Una porción de la Antártida en Mendoza
Paola Bruno pbruno@losandes.com.ar
Mendoza, Argentina
Domingo 19 de septiembre 2004
Es como estar en la Antártida, es decir, a diez grados bajo cero y con ropa especialmente diseñada para hacerle frente “al fresco”. Sólo que el escenario es diferente al que emerge en el fin del mundo: el Pedemonte mendocino. En el corazón del Parque San Martín, en el Centro Regional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Cricyt), funciona el único laboratorio argentino que analiza el hielo antártico, con el fin de estudiar la evolución del clima y la atmósfera.
Las cientos de miles de capas que le dan forma a cada testigo de hielo hablan también de la contaminación que produce el hombre y del cambio global que está atravesando la Tierra. Además, cada “barrita de hielo”, que no tiene más de 1,5 metros de longitud, da cuenta de la evolución climática y atmosférica de la Península Antártica.
Toda esta información se procesa a más de 4.550 kilómetros de distancia de la gran masa helada, en el Laboratorio de Estratigrafía Glaciar y Geoquímica del Agua y la Nieve (Legan), que funciona en el Cricyt y depende del Instituto Antártico Argentino y de la Dirección Nacional del Antártico, con sede en Buenos Aires.
“Los datos y los análisis que obtenemos tienen distintos niveles de implicancia. A veces tienen alcance sólo regional, pero también hay estudios que tienen llegada nacional, hemisférica y hasta global”, explicó el titular de este laboratorio y doctor en Geofísica y Geoquímica aplicado al estudio de los glaciares, Alberto Aristarain.
A 10 grados bajo cero
La cámara fría que guarda el hielo que se trae de la Antártida está todo el año funcionando a diez grados bajo cero, tiene el tamaño de una habitación y no es fácil acceder al lugar.
Para trabajar allí, los técnicos y especialistas usan los mismos equipos que utilizan en la Antártida para protegerse del frío. Mamelucos de color naranja confeccionados con fibras de poliéster y nylon, guantes, gorros y cubrebotas son de la partida a la hora de comenzar los análisis.
“Los testigos de hielo, como llamamos a las muestras que traemos, se guardan individualmente en bolsas de plástico y todas están en la cámara fría. En la actualidad hay 300 metros de hielo”, señaló el especialista, que aclaró además la importancia que tiene mantener el material en condiciones de asepsia total.
“La indumentaria que usamos, si bien es fundamental para paliar el frío, también sirve para mantener la higiene total del lugar y no contaminar el material, ya que tenemos testigos de hielo de una profundidad de 150 metros en estado puro”, destacó Aristarain.
Al salir de la cámara fría comienza el verdadero trabajo de laboratorio. En la cámara limpia se ubica todo el instrumental necesario para “leer” el hielo. Aquí se ingresa con otra ropa, también en condiciones de asepsia total, sólo que se suman los barbijos.
El hielo fundido se multiplica en cada una de las pipetas que pueblan la gran mesada blanca del laboratorio. “Aquí se limpian los testigos o barras de hielo, tenemos aire filtrado, es decir, libre de partículas y está a diez grados bajo cero. Después se cortan en segmentos de dos, tres o cinco centímetros y se guardan en frascos de vidrio. Luego, según el estudio que se haga, se funde o se evapora”, relató Rogelio Cejas, que es profesional principal del Conicet.
Un día de campaña
En general, los especialistas viajan una vez por año a la Antártida para traer el hielo. Siempre en verano o durante el inicio del otoño, porque en esta época se registran las mejores temperaturas y hay más luz.
“Una campaña puede durar dos o tres meses. Somos ocho personas y trabajamos todo el día, de 7 a 22. La tarea se hace difícil, porque el clima es hostil, la temperatura más baja que tuvimos fue de treinta grados bajo cero y la más alta de uno o dos grados. Además, hay que lidiar con el viento, con ráfagas de hasta 200 kilómetros por hora”, recordó Aristarain.
