Científicos españoles empiezan campaña en la Antártida para estudiar cambio climático
22-11-2004
Esta semana comienzan su trabajo dos de los cuatro equipos españoles que investigarán en la Antártica el cambio climático y la formación de los continentes.
Para ello, llevarán a cabo pruebas sismo-volcánicas con la ayuda de los buques de investigación oceanográfica Hespérides y Las Palmas, de acuerdo a lo informado por la prensa local.
De los cuatro proyectos que se llevarán a cabo, financiados con 50 mil euros por año por el Plan Nacional de I+D+i, tres serán en el Océano del Sur y otro en la fosa de Puerto Rico, en el viaje de vuelta.
Se analizarán y registrarán en los equipos los terremotos naturales que ocurran en el interior y en el entorno de la isla volcánica, así como los producidos de manera artificial por el Hespérides mediante el sistema de disparos con un cañón de aire comprimido.
En total, se simulará el equivalente a 5 mil terremotos, por lo que en dos semanas se obtendrá la misma información que, de forma natural, se habría prolongado veinte años.
Durante aproximadamente un mes se explorará la tectónica de placas, la formación de continentes y océanos y, específicamente, la separación entre Sudamérica y la Antártica.
Distintos estudios han demostrado que el incremento de la temperatura global ocurrió hace 32 ó 33 millones de años, momento en que se separaron ambos territorios dando lugar al Paso de Drake, que ocasionó la corriente circumpolar antártica.
martes, noviembre 23, 2004
Disertación sobre la Antartida
Cádiz. La diversidad climática y paisajística, los cambios medioambientales y sus mecanismos en influencias en la fauna y la flora, las amenazas que se ciernen sobre la natualeza y otros suntos relacionados con este apasionante tema serán abordados hoy en la tercera jornada del ciclo 'De Atapuerca al espacio' que viene desarrollándos a lo largo de los lunes de noviembre en el salón Regio de la Diputación, organizado por esta institución, con la colaboración de Caja San Fernando.
El objetivo de estas jornadas es la divulgación de la cultura científica, poniendo al alcance del ciudadano de a pie los últimos avances en las investigaciones sobre diversoso campos a cargo de los más destacados especielistas en los mismos.
El director de la Estación Biológica de Doñana, Fernando Hiraldo Cano, y el doctor en Física de la UCA Manuel Catalán, junto al naturalista Manuel Barcell, que actuará como moderador, serán los protagonistas de esta tercera cita del ciclo, titulada 'De Doñana a la Antártida'. Fernando Hiraldo, nacido en Almería en 1947 y licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Sevilla, inició su trayectoria investigadora como becario en la Estación Biológica de Doñana que ahora dirige y desde entonces viene desarrollando una intensa labor en el estudio de los mecanismos que regulan las poblaciones de los animales. Desde 1991 es profesor de investigación del CSIC y ha llevado a cabo numerosos proyectos financiados por organismo nacionales e internacionales, cuyos resultados se ven reflejados en numerosos artículos de revistas científicas. Una porporción importante de sus trabajos se enmarcan en la 'biología de la conservación', que trata de sentar las bases analógicas para la conservación de la fauna amenazada. Manuel Catalán es presidente de la Comisión Nacional de Investigación Antártica y secretario general del Comité Polar español. Participó activamente en las primeras etapas de la investigación de España en el Océano Antártico como comandante y director científico. Durante la presente campaña del BIO Hespérides es investigador principal y jefe de campaña del poryecto que se desarrolla actualmente en el Drake y mar de Brandsfields con un grupo de investigadores de la Universidad de Cádiz.
El objetivo de estas jornadas es la divulgación de la cultura científica, poniendo al alcance del ciudadano de a pie los últimos avances en las investigaciones sobre diversoso campos a cargo de los más destacados especielistas en los mismos.
El director de la Estación Biológica de Doñana, Fernando Hiraldo Cano, y el doctor en Física de la UCA Manuel Catalán, junto al naturalista Manuel Barcell, que actuará como moderador, serán los protagonistas de esta tercera cita del ciclo, titulada 'De Doñana a la Antártida'. Fernando Hiraldo, nacido en Almería en 1947 y licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Sevilla, inició su trayectoria investigadora como becario en la Estación Biológica de Doñana que ahora dirige y desde entonces viene desarrollando una intensa labor en el estudio de los mecanismos que regulan las poblaciones de los animales. Desde 1991 es profesor de investigación del CSIC y ha llevado a cabo numerosos proyectos financiados por organismo nacionales e internacionales, cuyos resultados se ven reflejados en numerosos artículos de revistas científicas. Una porporción importante de sus trabajos se enmarcan en la 'biología de la conservación', que trata de sentar las bases analógicas para la conservación de la fauna amenazada. Manuel Catalán es presidente de la Comisión Nacional de Investigación Antártica y secretario general del Comité Polar español. Participó activamente en las primeras etapas de la investigación de España en el Océano Antártico como comandante y director científico. Durante la presente campaña del BIO Hespérides es investigador principal y jefe de campaña del poryecto que se desarrolla actualmente en el Drake y mar de Brandsfields con un grupo de investigadores de la Universidad de Cádiz.
