La Tercera, Chile
22 set 04
Los deshielos en la Antártida por el calentamiento global elevan el nivel de los mares y alteran el clima con efectos que podrían ser desastrosos en muchas regiones del planeta, según la agencia espacial estadounidense, NASA.
En un comunicado esa institución indica que desde 2002, cuando se fracturó la plataforma de hielo Larsen B en la Península Antártica, se ha registrado un aumento en el flujo de los glaciares hacia el mar de Wedell.
Ese desplazamiento, ocho veces más rápido que el habitual, provocó una disminución en la altura de los glaciares de hasta 38 metros en seis meses.
Los estudios fueron llevados a cabo por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), el Centro Goddard de Vuelos Espaciales y el Centro Nacional para Estudios de la Nieve y el Hielo.
Los glaciares de la Península Antártica se aceleraron debido a que había desaparecido la plataforma Larsen B", dijo Eric Rignot, científico de JPL y autor de uno de los estudios.
"Estas investigaciones demuestran claramente, y por primera vez, la relación entre la destrucción de las plataformas de hielo y el calentamiento global, así como el desplazamiento acelerado de los glaciares", indicó.
Su estudio utilizó datos proporcionados por satélites de la Agencia Espacial Europea y uno de la Agencia Espacial de Canadá.
"Si alguien esperaba determinar si la Antártida reaccionará rápidamente al calentamiento global, creo que la respuesta es sí", dijo Ted Scambs, del Centro Nacional para Estudios de la Nieve y el Hielo.
"En sólo 15 años hemos visto un cambio drástico en unos 240 kilómetros de línea costera", añadió.
Según el boletín de la NASA, los estudios ilustran las relaciones entre el cambio climático, la fractura de las plataformas de hielo y el aumento del flujo del hielo de glaciares a los océanos, lo que aumenta el nivel de los mares.
Añadió que aunque los glaciares de la zona de Larsen son demasiado pequeños como para afectar el nivel marino, el fenómeno ilustra lo que podría ocurrir si el cambio climático se desplaza más al sur, donde los glaciares son mucho más grandes.
Los estudios demuestran que las plataformas de hielo frenan los glaciares e indican que el clima actual está más estrechamente vinculado al nivel del mar que lo que se creía hasta ahora, dijo Scambs.
Según Karl Thomas, director del Centro Nacional de Datos sobre el Clima, 1999 fue el quinto año más caluroso desde mediados del siglo XIX.
Añadió que el ritmo actual de aumento de la temperatura es de entre 3 y 3,5 grados centígrados por siglo.
Esa variación en más de 100 años parecería ser insignificante, pero es muy alta si se considera que desde la última glaciación, hace entre 18.000 y 20.000 años, la temperatura aumentó apenas entre 2,7 y 5 centígrados.
Pero los problemas del calentamiento global no sólo se manifiestan en el deshielo de los glaciares y el consiguiente aumento en el nivel del mar.
También se manifiestan en una diversidad de fenómenos meteorológicos que van desde el aumento de las corrientes eólicas (de aire), la alteración de los patrones del tiempo con sequías e inundaciones en muchas zonas, hasta la aparición de "El Niño" cada vez con mayor intensidad en los países de la costa del Pacífico.
Según Kevin Trenbert, científico de la Administración Nacional Océanica y Atmosférica (NOAA), la emisión de gases de efecto invernadero es la principal causa del calentamiento global.
El calentamiento debido a los gases invernadero acelera el ciclo hidrológico y aumenta el riesgo de sequías más intensas y más largas, más lluvias y más inundaciones, aunque estos fenómenos sean naturales", indicó.
El científico señaló como pruebas de la influencia del calentamiento global en el clima la intensa sequía que se registró en la zona sur central de Estados Unidos en 1995, las inundaciones en la cuenca del río Misisipi en 1993, mientras la sequía agobiaba a los estados de Carolina del Norte y Carolina del sur ese mismo año.
jueves, setiembre 23, 2004
miércoles, setiembre 22, 2004
Uruguay ofrece turismo antartico
Un nuevo destino para hacer vacaciones: la Antártida
22.09.2004 |
Radio El Espectador, Montevideo.
El viaje en un avión Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya, y una semana en el continente helado saldrán 1.200 dólares.