Largo viaje
Los técnicos, especialistas y el personal de logística, llegan en avión a la base Marambio y de allí se distribuyen a distintos sitios de la Península Antártica. Después de instalar las carpas sobre el hielo, comienza el trabajo de extracción. “La perforadora es como un gran cilindro, un enorme sacabocado, con cuchillas en el extremo y un cabezal de perforación; esto va cortando el hielo en forma de cilindro; después se saca y se embolsa”, contaron los especialistas.
El paso siguiente consiste en trasladar las muestras a Mendoza.
El primer tramo que recorren lo hacen en avión (Hércules) y es Antártida-Buenos Aires. Luego, por medio de un camión frigorífico, llegan a Mendoza, siempre a diez grados bajo cero. “Esto es una tarea maravillosa, porque combina la aventura y la pasión intelectual”, concluyó Aristarain.
Por qué Mendoza
El Laboratorio de Estratigrafía Glaciar y Geoquímica del Agua y de la Nieve (Legan) comenzó a gestarse hace 25 años y se formó con fondos nacionales.
Se optó por instalarlo en el Cricyt porque ya existía un instituto que se dedicaba al análisis de los glaciares. “Ya estaba en Mendoza el Instituto Argentino de Nivología y Glaciología (Ianigla); entonces se pensó en que estuvieran juntos para compartir recursos”, contó el líder del Legan, Alberto Aristarain.
Después de la crisis económica de 2001, los recursos -tanto humanos como financieros- para este laboratorio disminuyeron drásticamente. “El Legan no sólo es único en la Argentina, también en América Latina, pero esto no alcanza para que funcione con normalidad. Ahora estamos realizando algunas actividades de intercambio con Brasil”, detalló el especialista.
También se está analizando la posibilidad de realizar una perforación de 400 metros en la Península Antártica, un trabajo que se haría con otros países. “Todavía no hay nada confirmado, pero es una posibilidad, podrían participar Chile, Brasil y, tal vez, Inglaterra”, adelantó Aristarain.
Qué se estudia
Se trabaja en la Península Antártica porque es el nexo entre la Antártida Central y América del Sur. Esta disposición geográfica es muy rica para el análisis científico. Además, la logística es tan compleja para estos trabajos que desplazarse a lugares más alejados de la zona requeriría un costo mayor.
De un campamento a otro puede haber una distancia de 50 kilómetros y todo el material se traslada en helicóptero o en avión.
Un dato interesante: cada hora de helicóptero tiene un costo de entre 300 y 400 dólares.
Todo este trabajo es una inversión a largo plazo que sirve para analizar la evolución del clima y la atmósfera. También se espera avanzar sobre el tema contaminación, el efecto invernadero y el cambio global. Aún no hay conclusiones finales.
miércoles, setiembre 22, 2004
Robot explorador
Robot tailandés explora la Antártida
20-Septiembre-2004:
Científicos de la Agencia Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Tailandia han desarrollado un robot submarino para explorar la región Antártica.
Este robot pesa menos de 50 kilos y es capaz de alcanzar profundidades de hasta 50 metros, soportando las adversas condiciones climáticas de la Antártida.
Está equipado con instrumentos para registrar características como la salinidad, velocidad y temperatura de las aguas y su fuente de energía son unas baterías que puede recargar autónomamente por medio de células solares.
El coste de producción final será de unos 50.000 dólares americanos.
20-Septiembre-2004:
Científicos de la Agencia Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Tailandia han desarrollado un robot submarino para explorar la región Antártica.
Este robot pesa menos de 50 kilos y es capaz de alcanzar profundidades de hasta 50 metros, soportando las adversas condiciones climáticas de la Antártida.
Está equipado con instrumentos para registrar características como la salinidad, velocidad y temperatura de las aguas y su fuente de energía son unas baterías que puede recargar autónomamente por medio de células solares.