lunes, noviembre 22, 2004
Deshielo
La Antártida se deshiela más rápida
Los glaciares de la región occidental pierden 2 metros de grosor al año de media, lo que está elevando progresivamente el nivel del mar
publicado en ekoplaneta
JULIO ARRIETA | 21 nov 04
La plataforma de hielo de la región occidental de la Antártida pierde grosor cada vez más rápidamente, según un estudio realizado por científicos estadounidenses y chilenos que publica la revista Science. Los expertos han comprobado que media docena de glaciares que desembocan en el mar de Amundsen descargan más hielo en el océano del que reciben a través de la nieve. El grosor de estas formaciones se reduce una media de 1,2 metros por año a lo largo de entre 100 y 300 kilómetros tierra adentro. La principal consecuencia de este fenómeno es que el nivel del mar está aumentando a un ritmo anual de 0,2 milímetros.
Esta noticia llega dos días después de que la NASA diera a conocer los resultados de una investigación propia que demostraba la relación existente entre el calentamiento global, los deshielos polares y el aumento del nivel del mar. Tras estudiar la desaparición de los glaciares del mar de Wedell, también en la Antártida, y comprobar que habían perdido 38 metros de altura tras el desprendimiento de la gran plataforma de hielo Larsen B en 2002, la agencia espacial estadounidense advertía de que este fenómeno puede tener consecuencias desastrosas en varias zonas del planeta.
El estudio que ve hoy la luz a través de Science está coordinado por Robert Thomas, especialista en glaciares de la EG&G, una empresa que depende de la NASA. Este glaciólogo y su equipo, del que forman parte técnicos chilenos del Centro de Estudios Científicos en Valdivia, han medido los cambios sufridos por seis glaciares de la costa oeste de la Antártida durante los últimos 15 años.
Para ello, han utilizado satélites equipados con sistemas de radar y altímetros láser y un avión P-3 de la Armada chilena dotado con un dispositivo de sensores fabricados por la NASA. Thomas y sus colaboradores han realizado cuatro vuelos a lo largo de 3.500 kilómetros de frentes helados midiendo su profundidad mediante radares especiales para penetrar el hielo. Los glaciares observados han sido Isla de Pinos, Thwaites, Haynes, Pope, Smith y Kohler.
Los glaciares de la región occidental pierden 2 metros de grosor al año de media, lo que está elevando progresivamente el nivel del mar
publicado en ekoplaneta
JULIO ARRIETA | 21 nov 04
La plataforma de hielo de la región occidental de la Antártida pierde grosor cada vez más rápidamente, según un estudio realizado por científicos estadounidenses y chilenos que publica la revista Science. Los expertos han comprobado que media docena de glaciares que desembocan en el mar de Amundsen descargan más hielo en el océano del que reciben a través de la nieve. El grosor de estas formaciones se reduce una media de 1,2 metros por año a lo largo de entre 100 y 300 kilómetros tierra adentro. La principal consecuencia de este fenómeno es que el nivel del mar está aumentando a un ritmo anual de 0,2 milímetros.
Esta noticia llega dos días después de que la NASA diera a conocer los resultados de una investigación propia que demostraba la relación existente entre el calentamiento global, los deshielos polares y el aumento del nivel del mar. Tras estudiar la desaparición de los glaciares del mar de Wedell, también en la Antártida, y comprobar que habían perdido 38 metros de altura tras el desprendimiento de la gran plataforma de hielo Larsen B en 2002, la agencia espacial estadounidense advertía de que este fenómeno puede tener consecuencias desastrosas en varias zonas del planeta.
El estudio que ve hoy la luz a través de Science está coordinado por Robert Thomas, especialista en glaciares de la EG&G, una empresa que depende de la NASA. Este glaciólogo y su equipo, del que forman parte técnicos chilenos del Centro de Estudios Científicos en Valdivia, han medido los cambios sufridos por seis glaciares de la costa oeste de la Antártida durante los últimos 15 años.
Para ello, han utilizado satélites equipados con sistemas de radar y altímetros láser y un avión P-3 de la Armada chilena dotado con un dispositivo de sensores fabricados por la NASA. Thomas y sus colaboradores han realizado cuatro vuelos a lo largo de 3.500 kilómetros de frentes helados midiendo su profundidad mediante radares especiales para penetrar el hielo. Los glaciares observados han sido Isla de Pinos, Thwaites, Haynes, Pope, Smith y Kohler.
viernes, noviembre 19, 2004
Comienza campaña española 2004
La nueva campaña española en la Antártida estudiará la posibilidad de instalar una incineradora en la Isla Decepción
En la actualidad, los residuos que se generan son transportados para su tratamiento fuera del continente helado
Los primeros ocho militares integrantes de la Campaña Antártica 2004-2005 viajan hoy hacia Buenos Aires para llegar, el próximo 28 de noviembre, a la Base "Gabriel de Castilla", en la Isla Decepción, a bordo del buque oceanográfico "Hespérides". Estos primeros componentes son parte de los 43 científicos civiles y 14 militares que desarrollarán los diferentes proyectos de investigación durante la presente Campaña.