La propuesta fue lanzada esta mañana por el Ministerio de Turismo de Uruguay, que ahora espera la respuesta de las agencias de viaje para vender los paquetes.
El ministro Pedro Bordaberry destacó que es una opción de turismo novedosa, que será bien recibida por el público.
"Cada día más el turista está pidiendo cosas más específicas. Uruguay tiene una base en la Antártida y no la aprovechaba. Es una iniciativa del Instituto Antártico del Uruguay con nosotros. Estamos invitando a todos los operadores políticos a que lo salgan a vender. Los precios son muy buenos", dijo el Ministro.
Vacaciones en la Antártida
Publicado en La República de Montevideo
22 set 2004
El ministro de Turismo, Pedro Bordaberry, y las autoridades del Instituto Antártico Uruguayo presentarán hoy una novedosa propuesta turística que se pondrá en marcha en las próximas semanas: el Turismo Antártico.
Esta original forma de hacer turismo, cuyo principal atractivo será llegar hasta la base Gral. Artigas de Uruguay en la Antártida, será explicitada a los representantes de los más importantes operadores turísticos, en una reunión que tendrá lugar en la Sala Arredondo del Ministerio de Turismo en horas de la mañana.
Se trata de un tipo de turismo que recoge muchos adherentes en el mundo, y que permite disfrutar de una serie de atractivos inigualables ubicados en el territorio antártico. *
22.09.2004 |
Radio El Espectador, Montevideo.
El viaje en un avión Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya, y una semana en el continente helado saldrán 1.200 dólares.
La propuesta fue lanzada esta mañana por el Ministerio de Turismo de Uruguay, que ahora espera la respuesta de las agencias de viaje para vender los paquetes.
El ministro Pedro Bordaberry destacó que es una opción de turismo novedosa, que será bien recibida por el público.
"Cada día más el turista está pidiendo cosas más específicas. Uruguay tiene una base en la Antártida y no la aprovechaba. Es una iniciativa del Instituto Antártico del Uruguay con nosotros. Estamos invitando a todos los operadores políticos a que lo salgan a vender. Los precios son muy buenos", dijo el Ministro.
Vacaciones en la Antártida
Publicado en La República de Montevideo
22 set 2004
El ministro de Turismo, Pedro Bordaberry, y las autoridades del Instituto Antártico Uruguayo presentarán hoy una novedosa propuesta turística que se pondrá en marcha en las próximas semanas: el Turismo Antártico.
Esta original forma de hacer turismo, cuyo principal atractivo será llegar hasta la base Gral. Artigas de Uruguay en la Antártida, será explicitada a los representantes de los más importantes operadores turísticos, en una reunión que tendrá lugar en la Sala Arredondo del Ministerio de Turismo en horas de la mañana.
Se trata de un tipo de turismo que recoge muchos adherentes en el mundo, y que permite disfrutar de una serie de atractivos inigualables ubicados en el territorio antártico. *
Actividad turistica antartica
Activité touristique en Antarctique
La XXVIIe Réunion Consultative du Traité sur l'Antarctique
(RCTA) a eu lieu du 24 mai au 4 juin 2004 à Cape Town
(Afrique du sud). Voici les commentaires de Ricardo Roura
complété de données sur le tourisme en Antarctique ainsi que le
rapport du Pdt. de la réunion d'experts du traité sur
l'Antarctique sur le tourisme et les activités non
gouvernementales.
http://www.transpolair.com/info_actu/2004/capetown.htm
http://www.transpolair.com/info_actu/2004/rapport.htm
Données sur les flux de touristes en Antarctique
http://www.transpolair.com/info_actu/2004/donnees.htm
Patrick Blainville
patrickblainville@transpolair.com
http://www.transpolair.com
La XXVIIe Réunion Consultative du Traité sur l'Antarctique
(RCTA) a eu lieu du 24 mai au 4 juin 2004 à Cape Town
(Afrique du sud). Voici les commentaires de Ricardo Roura
complété de données sur le tourisme en Antarctique ainsi que le
rapport du Pdt. de la réunion d'experts du traité sur
l'Antarctique sur le tourisme et les activités non
gouvernementales.