El coste de producción final será de unos 50.000 dólares americanos.
viernes, setiembre 17, 2004
Día Mundial del Ozono
La comunidad científica calcula que la capa de ozono, que filtra los rayos ultravioleta del Sol, se recuperará hacia la primera mitad del siglo XXI. Las más recientes investigaciones indican una mejoría, aunque sólo en la estratosfera superior.
Los esfuerzos por limitar los gases agotadores de la capa de ozono deben continuar, y a eso apunta el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebra cada 16 de septiembre.
Un informe de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU, por sus siglas en inglés) encontró que el agotamiento en la estratosfera superior --la capa del ozono entre 35 y 45 kilómetros sobre la tierra-- ha mantenido un ritmo retardado desde 1997.
Los autores del estudio recomendaron, sin embargo, situar al fenómeno en su justa perspectiva, pues en la estratosfera superior se ubica un bajo porcentaje del ozono.
El ozono es un agente contaminador perjudicial en la atmósfera más baja cerca de la Tierra, pero en la estratosfera, blinda al planeta de la radiación solar. El proceso de restauración de ese escudo protector está en función de la desaparición progresiva en la estratosfera de los clorofluorocarbonos, CFCs, y otros gases.
El Protocolo de Montreal, firmado el 16 de septiembre de 1987, limita el empleo de las sustancias que agotan la capa de ozono. En 1985 había sido acordada la Convención de Viena para la protección de la capa de ozono.
Desde que el mexicano Mario Molina y el estadounidense F. Rowland alertaron sobre el papel de los CFCs en la desaparición del ozono estratosférico, la preocupación por los efectos dañinos de las radiaciones ultravioletas en la salud humana impulsó la realización de campañas ecológicas en todo el mundo.
Por sus investigaciones sobre la materia, ambos científicos fueron distinguidos con el premio Nóbel de Química 1995.
La revista Diálogo Iberoamericano, editada por distintas universidades, señala que los CFCs se inventaron en 1930, “cuando se buscaban sustancias no tóxicas que sirvieran como refrigerantes para aplicaciones industriales”. Décadas después fueron empleados en la fabricación de plásticos y para limpiar componentes electrónicos.
Otras Sustancias Agotadoras del Ozono (SAO), además de los CFCs, son el bromuro de metilo, los halones y el tetracloruro de carbono.
En el sitio de Acción por el Ozono, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sostiene que la lucha internacional para recuperar la capa de ozono es un ejemplo positivo entre todas las campañas en favor del medio ambiente.
Desde 1985 algunas investigaciones revelaron la existencia de un agujero en la capa de ozono en la Antártida.
Recientemente, científicos de la División Antártica Australiana alertaron sobre el ensanchamiento del agujero de la capa de ozono en la Antártida a una velocidad que sugiere que podría alcanzar un tamaño récord este año.
En 2000, la Administración Nacional del Espacio y la Aeronáutica de Estados Unidos (NASA) informó que el hoyo se expandió hasta un tamaño récord de 28,3 millones de kilómetros cuadrados, tres veces más que el territorio de Australia o Estados Unidos, incluida Alaska.
En 2002, condiciones anormalmente cálidas produjeron el agujero de menor tamaño desde 1988.
Las preguntas más frecuentes sobre la capa de ozono y las consecuencias de su adelgazamiento son respondidas en algunos sitios Internet. La Oficina de Meteorología de la Commonwealth muestra de una manera interactiva cómo el ozono es destruido por los CFC.
En los esfuerzos por incrementar el grado de conciencia en la sociedad, el sitio de la Comisión del Ozono de Costa Rica muestra una colección de afiches alusiva al tema.
Los esfuerzos por limitar los gases agotadores de la capa de ozono deben continuar, y a eso apunta el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebra cada 16 de septiembre.
Un informe de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU, por sus siglas en inglés) encontró que el agotamiento en la estratosfera superior --la capa del ozono entre 35 y 45 kilómetros sobre la tierra-- ha mantenido un ritmo retardado desde 1997.