Uno de estos proyectos es estudiar la posibilidad de instalar una incineradora en la Base. Para ello, se analizarán los elementos incinerables como residuos orgánicos, papel, cartón y madera, y se determinarán sus emisiones, señala el responsable de Proyectos de Medio Ambiente, el Comandante Fernando Montesinos. "Realizaremos un estudio de los gases que se emiten durante la combustión y las partículas que se emiten por el gasoil", precisa.
El jefe de la expedición, el Comandante Pedro Linares, recuerda que la misión española ha sido "siempre muy estricta en la gestión de residuos" y hasta ahora, desde que se estableció la Base "Gabriel de Castilla" a finales de 1989, "se deja el medio ambiente como se encontraba al inicio de cada campaña" y las 2,5 toneladas de residuos que se generan se transportan para el tratamiento fuera del continente helado.
Sistema de gestión
Por otra parte, España será el primer país que lleve a cabo el sistema de gestión medioambiental según las exigencias de la norma UNE-EN-ISO 14001 y que determinará las repercusiones medioambientales de las actividades, productos o servicios de la Base, tanto a corto como a largo plazo.
Asimismo, se realizará un estudio de impacto ambiental global de las actividades desarrolladas en Decepción, en el que se monitoricen todos los factores ambientales (como aire, agua, suelo), para asegurar que en todo momento son respetuosas con el medio ambiente Antártico y con los ecosistemas dependientes o asociados.
En el marco de los proyectos medioambientales se entregará además a los visitantes y turistas de la Base española un manual de buenas prácticas, en español e inglés, en el que se incluyen las normas de conducta recogidas en el Protocolo de Madrid para la protección global del medio antártico, firmado en 1991.
Por último, destacar que se realizará una valoración del estado nutricional de todo el personal presente y sometido a temperaturas extremas. El objetivo es analizar las posibles consecuencias en el área metabólico-nutricional de someterse durante un periodo de tiempo prolongado, entre dos y cuatro meses, a las condiciones de vida antárticas.
En la actualidad, los residuos que se generan son transportados para su tratamiento fuera del continente helado
Los primeros ocho militares integrantes de la Campaña Antártica 2004-2005 viajan hoy hacia Buenos Aires para llegar, el próximo 28 de noviembre, a la Base "Gabriel de Castilla", en la Isla Decepción, a bordo del buque oceanográfico "Hespérides". Estos primeros componentes son parte de los 43 científicos civiles y 14 militares que desarrollarán los diferentes proyectos de investigación durante la presente Campaña.
Uno de estos proyectos es estudiar la posibilidad de instalar una incineradora en la Base. Para ello, se analizarán los elementos incinerables como residuos orgánicos, papel, cartón y madera, y se determinarán sus emisiones, señala el responsable de Proyectos de Medio Ambiente, el Comandante Fernando Montesinos. "Realizaremos un estudio de los gases que se emiten durante la combustión y las partículas que se emiten por el gasoil", precisa.
El jefe de la expedición, el Comandante Pedro Linares, recuerda que la misión española ha sido "siempre muy estricta en la gestión de residuos" y hasta ahora, desde que se estableció la Base "Gabriel de Castilla" a finales de 1989, "se deja el medio ambiente como se encontraba al inicio de cada campaña" y las 2,5 toneladas de residuos que se generan se transportan para el tratamiento fuera del continente helado.
Sistema de gestión
Por otra parte, España será el primer país que lleve a cabo el sistema de gestión medioambiental según las exigencias de la norma UNE-EN-ISO 14001 y que determinará las repercusiones medioambientales de las actividades, productos o servicios de la Base, tanto a corto como a largo plazo.
Asimismo, se realizará un estudio de impacto ambiental global de las actividades desarrolladas en Decepción, en el que se monitoricen todos los factores ambientales (como aire, agua, suelo), para asegurar que en todo momento son respetuosas con el medio ambiente Antártico y con los ecosistemas dependientes o asociados.
En el marco de los proyectos medioambientales se entregará además a los visitantes y turistas de la Base española un manual de buenas prácticas, en español e inglés, en el que se incluyen las normas de conducta recogidas en el Protocolo de Madrid para la protección global del medio antártico, firmado en 1991.
Por último, destacar que se realizará una valoración del estado nutricional de todo el personal presente y sometido a temperaturas extremas. El objetivo es analizar las posibles consecuencias en el área metabólico-nutricional de someterse durante un periodo de tiempo prolongado, entre dos y cuatro meses, a las condiciones de vida antárticas.
martes, noviembre 16, 2004
Historias de la Antartida , Gral. Leal
GENERAL JORGE LEAL, PIONERO ANTARTICO Y PRIMER PRESIDENTE DEL CEMIDA
Publicado en Página 12 - Argentina - 16 nov 04
“La Antártida obliga al hombre a ser amigo en serio” Fue el primer argentino en llegar al Polo Sur, el primer presidente del grupo que reunía a los militares democráticos y el defensor del coronel Cesio, cuando lo querían expulsar del Ejército. A los 85 años, fue homenajeado en la Base Marambio, en esa Antártida que es su amor y que siempre vio como un continente pacífico e internacionalizado.
