como refrigerantes de automóviles, extinguidores de fuego y solventes industriales.Millones de libras de CFC han ingresado de contrabando a Estados Unidos. Y aunque ahí está declinando, hay un problema emergente en Asia, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). En esa región existen muchos equipos basados en CFC, pese a los compromisos asumidos por las naciones de la región.Bajo el Protocolo de Montreal, los países en desarrollo acordaron reducir en 50 por ciento el consumo de CFC para enero de 2005 y eliminarlo apenas en enero de 2010.Esto ha conducido a un aumento del contrabando, sostuvo un informe del PNUMA divulgado en enero.
Cambios climáticos
Las condiciones climáticas también pueden exacerbar la desaparición del ozono sobre las regiones polares. La zona del Ártico ha presentado pocos y más pequeños adelgazamientos que la Antártida, pero en el último invierno boreal sufrió su mayor pérdida debida al frío extremo.A medida que el clima de la tierra se recalienta, la atmósfera superior se vuelve más fría en las zonas polares, creando las condiciones ideales para que sustancias como los CFC y el bromuro de metilo destruyan el ozono.Lo cierto es que en esta primavera austral, los habitantes de Chile y Argentina, y posiblemente los de Nueva Zelandia y Australia, necesitarán protegerse más que nunca de las radiaciones solares.25 millones de kilómetros cuadrados tiene el agujero o adelgazamiento de la capa de ozono.Tome notaLa capa de ozono está ubicada a una altitud de 15 a 30 kilómetros de la superficie terrestre y su efecto es filtrar los rayos ultravioletas dañinos para la vida.
OPINION
"Pueden aparecer nuevos agujeros de ozono en los próximos 30 ó 40 años".Craig Long, meteorólogo de EE.UU.
12 set 05
Por Stephen Leahy La capa de ozono estratosférica luce un enorme agujero sobre la Antártida por segundo año consecutivo, exponiendo a los territorios australes de Argentina y Chile a altas dosis de radiación solar ultravioleta.
El ‘agujero’ o adelgazamiento de la capa de ozono sigue ensanchándose, según la información satelital de la Agencia Espacial Europea. Podría ser el más grande de la historia.
Estos datos parecen contradecir los últimos anuncios acerca de que la concentración atmosférica de clorofluorocarbonos (CFC), gases agotadores del ozono, ha comenzado a declinar. De hecho, esas sustancias permanecerán en la atmósfera por muchas décadas.Mientras, el aumento de otras sustancias agotadoras del ozono, como el agroquímico bromuro de metilo, y el uso ilegal de CFC indican que la lucha para restaurar la capa protectora de ozono está lejos de terminar.
"El agujero de este año sobre la Antártida alcanzará su máxima extensión a mediados de este mes", pronosticó Craig Long, meteorólogo de EE.UU. La fecha coincide con el Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebra el 16 de septiembre, a instancias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Protocolo de Montreal
"Gracias al Protocolo de Montreal sobre Sustancias que Agotan la Capa de Ozono, el riesgo de las radiaciones dañinas parece estar cediendo", dijo el secretario general de la ONU, Kofi Annan.El Protocolo de Montreal, adoptado en 1987, obliga a 184 naciones que lo firmaron a eliminar el uso de CFC y de casi 100 sustancias químicas que afectan la capa de ozono.El debilitamiento de esa capa por las emisiones humanas de gases en las últimas décadas ha incrementado las radiaciones ultravioletas en todo el mundo, provocando más casos de cáncer de piel, enfermedades de la vista y otros problemas de salud en humanos y en otras especies animales y vegetales.Peligro latenteAunque es una buena noticia, los científicos son cautelosos. "Algunas sustancias permanecen en la atmósfera durante muchas décadas, y continúan siendo peligrosas", dijo el científico Sherwood Rowland, en un comunicado. Rowland y sus colegas Mario Molina y Paul Crutzen ganaron en 1995 el premio Nobel de Química por su aporte en la identificación de los peligros para la capa de ozono en los años 70.
El Protocolo de Montreal permite el uso de sustancias agotadoras del ozono en situaciones críticas. Por ejemplo, las naciones industriales debieron haber eliminado el bromuro de metilo el 1 de enero de este año. Pero los horticultores y fruticultores estadounidenses usaron en 2005 unos 20 millones de kilogramos de este plaguicida, más de lo aplicado en 2002.Estados Unidos convenció a los países parte del Protocolo que se le permitiera utilizar 8,5 millones de kilos de bromuro de metilo en 2006, más que de lo que usará el resto del mundo rico. Sin embargo, hay alternativas a este plaguicida, económicas y fáciles de usar.