Los autores del estudio recomendaron, sin embargo, situar al fenómeno en su justa perspectiva, pues en la estratosfera superior se ubica un bajo porcentaje del ozono.
El ozono es un agente contaminador perjudicial en la atmósfera más baja cerca de la Tierra, pero en la estratosfera, blinda al planeta de la radiación solar. El proceso de restauración de ese escudo protector está en función de la desaparición progresiva en la estratosfera de los clorofluorocarbonos, CFCs, y otros gases.
El Protocolo de Montreal, firmado el 16 de septiembre de 1987, limita el empleo de las sustancias que agotan la capa de ozono. En 1985 había sido acordada la Convención de Viena para la protección de la capa de ozono.
Desde que el mexicano Mario Molina y el estadounidense F. Rowland alertaron sobre el papel de los CFCs en la desaparición del ozono estratosférico, la preocupación por los efectos dañinos de las radiaciones ultravioletas en la salud humana impulsó la realización de campañas ecológicas en todo el mundo.
Por sus investigaciones sobre la materia, ambos científicos fueron distinguidos con el premio Nóbel de Química 1995.
La revista Diálogo Iberoamericano, editada por distintas universidades, señala que los CFCs se inventaron en 1930, “cuando se buscaban sustancias no tóxicas que sirvieran como refrigerantes para aplicaciones industriales”. Décadas después fueron empleados en la fabricación de plásticos y para limpiar componentes electrónicos.
Otras Sustancias Agotadoras del Ozono (SAO), además de los CFCs, son el bromuro de metilo, los halones y el tetracloruro de carbono.
En el sitio de Acción por el Ozono, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sostiene que la lucha internacional para recuperar la capa de ozono es un ejemplo positivo entre todas las campañas en favor del medio ambiente.
Desde 1985 algunas investigaciones revelaron la existencia de un agujero en la capa de ozono en la Antártida.
Recientemente, científicos de la División Antártica Australiana alertaron sobre el ensanchamiento del agujero de la capa de ozono en la Antártida a una velocidad que sugiere que podría alcanzar un tamaño récord este año.
En 2000, la Administración Nacional del Espacio y la Aeronáutica de Estados Unidos (NASA) informó que el hoyo se expandió hasta un tamaño récord de 28,3 millones de kilómetros cuadrados, tres veces más que el territorio de Australia o Estados Unidos, incluida Alaska.
En 2002, condiciones anormalmente cálidas produjeron el agujero de menor tamaño desde 1988.
Las preguntas más frecuentes sobre la capa de ozono y las consecuencias de su adelgazamiento son respondidas en algunos sitios Internet. La Oficina de Meteorología de la Commonwealth muestra de una manera interactiva cómo el ozono es destruido por los CFC.
En los esfuerzos por incrementar el grado de conciencia en la sociedad, el sitio de la Comisión del Ozono de Costa Rica muestra una colección de afiches alusiva al tema.
jueves, setiembre 16, 2004
CIERRE DEL AGUJERO DE LA CAPA DE OZONO PARA EL 2050
SE PRONOSTICA EL CIERRE DEL AGUJERO DE LA CAPA DE OZONO PARA EL 2050
Científicos neozelandeses han anunciado que el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida podría estar cerrado para el año 2050, gracias a las restricciones internacionales impuestas contra la emisión de gases perjudiciales.
La predicción, realizada por expertos del Instituto Nacional de Investigaciones de la Atmósfera y del Agua de Nueva Zelanda, se basa en una investigación efectuada en los últimos años desde el observatorio de Lauder, en Otago Central, a 700 kilómetros al sur de Wellington.
"Los componentes químicos que afectan a la capa de ozono en la estratosfera han decrecido, lo que indica que las prohibiciones han comenzado a dar resultado", señaló el doctor Greg Bodeker, experto en física atmosférica del citado instituto.