Por Eduardo Tagliaferro
–¿Qué aprendizaje deja la Antártida?
–La Antártida obliga al hombre a ser tolerante, a ser amigo en serio. La Antártida obliga a convivir. Saber convivir es tan difícil en este mundo supuestamente civilizado. La Antártida es mucho más civilizada que cualquier otro lugar del planeta. Cuando digo civilización, no estoy hablando de comodidad, de placer sino del término exacto de la palabra civilización. Si los países supieran vivir civilizadamente, en el mundo no habría tantos problemas.
–¿Por qué la Antártida obliga a la convivencia?
–Al estar unos cuantos hombres durante todo un año, bueno antes, era todo un año, vivir juntos obliga a aprender a convivir o de lo contrario, se termina muy mal. Se aprende a convivir si se pone voluntad. En ese sentido la Antártida es un laboratorio maravilloso de autoanálisis. Yo puedo ir a la Antártida convencido de que soy el trabajador número uno. Al poco tiempo ya sé cuánto valgo. Y lo curioso es que los demás también lo saben. Así aprendo quién soy. Casi nada. La búsqueda de los filósofos de todos los tiempos, conócete a ti mismo. Si los argentinos todos nos conociéramos a nosotros mismos, seríamos mejores.
–Usted señaló que “Argentina solita no podrá defender sus derechos” antárticos. ¿Por qué?
–La unidad latinoamericana es posible porque es necesaria. Es necesario que nos unamos porque si no, nunca vamos a ser nada. Ni la Argentina, ni Brasil, ni ninguna de estas seudo naciones, no sé si utilizar este término, llegaremos a nada. Los latinoamericanos nunca debimos habernos convertido en veintitantas repúblicas. ¿Cuánto pesamos en el mundo estas repúblicas desunidas y débiles? Qué distinto sería si nos uniéramos. Tenemos poco menos de 15 millones de kilómetros cuadrados. Más de 500 millones de habitantes con todas las riquezas imaginadas, capaz de alimentar todas las industrias necesarias. Salvo Brasil, los demás países latinoamericanos no estamos industrializados. ¿Por qué? Porque no tenemos mercado interno de consumo. 500 millones de habitantes sí son un mercado interno interesante.
–¿Por qué en sus presentaciones reitera nuestros antecedentes históricos y geográficos en la región?
–El cuadrante antártico de 90 grados que enfrenta a América del Sur ha sido calificado por los geólogos del mundo como una continuación de la Cordillera de los Andes. Cordillera que pasa por Tierra del Fuego, luego se va para el Este, aparece en las Georgias, desaparece y aparece nuevamente en las Sandwich, vuelve a mostrarse en Orcadas, va hacia el Oeste, aparece otra vez en las Shetland y luego se ve otra vez en nuestra península antártica. Ese arco, llamado arco de Escocia, está conformado por los Andes. Todo ese cuadrante es continuación de la Cordillera de los Andes. La naturaleza está señalando que esa parte de la Antártida es parte de la América del Sur. Si a eso se suma la bula papal de Alejandro VI que les da a españoles y portugueses y a sus herederos, que somos nosotros, una línea imaginaria de posesiones que va del Polo Norte al Polo Sur, no quedan dudas de nuestros derechos. El Polo Sur, dice el Papa. Cuando nos independizamos heredamos nuestras tierras.
–¿Teme que se nos arrebate la soberanía?
–Más que arrebatarnos la Antártida, creo que podrán negarnos nuestras posesiones. Estados Unidos no reconoce ninguna pretensión de soberanía a nadie. Tampoco la reclama. Así se coloca en la mejor posición para dar el zarpazo cuando se le ocurra. Cuando todavía existía la Unión Soviética se comportaba de la misma manera. Se da cuenta de que es una situación totalmente inestable. El que pega primero o el más fuerte podrá negar a los restantes.
–En la Antártida predomina un espíritu pacífico y colaboración entre distintos países.
–Esto que se está viviendo en la Antártida se debe al Tratado Antártico. En el mundo no se conoce un tratado que haya durado para siempre. No hay ninguno. Por qué sería distinto con éste. Está previsto que si los 28 países que lo integran deciden que termine, terminará. Ese día van a empezar las pretensiones sobre un territorio rico en petróleo, como lo es el cuadrante sudamericano. Se sabe que los mares tienen petróleo. En este continente están todos los minerales. Este cuadrante nuestro fue el que mejor se estudió. Ya que al pronunciarse tan al Norte está más libre de hielo. Si no fuese por el Tratado Antártico, ya la Shell, la Esso o cualesquiera de las siete hermanitas petroleras estaría tratando de poner sus plataformas en la Antártida. En la Isla Ross, en esa zona del mar de Weddell, se sabe que hay petróleo. Y el día en que cualquiera de las siete hermanitas ponga una plataforma allí, sin pedirnos permiso a los argentinos, a los chilenos, a los sudamericanos, ya no podremos hablar más de que eso es nuestro.