Mercado negro
Los sustitutos de los CFC son utilizados ampliamente en todo el mundo, pero su mayor costo ha dado lugar a un mercado negro en sectores como refrigerantes de automóviles, extinguidores de fuego y solventes industriales.Millones de libras de CFC han ingresado de contrabando a Estados Unidos. Y aunque ahí está declinando, hay un problema emergente en Asia, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). En esa región existen muchos equipos basados en CFC, pese a los compromisos asumidos por las naciones de la región.Bajo el Protocolo de Montreal, los países en desarrollo acordaron reducir en 50 por ciento el consumo de CFC para enero de 2005 y eliminarlo apenas en enero de 2010.Esto ha conducido a un aumento del contrabando, sostuvo un informe del PNUMA divulgado en enero.
Cambios climáticos
Las condiciones climáticas también pueden exacerbar la desaparición del ozono sobre las regiones polares. La zona del Ártico ha presentado pocos y más pequeños adelgazamientos que la Antártida, pero en el último invierno boreal sufrió su mayor pérdida debida al frío extremo.A medida que el clima de la tierra se recalienta, la atmósfera superior se vuelve más fría en las zonas polares, creando las condiciones ideales para que sustancias como los CFC y el bromuro de metilo destruyan el ozono.Lo cierto es que en esta primavera austral, los habitantes de Chile y Argentina, y posiblemente los de Nueva Zelandia y Australia, necesitarán protegerse más que nunca de las radiaciones solares.25 millones de kilómetros cuadrados tiene el agujero o adelgazamiento de la capa de ozono.Tome notaLa capa de ozono está ubicada a una altitud de 15 a 30 kilómetros de la superficie terrestre y su efecto es filtrar los rayos ultravioletas dañinos para la vida.
OPINION
"Pueden aparecer nuevos agujeros de ozono en los próximos 30 ó 40 años".Craig Long, meteorólogo de EE.UU.
viernes, setiembre 09, 2005
Capa de Ozono
Avances en protección de la capa de ozono
Autor: ALEXIS SCHLACHTER
Publicado en http://www.cubahora.co.cu
8 set 05
A más de 20 millones de Km2 —unas dos veces más que el área del llamado continente europeo— llegó el hueco de la capa de ozono sobre la Antártida, anchura mayor alcanzada en el actual periodo hasta el pasado 4 de septiembre y se espera, para el próximo día 9, un cercano y peligroso ensanchamiento que supere esa cifra.
Ello es debido a reacciones químicas adversas de la atmósfera en la zona que protege a la Tierra de los temibles rayos ultravioletas del Sol, capaces de producir enfermedades como cáncer de la piel.
Así lo informó en conferencia de prensa el doctor Nelson Espinosa Pena, director de la Oficina Técnica del ozono (OTOZ) con motivo del inicio de las actividades por el aniversario 20 de la Convención de Viena para la preservación de la capa atmosférica protectora de la Tierra que se celebrará el próximo 16 de septiembre de 2005, en todo el mundo bajo el lema Sea amigable con el ozono y mantente protegido del Sol.
El dirigente, cuya institución cumple este mes su décimo aniversario, destacó que Cuba ha ratificado las enmiendas de Montreal y de Beijing, convenios internacionales que protegen la capa de ozono, y este año el país se propone disminuir el 50% de los clorofluorocarbonos (CFC), el 20% de bromuro de metilo, el 85% de tetracloruro de carbono, el 30% de metil cloroformo, así como el no uso definitivo de los llamados halones. Todas sustancias degradantes de la capa protectora del planeta. A la vez se ha perfeccionado la legislación nacional y hay nuevas regulaciones contra las sustancias nocivas al ozono. Hasta el momento hay 189 países firmantes del Protocolo de Montreal relativo a la eliminación de las sustancias agotadoras de la capa de ozono.
Espinosa señaló, entre varios proyectos nacionales para reforzar este trabajo, la capacitación de 3 350 técnicos y mecánicos de refrigeración para el uso de gases alternativos en el sector doméstico y comercial.
---------------------------------------------
Fuente: Granma, 08/09/05
Autor: ALEXIS SCHLACHTER
Publicado en http://www.cubahora.co.cu
8 set 05
A más de 20 millones de Km2 —unas dos veces más que el área del llamado continente europeo— llegó el hueco de la capa de ozono sobre la Antártida, anchura mayor alcanzada en el actual periodo hasta el pasado 4 de septiembre y se espera, para el próximo día 9, un cercano y peligroso ensanchamiento que supere esa cifra.
Ello es debido a reacciones químicas adversas de la atmósfera en la zona que protege a la Tierra de los temibles rayos ultravioletas del Sol, capaces de producir enfermedades como cáncer de la piel.
Así lo informó en conferencia de prensa el doctor Nelson Espinosa Pena, director de la Oficina Técnica del ozono (OTOZ) con motivo del inicio de las actividades por el aniversario 20 de la Convención de Viena para la preservación de la capa atmosférica protectora de la Tierra que se celebrará el próximo 16 de septiembre de 2005, en todo el mundo bajo el lema Sea amigable con el ozono y mantente protegido del Sol.
