Diario del Consumidor
21 de diciembre de 2004
http://www.consumer.es/
Un globo dotado con un espectrómetro rodeará el Polo Sur en busca de la antimateria
El objetivo es confirmar la existencia de la "radiación Hawking" de evaporación de agujeros negros
Detectar la antimateria, las partículas más extrañas y evasivas del Universo, es el objetivo de un globo dotado con un espectrómetro lanzado por un equipo internacional de investigadores. Este globo rodeará el Polo Sur para intentar desentrañar el origen de la antimateria cósmica y confirmar la existencia de la "radiación Hawking" de evaporación de agujeros negros, teoría propuesta en 1974 por el eminente científico británico Stephen Hawking.
El globo, denominado "BESS-Polar", fue lanzado con éxito el 13 de diciembre desde la estación McMurdo, en la Antártida. La nave aerostática tiene una superficie interior tan grande como un campo de fútbol, donde está albergado un espectrómetro que es superconductor. Para aumentar al máximo las posibilidades de encontrar la antimateria teorizada por Hawking, el globo rodeará el Polo Sur a una altitud media de 239 kilómetros.
El principal responsable del proyecto, el profesor Akira Yamamoto, de la Organización de Investigación en Aceleración de Energía de Japón, explica que anteriormente se hicieron una serie de vuelos previos, más cortos, desde el norte de Canadá, que revelaron "indicios" de lo que sería "una señal" de "radiación Hawking". "Con un vuelo más largo, lograremos una mejor cosecha de antiprotones que serán capaces de demostrar que Hawking está en lo cierto", augura Yamamoto.
Para este experto, el estudio de partículas de antiprotones de baja energía es clave porque éstos pueden haber sido creados por la evaporación de agujeros negros microscópicos tras el "Big Bang", un fenómeno que aún no ha sido observado en la naturaleza y que se corresponde con la "radiación de Hawking".
lunes, enero 17, 2005
Cronicas antárticas
Un desierto de glaciares
http://www.diariodecadiz.com
No pudo ser. El temporal que se ha levantado nos ha impedido desembarcar en isla Decepción y visitar a nuestros compatriotas de la base Gabriel de Castilla. Nos aseguraron antes de partir que el tiempo en la Antártida cambia de forma drástica, y así es; en muy poco tiempo la tranquilidad se torna en tempestad, con vientos de más de 100 kilómetros por hora y una nevada impresionante. Los pasajeros del Ushuaia oscilan entre el temor y la risa. Imaginen actos tan domésticos como comer, vestirse, lavarse o dormir, con los fuertes bandazos del barco en un mar embravecido. Pero tras el temporal llega la tranquilidad. En la mañana del jueves llegamos por fin al continente antártico. Ante nuestros ojos se alzan las montañas de la Península Antártica, de las que se descuelgan glaciares hasta un mar que, cansado de tanta agitación, se presenta tan manso y limpio que parece un gigantesco espejo cristalino. ¡Es la calma total!
Esta península fue la primera tierra del continente antártico descubierta, hace menos de dos siglos. Mucho antes, los sabios griegos intuyeron la existencia de una Terra Australis Incognita, que vendría a compensar los continentes del hemisferio norte, de ahí su nombre; porque también intuyeron que la tierra era redonda. A finales del siglo XVIII James Cook llegó muy cerca de la Antártida; pero ya en 1603 un marino menos famoso, Gabriel de Castilla, al bordo del Buena Esperanza, consiguió divisar las Shetland del Sur. Hasta 1911 ningún hombre logró llegar hasta el Polo Sur; Amundsen y Scott lo consiguieron, aunque el segundo no conseguiría volver.
Ante tan gigantesca cantidad de hielo (aquí está cerca del 90 por ciento del agua dulce del mundo) pocos dirían que la Antártida es un desierto, con precipitaciones menores que en el Sahara. La escasa nieve que cae se ha acumulado durante milenios, dando lugar a la enorme capa de más de cuatro kilómetros de hielo que cubre este continente. Los glaciares trasportan el hielo hasta el mar originando infinidad de iceberg. Si todo este hielo se fundiera, el nivel de los océanos subiría 60 metros, llegaría a Arcos y Medina. Quizás los líderes políticos que se niegan a reconocer el peligro del cambio climático deberían realizar un viaje a la Antártida para concienciarse de la perentoria necesidad de proteger el continente helado.
Al desembarcar por vez primera en el continente antártico nos espera un grupo de focas de Weddell. Su indolencia parece indicarnos que han olvidado los fatídicos tiempos de las matanzas que las diezmaron con el único objetivo de conseguir grasa para iluminar las noches de las ciudades del mundo desarrollado. Rocas graníticas y metamórficas atestiguan la enorme antigüedad de este continente. Sorprende ver a tantos profesores emocionados ante los glaciares, iceberg, focas o pingüinos, de los que llevan años hablando en las aulas sin haberlos visto nunca. No todo está perdido en la enseñanza, queda todavía el ansia de saber, aunque sea de los profesores.