–¿Es inevitable entonces la militarización?
–El territorio antártico es el único continente desmilitarizado. Las fuerzas armadas están en función de apoyo logístico a la ciencia. No llevan ni una pistola. Son los científicos los que llevan pistolas para dormir a las focas o estudiar otros animales. No se puede en la Antártida llevar a cabo ninguna actividad atómica, ni llevar residuos tóxicos. Es bueno recordar que la desnuclearización del continente antártico fue una imposición de la Argentina cuando se estaba discutiendo el Tratado. Estoy hablando del año 1959. Tanto la URSS como los Estados Unidos tenían en sus manos la monopolización del tema atómico. Para firmar el tratado, la Argentina pidió la desnuclearización del continente. El presidente de la delegación argentina en Washington, el fallecido embajador Adolfo Scilingo, asesor del presidente Frondizi, me contaba que cuando propuso la desnuclearización se produjo una sorpresa general. En ese entonces el tema atómico era partidario de las dos superpotencias. Parecía imposible lograr la desnuclearización. Este fue el punto que más se discutió. Poco a poco las potencias fueron entrando en razones.
–¿Qué se temía en esa época?
–La Argentina y Chile, que nos apoyó, querían la desnuclearización y especialmente, que se prohibiera llevar residuos radiactivos altamente contaminantes. Estados Unidos y la URSS no sabían qué hacer con los desechos radiactivos. Esos residuos son letales para el hombre por la friolera de 10 mil años. Esa sí que es una bomba atómica. Y no sabían qué hacer. Nosotros sabíamos que en algunos círculos científicos circulaba la idea de que la Antártida podría ser un depósito radiactivo.
–¿Qué efectos hubiera tenido?
–Estamos hablando de residuos que desarrollan altas temperaturas. Los científicos de esos países pensaban ponerlos en containers, buscar un lugar en el que la colata de hielo fuera suficientemente alta, le recuerdo que hay zonas en los que ésta tiene hasta 2 mil o 3 mil metros. Pensaban depositar allí esos contenedores. Al desarrollar temperatura se irían enterrando en la nieve y en el hielo. Eso quedaría tapado por 100 o 500 años. Lástima que son letales por 10 mil años. Qué pasaría cuando esos contenedores llegaran a la línea roca. Comenzarían a recibir la presión de millones de toneladas por kilómetro cuadrado. No hay contenedor, ni material que soporte esa presión. Se iban a romper y entonces los residuos comenzarían a caminar por debajo del continente antártico. Siempre lo comparo con la miel sobre una rodaja de pan. La miel comienza a deslizarse hasta llegar a los bordes. Los mares hubieran sido infectados y los primeros países que recibirían las consecuencias serían los países cercanos a la Antártida. Casualmente, ni los Estados Unidos, ni Rusia, ni Inglaterra, ni Nueva Zelanda. La Argentina y Chile hubieran sido los principales afectados. Por eso es que la Argentina impuso como requisito la desnuclearización y la prohibición de instalar residuos atómicos en la Antártida. El tratado fue muy conveniente para nosotros, a pesar de que en su tiempo, se nos criticó mucho.
Publicado en Página 12 - Argentina - 16 nov 04
“La Antártida obliga al hombre a ser amigo en serio” Fue el primer argentino en llegar al Polo Sur, el primer presidente del grupo que reunía a los militares democráticos y el defensor del coronel Cesio, cuando lo querían expulsar del Ejército. A los 85 años, fue homenajeado en la Base Marambio, en esa Antártida que es su amor y que siempre vio como un continente pacífico e internacionalizado.
Por Eduardo Tagliaferro
–¿Qué aprendizaje deja la Antártida?
–La Antártida obliga al hombre a ser tolerante, a ser amigo en serio. La Antártida obliga a convivir. Saber convivir es tan difícil en este mundo supuestamente civilizado. La Antártida es mucho más civilizada que cualquier otro lugar del planeta. Cuando digo civilización, no estoy hablando de comodidad, de placer sino del término exacto de la palabra civilización. Si los países supieran vivir civilizadamente, en el mundo no habría tantos problemas.
–¿Por qué la Antártida obliga a la convivencia?
–Al estar unos cuantos hombres durante todo un año, bueno antes, era todo un año, vivir juntos obliga a aprender a convivir o de lo contrario, se termina muy mal. Se aprende a convivir si se pone voluntad. En ese sentido la Antártida es un laboratorio maravilloso de autoanálisis. Yo puedo ir a la Antártida convencido de que soy el trabajador número uno. Al poco tiempo ya sé cuánto valgo. Y lo curioso es que los demás también lo saben. Así aprendo quién soy. Casi nada. La búsqueda de los filósofos de todos los tiempos, conócete a ti mismo. Si los argentinos todos nos conociéramos a nosotros mismos, seríamos mejores.