"Esto es una razón para mostrarse optimistas y puede decirse que la capa de ozono recuperará su estado normal", indicó el científico. El ozono es uno de los gases que rodean la tierra y que hacen posible la vida en el planeta al servir de escudo contra los rayos ultravioletas provenientes del espacio.
Breve cronología
A principios de la década de los ochenta se descubrió la existencia de un agujero en esa capa protectora provocado por ciertas combinaciones químicas de cloro, flúor y carbono empleadas en la industria de refrigeración y aerosoles.
En septiembre del pasado año, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió de que la lucha por la restauración de la capa de ozono está lejos de terminar y pidió el cumplimiento estricto del Protocolo de Montreal para la eliminación del uso de gases perjudiciales.
Según evaluaciones científicas de la OMM, el Protocolo de Montreal da buenos resultados ya que se ha registrado una lenta disminución de la concentración de clorofluorocarbonos (CFC) en la baja atmósfera tras el máximo registrado en el periodo 1992-1994.
Terra / Efe
Científicos neozelandeses han anunciado que el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida podría estar cerrado para el año 2050, gracias a las restricciones internacionales impuestas contra la emisión de gases perjudiciales.
La predicción, realizada por expertos del Instituto Nacional de Investigaciones de la Atmósfera y del Agua de Nueva Zelanda, se basa en una investigación efectuada en los últimos años desde el observatorio de Lauder, en Otago Central, a 700 kilómetros al sur de Wellington.
"Los componentes químicos que afectan a la capa de ozono en la estratosfera han decrecido, lo que indica que las prohibiciones han comenzado a dar resultado", señaló el doctor Greg Bodeker, experto en física atmosférica del citado instituto.
"Esto es una razón para mostrarse optimistas y puede decirse que la capa de ozono recuperará su estado normal", indicó el científico. El ozono es uno de los gases que rodean la tierra y que hacen posible la vida en el planeta al servir de escudo contra los rayos ultravioletas provenientes del espacio.
Breve cronología
A principios de la década de los ochenta se descubrió la existencia de un agujero en esa capa protectora provocado por ciertas combinaciones químicas de cloro, flúor y carbono empleadas en la industria de refrigeración y aerosoles.
En septiembre del pasado año, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió de que la lucha por la restauración de la capa de ozono está lejos de terminar y pidió el cumplimiento estricto del Protocolo de Montreal para la eliminación del uso de gases perjudiciales.
Según evaluaciones científicas de la OMM, el Protocolo de Montreal da buenos resultados ya que se ha registrado una lenta disminución de la concentración de clorofluorocarbonos (CFC) en la baja atmósfera tras el máximo registrado en el periodo 1992-1994.
Terra / Efe
martes, setiembre 14, 2004
Historias antárticas
Para mí, visitar la Antártida satisfacía una antigua ambición. En 1958, yo era el único reportero a bordo de un dirigible de la Armada estadounidense que partió de East Weymouth, Massachusetts, siguiendo al submarino nuclear Nautilus en su viaje bajo el Polo Norte. En 1967, recorrí bases desde Groenlandia hasta Alaska a lo largo de la remota línea de sistemas de radar de advertencia temprana.
ver la historia completa en: http://www.miami.com/mld/elnuevo/9638780.htm
ver la historia completa en: http://www.miami.com/mld/elnuevo/9638780.htm
Alien versus depredador
12 de Septiembre de 2004
Por FERNANDO CUEVAS
Más que falta de creatividad, el reciclaje fílmico responde a las lógicas del mercado: jugar a la segura. Los subproductos cinematográficos (llámense secuelas, crossovers, films basados en series televisivas o en videojuegos) apuntan a un segmento calculado. De antemano se sabe el costo-beneficio por producir tal o cual película, factor que resulta decisivo para aventurarse a realizarla. Lo demás es lo de menos: que si es un simple capítulo alargado de la teleserie, que si el argumento se resume en dos líneas, que si...