http://www.transpolair.com/info_actu/2004/capetown.htm
http://www.transpolair.com/info_actu/2004/rapport.htm
Données sur les flux de touristes en Antarctique
http://www.transpolair.com/info_actu/2004/donnees.htm
Patrick Blainville
patrickblainville@transpolair.com
http://www.transpolair.com
Laboratorio de hielos
Una porción de la Antártida en Mendoza
Paola Bruno pbruno@losandes.com.ar
Mendoza, Argentina
Domingo 19 de septiembre 2004
Es como estar en la Antártida, es decir, a diez grados bajo cero y con ropa especialmente diseñada para hacerle frente “al fresco”. Sólo que el escenario es diferente al que emerge en el fin del mundo: el Pedemonte mendocino. En el corazón del Parque San Martín, en el Centro Regional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Cricyt), funciona el único laboratorio argentino que analiza el hielo antártico, con el fin de estudiar la evolución del clima y la atmósfera.
Las cientos de miles de capas que le dan forma a cada testigo de hielo hablan también de la contaminación que produce el hombre y del cambio global que está atravesando la Tierra. Además, cada “barrita de hielo”, que no tiene más de 1,5 metros de longitud, da cuenta de la evolución climática y atmosférica de la Península Antártica.
Toda esta información se procesa a más de 4.550 kilómetros de distancia de la gran masa helada, en el Laboratorio de Estratigrafía Glaciar y Geoquímica del Agua y la Nieve (Legan), que funciona en el Cricyt y depende del Instituto Antártico Argentino y de la Dirección Nacional del Antártico, con sede en Buenos Aires.
“Los datos y los análisis que obtenemos tienen distintos niveles de implicancia. A veces tienen alcance sólo regional, pero también hay estudios que tienen llegada nacional, hemisférica y hasta global”, explicó el titular de este laboratorio y doctor en Geofísica y Geoquímica aplicado al estudio de los glaciares, Alberto Aristarain.
A 10 grados bajo cero
La cámara fría que guarda el hielo que se trae de la Antártida está todo el año funcionando a diez grados bajo cero, tiene el tamaño de una habitación y no es fácil acceder al lugar.
Para trabajar allí, los técnicos y especialistas usan los mismos equipos que utilizan en la Antártida para protegerse del frío. Mamelucos de color naranja confeccionados con fibras de poliéster y nylon, guantes, gorros y cubrebotas son de la partida a la hora de comenzar los análisis.
“Los testigos de hielo, como llamamos a las muestras que traemos, se guardan individualmente en bolsas de plástico y todas están en la cámara fría. En la actualidad hay 300 metros de hielo”, señaló el especialista, que aclaró además la importancia que tiene mantener el material en condiciones de asepsia total.
“La indumentaria que usamos, si bien es fundamental para paliar el frío, también sirve para mantener la higiene total del lugar y no contaminar el material, ya que tenemos testigos de hielo de una profundidad de 150 metros en estado puro”, destacó Aristarain.
Al salir de la cámara fría comienza el verdadero trabajo de laboratorio. En la cámara limpia se ubica todo el instrumental necesario para “leer” el hielo. Aquí se ingresa con otra ropa, también en condiciones de asepsia total, sólo que se suman los barbijos.
El hielo fundido se multiplica en cada una de las pipetas que pueblan la gran mesada blanca del laboratorio. “Aquí se limpian los testigos o barras de hielo, tenemos aire filtrado, es decir, libre de partículas y está a diez grados bajo cero. Después se cortan en segmentos de dos, tres o cinco centímetros y se guardan en frascos de vidrio. Luego, según el estudio que se haga, se funde o se evapora”, relató Rogelio Cejas, que es profesional principal del Conicet.
Un día de campaña
En general, los especialistas viajan una vez por año a la Antártida para traer el hielo. Siempre en verano o durante el inicio del otoño, porque en esta época se registran las mejores temperaturas y hay más luz.
“Una campaña puede durar dos o tres meses. Somos ocho personas y trabajamos todo el día, de 7 a 22. La tarea se hace difícil, porque el clima es hostil, la temperatura más baja que tuvimos fue de treinta grados bajo cero y la más alta de uno o dos grados. Además, hay que lidiar con el viento, con ráfagas de hasta 200 kilómetros por hora”, recordó Aristarain.