–Usted señaló que “Argentina solita no podrá defender sus derechos” antárticos. ¿Por qué?
–La unidad latinoamericana es posible porque es necesaria. Es necesario que nos unamos porque si no, nunca vamos a ser nada. Ni la Argentina, ni Brasil, ni ninguna de estas seudo naciones, no sé si utilizar este término, llegaremos a nada. Los latinoamericanos nunca debimos habernos convertido en veintitantas repúblicas. ¿Cuánto pesamos en el mundo estas repúblicas desunidas y débiles? Qué distinto sería si nos uniéramos. Tenemos poco menos de 15 millones de kilómetros cuadrados. Más de 500 millones de habitantes con todas las riquezas imaginadas, capaz de alimentar todas las industrias necesarias. Salvo Brasil, los demás países latinoamericanos no estamos industrializados. ¿Por qué? Porque no tenemos mercado interno de consumo. 500 millones de habitantes sí son un mercado interno interesante.
–¿Por qué en sus presentaciones reitera nuestros antecedentes históricos y geográficos en la región?
–El cuadrante antártico de 90 grados que enfrenta a América del Sur ha sido calificado por los geólogos del mundo como una continuación de la Cordillera de los Andes. Cordillera que pasa por Tierra del Fuego, luego se va para el Este, aparece en las Georgias, desaparece y aparece nuevamente en las Sandwich, vuelve a mostrarse en Orcadas, va hacia el Oeste, aparece otra vez en las Shetland y luego se ve otra vez en nuestra península antártica. Ese arco, llamado arco de Escocia, está conformado por los Andes. Todo ese cuadrante es continuación de la Cordillera de los Andes. La naturaleza está señalando que esa parte de la Antártida es parte de la América del Sur. Si a eso se suma la bula papal de Alejandro VI que les da a españoles y portugueses y a sus herederos, que somos nosotros, una línea imaginaria de posesiones que va del Polo Norte al Polo Sur, no quedan dudas de nuestros derechos. El Polo Sur, dice el Papa. Cuando nos independizamos heredamos nuestras tierras.
–¿Teme que se nos arrebate la soberanía?
–Más que arrebatarnos la Antártida, creo que podrán negarnos nuestras posesiones. Estados Unidos no reconoce ninguna pretensión de soberanía a nadie. Tampoco la reclama. Así se coloca en la mejor posición para dar el zarpazo cuando se le ocurra. Cuando todavía existía la Unión Soviética se comportaba de la misma manera. Se da cuenta de que es una situación totalmente inestable. El que pega primero o el más fuerte podrá negar a los restantes.
–En la Antártida predomina un espíritu pacífico y colaboración entre distintos países.
–Esto que se está viviendo en la Antártida se debe al Tratado Antártico. En el mundo no se conoce un tratado que haya durado para siempre. No hay ninguno. Por qué sería distinto con éste. Está previsto que si los 28 países que lo integran deciden que termine, terminará. Ese día van a empezar las pretensiones sobre un territorio rico en petróleo, como lo es el cuadrante sudamericano. Se sabe que los mares tienen petróleo. En este continente están todos los minerales. Este cuadrante nuestro fue el que mejor se estudió. Ya que al pronunciarse tan al Norte está más libre de hielo. Si no fuese por el Tratado Antártico, ya la Shell, la Esso o cualesquiera de las siete hermanitas petroleras estaría tratando de poner sus plataformas en la Antártida. En la Isla Ross, en esa zona del mar de Weddell, se sabe que hay petróleo. Y el día en que cualquiera de las siete hermanitas ponga una plataforma allí, sin pedirnos permiso a los argentinos, a los chilenos, a los sudamericanos, ya no podremos hablar más de que eso es nuestro.
–¿Es inevitable entonces la militarización?
–El territorio antártico es el único continente desmilitarizado. Las fuerzas armadas están en función de apoyo logístico a la ciencia. No llevan ni una pistola. Son los científicos los que llevan pistolas para dormir a las focas o estudiar otros animales. No se puede en la Antártida llevar a cabo ninguna actividad atómica, ni llevar residuos tóxicos. Es bueno recordar que la desnuclearización del continente antártico fue una imposición de la Argentina cuando se estaba discutiendo el Tratado. Estoy hablando del año 1959. Tanto la URSS como los Estados Unidos tenían en sus manos la monopolización del tema atómico. Para firmar el tratado, la Argentina pidió la desnuclearización del continente. El presidente de la delegación argentina en Washington, el fallecido embajador Adolfo Scilingo, asesor del presidente Frondizi, me contaba que cuando propuso la desnuclearización se produjo una sorpresa general. En ese entonces el tema atómico era partidario de las dos superpotencias. Parecía imposible lograr la desnuclearización. Este fue el punto que más se discutió. Poco a poco las potencias fueron entrando en razones.