Dos ejemplos coinciden en nuestra cartelera de este tipo de cine que, más que ser iniciador de sagas o incluso de emporios económicos, es la consecuencia de una serie de modas y tendencias producto de otras manifestaciones: la televisión y el cómic, aunque éste fuera resultante de la película. Entre esta red de propuestas, lo que al final cuenta es el potencial de venta. Así, mientras infinidad de films no llegan a nuestros cines o, pero aún, se quedan en proyecto, otras de mucho menor nivel, ocupan valiosos espacios en la cartelera. Primero la taquilla, después la propuesta.
Bajo el slogan de que gane quien gane, nosotros perdemos, Alien vs Depredador (2004) se estructura a partir de puros reciclajes, de historias ya contadas simplemente aderezadas para la ocasión. Dirigida por Paul Anderson (Resident Evil: El huésped maldito), la cinta se desarrolla con base en la añeja hipótesis de que fueron extraterrestres los que enseñaron a algunas civilizaciones a construir las pirámides. Se supone que los Depredadores iluminaron a egipcios, aztecas y ¿camboyanos? para edificar sus templos sagrados, a cambio de que participaran en sacrificios para darle vida a los Aliens, objetos de caza de los primeros.
Así, cada 100 años, nuevos guerreros con armadura y trenzas al estilo rasta, deben probar su valía matando aliens; y si el asunto se sale de control, a destruirlo todo y ya veremos pasada otra centuria. Pero como ahora faltaban cuerpos humanos para alojar a los mortíferos insectos, los Depredadores tuvieron la idea de atraer a un grupo de investigadores con el anzuelo de descubrir la primera pirámide construida (en realidad una prisión alienígena parecida a El cubo), ubicada en la Antártida y sumida en las profundidades del hielo.
De ser una de las mejores sagas que se han filmado, aquí los aliens son desprovistos de cualquier atractivo, fuera de los eficientes efectos especiales (sobre todo por el trabajo manual más que digital), y se reducen a meras criaturas de caza. Y aunque la pelea a tres caídas acaba siendo muy pareja, no se siente ningún tipo de tensión y lejos quedó la claustrofobia y el horror que caracterizó en particular a la primera película, obra maestra de Ridley Scott.
Los Depredadores, por su parte, se exponen demasiado (hasta se les olvida hacerse invisibles en algunos momentos claves). De la incertidumbre y angustia creada en la primera parte en donde traían loco al ahora gobernador de California, nos tenemos que conformar con ver armas sofisticadas y rituales guerreros ancestrales, no obstante el grado de avance de la cultura depredadora. Y el problema es que el argumento se agota en una simple lectura de jeroglíficos.
El resto es una suma de clichés: la líder que mantiene fría la cabeza, el científico vuelto valeroso luchador, los rudos que mueren a las primeras de cambio, el objeto fetiche (una corcholata de pepsi) y el final supuestamente sorpresivo preparatorio para la segunda parte. Claro, tampoco podía faltar el humor involuntario: secuencias de supuesta emotividad terminan arrancando risas. Eso sí, tanto la fotografía en penumbras como la edición, utilizando como puente los aparatos de los cazadores, le dan fluidez a la cinta y un tono críptico muy poco aprovechado por el relato.
La idea de poner frente a frente a estos extraterrestres tiene una larga historia: cómic, videojuego, tarjetas, juguetes... lo cierto es que pierda quien pierda, la casa productora ya ganó.
Por FERNANDO CUEVAS
Más que falta de creatividad, el reciclaje fílmico responde a las lógicas del mercado: jugar a la segura. Los subproductos cinematográficos (llámense secuelas, crossovers, films basados en series televisivas o en videojuegos) apuntan a un segmento calculado. De antemano se sabe el costo-beneficio por producir tal o cual película, factor que resulta decisivo para aventurarse a realizarla. Lo demás es lo de menos: que si es un simple capítulo alargado de la teleserie, que si el argumento se resume en dos líneas, que si...