El Ushuaia sigue navegando por el espectacular Canal de Herrera, un estrecho brazo de mar entre la península y la isla de Ronge. El barco se abre paso entre témpanos de hielo; el sol ilumina cumbres y glaciares aumentando, más si cabe, la belleza de este alucinante paisaje; suena por la megafonía la IX de Bethoven... Llegamos a Bahía Paraíso, inmejorable lugar para celebrar la Navidad. /Juan Clavero, Mercedes Sousa y Lola Yllescas
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No pudo ser. El temporal que se ha levantado nos ha impedido desembarcar en isla Decepción y visitar a nuestros compatriotas de la base Gabriel de Castilla. Nos aseguraron antes de partir que el tiempo en la Antártida cambia de forma drástica, y así es; en muy poco tiempo la tranquilidad se torna en tempestad, con vientos de más de 100 kilómetros por hora y una nevada impresionante. Los pasajeros del Ushuaia oscilan entre el temor y la risa. Imaginen actos tan domésticos como comer, vestirse, lavarse o dormir, con los fuertes bandazos del barco en un mar embravecido. Pero tras el temporal llega la tranquilidad. En la mañana del jueves llegamos por fin al continente antártico. Ante nuestros ojos se alzan las montañas de la Península Antártica, de las que se descuelgan glaciares hasta un mar que, cansado de tanta agitación, se presenta tan manso y limpio que parece un gigantesco espejo cristalino. ¡Es la calma total!
Esta península fue la primera tierra del continente antártico descubierta, hace menos de dos siglos. Mucho antes, los sabios griegos intuyeron la existencia de una Terra Australis Incognita, que vendría a compensar los continentes del hemisferio norte, de ahí su nombre; porque también intuyeron que la tierra era redonda. A finales del siglo XVIII James Cook llegó muy cerca de la Antártida; pero ya en 1603 un marino menos famoso, Gabriel de Castilla, al bordo del Buena Esperanza, consiguió divisar las Shetland del Sur. Hasta 1911 ningún hombre logró llegar hasta el Polo Sur; Amundsen y Scott lo consiguieron, aunque el segundo no conseguiría volver.
Ante tan gigantesca cantidad de hielo (aquí está cerca del 90 por ciento del agua dulce del mundo) pocos dirían que la Antártida es un desierto, con precipitaciones menores que en el Sahara. La escasa nieve que cae se ha acumulado durante milenios, dando lugar a la enorme capa de más de cuatro kilómetros de hielo que cubre este continente. Los glaciares trasportan el hielo hasta el mar originando infinidad de iceberg. Si todo este hielo se fundiera, el nivel de los océanos subiría 60 metros, llegaría a Arcos y Medina. Quizás los líderes políticos que se niegan a reconocer el peligro del cambio climático deberían realizar un viaje a la Antártida para concienciarse de la perentoria necesidad de proteger el continente helado.
Al desembarcar por vez primera en el continente antártico nos espera un grupo de focas de Weddell. Su indolencia parece indicarnos que han olvidado los fatídicos tiempos de las matanzas que las diezmaron con el único objetivo de conseguir grasa para iluminar las noches de las ciudades del mundo desarrollado. Rocas graníticas y metamórficas atestiguan la enorme antigüedad de este continente. Sorprende ver a tantos profesores emocionados ante los glaciares, iceberg, focas o pingüinos, de los que llevan años hablando en las aulas sin haberlos visto nunca. No todo está perdido en la enseñanza, queda todavía el ansia de saber, aunque sea de los profesores.
El Ushuaia sigue navegando por el espectacular Canal de Herrera, un estrecho brazo de mar entre la península y la isla de Ronge. El barco se abre paso entre témpanos de hielo; el sol ilumina cumbres y glaciares aumentando, más si cabe, la belleza de este alucinante paisaje; suena por la megafonía la IX de Bethoven... Llegamos a Bahía Paraíso, inmejorable lugar para celebrar la Navidad. /Juan Clavero, Mercedes Sousa y Lola Yllescas
Construyen nueva Base Checa
[28.12.2004] - Notas de Actualidad - Andrea Fajkusová
Construcción de base polar checa en la Antártida a punto de empezar
http://www.radio.cz/es/articulo/61746
En el puerto de Punta Arenas, al sur de Chile, están preparadas cien toneladas de material para la construcción de la primera base polar checa permanente en la Antártida. Después de embarcarse a principios de enero el equipo de constructores, partirá en la nave Antarktic Dream hacia su destino - la Isla James Ross. Algunos pormenores de la expedición nos los ofreció uno de sus participantes, Hynek Adámek, de la revista National Geographic.
Ruta Viena, Barcelona, Madrid, Santiago de Chile y después el último vuelo a Punta Arenas. De allí vía marítima a través del Estrecho de Drake hacia la Isla James Ross. Así describe Hynek Adámek el recorrido de los constructores al lugar donde será levantada la base polar checa.
"Estimamos que la navegación durará entre tres y cinco días, pero todo dependerá del tiempo y del estado del mar".
El equipo de construcción estará integrado por 15 personas acompañadas por un geólogo. Hynek Adámek sostiene que no tuvo que someterse a ningún adiestramiento especial. Sólo asistió a un curso de medicina, porque durante la expedición a la Antártida se encargará de la asistencia médica.