Largo viaje
Los técnicos, especialistas y el personal de logística, llegan en avión a la base Marambio y de allí se distribuyen a distintos sitios de la Península Antártica. Después de instalar las carpas sobre el hielo, comienza el trabajo de extracción. “La perforadora es como un gran cilindro, un enorme sacabocado, con cuchillas en el extremo y un cabezal de perforación; esto va cortando el hielo en forma de cilindro; después se saca y se embolsa”, contaron los especialistas.
El paso siguiente consiste en trasladar las muestras a Mendoza.
El primer tramo que recorren lo hacen en avión (Hércules) y es Antártida-Buenos Aires. Luego, por medio de un camión frigorífico, llegan a Mendoza, siempre a diez grados bajo cero. “Esto es una tarea maravillosa, porque combina la aventura y la pasión intelectual”, concluyó Aristarain.
Por qué Mendoza
El Laboratorio de Estratigrafía Glaciar y Geoquímica del Agua y de la Nieve (Legan) comenzó a gestarse hace 25 años y se formó con fondos nacionales.
Se optó por instalarlo en el Cricyt porque ya existía un instituto que se dedicaba al análisis de los glaciares. “Ya estaba en Mendoza el Instituto Argentino de Nivología y Glaciología (Ianigla); entonces se pensó en que estuvieran juntos para compartir recursos”, contó el líder del Legan, Alberto Aristarain.
Después de la crisis económica de 2001, los recursos -tanto humanos como financieros- para este laboratorio disminuyeron drásticamente. “El Legan no sólo es único en la Argentina, también en América Latina, pero esto no alcanza para que funcione con normalidad. Ahora estamos realizando algunas actividades de intercambio con Brasil”, detalló el especialista.
También se está analizando la posibilidad de realizar una perforación de 400 metros en la Península Antártica, un trabajo que se haría con otros países. “Todavía no hay nada confirmado, pero es una posibilidad, podrían participar Chile, Brasil y, tal vez, Inglaterra”, adelantó Aristarain.
Qué se estudia
Se trabaja en la Península Antártica porque es el nexo entre la Antártida Central y América del Sur. Esta disposición geográfica es muy rica para el análisis científico. Además, la logística es tan compleja para estos trabajos que desplazarse a lugares más alejados de la zona requeriría un costo mayor.
De un campamento a otro puede haber una distancia de 50 kilómetros y todo el material se traslada en helicóptero o en avión.
Un dato interesante: cada hora de helicóptero tiene un costo de entre 300 y 400 dólares.
Todo este trabajo es una inversión a largo plazo que sirve para analizar la evolución del clima y la atmósfera. También se espera avanzar sobre el tema contaminación, el efecto invernadero y el cambio global. Aún no hay conclusiones finales.
Paola Bruno pbruno@losandes.com.ar
Mendoza, Argentina
Domingo 19 de septiembre 2004
Es como estar en la Antártida, es decir, a diez grados bajo cero y con ropa especialmente diseñada para hacerle frente “al fresco”. Sólo que el escenario es diferente al que emerge en el fin del mundo: el Pedemonte mendocino. En el corazón del Parque San Martín, en el Centro Regional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Cricyt), funciona el único laboratorio argentino que analiza el hielo antártico, con el fin de estudiar la evolución del clima y la atmósfera.
Las cientos de miles de capas que le dan forma a cada testigo de hielo hablan también de la contaminación que produce el hombre y del cambio global que está atravesando la Tierra. Además, cada “barrita de hielo”, que no tiene más de 1,5 metros de longitud, da cuenta de la evolución climática y atmosférica de la Península Antártica.
Toda esta información se procesa a más de 4.550 kilómetros de distancia de la gran masa helada, en el Laboratorio de Estratigrafía Glaciar y Geoquímica del Agua y la Nieve (Legan), que funciona en el Cricyt y depende del Instituto Antártico Argentino y de la Dirección Nacional del Antártico, con sede en Buenos Aires.
“Los datos y los análisis que obtenemos tienen distintos niveles de implicancia. A veces tienen alcance sólo regional, pero también hay estudios que tienen llegada nacional, hemisférica y hasta global”, explicó el titular de este laboratorio y doctor en Geofísica y Geoquímica aplicado al estudio de los glaciares, Alberto Aristarain.
