viernes, diciembre 03, 2004

Expedición chilena llegó al Polo Sur

Fuente :El Diario Austral de Valdivia
01 Dic 04
http://www.lasegunda.com/


En varios puntos se debió adelantar avanzadas a pie, para ver por donde continuar sin volcar el "convoy", informó el líder de la expedición, Claudio Teitelboim.

Luego de semanas de travesía, la expedición científica integrada por investigadores del Centro de Estudios Científicos, Cecs, y personal del Ejército de Chile alcanzó la tarde del martes la meta de los 90 grados de latitud, ubicada en el Polo Sur.

En las inmediaciones de la Base Amundsen-Scott, los expedicionarios fueron recibidos por una escolta de bienvenida integrada por representantes del National Science Foundation de Estados Unidos.

Durante el recorrido de 1.100 kilómetros fue posible realizar todas las mediciones científicas de radar, gravimetría y nivometría cada 20 kilómetros, de acuerdo con el cronograma establecido.

Los análisis se efectuaron con un radar de profundidad especial para revelar la cantidad de hielo existente sobre el fondo rocoso del continente antártico, en profundidades superiores a 3 mil metros, en una ruta que por primera vez cruza desde la Antártida Occidental (fondo rocoso bajo el nivel del mar) hacia la Antártida Oriental (fondo rocoso sobre el nivel del mar). Esto permitirá identificar las posibles inestabilidades de la Antártica, debido al cambio del clima.

La ruta presentó complicaciones debido a la existencia de "sartrugis", dunas de nieve que pueden alcanzar hasta un metro de alto y que obligaron al equipo a subir el convoy por partes, junto con soportar temperaturas de -34° Celsius.

El grupo permanecerá cuatro días en el Polo, tiempo en el cual efectuará la extracción de un testigo de hielo, al tiempo que gestionará los preparativos para su posterior regreso a Patriot Hills, que se prolongará por 20 días.

Film Antártico: "Atrapados en el fin del mundo"

http://www.lanacion.com.ar/659146
01 Dic 04

"Atrapados en el fin del mundo" (Argentina, 2003). Dirección: Eduardo L. Sánchez. Guión: Eduardo L. Sánchez, Eduardo Moyano, Pablo Wainschenker. Fotografía: Eduardo Moyano, Miguel Caram. Edición: Andrés Fernández, Alejandro Murzone. Música: Leopoldo Ciancaglini y Lolo Micucci. Músicos invitados: Olof Hansson y Martin Cecconi. Documental en video, hablado en español, inglés y sueco. Duración: 84 minutos. Apta para todo público.

Muchos realizadores de documentales creen que con sólo poner la cámara delante de un testimonio, de una vieja foto, de un hecho de la crónica diaria o una buen episodio del pasado se tiene una obra tan trascendente como el suceso que intentan poner en primer plano. Por suerte no todos piensan así y construyen piezas ejemplares, a tener en cuenta, por ejemplo, a la hora de recuperar a los verdaderos protagonistas de la historia. Por suerte, también, así lo entendieron Eduardo L. Sánchez y sus compañeros de ruta, al proponerse contar la historia de un grupo de expedicionarios suecos y un joven alferez entrerriano de la Armada Argentina, que, al comenzar el siglo XX, lograron sobrevivir en la Antártida, en condiciones extremas, durante casi dos años.

A fines del siglo XIX, el único continente sin explorar era la Antártida. En Suecia, el doctor Otto Nordenskjöld se organizó, tras una larga puja por conseguir fondos de la corona de su país, para partir con rumbo a un territorio por descubrir. La Argentina, a través del perito Francisco Moreno, apoyó con víveres y provisiones a Nordenskjöld a cambio de llevar con ellos a un argentino. De los pocos voluntarios que se ofrecieron para la aventura surgió el nombre de José María Sobral, que actuaría como observador meteorológico, con la misión de efectuar, además, estudios de biología y reconocimiento. Con él viajaron en el Antartic hasta la isla Cerro Nevado, donde el pequeño grupo de Sobral levantó un refugio prefabricado. Con una casa a la que regresar, iniciaron un recorrido de más de 600 kilómetros. Tras el invierno, la nave con la que debían reencontrarse para regresar al continente naufragó en el Mar de Wedell, cuya tripulación buscó refugio en la isla Paulet. De golpe, los suecos y ese único argentino expedicionario quedaron divididos en tres grupos, perdidos por casi un año, hasta que la misión encabezada por el teniente de navío Julian Irizar, a bordo de la corbeta Uruguay, logró traerlos de regreso a Buenos Aires, el 2 de diciembre de 1903.