"Quizá el mayor proyecto de este tipo al que he participado hasta el presente fue la expedición ´África Viva´ durante la cual cruzamos con el camión Tatra el continente africano. Ahora me incorporaré directamente a los trabajos de construcción, y luego mi tarea consistirá en documentarlo todo".
Los constructores polares checos utilizarán, entre otros, un vehículo todo terreno especial de ocho ruedas. Lo descubrieron por casualidad hace poco en la feria de técnica militar IDET celebrada en Brno, Moravia del Sur. La construcción de la estación polar, que está proyectada para 15 personas, debería prolongarse dos o tres meses. Una vez más el papel decisivo lo desempeñará el tiempo, subraya Hynek Adámek.
"Los geólogos que llevaron a cabo investigaciones en la Isla James Ross hace un año en la misma época, me contaron que las temperaturas habían oscilado entre cero y cinco grados bajo cero, y que durante el día cuando hacía sol habían subido hasta diez grados sobre cero".
La expedición checa se lleva consigo a la Isla James Ross seis toneladas de alimentos.
"Consultamos lo relacionado con la alimentación con cocineros, qué platos preparar para que ello no sea complicado y también para que recibamos la cantidad necesaria de energía y vitaminas. Nos llevamos también harina y un horno para preparar el pan".
Acabada la construcción, la base polar será encerrada y volverá a revivir en el verano antártico. El primer equipo de científicos checos la habitará en las Navidades del año próximo. Investigarán los cambios de clima en la Antártida y el surgimiento de oásis antárticos, zonas de las que desaparecieron los glaciares y donde empiezan a crecer musgos y liquenes.
--------------------------------------------------------------------------------
Source: Czech Radio 7, Radio Prague
URL: http://www.radio.cz/es/articulo/61746
© Copyright 1996, 2005 Radio Prague
Construcción de base polar checa en la Antártida a punto de empezar
http://www.radio.cz/es/articulo/61746
En el puerto de Punta Arenas, al sur de Chile, están preparadas cien toneladas de material para la construcción de la primera base polar checa permanente en la Antártida. Después de embarcarse a principios de enero el equipo de constructores, partirá en la nave Antarktic Dream hacia su destino - la Isla James Ross. Algunos pormenores de la expedición nos los ofreció uno de sus participantes, Hynek Adámek, de la revista National Geographic.
Ruta Viena, Barcelona, Madrid, Santiago de Chile y después el último vuelo a Punta Arenas. De allí vía marítima a través del Estrecho de Drake hacia la Isla James Ross. Así describe Hynek Adámek el recorrido de los constructores al lugar donde será levantada la base polar checa.
"Estimamos que la navegación durará entre tres y cinco días, pero todo dependerá del tiempo y del estado del mar".
El equipo de construcción estará integrado por 15 personas acompañadas por un geólogo. Hynek Adámek sostiene que no tuvo que someterse a ningún adiestramiento especial. Sólo asistió a un curso de medicina, porque durante la expedición a la Antártida se encargará de la asistencia médica.
"Quizá el mayor proyecto de este tipo al que he participado hasta el presente fue la expedición ´África Viva´ durante la cual cruzamos con el camión Tatra el continente africano. Ahora me incorporaré directamente a los trabajos de construcción, y luego mi tarea consistirá en documentarlo todo".
Los constructores polares checos utilizarán, entre otros, un vehículo todo terreno especial de ocho ruedas. Lo descubrieron por casualidad hace poco en la feria de técnica militar IDET celebrada en Brno, Moravia del Sur. La construcción de la estación polar, que está proyectada para 15 personas, debería prolongarse dos o tres meses. Una vez más el papel decisivo lo desempeñará el tiempo, subraya Hynek Adámek.
"Los geólogos que llevaron a cabo investigaciones en la Isla James Ross hace un año en la misma época, me contaron que las temperaturas habían oscilado entre cero y cinco grados bajo cero, y que durante el día cuando hacía sol habían subido hasta diez grados sobre cero".
La expedición checa se lleva consigo a la Isla James Ross seis toneladas de alimentos.
"Consultamos lo relacionado con la alimentación con cocineros, qué platos preparar para que ello no sea complicado y también para que recibamos la cantidad necesaria de energía y vitaminas. Nos llevamos también harina y un horno para preparar el pan".
Acabada la construcción, la base polar será encerrada y volverá a revivir en el verano antártico. El primer equipo de científicos checos la habitará en las Navidades del año próximo. Investigarán los cambios de clima en la Antártida y el surgimiento de oásis antárticos, zonas de las que desaparecieron los glaciares y donde empiezan a crecer musgos y liquenes.
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Source: Czech Radio 7, Radio Prague
URL: http://www.radio.cz/es/articulo/61746
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Foro con informaciones fantásticas sobre la Antártida
Los invitamos a leer estas informaciones sobre noticias fantásticas en las tierras australes.