A 10 grados bajo cero
La cámara fría que guarda el hielo que se trae de la Antártida está todo el año funcionando a diez grados bajo cero, tiene el tamaño de una habitación y no es fácil acceder al lugar.
Para trabajar allí, los técnicos y especialistas usan los mismos equipos que utilizan en la Antártida para protegerse del frío. Mamelucos de color naranja confeccionados con fibras de poliéster y nylon, guantes, gorros y cubrebotas son de la partida a la hora de comenzar los análisis.
“Los testigos de hielo, como llamamos a las muestras que traemos, se guardan individualmente en bolsas de plástico y todas están en la cámara fría. En la actualidad hay 300 metros de hielo”, señaló el especialista, que aclaró además la importancia que tiene mantener el material en condiciones de asepsia total.
“La indumentaria que usamos, si bien es fundamental para paliar el frío, también sirve para mantener la higiene total del lugar y no contaminar el material, ya que tenemos testigos de hielo de una profundidad de 150 metros en estado puro”, destacó Aristarain.
Al salir de la cámara fría comienza el verdadero trabajo de laboratorio. En la cámara limpia se ubica todo el instrumental necesario para “leer” el hielo. Aquí se ingresa con otra ropa, también en condiciones de asepsia total, sólo que se suman los barbijos.
El hielo fundido se multiplica en cada una de las pipetas que pueblan la gran mesada blanca del laboratorio. “Aquí se limpian los testigos o barras de hielo, tenemos aire filtrado, es decir, libre de partículas y está a diez grados bajo cero. Después se cortan en segmentos de dos, tres o cinco centímetros y se guardan en frascos de vidrio. Luego, según el estudio que se haga, se funde o se evapora”, relató Rogelio Cejas, que es profesional principal del Conicet.
Un día de campaña
En general, los especialistas viajan una vez por año a la Antártida para traer el hielo. Siempre en verano o durante el inicio del otoño, porque en esta época se registran las mejores temperaturas y hay más luz.
“Una campaña puede durar dos o tres meses. Somos ocho personas y trabajamos todo el día, de 7 a 22. La tarea se hace difícil, porque el clima es hostil, la temperatura más baja que tuvimos fue de treinta grados bajo cero y la más alta de uno o dos grados. Además, hay que lidiar con el viento, con ráfagas de hasta 200 kilómetros por hora”, recordó Aristarain.
Largo viaje
Los técnicos, especialistas y el personal de logística, llegan en avión a la base Marambio y de allí se distribuyen a distintos sitios de la Península Antártica. Después de instalar las carpas sobre el hielo, comienza el trabajo de extracción. “La perforadora es como un gran cilindro, un enorme sacabocado, con cuchillas en el extremo y un cabezal de perforación; esto va cortando el hielo en forma de cilindro; después se saca y se embolsa”, contaron los especialistas.
El paso siguiente consiste en trasladar las muestras a Mendoza.
El primer tramo que recorren lo hacen en avión (Hércules) y es Antártida-Buenos Aires. Luego, por medio de un camión frigorífico, llegan a Mendoza, siempre a diez grados bajo cero. “Esto es una tarea maravillosa, porque combina la aventura y la pasión intelectual”, concluyó Aristarain.
Por qué Mendoza
El Laboratorio de Estratigrafía Glaciar y Geoquímica del Agua y de la Nieve (Legan) comenzó a gestarse hace 25 años y se formó con fondos nacionales.
Se optó por instalarlo en el Cricyt porque ya existía un instituto que se dedicaba al análisis de los glaciares. “Ya estaba en Mendoza el Instituto Argentino de Nivología y Glaciología (Ianigla); entonces se pensó en que estuvieran juntos para compartir recursos”, contó el líder del Legan, Alberto Aristarain.
Después de la crisis económica de 2001, los recursos -tanto humanos como financieros- para este laboratorio disminuyeron drásticamente. “El Legan no sólo es único en la Argentina, también en América Latina, pero esto no alcanza para que funcione con normalidad. Ahora estamos realizando algunas actividades de intercambio con Brasil”, detalló el especialista.