–¿Qué se temía en esa época?
–La Argentina y Chile, que nos apoyó, querían la desnuclearización y especialmente, que se prohibiera llevar residuos radiactivos altamente contaminantes. Estados Unidos y la URSS no sabían qué hacer con los desechos radiactivos. Esos residuos son letales para el hombre por la friolera de 10 mil años. Esa sí que es una bomba atómica. Y no sabían qué hacer. Nosotros sabíamos que en algunos círculos científicos circulaba la idea de que la Antártida podría ser un depósito radiactivo.
–¿Qué efectos hubiera tenido?
–Estamos hablando de residuos que desarrollan altas temperaturas. Los científicos de esos países pensaban ponerlos en containers, buscar un lugar en el que la colata de hielo fuera suficientemente alta, le recuerdo que hay zonas en los que ésta tiene hasta 2 mil o 3 mil metros. Pensaban depositar allí esos contenedores. Al desarrollar temperatura se irían enterrando en la nieve y en el hielo. Eso quedaría tapado por 100 o 500 años. Lástima que son letales por 10 mil años. Qué pasaría cuando esos contenedores llegaran a la línea roca. Comenzarían a recibir la presión de millones de toneladas por kilómetro cuadrado. No hay contenedor, ni material que soporte esa presión. Se iban a romper y entonces los residuos comenzarían a caminar por debajo del continente antártico. Siempre lo comparo con la miel sobre una rodaja de pan. La miel comienza a deslizarse hasta llegar a los bordes. Los mares hubieran sido infectados y los primeros países que recibirían las consecuencias serían los países cercanos a la Antártida. Casualmente, ni los Estados Unidos, ni Rusia, ni Inglaterra, ni Nueva Zelanda. La Argentina y Chile hubieran sido los principales afectados. Por eso es que la Argentina impuso como requisito la desnuclearización y la prohibición de instalar residuos atómicos en la Antártida. El tratado fue muy conveniente para nosotros, a pesar de que en su tiempo, se nos criticó mucho.
lunes, noviembre 15, 2004
Uruguay recibe los primeros 20 turistas en la Base Artigas
Uruguay financiará parte de los proyectos científicos que realiza en la base militar General Artigas, en la isla Rey Jorge de la Antártida, con los ingresos que dejen los turistas en esos remotos parajes.
Los primeros 20 turistas uruguayos viajarán a finales de noviembre y su estancia en la base científica dejará unos 25 mil dólares al Instituto Antártico Uruguayo (IAU), señaló su presidente y jefe del Estado Mayor de la Armada, el contraalmirante Hugo Viglietti di Mattia, en declaraciones que publica hoy el diario "El Observador".
Los turistas, que estarán aproximadamente un mes en la Antártida, serán trasladados en un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Uruguaya, junto con la dotación de científicos y militares uruguayos que harán el relevo de la base.
La base uruguaya fue inaugurada en diciembre de 1984 y mantenerla tiene un costo de unos 300 mil dólares anuales.
En la base se realizan estudios e investigaciones atmosféricas, del mar, químicas, médicas, sicológicas, de fauna marina, del efecto invernadero, trabajos genéticos y estudios de la adaptación humana a climas gélidos, entre otros.
Parte de los turistas uruguayo que viajarán a la Antártida recibieron asesoramiento de los científicos para colaborar en alguno de los proyectos.
La dotación permanente de la base Artigas es de nueve personas, que durante el invierno se enfrentan a días con 20 horas de noche y temperaturas de 45 grados bajo cero.
"Son verdaderos héroes, confinados en un clima muy hostil y lejos de sus familias", agregó Viglietti.
En el verano la presencia de científicos uruguayos en la Antártida, que tiene el 70% de las reservas de agua dulce del planeta, se triplica y es cuando se realizan la mayoría de los estudios y proyectos.
Los primeros 20 turistas uruguayos viajarán a finales de noviembre y su estancia en la base científica dejará unos 25 mil dólares al Instituto Antártico Uruguayo (IAU), señaló su presidente y jefe del Estado Mayor de la Armada, el contraalmirante Hugo Viglietti di Mattia, en declaraciones que publica hoy el diario "El Observador".
Los turistas, que estarán aproximadamente un mes en la Antártida, serán trasladados en un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Uruguaya, junto con la dotación de científicos y militares uruguayos que harán el relevo de la base.
La base uruguaya fue inaugurada en diciembre de 1984 y mantenerla tiene un costo de unos 300 mil dólares anuales.
En la base se realizan estudios e investigaciones atmosféricas, del mar, químicas, médicas, sicológicas, de fauna marina, del efecto invernadero, trabajos genéticos y estudios de la adaptación humana a climas gélidos, entre otros.
Parte de los turistas uruguayo que viajarán a la Antártida recibieron asesoramiento de los científicos para colaborar en alguno de los proyectos.
La dotación permanente de la base Artigas es de nueve personas, que durante el invierno se enfrentan a días con 20 horas de noche y temperaturas de 45 grados bajo cero.