Un trabajo riguroso

El equipo comandado por Sánchez no se queda en lo anecdótico. Para alcanzar la meta dosifica cada testimonio, fraccionándolos en función de lo que quiere ser contado. Busca la palabra no sólo de parientes de los verdaderos protagonistas (como Alvar Sobral, uno de los nueve hijos del argentino), de psicólogos especialistas en el tema (que hablan de la importancia de la comida y del pingüino como ingrediente básico), historiadores y de algunos de los mismos integrantes de la aventura (en impresionantes registros de la radio sueca). Incluso se vale de la excelente historieta "Figuras de nuestra tierra: El alférez Sobral", de Patricio McGough (publicada por LA NACION en la década del 80), que los investigadores, aseguran, les sirvió para guionizar la historia y complementarla con los muchos testimonios obtenidos. Ellos mismos viajaron a Suecia, donde grabaron infinidad de entrevistas, material que enriquecieron con un riguroso montaje fotográfico y filmaciones (actuales) de las geografías donde tuvieron lugar muchos de los hechos que Sobral apuntó en su libro "Dos años entre los hielos".

También resultan muy oportunas las reflexiones acerca del destino de Sobral, quien tras su regreso triunfal a Buenos Aires, tomó las riendas de su destino, pidió la baja de la Armada, estudió geología en Upsala para de nuevo en su país ocupar un cargo en la Dirección General de Minas e Hidrografía, del que fue injustamente separado tras el golpe militar de 1930.

"Atrapados en el fin del mundo" es, por la elección del tema, por su austeridad, compensada por un afinado aprovechamiento de recursos, por su profundidad a la hora de la investigación y su cuidado concepto estético, uno de los mejores documentales argentinos de los últimos tiempos, a igual nivel de los que, con otros recursos, llegan a través de la TV extranjera. En todo caso, una buena excusa para recuperar a José María Sobral, una de las figuras principales de aquella epopeya antártica que un siglo después sigue emocionando.

Claudio D. Minghetti

La Antártida Suramericana, por Alberto Buela

La Antártida Suramericana
ALBERTO BUELA
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Caracas (Venezuela)
1ro de diciembre de 2004
http://www.redvoltaire.net/article3060.html

La Antártida es el continente situado en el interior del circulo polar antártico con un territorio cubierto de hielos de aproximadamente 14 millones de kilómetros cuadrados. Está separada de los otros continentes por las siguientes distancias: de Suramérica 1.000 km.; de África, 3.600 km.; de Australia, 2.250 km.

Para la descripción geográfica de la Antártida se utiliza por convención la teoría de los cuadrantes según la cual se divide el continente en Oriental y Occidental, tomando como punto de referencia los meridianos de Greenwich, el de los 90° este y el de los 90° oeste.

Cada cuadrante lleva el nombre del océano o continente que enfrenta, así, de los 0° a los 90° oeste se conoce como cuadrante suramericano [1], de los 90° a los 180°oeste se denomina Pacífico. Africano desde 0° a 90° este y Australiano de 90° a 180°este.

El cuadrante suramericano se caracteriza por comprender la península Antártica y gran cantidad de islas, las más conocidas por el gran público son las Orcadas, Georgias, Sandwich y Shetland del Sur. Están también las islas Biscoe, la Belgrano, y la más grande del Continente: la Alejandro I. En el límite del nuestro cuadrante con el del Pacífico se encuentra la isla Pedro I.