También se está analizando la posibilidad de realizar una perforación de 400 metros en la Península Antártica, un trabajo que se haría con otros países. “Todavía no hay nada confirmado, pero es una posibilidad, podrían participar Chile, Brasil y, tal vez, Inglaterra”, adelantó Aristarain.
Qué se estudia
Se trabaja en la Península Antártica porque es el nexo entre la Antártida Central y América del Sur. Esta disposición geográfica es muy rica para el análisis científico. Además, la logística es tan compleja para estos trabajos que desplazarse a lugares más alejados de la zona requeriría un costo mayor.
De un campamento a otro puede haber una distancia de 50 kilómetros y todo el material se traslada en helicóptero o en avión.
Un dato interesante: cada hora de helicóptero tiene un costo de entre 300 y 400 dólares.
Todo este trabajo es una inversión a largo plazo que sirve para analizar la evolución del clima y la atmósfera. También se espera avanzar sobre el tema contaminación, el efecto invernadero y el cambio global. Aún no hay conclusiones finales.
Robot explorador
Robot tailandés explora la Antártida
20-Septiembre-2004:
Científicos de la Agencia Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Tailandia han desarrollado un robot submarino para explorar la región Antártica.
Este robot pesa menos de 50 kilos y es capaz de alcanzar profundidades de hasta 50 metros, soportando las adversas condiciones climáticas de la Antártida.
Está equipado con instrumentos para registrar características como la salinidad, velocidad y temperatura de las aguas y su fuente de energía son unas baterías que puede recargar autónomamente por medio de células solares.
El coste de producción final será de unos 50.000 dólares americanos.
20-Septiembre-2004:
Científicos de la Agencia Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Tailandia han desarrollado un robot submarino para explorar la región Antártica.
Este robot pesa menos de 50 kilos y es capaz de alcanzar profundidades de hasta 50 metros, soportando las adversas condiciones climáticas de la Antártida.
Está equipado con instrumentos para registrar características como la salinidad, velocidad y temperatura de las aguas y su fuente de energía son unas baterías que puede recargar autónomamente por medio de células solares.
El coste de producción final será de unos 50.000 dólares americanos.
viernes, setiembre 17, 2004
Día Mundial del Ozono
La comunidad científica calcula que la capa de ozono, que filtra los rayos ultravioleta del Sol, se recuperará hacia la primera mitad del siglo XXI. Las más recientes investigaciones indican una mejoría, aunque sólo en la estratosfera superior.
Los esfuerzos por limitar los gases agotadores de la capa de ozono deben continuar, y a eso apunta el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebra cada 16 de septiembre.
Un informe de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU, por sus siglas en inglés) encontró que el agotamiento en la estratosfera superior --la capa del ozono entre 35 y 45 kilómetros sobre la tierra-- ha mantenido un ritmo retardado desde 1997.
Los autores del estudio recomendaron, sin embargo, situar al fenómeno en su justa perspectiva, pues en la estratosfera superior se ubica un bajo porcentaje del ozono.
El ozono es un agente contaminador perjudicial en la atmósfera más baja cerca de la Tierra, pero en la estratosfera, blinda al planeta de la radiación solar. El proceso de restauración de ese escudo protector está en función de la desaparición progresiva en la estratosfera de los clorofluorocarbonos, CFCs, y otros gases.
El Protocolo de Montreal, firmado el 16 de septiembre de 1987, limita el empleo de las sustancias que agotan la capa de ozono. En 1985 había sido acordada la Convención de Viena para la protección de la capa de ozono.
Desde que el mexicano Mario Molina y el estadounidense F. Rowland alertaron sobre el papel de los CFCs en la desaparición del ozono estratosférico, la preocupación por los efectos dañinos de las radiaciones ultravioletas en la salud humana impulsó la realización de campañas ecológicas en todo el mundo.
Por sus investigaciones sobre la materia, ambos científicos fueron distinguidos con el premio Nóbel de Química 1995.
La revista Diálogo Iberoamericano, editada por distintas universidades, señala que los CFCs se inventaron en 1930, “cuando se buscaban sustancias no tóxicas que sirvieran como refrigerantes para aplicaciones industriales”. Décadas después fueron empleados en la fabricación de plásticos y para limpiar componentes electrónicos.