"Son verdaderos héroes, confinados en un clima muy hostil y lejos de sus familias", agregó Viglietti.
En el verano la presencia de científicos uruguayos en la Antártida, que tiene el 70% de las reservas de agua dulce del planeta, se triplica y es cuando se realizan la mayoría de los estudios y proyectos.
lunes, noviembre 08, 2004
Científicos de Chile y EEUU llegan a la Antártida
SANTIAGO, 6 nov 04(Xinhuanet) -- Un equipo de científicos de Chile y Estados Unidos llegó a la Antártida para investigar durante dos meses los efectos del calentamiento global en los glaciares.
Publicado en Xinhuanet.com
En una travesía de mil kilómetros desde las colinas de Patriot Hills, hasta el polo Sur, los investigadores medirán los hielos, ante los derretimientos registrados en los últimos años por el aumento de la temperatura de la Tierra.
Los científicos chilenos pertenecen al Centro de Estudios Científicos de Valdivia (CECS) y los estadounidenses a la Dirección Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
El equipo llegó el pasado 2 de noviembre a la península Antártica para la realización de investigaciones por aire y tierra.
Una expedición aérea repetirá las mediciones efectuadas en 2002 para determinar el adelgazamiento del hielo en esa región y la posible aceleración del desplazamiento de algunos glaciares.
La expedición cuenta con modernos equipos de la NASA, entre ellos el radar de apertura sintética, utilizado para la detección de grietas en los glaciares.
El CECS y la NASA afirmaron en estudios anteriores que los frecuentes deshielos en la Antártica (como dicen en Chile a la Antártida) y el aumento del nivel de los mares se deben al calentamiento de la tierra.
Los investigadores advirtieron que la alteración del clima en el mundo tendrá consecuencias catastróficas en el futuro.
En 2002, una pared de hielo de más de tres mil kilómetros cuadrados, denominada Larsen B, se colapsó y arrojó al mar de Wedell más de 700 mil millones de toneladas de hielo, lo cual incrementó la temperaturas atmosféricas en la zona.
El glaciólogo chileno Andrés Rivera comentó que al desaparecer esa pared de hielo, los cinco glaciares adyacentes perdieron 38 metros de altura en los seis meses posteriores y continúa su derretimiento, lo que alterará el clima en el mundo.
Comentó que, por primera vez, se demostró claramente la relación entre la destrucción de las plataformas de hielo y el calentamiento global, así como el desplazamiento acelerado de los glaciares.
En los últimos 15 años, se ha registrado un cambio en la geografía de la península Antártica que a afectado unos 240 kilómetros de su línea costanera.
El científico chileno alertó que el derretimiento continuo de los glaciares aumentará el nivel de los océanos, con las subsecuentes inundaciones en las regiones costaneras y bajas de muchos países.
Publicado en Xinhuanet.com
En una travesía de mil kilómetros desde las colinas de Patriot Hills, hasta el polo Sur, los investigadores medirán los hielos, ante los derretimientos registrados en los últimos años por el aumento de la temperatura de la Tierra.
Los científicos chilenos pertenecen al Centro de Estudios Científicos de Valdivia (CECS) y los estadounidenses a la Dirección Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
El equipo llegó el pasado 2 de noviembre a la península Antártica para la realización de investigaciones por aire y tierra.
Una expedición aérea repetirá las mediciones efectuadas en 2002 para determinar el adelgazamiento del hielo en esa región y la posible aceleración del desplazamiento de algunos glaciares.
La expedición cuenta con modernos equipos de la NASA, entre ellos el radar de apertura sintética, utilizado para la detección de grietas en los glaciares.
El CECS y la NASA afirmaron en estudios anteriores que los frecuentes deshielos en la Antártica (como dicen en Chile a la Antártida) y el aumento del nivel de los mares se deben al calentamiento de la tierra.
Los investigadores advirtieron que la alteración del clima en el mundo tendrá consecuencias catastróficas en el futuro.
En 2002, una pared de hielo de más de tres mil kilómetros cuadrados, denominada Larsen B, se colapsó y arrojó al mar de Wedell más de 700 mil millones de toneladas de hielo, lo cual incrementó la temperaturas atmosféricas en la zona.
El glaciólogo chileno Andrés Rivera comentó que al desaparecer esa pared de hielo, los cinco glaciares adyacentes perdieron 38 metros de altura en los seis meses posteriores y continúa su derretimiento, lo que alterará el clima en el mundo.
Comentó que, por primera vez, se demostró claramente la relación entre la destrucción de las plataformas de hielo y el calentamiento global, así como el desplazamiento acelerado de los glaciares.
En los últimos 15 años, se ha registrado un cambio en la geografía de la península Antártica que a afectado unos 240 kilómetros de su línea costanera.
El científico chileno alertó que el derretimiento continuo de los glaciares aumentará el nivel de los océanos, con las subsecuentes inundaciones en las regiones costaneras y bajas de muchos países.
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