El dirigente, cuya institución cumple este mes su décimo aniversario, destacó que Cuba ha ratificado las enmiendas de Montreal y de Beijing, convenios internacionales que protegen la capa de ozono, y este año el país se propone disminuir el 50% de los clorofluorocarbonos (CFC), el 20% de bromuro de metilo, el 85% de tetracloruro de carbono, el 30% de metil cloroformo, así como el no uso definitivo de los llamados halones. Todas sustancias degradantes de la capa protectora del planeta. A la vez se ha perfeccionado la legislación nacional y hay nuevas regulaciones contra las sustancias nocivas al ozono. Hasta el momento hay 189 países firmantes del Protocolo de Montreal relativo a la eliminación de las sustancias agotadoras de la capa de ozono.
Espinosa señaló, entre varios proyectos nacionales para reforzar este trabajo, la capacitación de 3 350 técnicos y mecánicos de refrigeración para el uso de gases alternativos en el sector doméstico y comercial.
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Fuente: Granma, 08/09/05
martes, setiembre 06, 2005
Argentina se prepara para el Año Polar Internacional
Publicado en www.clarin.com/
Por María Arce, de la redacción de Clarín.com
marce@claringlobal.com.ar
6 set 05
El encuentro se realiza cada 50 años. Entre 2007 y 2009, los Polos se llenarán de científicos en busca de datos. Nuestro país realizará 15 investigaciones especiales para determinar los efectos del cambio climático.
En el Instituto Antártico Argentino (IAA) están con más trabajo que de costumbre. Por estos días ultiman los detalles para que científicos argentinos participen del Año Polar Internacional, una iniciativa que se realiza cada 50 años en ambos polos y en cuya próxima edición intervendrán unos 40 países. El Año Polar Internacional (IPY, por sus siglas en inglés) se llevó a cabo en tres ocasiones distanciadas más o menos por medio siglo. La idea del primer encuentro de científicos dedicados al estudio de los Polos fue de Karl Weyprecht, un austriaco que comandó una expedición entre 1872 y 1874. En 1882, la primera edición del IPY produjo una declaración en la que se reconocía que de los polos se sabía poco y nada y que era necesario impulsar investigaciones. Aquella reunión de expertos incentivó también las primeras expediciones importantes del siglo XX. Cincuenta años más tarde, en 1932, la segunda edición del IPY –conocido entonces como Año Geofísico- abría las puertas para que se instalaran en los polos 40 bases de forma permanente. Para la tercera edición del IPY no hubo que esperar otros cincuenta años; en 1957 científicos del mundo, incluidos argentinos, se reunieron en torno al frío de los polos y sentaron las bases para lo que hoy se conoce como Tratado Antártico (1961). Este tratado establece un régimen jurídico especial que “congela” –nunca más apropiado el término- los reclamos de soberanía sobre el continente blanco, incluidos los de Argentina, e impulsa que sea una zona de paz destinada para el estudio científico. Así, las pretensiones de 12 países quedaron stand by, incluido EE.UU. que si bien nunca reclamó un metro de la Antártida, se reservó el derecho de hacerlo en el futuro. No hay que olvidar que el continente es el mayor reservorio de agua potable del mundo. Cada IPY no es un año calendario en sí sino dos. Su cuarta edición, tendrá lugar entre 2007 y 2009 para que los especialistas puedan investigar la vida en pleno durante dos veranos enteros en ambos polos. De cara al 2007, el IAA entregó en enero pasado doce intenciones para participar en el IPY y antes de fin de año debe completar de exponer los detalles de los 15 proyectos que fueron aprobados, contó a Clarín.com Sergio Marenssi, geólogo y director de la entidad. En ellos ya está asegurada la presencia de más de 25 científicos argentinos, aunque Maressi anticipa que serán muchos más. Para que puedan llevarse a cabo estas 15 investigaciones, las seis bases argentinas permanentes en el polo sur recibirán a los científicos que se alisten en ellas. Los proyectos argentinos tienen algo en común: ayudarán a saber cómo el cambio climático provocado por el efecto invernadero puede afectar al país. ¿Qué se espera de esta cuarta edición del IPY? “Que se genere una cantidad de información como nunca antes se ha recavado”, dijo Marenssi quien explicó que esos datos serán luego compartidos entre los científicos. Para financiar este proyecto, el dinero saldrá en parte de las arcas de las Dirección Nacional del Antártico, de donde depende el IAA, y supondrá alrededor de un 20 por ciento más en el presupuesto de $7 millones que recibe cada año. Al Instituto Antártico le queda esperar la respuesta de las Fuerzas Armadas que darán el apoyo logístico y de algunas dependencias oficiales que ayudarán a financiar estos proyectos adicionales. La participación argentina en el IPY cobra aún más importancia porque le llueven pedidos de colaboración de otros países que tienen recursos financieros para realizar investigaciones pero que carecen de la estructura necesaria en la Antártida. La mayor preocupación de los científicos sigue siendo los cambios en los polos a raíz del efecto invernadero. Marenssi sostiene que “faltan muchos datos, hace muy poco que el hombre realiza mediciones sobre el clima. Por eso se necesita más información e investigaciones y para eso nada mejor que el IPY”.