Dos ejemplos coinciden en nuestra cartelera de este tipo de cine que, más que ser iniciador de sagas o incluso de emporios económicos, es la consecuencia de una serie de modas y tendencias producto de otras manifestaciones: la televisión y el cómic, aunque éste fuera resultante de la película. Entre esta red de propuestas, lo que al final cuenta es el potencial de venta. Así, mientras infinidad de films no llegan a nuestros cines o, pero aún, se quedan en proyecto, otras de mucho menor nivel, ocupan valiosos espacios en la cartelera. Primero la taquilla, después la propuesta.
Bajo el slogan de que gane quien gane, nosotros perdemos, Alien vs Depredador (2004) se estructura a partir de puros reciclajes, de historias ya contadas simplemente aderezadas para la ocasión. Dirigida por Paul Anderson (Resident Evil: El huésped maldito), la cinta se desarrolla con base en la añeja hipótesis de que fueron extraterrestres los que enseñaron a algunas civilizaciones a construir las pirámides. Se supone que los Depredadores iluminaron a egipcios, aztecas y ¿camboyanos? para edificar sus templos sagrados, a cambio de que participaran en sacrificios para darle vida a los Aliens, objetos de caza de los primeros.
Así, cada 100 años, nuevos guerreros con armadura y trenzas al estilo rasta, deben probar su valía matando aliens; y si el asunto se sale de control, a destruirlo todo y ya veremos pasada otra centuria. Pero como ahora faltaban cuerpos humanos para alojar a los mortíferos insectos, los Depredadores tuvieron la idea de atraer a un grupo de investigadores con el anzuelo de descubrir la primera pirámide construida (en realidad una prisión alienígena parecida a El cubo), ubicada en la Antártida y sumida en las profundidades del hielo.
De ser una de las mejores sagas que se han filmado, aquí los aliens son desprovistos de cualquier atractivo, fuera de los eficientes efectos especiales (sobre todo por el trabajo manual más que digital), y se reducen a meras criaturas de caza. Y aunque la pelea a tres caídas acaba siendo muy pareja, no se siente ningún tipo de tensión y lejos quedó la claustrofobia y el horror que caracterizó en particular a la primera película, obra maestra de Ridley Scott.
Los Depredadores, por su parte, se exponen demasiado (hasta se les olvida hacerse invisibles en algunos momentos claves). De la incertidumbre y angustia creada en la primera parte en donde traían loco al ahora gobernador de California, nos tenemos que conformar con ver armas sofisticadas y rituales guerreros ancestrales, no obstante el grado de avance de la cultura depredadora. Y el problema es que el argumento se agota en una simple lectura de jeroglíficos.
El resto es una suma de clichés: la líder que mantiene fría la cabeza, el científico vuelto valeroso luchador, los rudos que mueren a las primeras de cambio, el objeto fetiche (una corcholata de pepsi) y el final supuestamente sorpresivo preparatorio para la segunda parte. Claro, tampoco podía faltar el humor involuntario: secuencias de supuesta emotividad terminan arrancando risas. Eso sí, tanto la fotografía en penumbras como la edición, utilizando como puente los aparatos de los cazadores, le dan fluidez a la cinta y un tono críptico muy poco aprovechado por el relato.
La idea de poner frente a frente a estos extraterrestres tiene una larga historia: cómic, videojuego, tarjetas, juguetes... lo cierto es que pierda quien pierda, la casa productora ya ganó.
V Simposio Argentino y I Latinoamericano sobre Investigaciones Antárticas
Buscan incentivar investigación y difusión de la ciencia en Antártida
Publicado en http://www.diariohoy.net
14 setiembre 2004
Revitalizar las discusiones sobre la investigación científica en la Antártida, aumentar las partidas destinadas a esa actividad y desarrollar un Plan Federal de Comunicación sobre los asuntos antárticos son "temas fundamentales" que deben ser desarrollados como pilares de los intereses nacionales en la región austral, sostuvo hoy Mariano Memolli, Director Nacional del Antártico.