Reclamaciones territoriales
Las pretensiones de posesión sobre las tierras antárticas datan del siglo XIX y principios del XX. Sólo en el cuadrante suramericano existen grandes problemas por la superposición de pretensiones, en el resto la cuestión está mucho más clara y definida. Así, el cuadrante africano está todo pretendido por Noruega pero en forma longitudinal, el australiano por Australia y Nueva Zelanda, existe, como es natural por su carácter de ex potencia colonialista, una superposición francesa. En tanto, que el cuadrante Pacífico, salvo un pequeño sector por Nueva Zelanda, no está reclamado por nadie.

El que si tiene problemas de reclamaciones territoriales es el cuadrante suramericano en donde se superponen las pretensiones de Chile sobre parte del sector pretendido por Argentina y las pretensiones de Gran Bretaña que abarcan todo el sector argentino y casi toda la reclamación chilena.

El sector chileno va desde los 90° oeste, límite del cuadrante suramericano hasta los 53° oeste. Gran Bretaña va de los 80° oeste hasta los 20° oeste, mientras que Argentina reclama el sector que va desde los 74° oeste hasta los 25° oeste.

Mapa de reclamaciones territoriales
Es obvio, y manifiesto a todas luces, que Argentina está en mejores condiciones que Chile y Gran Bretaña para hacer valores sus pretensiones antárticas. Su masa continental es la que está más cerca. Geológicamente existe una continuidad del continente en la península antártica. Sus posesiones son más antiguas, ya que desde 1904 ocupa en forma permanente, pública y pacífica los territorios antárticos que reclama para sí. Pero el éxito de los reclamos de reconocimiento territorial entre los Estados-nación soberanos que componen el derecho público internacional no se logra sólo con buenas razones e intenciones, sino sobre todo a través del poder persuasivo que se pueda acumular en la defensa del reclamo.

Tratado Antártico
Ya en junio de 1822 empezó a emplearse el adjetivo panamericano, cuando se discute la posibilidad de celebrar en Washington (EEUU) una conferencia de Estados Americanos. En 1823, en presidente Monroe da a conocer al mundo su doctrina sintetizada en el dogma “América para los americanos” que desde entonces siempre se entendió y aplicó políticamente como América para los norteamericanos.

El panamericanismo pretende la aglutinación de América y la unificación política y cultural del continente, con arreglo a las normas e instituciones del pueblo norteamericano.

Con dicho fin, se han seguido los sistemas del big stik (política del garrote) y de la ayuda económica y técnica(Alianza para el Progreso- de ellos), y se ha pasado del terreno puramente especulativo al terreno institucional, mediante la creación y perfeccionamiento de la Organización de los Estados Americanos con la firma de la Carta de Bogotá en abril de 1948.

En el marco de esta idea fuerza los Estados Unidos imponen el Tratado Antártico que se firma el 1 de diciembre de 1959. De la misma manera que una década antes impuso el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca(TIAR) o Tratado de Río de Janeiro(1947) y veinte años después, en 1978, alentó y creó la Organización del Tratado de cooperación amazónica(OTCA). Y en nuestros días busca imponer por todos los medios el Area de libre comercio de las Américas (ALCA).

Si con el TIAR no intervino en Malvinas cuando fuimos invadidos por una potencia europea como Inglaterra, lo que buscó fue penetrar toda la inteligencia bélico-militar de América del Sur el día después de la Gran Guerra. Y con la OEA colonizó todas nuestra cancillerías y nuestras políticas exteriores; con la creación de la OTCA busca penetrar en el Amazonas declarándolo de soberanía limitada por parte de Brasil. Y termina con el ALCA en la construcción de un gran supermercado de Alaska a Tierra del Fuego.

Luego de la firma del Tratado Antártico el status jurídico del territorio antártico quedó reducido en forma similar al de los fondos de los mares o al del espacio extraterrestre; es decir, de uso común a toda la humanidad y no se reconocen soberanías nacionales sobre él. El territorio queda reservado para usos pacíficos y, por ende, desmilitarizado.

Dos son los grupos de países que firmaron el tratado: a) los reclamantes de sector: Argentina, Chile, Gran Bretaña, Noruega, Australia, Nueva Zelanda y Francia y b)los no reclamantes: Estados Unidos, Unión Soviética, Japón, Bélgica y Sudáfrica. Se sumaron como adherentes a partir del año 1961: Brasil, Polonia, Checoeslovaquia, Dinamarca, Holanda, Rumania, Alemania. En la actualidad se han sumando al Tratado 28 países.