Visiten el link:
http://iblnews.com/foros/view.php3?id=281195
y vean toda la discusión de este tema
Descubren ruinas antiquísimas bajo el hielo de la Antártida
WASHINGTON, D.C. (AMP) - El gobierno estadounidense dice que impedirá la transmisin de un vídeo hallado por rescatadores de la marina de guerra y que supuestamente muestra una masiva excavación arqueológica que está tomando lugar a cuatro kilómetros de profundidad bajo el hielo. El equipo de Atlantis TV responsable por el rodaje aún no ha aparecido.
Los abogados de Atlantis TV, basada en Beverly Hills (California-USA) declararon que la preocupación principal de su empresa lo es la seguirdad y el bienestar del equipo, pero afirmaron a su vez que "se opondrán enérgicamente" a cualquier intento de "censurar materiales que están en el dominio público y que son de interés público".
La Antártida -- según lo manifestado por los abogados -- no es propiedad de nadie y USA carece de jurisdicción sobre ella. "Ese vídeo le pertenece a Atlantis TV," dijo una portavoz de la empresa. "Nostros lo rodamos, es nuestro, y tan pronto como se nos devuelva el material, lo transmitiremos. Cuento acabado".
Dos oficiales de la marina que vieron la grabación describieron su contenido a los investigadores civiles del National Science Foundation (NSF) al regresar a la base Amundson-Scott en el Polo Sur, según fuentes en la base McMurdo, la principal instalación estadounidense en la Antártida.
"Dijeron que pueden apreciarse ruinas espectaculares y otras cosas que no podían comentar, " dijo un cientifico de la NSF. "Pensamos que se trataba de una alucinación producida por el frio hasta que un helicóptero lleno de ‘Focas’ de la Marina de guerra aterrizaron para rescatar a los reporteros y se los llevaron. Ahora nos estamos rascando la cabeza". Los funcionarios del U.S. Naval Support Task Force - Antarctica han negado que esta historia sea cierta y que no tienen en su poder ningún rodaje filmado por el equipo de Atlantis TV.
La noticia del vídeo, supuestamente hallado por los militares en un suministro abandonado a cien millas al oeste de la estación Vostok, se ha producido justo después de que el gobierno intentara censurar párrafos de la novela RAISING ATLANTIS de Thomas Greanias, que representa el fundamento del exitoso canal electrónico "Atlantis Mapping Project" de Atlantis TV.
Agentes federales convenieron en permitir la venta de una versión sin censuras de RAISING ATLANTIS en abril en Amazon.com (como libro electrónico). Pero ganaron la aprobación de los tribunales para "bloquear ciertas partes que podrían comprometer la seguridad nacional". La edición en tapas duras estará disponible a finales de este año.
La novela está enfocada sobre una expedicion militar secreta que descubre ruinas antiquísimas bajo el hielo antártico. Los eventos recientes en la Antártida han dado lugar a dudas sobre si el relato es ficción o una novelización de eventos reales. Pero las fuentes han manifestado que el motivo por la revisión federal se debe a la mención del "Plan de Emergencia Federal D" que no existe oficialmente a pesar de que partes de dicho plan fueron dadas a conocer después de los atentados terroristas del 11-S en USA.
Concretamente, la Etapa Uno del "Plan D" surtió effecto el 11-S y proclama la activación del "gobierno secreto" que funcionaría desde bunkers secretos lejos de la capital federal para asegurar la supervivencia de los Estados Unidos de America y la continuación de su gobierno en el caso de una catástrofe natural o Armagedón atómico.
Traducción (c) 2004. Scott Corrales - InterAlia
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Descubren ruinas antiquísimas bajo el hielo de la Antártida
WASHINGTON, D.C. (AMP) - El gobierno estadounidense dice que impedirá la transmisin de un vídeo hallado por rescatadores de la marina de guerra y que supuestamente muestra una masiva excavación arqueológica que está tomando lugar a cuatro kilómetros de profundidad bajo el hielo. El equipo de Atlantis TV responsable por el rodaje aún no ha aparecido.
Los abogados de Atlantis TV, basada en Beverly Hills (California-USA) declararon que la preocupación principal de su empresa lo es la seguirdad y el bienestar del equipo, pero afirmaron a su vez que "se opondrán enérgicamente" a cualquier intento de "censurar materiales que están en el dominio público y que son de interés público".
La Antártida -- según lo manifestado por los abogados -- no es propiedad de nadie y USA carece de jurisdicción sobre ella. "Ese vídeo le pertenece a Atlantis TV," dijo una portavoz de la empresa. "Nostros lo rodamos, es nuestro, y tan pronto como se nos devuelva el material, lo transmitiremos. Cuento acabado".
Dos oficiales de la marina que vieron la grabación describieron su contenido a los investigadores civiles del National Science Foundation (NSF) al regresar a la base Amundson-Scott en el Polo Sur, según fuentes en la base McMurdo, la principal instalación estadounidense en la Antártida.
"Dijeron que pueden apreciarse ruinas espectaculares y otras cosas que no podían comentar, " dijo un cientifico de la NSF. "Pensamos que se trataba de una alucinación producida por el frio hasta que un helicóptero lleno de ‘Focas’ de la Marina de guerra aterrizaron para rescatar a los reporteros y se los llevaron. Ahora nos estamos rascando la cabeza". Los funcionarios del U.S. Naval Support Task Force - Antarctica han negado que esta historia sea cierta y que no tienen en su poder ningún rodaje filmado por el equipo de Atlantis TV.