Ver más información en http://www.ipy.org/
Por María Arce, de la redacción de Clarín.com
marce@claringlobal.com.ar
6 set 05
El encuentro se realiza cada 50 años. Entre 2007 y 2009, los Polos se llenarán de científicos en busca de datos. Nuestro país realizará 15 investigaciones especiales para determinar los efectos del cambio climático.
En el Instituto Antártico Argentino (IAA) están con más trabajo que de costumbre. Por estos días ultiman los detalles para que científicos argentinos participen del Año Polar Internacional, una iniciativa que se realiza cada 50 años en ambos polos y en cuya próxima edición intervendrán unos 40 países. El Año Polar Internacional (IPY, por sus siglas en inglés) se llevó a cabo en tres ocasiones distanciadas más o menos por medio siglo. La idea del primer encuentro de científicos dedicados al estudio de los Polos fue de Karl Weyprecht, un austriaco que comandó una expedición entre 1872 y 1874. En 1882, la primera edición del IPY produjo una declaración en la que se reconocía que de los polos se sabía poco y nada y que era necesario impulsar investigaciones. Aquella reunión de expertos incentivó también las primeras expediciones importantes del siglo XX. Cincuenta años más tarde, en 1932, la segunda edición del IPY –conocido entonces como Año Geofísico- abría las puertas para que se instalaran en los polos 40 bases de forma permanente. Para la tercera edición del IPY no hubo que esperar otros cincuenta años; en 1957 científicos del mundo, incluidos argentinos, se reunieron en torno al frío de los polos y sentaron las bases para lo que hoy se conoce como Tratado Antártico (1961). Este tratado establece un régimen jurídico especial que “congela” –nunca más apropiado el término- los reclamos de soberanía sobre el continente blanco, incluidos los de Argentina, e impulsa que sea una zona de paz destinada para el estudio científico. Así, las pretensiones de 12 países quedaron stand by, incluido EE.UU. que si bien nunca reclamó un metro de la Antártida, se reservó el derecho de hacerlo en el futuro. No hay que olvidar que el continente es el mayor reservorio de agua potable del mundo. Cada IPY no es un año calendario en sí sino dos. Su cuarta edición, tendrá lugar entre 2007 y 2009 para que los especialistas puedan investigar la vida en pleno durante dos veranos enteros en ambos polos. De cara al 2007, el IAA entregó en enero pasado doce intenciones para participar en el IPY y antes de fin de año debe completar de exponer los detalles de los 15 proyectos que fueron aprobados, contó a Clarín.com Sergio Marenssi, geólogo y director de la entidad. En ellos ya está asegurada la presencia de más de 25 científicos argentinos, aunque Maressi anticipa que serán muchos más. Para que puedan llevarse a cabo estas 15 investigaciones, las seis bases argentinas permanentes en el polo sur recibirán a los científicos que se alisten en ellas. Los proyectos argentinos tienen algo en común: ayudarán a saber cómo el cambio climático provocado por el efecto invernadero puede afectar al país. ¿Qué se espera de esta cuarta edición del IPY? “Que se genere una cantidad de información como nunca antes se ha recavado”, dijo Marenssi quien explicó que esos datos serán luego compartidos entre los científicos. Para financiar este proyecto, el dinero saldrá en parte de las arcas de las Dirección Nacional del Antártico, de donde depende el IAA, y supondrá alrededor de un 20 por ciento más en el presupuesto de $7 millones que recibe cada año. Al Instituto Antártico le queda esperar la respuesta de las Fuerzas Armadas que darán el apoyo logístico y de algunas dependencias oficiales que ayudarán a financiar estos proyectos adicionales. La participación argentina en el IPY cobra aún más importancia porque le llueven pedidos de colaboración de otros países que tienen recursos financieros para realizar investigaciones pero que carecen de la estructura necesaria en la Antártida. La mayor preocupación de los científicos sigue siendo los cambios en los polos a raíz del efecto invernadero. Marenssi sostiene que “faltan muchos datos, hace muy poco que el hombre realiza mediciones sobre el clima. Por eso se necesita más información e investigaciones y para eso nada mejor que el IPY”.
Ver más información en http://www.ipy.org/
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