Como una muestra y mueca más, de esta historia política contemporánea de la que los países suramericanos no formamos parte y si lo hacemos es a título de convidados de piedra, paradojalmente el secretario ejecutivo del Tratado es un holandés, Jan Huber y la 18a reunión consultiva del Tratado Antártico, se realizará muy cerca del Artico, en Estocolmo en 2005.

Nueva estrategia Antártica: Hacia una Antártida Suramericana
Es sabido que, lo que es de todos no es de nadie, o lo que es peor aún, aquello que se declara pertenecer a todos, termina siendo de los más poderosos. Al eliminar, de facto, el Tratado Antártico la soberanía nacional de los Estado-nación sobre el territorio antártico, lo que ha logrado es multiplicar los asentamientos y las bases de los Estados poderosos sobre los sectores reclamados por los Estados débiles, en este caso Argentina y Chile. Si esto continua manejándose en estos términos, y todo indica que así será, terminará la Antártida siendo explotada por empresas multinacionales asentadas en el G8.

Como hasta ahora, incluso en últimas publicaciones [2] se viene hablando de “Antártida Sudamericana” para referirse al cuadrante suramericano de la Antártida y no a la proyección política de nuestro territorio sobre el continente blanco, nosotros proponemos una estrategia suramericana sobre la Antártida para así poder constituir políticamente una Antártida suramericana.

Dado que existen razones geológicas, políticas, históricas y culturales a favor y en contra y que luego de casi un siglo de disputas estériles los suramericanos sobre los territorios antárticos no tenemos casi nada, y menos aún, el reconocimiento de los otros, que es el principio de existencia en el orden mundial.

Así, los Estados existen porque son reconocidos por los otros Estados como tales, de ahí que el reconocimiento sea expeditivo(el apurón de Gran Bretaña en reconocer nuestros estados suramericanos en detrimento de España) o lento (como el Vaticano en reconocer al Estado de Israel, sabiendo que así perdía Jerusalén a manos del sionismo).

Nuestra propuesta consiste en afirmar la soberanía de Suramérica como un todo sobre el sector de la Antártida. Y esto se logra, en nuestra opinión, determinado por la proyección de los puntos extremos- geográficos, externos y evidentes- del continente suramericano y las islas que le pertenecen.

Así, más allá de algunos grados más o grados menos que pierdan o ganen nuestros respectivos países, desde las islas Sandwich del Sur(Argentina) a los 25° oeste, pasando por Joao Pessoa, en Brasil a los 45° oeste, y Punta Pariñas en Perú a los 81,5° oeste, hasta la Isla de Pascua(Chile) a los 110°oeste pasando en línea por la isla Pedro I, este gran sector que coincide prácticamente con el cuadrante suramericano, debe ser reclamado y defendido a través de una política continental.

Mapa de la Antártida Suramericana
Nuestros diez estados suramericanos se implicarían así en una política antártica común que recupere para el subcontinente el manejo soberano de su sector en la Antártida, porque sus territorios no son res nullius (de nadie) sino que deben estar bajo la soberanía de nuestros los países. Y allí si, y solo allí, podrán ser considerados con provecho para nuestros respectivos pueblos como territorios res communis (de uso común).

En este manejo común de la Antártida suramericana mucho tendrán que ver y trabajar las respectivas direcciones nacionales del Antártico y la Reunión de administradores de programas antárticos latinoamericanos (RAPAL) que desde 1990 se reúne todos los años y congrega a Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Ecuador y Argentina.

Y trabajar a dos puntas: a) en la realización de expediciones y establecimiento de bases comunes en la Antártida suramericana y b) en la educación del sentimiento de pertenencia común a la Patria Grande.