La noticia del vídeo, supuestamente hallado por los militares en un suministro abandonado a cien millas al oeste de la estación Vostok, se ha producido justo después de que el gobierno intentara censurar párrafos de la novela RAISING ATLANTIS de Thomas Greanias, que representa el fundamento del exitoso canal electrónico "Atlantis Mapping Project" de Atlantis TV.
Agentes federales convenieron en permitir la venta de una versión sin censuras de RAISING ATLANTIS en abril en Amazon.com (como libro electrónico). Pero ganaron la aprobación de los tribunales para "bloquear ciertas partes que podrían comprometer la seguridad nacional". La edición en tapas duras estará disponible a finales de este año.
La novela está enfocada sobre una expedicion militar secreta que descubre ruinas antiquísimas bajo el hielo antártico. Los eventos recientes en la Antártida han dado lugar a dudas sobre si el relato es ficción o una novelización de eventos reales. Pero las fuentes han manifestado que el motivo por la revisión federal se debe a la mención del "Plan de Emergencia Federal D" que no existe oficialmente a pesar de que partes de dicho plan fueron dadas a conocer después de los atentados terroristas del 11-S en USA.
Concretamente, la Etapa Uno del "Plan D" surtió effecto el 11-S y proclama la activación del "gobierno secreto" que funcionaría desde bunkers secretos lejos de la capital federal para asegurar la supervivencia de los Estados Unidos de America y la continuación de su gobierno en el caso de una catástrofe natural o Armagedón atómico.
Traducción (c) 2004. Scott Corrales - InterAlia
Escalada al Monte Vinson
Navidad en la Antártida
Egocheaga, durante la travesía desde Patriot Hills hasta el Monte Vinson.
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Tras seis días de travesía en solitario, coronó el Vinson, la quinta de «Las siete cimas»
Oviedo, Mario D. BRAÑA
Editorial La Nueva España
http://www.lne.es
«Una experiencia distinta». Así resume Jorge Egocheaga su aventura en la Antártida, donde coronó el Monte Vinson (4.897 metros), la quinta de las siete montañas incluidas en «Las siete cimas», un proyecto que incluye la cumbre más alta de los cinco continentes, más las dos zonas polares. Para alcanzar este objetivo, Egocheaga cuenta con el apoyo económico de Cajastur y el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA.
Más que con la montaña, bastante asequible para un alpinista de su nivel, el problema para Jorge Egocheaga en esta expedición era de tiempo, ya que el permiso le caducaba el 30 de diciembre. Por eso, nada más recibir la confirmación, se puso en marcha. El día 7 salió hacia Madrid, desde donde encadenó vuelos a Santiago de Chile y Punta Arenas. A partir de ahí, la Antártida empezaba a marcar el ritmo del montañero y médico asturiano.
«En Punta Arenas me puse en manos de una agencia australiana, que es la única que hace el vuelo hasta la base antártica de Patriot Hills», explica Egocheaga. «Como dependes de las condiciones climatológicas, entras en "stand by". Tienes que estar localizable cada dos horas para salir en cualquier momento. Hubo suerte porque sólo tuve dos días de espera y a veces se tarda en volar una o dos semanas».
Ese último avión, antes de la inmensidad de la Antártida, tiene su historia: «Es el vuelo más caro del mundo. Por eso, aparte de montañeros, estaba rodeado de gente muy rica que lo hace por el placer de ir a la Antártida y volver. En Punta Arenas es verano y había unos 15 grados, pero hay que ir vestido para temperaturas de 20 grados bajo cero. Me llamaron un día a las 3 de la madrugada y a las 5 volé en un avión de carga ruso, parecido a los "Hércules", adecuado para aterrizar en una pista de hielo».
El domingo día 12, tras seis horas de vuelo, Jorge Egocheaga llegó al punto cero de su aventura en solitario, en la base de Patriot Hills. Le sirvieron su última comida en condiciones durante unos días -carne incluida-, cogió el GPS que le iba a servir para orientarse hacia el Vinson, un trineo en el que transportar la tienda y lo básico para una travesía por el hielo de más de 200 kilómetros, se calzó los esquíes y emprendió la marcha.
«Lo primero que te llama la atención es la luz, las 24 horas de sol, un sol alto», recuerda Egocheaga, que ya sabía que la clave del éxito estaba en la bondad del verano antártico. Reconoce que tuvo suerte porque apenas se vio azotado por el viento y las condiciones del hielo eran apropiadas para la travesía. Incluso pasó menos frío de lo que esperaba: «La Antártida es el sitio más seco del mundo. Si no sopla el viento, temperaturas de 15 o 20 grados bajo cero se soportan bien. Sólo tuve un día con viento».
Ante la ausencia de noches, para no perder las referencias, Egocheaga se marcó un calendario: «Hacía trece horas de caminata, dos o tres para montar la tienda, preparar la comida y comer, y siete u ocho horas para dormir». En esos momentos de inactividad era cuando percibía con más precisión dónde estaba: «En la Antártida llama la atención el silencio. Alrededor no hay nada. No hay vegetación, ni animales. Es la misma sensación que cuando miras el mar. Pero en vez de agua, sólo ves hielo».