Otras Sustancias Agotadoras del Ozono (SAO), además de los CFCs, son el bromuro de metilo, los halones y el tetracloruro de carbono.
En el sitio de Acción por el Ozono, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sostiene que la lucha internacional para recuperar la capa de ozono es un ejemplo positivo entre todas las campañas en favor del medio ambiente.
Desde 1985 algunas investigaciones revelaron la existencia de un agujero en la capa de ozono en la Antártida.
Recientemente, científicos de la División Antártica Australiana alertaron sobre el ensanchamiento del agujero de la capa de ozono en la Antártida a una velocidad que sugiere que podría alcanzar un tamaño récord este año.
En 2000, la Administración Nacional del Espacio y la Aeronáutica de Estados Unidos (NASA) informó que el hoyo se expandió hasta un tamaño récord de 28,3 millones de kilómetros cuadrados, tres veces más que el territorio de Australia o Estados Unidos, incluida Alaska.
En 2002, condiciones anormalmente cálidas produjeron el agujero de menor tamaño desde 1988.
Las preguntas más frecuentes sobre la capa de ozono y las consecuencias de su adelgazamiento son respondidas en algunos sitios Internet. La Oficina de Meteorología de la Commonwealth muestra de una manera interactiva cómo el ozono es destruido por los CFC.
En los esfuerzos por incrementar el grado de conciencia en la sociedad, el sitio de la Comisión del Ozono de Costa Rica muestra una colección de afiches alusiva al tema.
Los esfuerzos por limitar los gases agotadores de la capa de ozono deben continuar, y a eso apunta el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebra cada 16 de septiembre.
Un informe de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU, por sus siglas en inglés) encontró que el agotamiento en la estratosfera superior --la capa del ozono entre 35 y 45 kilómetros sobre la tierra-- ha mantenido un ritmo retardado desde 1997.
Los autores del estudio recomendaron, sin embargo, situar al fenómeno en su justa perspectiva, pues en la estratosfera superior se ubica un bajo porcentaje del ozono.
El ozono es un agente contaminador perjudicial en la atmósfera más baja cerca de la Tierra, pero en la estratosfera, blinda al planeta de la radiación solar. El proceso de restauración de ese escudo protector está en función de la desaparición progresiva en la estratosfera de los clorofluorocarbonos, CFCs, y otros gases.
El Protocolo de Montreal, firmado el 16 de septiembre de 1987, limita el empleo de las sustancias que agotan la capa de ozono. En 1985 había sido acordada la Convención de Viena para la protección de la capa de ozono.
Desde que el mexicano Mario Molina y el estadounidense F. Rowland alertaron sobre el papel de los CFCs en la desaparición del ozono estratosférico, la preocupación por los efectos dañinos de las radiaciones ultravioletas en la salud humana impulsó la realización de campañas ecológicas en todo el mundo.
Por sus investigaciones sobre la materia, ambos científicos fueron distinguidos con el premio Nóbel de Química 1995.
La revista Diálogo Iberoamericano, editada por distintas universidades, señala que los CFCs se inventaron en 1930, “cuando se buscaban sustancias no tóxicas que sirvieran como refrigerantes para aplicaciones industriales”. Décadas después fueron empleados en la fabricación de plásticos y para limpiar componentes electrónicos.
Otras Sustancias Agotadoras del Ozono (SAO), además de los CFCs, son el bromuro de metilo, los halones y el tetracloruro de carbono.
En el sitio de Acción por el Ozono, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sostiene que la lucha internacional para recuperar la capa de ozono es un ejemplo positivo entre todas las campañas en favor del medio ambiente.
Desde 1985 algunas investigaciones revelaron la existencia de un agujero en la capa de ozono en la Antártida.
Recientemente, científicos de la División Antártica Australiana alertaron sobre el ensanchamiento del agujero de la capa de ozono en la Antártida a una velocidad que sugiere que podría alcanzar un tamaño récord este año.
En 2000, la Administración Nacional del Espacio y la Aeronáutica de Estados Unidos (NASA) informó que el hoyo se expandió hasta un tamaño récord de 28,3 millones de kilómetros cuadrados, tres veces más que el territorio de Australia o Estados Unidos, incluida Alaska.