Sabemos de la resistencia y renuencia chilena a cualquier proyecto de integración suramericana, por eso el esfuerzo argentino como nación más privilegiada debe ser doble. Afirmarnos en lo que somos, para ayudar a los chilenos a liberarse de esa rémora atávica de la geofagia como alimento. Ir más allá de la teoría de los límites estatales, por otra parte siempre móviles para la intelligensia chilena, supone mostrar los beneficios que otorga una única y común Antártida suramericana. Porque como dijera ese gran pensador que fue Joaquín Edwards Bello en su bellísimo libro Nacionalismo Continental(1926) -la primera razón de nuestra debilidad(la suramericana)es la manía de aislamiento, defecto fatal, iniciador de la pequeñez general.

Y también hay que decirlo aunque resulte impolítico, la construcción de una Antártida suramericana tiene al enemigo histórico del subcontinente iberoamericano, Gran Bretaña, ocupando de facto casi todo el sector y las islas aledañas como las Malvinas. En este sentido hay que recordar la enseñanza de ese patriota criollo que fuera Indalecio Gómez, quien siempre se negó a que Inglaterra fuera árbitro en nuestras disputas limítrofes dado que ella es usurpadora de parte de nuestra soberanía nacional y mal puede ser juez y parte al mismo tiempo.

Reiteramos entonces, la construcción de una Antártida suramericana supone una acción conjunta apoyada en un sentimiento común de pertenencia de esa porción de patria irredenta, para lo cual necesita realizar una economía de fuerzas para ser aplicadas en el momento justo a fin de disuadir a aquellos que por astucia y por la fuerza pretenden usurpárnosla.

Alberto Buela
Filósofo
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[1] Decimos suramericano y no sudamericano como comúnmente se denomina, porque este último término es un galicismo que nos dejó la colonización cultural francesa. Nuestra lengua es el castellano y en ella debemos correctamente expresarnos y expresar la toponimia. Al respecto conviene recordar que el eximio poeta Leopoldo Marechal decía: No olvides que todo nombre indica un destino

[2] Fue el geógrafo chileno Luis Riso Patrón quien en un opúsculo de 1907 titulado La Antártida Sudamericana el primero que utilizó el término. En esa línea se han publicado infinidad de títulos similares, el último del que tenemos noticias es el de Eugenio Genest Antártida Sudamericana, Buenos Aires, 2001

jueves, diciembre 02, 2004

Expedición chilena arriba al Polo Sur

La expedición conjunta del Ejército, la FACh y el Centro de Estudios Científicos de Valdivia arribó al centro de la Antártida a las 20:45 horas (23:45 GMT).
http://www.cooperativa.cl/
2 Dic 04

Tras 15 días de caminata, en los que recorrieron más de 2.000 kilómetros, los científicos que integran la misión conjunta del Ejército, la Fuerza Aérea de Chile (FACh) y el Centro de Estudios Científicos de Valdivia llegaron al Polo Sur a las 20:45 horas (23:45 GMT) de este martes.
La información fue confirmada por el Ejército de Chile, cuyo comandante en jefe, general Juan Emilio Cheyre, se comunicó por radio, desde la Duodécima Región, con el grupo de civiles y militares, a quienes les expresó el orgullo y satisfacción de la institución y del país por su logro.
El equipo partió el pasado 4 de noviembre desde Punta Arenas, con destino a la estación Parodi, en la zona de Patriot Hills, parte del territorio antártico que reclama Chile.
Luego, el 13 de noviembre, iniciaron la marcha hacia el Polo Sur, al que arribaron este martes, y donde realizarán estudios sobre el balance de masa de los glaciares, el espesor y estructura interna del hielo y los cambios sucesivos en la acumulación de nieve.
El regreso de los más de 12 científicos está planeado para este 3 de diciembre, por lo que los cálculos de los equipos de apoyo indican que cerca del 24 del diciembre deberían volver a la capital de la región de Magallanes.