En los seis días de travesía ni siquiera se cruzó con humanos, ya que otras expediciones utilizaron avionetas para llegar desde Patriot Hills al campo base del Vinson. Como suponía, la ascensión al monte más alto de la Antártida no tuvo mayor misterio: «Tardé unas cinco horas en subir y bajar. Las vistas desde la cima del Vinson son especialmente bonitas. Una inmensidad de hielo, espectacular, se ve que es una zona inexplorada. Me fotografié con una bandera de Asturias y dejé la de Cajastur».
Como no tenía que preocuparse por la llegada de la noche, antes del final de ese día 18, Egocheaga ascendió otros dos montes próximos al Vinson.
Egocheaga, durante la travesía desde Patriot Hills hasta el Monte Vinson.
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Tras seis días de travesía en solitario, coronó el Vinson, la quinta de «Las siete cimas»
Oviedo, Mario D. BRAÑA
Editorial La Nueva España
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«Una experiencia distinta». Así resume Jorge Egocheaga su aventura en la Antártida, donde coronó el Monte Vinson (4.897 metros), la quinta de las siete montañas incluidas en «Las siete cimas», un proyecto que incluye la cumbre más alta de los cinco continentes, más las dos zonas polares. Para alcanzar este objetivo, Egocheaga cuenta con el apoyo económico de Cajastur y el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA.
Más que con la montaña, bastante asequible para un alpinista de su nivel, el problema para Jorge Egocheaga en esta expedición era de tiempo, ya que el permiso le caducaba el 30 de diciembre. Por eso, nada más recibir la confirmación, se puso en marcha. El día 7 salió hacia Madrid, desde donde encadenó vuelos a Santiago de Chile y Punta Arenas. A partir de ahí, la Antártida empezaba a marcar el ritmo del montañero y médico asturiano.
«En Punta Arenas me puse en manos de una agencia australiana, que es la única que hace el vuelo hasta la base antártica de Patriot Hills», explica Egocheaga. «Como dependes de las condiciones climatológicas, entras en "stand by". Tienes que estar localizable cada dos horas para salir en cualquier momento. Hubo suerte porque sólo tuve dos días de espera y a veces se tarda en volar una o dos semanas».
Ese último avión, antes de la inmensidad de la Antártida, tiene su historia: «Es el vuelo más caro del mundo. Por eso, aparte de montañeros, estaba rodeado de gente muy rica que lo hace por el placer de ir a la Antártida y volver. En Punta Arenas es verano y había unos 15 grados, pero hay que ir vestido para temperaturas de 20 grados bajo cero. Me llamaron un día a las 3 de la madrugada y a las 5 volé en un avión de carga ruso, parecido a los "Hércules", adecuado para aterrizar en una pista de hielo».
El domingo día 12, tras seis horas de vuelo, Jorge Egocheaga llegó al punto cero de su aventura en solitario, en la base de Patriot Hills. Le sirvieron su última comida en condiciones durante unos días -carne incluida-, cogió el GPS que le iba a servir para orientarse hacia el Vinson, un trineo en el que transportar la tienda y lo básico para una travesía por el hielo de más de 200 kilómetros, se calzó los esquíes y emprendió la marcha.
«Lo primero que te llama la atención es la luz, las 24 horas de sol, un sol alto», recuerda Egocheaga, que ya sabía que la clave del éxito estaba en la bondad del verano antártico. Reconoce que tuvo suerte porque apenas se vio azotado por el viento y las condiciones del hielo eran apropiadas para la travesía. Incluso pasó menos frío de lo que esperaba: «La Antártida es el sitio más seco del mundo. Si no sopla el viento, temperaturas de 15 o 20 grados bajo cero se soportan bien. Sólo tuve un día con viento».
Ante la ausencia de noches, para no perder las referencias, Egocheaga se marcó un calendario: «Hacía trece horas de caminata, dos o tres para montar la tienda, preparar la comida y comer, y siete u ocho horas para dormir». En esos momentos de inactividad era cuando percibía con más precisión dónde estaba: «En la Antártida llama la atención el silencio. Alrededor no hay nada. No hay vegetación, ni animales. Es la misma sensación que cuando miras el mar. Pero en vez de agua, sólo ves hielo».
En los seis días de travesía ni siquiera se cruzó con humanos, ya que otras expediciones utilizaron avionetas para llegar desde Patriot Hills al campo base del Vinson. Como suponía, la ascensión al monte más alto de la Antártida no tuvo mayor misterio: «Tardé unas cinco horas en subir y bajar. Las vistas desde la cima del Vinson son especialmente bonitas. Una inmensidad de hielo, espectacular, se ve que es una zona inexplorada. Me fotografié con una bandera de Asturias y dejé la de Cajastur».
Como no tenía que preocuparse por la llegada de la noche, antes del final de ese día 18, Egocheaga ascendió otros dos montes próximos al Vinson.