En 2002, condiciones anormalmente cálidas produjeron el agujero de menor tamaño desde 1988.
Las preguntas más frecuentes sobre la capa de ozono y las consecuencias de su adelgazamiento son respondidas en algunos sitios Internet. La Oficina de Meteorología de la Commonwealth muestra de una manera interactiva cómo el ozono es destruido por los CFC.
En los esfuerzos por incrementar el grado de conciencia en la sociedad, el sitio de la Comisión del Ozono de Costa Rica muestra una colección de afiches alusiva al tema.
jueves, setiembre 16, 2004
CIERRE DEL AGUJERO DE LA CAPA DE OZONO PARA EL 2050
SE PRONOSTICA EL CIERRE DEL AGUJERO DE LA CAPA DE OZONO PARA EL 2050
Científicos neozelandeses han anunciado que el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida podría estar cerrado para el año 2050, gracias a las restricciones internacionales impuestas contra la emisión de gases perjudiciales.
La predicción, realizada por expertos del Instituto Nacional de Investigaciones de la Atmósfera y del Agua de Nueva Zelanda, se basa en una investigación efectuada en los últimos años desde el observatorio de Lauder, en Otago Central, a 700 kilómetros al sur de Wellington.
"Los componentes químicos que afectan a la capa de ozono en la estratosfera han decrecido, lo que indica que las prohibiciones han comenzado a dar resultado", señaló el doctor Greg Bodeker, experto en física atmosférica del citado instituto.
"Esto es una razón para mostrarse optimistas y puede decirse que la capa de ozono recuperará su estado normal", indicó el científico. El ozono es uno de los gases que rodean la tierra y que hacen posible la vida en el planeta al servir de escudo contra los rayos ultravioletas provenientes del espacio.
Breve cronología
A principios de la década de los ochenta se descubrió la existencia de un agujero en esa capa protectora provocado por ciertas combinaciones químicas de cloro, flúor y carbono empleadas en la industria de refrigeración y aerosoles.
En septiembre del pasado año, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió de que la lucha por la restauración de la capa de ozono está lejos de terminar y pidió el cumplimiento estricto del Protocolo de Montreal para la eliminación del uso de gases perjudiciales.
Según evaluaciones científicas de la OMM, el Protocolo de Montreal da buenos resultados ya que se ha registrado una lenta disminución de la concentración de clorofluorocarbonos (CFC) en la baja atmósfera tras el máximo registrado en el periodo 1992-1994.
Terra / Efe
Científicos neozelandeses han anunciado que el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida podría estar cerrado para el año 2050, gracias a las restricciones internacionales impuestas contra la emisión de gases perjudiciales.
La predicción, realizada por expertos del Instituto Nacional de Investigaciones de la Atmósfera y del Agua de Nueva Zelanda, se basa en una investigación efectuada en los últimos años desde el observatorio de Lauder, en Otago Central, a 700 kilómetros al sur de Wellington.
"Los componentes químicos que afectan a la capa de ozono en la estratosfera han decrecido, lo que indica que las prohibiciones han comenzado a dar resultado", señaló el doctor Greg Bodeker, experto en física atmosférica del citado instituto.
"Esto es una razón para mostrarse optimistas y puede decirse que la capa de ozono recuperará su estado normal", indicó el científico. El ozono es uno de los gases que rodean la tierra y que hacen posible la vida en el planeta al servir de escudo contra los rayos ultravioletas provenientes del espacio.
Breve cronología
A principios de la década de los ochenta se descubrió la existencia de un agujero en esa capa protectora provocado por ciertas combinaciones químicas de cloro, flúor y carbono empleadas en la industria de refrigeración y aerosoles.
En septiembre del pasado año, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió de que la lucha por la restauración de la capa de ozono está lejos de terminar y pidió el cumplimiento estricto del Protocolo de Montreal para la eliminación del uso de gases perjudiciales.
Según evaluaciones científicas de la OMM, el Protocolo de Montreal da buenos resultados ya que se ha registrado una lenta disminución de la concentración de clorofluorocarbonos (CFC) en la baja atmósfera tras el máximo registrado en el periodo 1992-1994.
Terra / Efe
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