martes, noviembre 30, 2004

Comienza temporada de cruceros antárticos

Publicado en la Prensa Austral
30 nov 04
http://www.laprensaaustral.cl/

Esta madrugada se esperaba el arribo del buque ruso Grigoriy Mikheev a la bahía Fildes, en la isla Rey Jorge, que es el punto de partida para los cruceros antárticos que realiza por segunda temporada la empresa magallánica Antarctica XXI.
También hoy está previsto el viaje a ese lugar de los 42 turistas que van a participar en el primero de los tres cruceros de la temporada y que van a volar desde Punta Arenas a bordo de un avión Dash 7 de Aerovías Dap.
Se consolida así la oferta turística de la empresa regional que combina el traslado aéreo y la navegación de seis días y cinco noches en torno a las islas Shetland del Sur y la península antártica con dos desembarcos cada día.
La programación de la temporada considera otros dos cruceros a bordo del buque ruso -que es arrendado por Antarctica XXI- que van a partir desde la bahía Fildes los días 5 y 10 de diciembre, respectivamente. En los tres viajes se va a mover a unos 120 turistas
Para la próxima temporada, en tanto, las proyecciones son auspiciosas pues ya se han programado cinco viajes, uno de los cuales se haría en Navidad, con más de 200 visitantes.
La apuesta de los empresarios tras esta iniciativa es crecer en la participación del turismo a la Antártida que mueve anualmente a unas 20 mil personas.
También corresponde a empresarios regionales la inversión cercana a un millón de dólares que se hace en la habilitación del Hotel Lakutaia, en la ex hostería Wala, que podría comenzar a recibir pasajeros a partir del 15 de diciembre.
Ambas iniciativas confirman el interés del sector privado de generar actividades productivas a partir del turismo selectivo, aprovechando las bellezas escénicas del cabo de Hornos y del territorio antártico

chilenos estudian el pasado tropical de la Antártida

Antártica: su pasado tropical en un estudio
El Mercurio, GDA
23 nov 04

Investigadores del Instituto Antártico Chileno (Inach), y de la Universidad de Chile partieron el sábado anterior a la Antártica para investigar su “pasado tropical”.

El equipo escudriñará el pasado de los montes Ellsworth, a 3 100 kilómetros al sur de Punta Arenas, gracias a la recolección de rocas que encierran información de hace 500 millones de años.
En las montañas Ellsworth existía un ambiente tropical, con organismos muy simples que poblaban las porciones oceánicas. Se sabe que el margen sur de Gondwana, la masa terráquea que se dividió en América y África, debió haber sido muy similar a lo que es geográficamente Chile central.
A pesar de los estudios realizados hasta ahora, el lugar exacto donde se encontraban estas montañas, y el hecho de que aparentemente no registran la esperada actividad volcánica, siguen planteando dudas.
Ellos buscarán precisar cuál fue su origen. Si estuvo en Sudamérica o en otro lado del mundo. Recorrerán cerca de 350 kilómetros en el lado sur de la cadena, en el cordón montañoso Heritage, a una altitud de 3 000 metros y enfrentarán temperaturas de 10 a 20 grados Celsius bajo cero.


Expedicion china a medir temperaturas en "Dome A"

Una expedición china partirá del puerto australiano de Fremantle hacia la Antártida con la intención de medir la temperatura del lugar posiblemente más frío del planeta, informó la emisora local "ABC".
17 de noviembre de 2004
Sydney (Australia), (EFE).-

La División Australiana Antártica (AAD, siglas en inglés) estuvo a cargo de entrenar al equipo de expertos chinos que tiene como misión instalar una estación automática de medición de las condiciones climatológicas en el lugar denominado "Dome A" (Bóveda A) para finales del próximo mes de enero.
La estación dará información detallada y continua sobre la temperatura del lugar durante los próximos cinco años, la cual se piensa que desciende de los noventa grados bajo cero (Celsius).
Un funcionario de la AAD, Ian Allison, indicó que la Bóveda A "es el lugar más alto de la Antártida y posiblemente el más frío, pero también es el más remoto y no tenemos observaciones meteorológicas de allí, ya sea para predicciones del tiempo o para estudios climáticos".
Allison añadió que el proyecto es importante debido a que la estación proporcionará cada sesenta minutos información del tiempo vía satélite de este remoto lugar.
Los científicos sospechan que la Bóveda A, localizada en la parte más alta de la Meseta Antártica, es la zona más fría del planeta, pese a que hasta la fecha ningún ser humano ha podido llegar ella