Historias contadas por sus protagonistas
Científicos españoles en la Antártida
http://www.diariodecadiz.com/
Es nuestro segundo intento, por fin conseguimos desembarcar en Isla Decepción; el Capitán del Ushuaia ha parado los motores y nos ha permitido ver la entrada a la bahía interior de la isla por el paso llamado Fuelles de Neptuno, por el aire que aquí se provoca. Nos estaban esperando. Nos reciben Francisco Carrión, geofísico del Instituto Andaluz de Geofísica y de la Universidad de Granada; Pedro Linares, comandante de la base, y el capitán Silva; en una pequeña playa de arena negra basáltica, que es donde está situada la base española Gabriel de Castilla.
Mientras los militares nos enseñan el funcionamiento de la base –de cuya logística son responsables, con cocinera militar incluida–, el científico nos explica las investigaciones que están llevando a cabo. Fundamentalmente estas investigaciones se basan en una sofisticada tecnología de una red de sismógrafos que les permita conocer la situación y el movimiento de las cámaras magmáticas que se localizan debajo de la isla. Nos cuenta que acaban de pasar la noche de Navidad sin dormir, ya que la microsísmica que observan alerta sobre el posible inicio de una erupción volcánica. Todo esto indica que el vulcanismo de Decepción sigue completamente vivo; ya en 1969 provocó su última gran erupción –se conocen otras de 1842, 1912 y 1917– de lavas y piroclastos basálticos que destruyeron una base inglesa y provocar un fuego destructor en otra chilena.
Toda la isla fue lo que los vulcanólogos llaman un estratovolcán, que desde el Terciario Superior fue creciendo en el fondo oceánico; después de emerger, el edificio colapsó en el centro dejando una gran caldera de hundimiento invadida por el mar, precisamente por los Fuelles de Neptuno. A esto es debida la forma anular de la isla, que le ha permitido ser un perfecto puerto y refugio natural para los barcos que navegan el proceloso Pasaje de Drake.
El comandante de la base nos cuenta, como ya habíamos oído en Cádiz al almirante Manuel Catalán, pionero de las investigaciones españolas en la Antártida, que mucho antes de que Drake pasase por este estrecho lo hizo el marino español Gabriel de Castilla a comienzos del siglo XVII, siendo el primer navegante que llegó a la Antártida, reconocimiento que aún no se ha hecho universal. El capitán nos sigue mostrando el módulo donde viven, guisan y se comunican con el mundo, y nos invita a un exquisito café caliente y con galletas Campurrianas, inolvidables, mientras caía agua-nieve y el mar empezaba a preocuparnos.
En la base española hay un total de cinco científicos (curiosamente todos andaluces, incluida la portuense Yolanda Jiménez, joven investigadora de la UCA), aunque esperan a 12 más la semana que viene, y 8 militares voluntarios. Estos militares, sin armas por mandato del Tratado Antártico, cumplen un servicio para la ciencia y la investigación más valioso y respetable que otras misiones internacionales.
A la base Gabriel de Castilla le espera una paella de domingo, y a nosotros nuestro barco, y después un nuevo desembarco, o landing como dicen los argentinos de nuestra tripulación, ahora en la Isla Livingston. Decepción no nos decepcionó. De hecho, su nombre procede de un equívoco. Los ingleses la llamaron Deception, que significa "engaño", en alusión a la recóndita bahía que encierra en su interior. Los españoles, con nuestro proverbial dominio de los idiomas, lo tradujeron por "Decepción", y con este nombre se ha quedado. A la vuelta, la maldición del corsario Drake se cebó con nosotros en forma de una nueva tempestad al paso por su Pasaje. Pero Tierra de Fuego nos acogió con un mar en calma y el vuelo de los albatros errantes, la mayor ave voladora del mundo, dándonos la bienvenida al continente americano.
Juan Clavero, Mercedes
Sousa y Lola Yllescas
http://www.diariodecadiz.com/
Es nuestro segundo intento, por fin conseguimos desembarcar en Isla Decepción; el Capitán del Ushuaia ha parado los motores y nos ha permitido ver la entrada a la bahía interior de la isla por el paso llamado Fuelles de Neptuno, por el aire que aquí se provoca. Nos estaban esperando. Nos reciben Francisco Carrión, geofísico del Instituto Andaluz de Geofísica y de la Universidad de Granada; Pedro Linares, comandante de la base, y el capitán Silva; en una pequeña playa de arena negra basáltica, que es donde está situada la base española Gabriel de Castilla.
Mientras los militares nos enseñan el funcionamiento de la base –de cuya logística son responsables, con cocinera militar incluida–, el científico nos explica las investigaciones que están llevando a cabo. Fundamentalmente estas investigaciones se basan en una sofisticada tecnología de una red de sismógrafos que les permita conocer la situación y el movimiento de las cámaras magmáticas que se localizan debajo de la isla. Nos cuenta que acaban de pasar la noche de Navidad sin dormir, ya que la microsísmica que observan alerta sobre el posible inicio de una erupción volcánica. Todo esto indica que el vulcanismo de Decepción sigue completamente vivo; ya en 1969 provocó su última gran erupción –se conocen otras de 1842, 1912 y 1917– de lavas y piroclastos basálticos que destruyeron una base inglesa y provocar un fuego destructor en otra chilena.
Toda la isla fue lo que los vulcanólogos llaman un estratovolcán, que desde el Terciario Superior fue creciendo en el fondo oceánico; después de emerger, el edificio colapsó en el centro dejando una gran caldera de hundimiento invadida por el mar, precisamente por los Fuelles de Neptuno. A esto es debida la forma anular de la isla, que le ha permitido ser un perfecto puerto y refugio natural para los barcos que navegan el proceloso Pasaje de Drake.
El comandante de la base nos cuenta, como ya habíamos oído en Cádiz al almirante Manuel Catalán, pionero de las investigaciones españolas en la Antártida, que mucho antes de que Drake pasase por este estrecho lo hizo el marino español Gabriel de Castilla a comienzos del siglo XVII, siendo el primer navegante que llegó a la Antártida, reconocimiento que aún no se ha hecho universal. El capitán nos sigue mostrando el módulo donde viven, guisan y se comunican con el mundo, y nos invita a un exquisito café caliente y con galletas Campurrianas, inolvidables, mientras caía agua-nieve y el mar empezaba a preocuparnos.
En la base española hay un total de cinco científicos (curiosamente todos andaluces, incluida la portuense Yolanda Jiménez, joven investigadora de la UCA), aunque esperan a 12 más la semana que viene, y 8 militares voluntarios. Estos militares, sin armas por mandato del Tratado Antártico, cumplen un servicio para la ciencia y la investigación más valioso y respetable que otras misiones internacionales.
A la base Gabriel de Castilla le espera una paella de domingo, y a nosotros nuestro barco, y después un nuevo desembarco, o landing como dicen los argentinos de nuestra tripulación, ahora en la Isla Livingston. Decepción no nos decepcionó. De hecho, su nombre procede de un equívoco. Los ingleses la llamaron Deception, que significa "engaño", en alusión a la recóndita bahía que encierra en su interior. Los españoles, con nuestro proverbial dominio de los idiomas, lo tradujeron por "Decepción", y con este nombre se ha quedado. A la vuelta, la maldición del corsario Drake se cebó con nosotros en forma de una nueva tempestad al paso por su Pasaje. Pero Tierra de Fuego nos acogió con un mar en calma y el vuelo de los albatros errantes, la mayor ave voladora del mundo, dándonos la bienvenida al continente americano.
Juan Clavero, Mercedes
Sousa y Lola Yllescas
Expedicion española estudia los volcanes
Investigadores españoles estudiarán en la Antártida los volcanes y sus características
Diario Málaga (http://nuevo.diariomalaga.com)
E.P. / MADRID
Un equipo de cuatro investigadores españoles viajarán el próximo 15 de enero a la Isla Decepción en la Antártida para desarrollar un proyecto sobre vulcanismo y sismicidad y cómo fluyen las corrientes de agua en el interior de los volcanes y las fracturas de terremotos.
El proyecto tiene como objetivo elaborar un “modelo tridimensional de cómo se forma el volcán, su evolución y cómo circula el agua en su interior”, explicó el profesor del Área de Geología de la Universidad San Pablo CEU, Raúl Pérez. Los otros investigadores que viajarán a la base antártica española Gabriel de Castilla, en la Isla Decepción, son Carlos Paredes y Jorge Luis Giner, de la Universidad Politécnica de Madrid, y José Jesús Martínez, de la Universidad Complutense de Madrid.
Conocer cómo llega el agua a la cámara magmática del volcán es importante para saber cómo será la erupción, ya que unas de las más violentas explosiones es por la interacción con el agua, y se denomina freatomagmática. Los investigadores realizarán 700 mediciones en fracturas y fallas a lo largo y ancho de la isla para conocer cómo son las fracturas, cómo se formó el volcán, el relleno que presenta y la circulación del agua.
Diario Málaga (http://nuevo.diariomalaga.com)
E.P. / MADRID
Un equipo de cuatro investigadores españoles viajarán el próximo 15 de enero a la Isla Decepción en la Antártida para desarrollar un proyecto sobre vulcanismo y sismicidad y cómo fluyen las corrientes de agua en el interior de los volcanes y las fracturas de terremotos.
El proyecto tiene como objetivo elaborar un “modelo tridimensional de cómo se forma el volcán, su evolución y cómo circula el agua en su interior”, explicó el profesor del Área de Geología de la Universidad San Pablo CEU, Raúl Pérez. Los otros investigadores que viajarán a la base antártica española Gabriel de Castilla, en la Isla Decepción, son Carlos Paredes y Jorge Luis Giner, de la Universidad Politécnica de Madrid, y José Jesús Martínez, de la Universidad Complutense de Madrid.
Conocer cómo llega el agua a la cámara magmática del volcán es importante para saber cómo será la erupción, ya que unas de las más violentas explosiones es por la interacción con el agua, y se denomina freatomagmática. Los investigadores realizarán 700 mediciones en fracturas y fallas a lo largo y ancho de la isla para conocer cómo son las fracturas, cómo se formó el volcán, el relleno que presenta y la circulación del agua.
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