"Debemos realizar más foros científicos, y abrir estos encuentros, como lo hicimos la semana pasada en el V Simposio Argentino y I Latinoamericano sobre Investigaciones Antárticas", mencionó Memolli en una conferencia de prensa realizada en la sede del Instituto Antártico Argentino (IAA).
"Allí nos dimos cuenta que los investigadores locales y extranjeros están muy cerrados en sus trabajos y muchos desconocían lo que están haciendo sus colegas", comentó.
En el simposio se presentaron 194 trabajos de investigación, de científicos de Brasil, Perú, Ecuador, Chile, Canadá, Italia, España, Finlandia, Suecia, Japón, Israel y la Argentina, entre otros países.
Al mismo tiempo, Menolli mencionó una Plan Federal de Comunicación, que estará centrado en difundir los trabajos que se realizan en el territorio antártico.
"La cantidad de trabajos recibidos de todo el mundo demuestran la importancia de la investigación en otros países. Ese valor es el que debemos recuperar aquí", comsideró el funcionario y dijo que "está en estudio la solicitud de un aumento del presupuesto para destinar a la investigación en la Antártida".
Del presupuesto de casi 29 millones anuales, 26 se destinan al soporte logístico (mantenimiento del rompehielos, aviones, helicópteros, ropas y bases); otros 2 millones se utilizan para la actividad política de la Dirección Nacional de Antártico y el Instituto Antártico Argentino y 600 mil pesos a proyectos científicos, de la Dirección Nacional del Antártico (DNA).
"Dependiendo de cada proyecto científico, el pedido de aumento de presupuesto llega hasta un 150 por ciento más para la investigación", subrayó Memolli.
El científico Sergio Marensi -a cargo de la dirección del Instituto Antártico Argentino- señaló que "se han establecido líneas prioritarias de investigación".
En primer lugar, la preservación y estudio de los recursos biomarinos y la protección del ecosistema marino antártico. "Esto se debe a que el 99 por ciento del ecosistema antártico depende directamente del mar", indicó.
"En segundo lugar el cambio global -disparado por el cambio climático-, un concepto más amplio que involucra a los ecosistemas. En este campo se encuentran incluidos los estudios de la capa de ozono o la hionosfera".
"Una tercera línea de investigación apunta al conocimiento y preservación de los recursos minerales. La explotación está prohibida en la Antártida, por lo que hay que conocerlos para su protección".
"Otra línea de investigación está relacionada a la historia del hombre en la Antártida y la adaptación del ser humano a este medio. No hay que olvidarse que hay muchos protagonistas argentinos, por lo que la historia sostiene los reclamos de soberanía argentina en ese territorio", consideró.
"La Argentina es un país con "vocación antártica" -remarcó Memolli-, porque realizó una ocupación temprana de la zona; creó en 1951 el Instituto Antártico Argentino, primera institución científica antártica del mundo; desarrolló un sistema de bases, refugios y apoyo logístico acorde a sus posibilidades y mantuvo en el campo diplomático acciones para mantener firme el reclamo soberano sobre el sector antártico".
Memolli recordó que "la Argentina es el país del mundo con más bases en la Antártida: seis bases permanentes, siete bases temporarias y más de 100 refugios, que pueden ser utilizados con fines científicos o de emergencias".
En cuanto al Año Polar Internacional (2007-2008), donde se profundizará el conocimiento antártico, "Argentina deberá definir su posición".
"La ciencia argentina todavía no tiene una posición, pero se está trabajando al respecto. Sí, está definida la cooperación con otros países para la realización de estudios conjuntos, la valoración de los proyectos científicos y tecnológicos, y la difusión de la cultura antártica".
Publicado en http://www.diariohoy.net
14 setiembre 2004
Revitalizar las discusiones sobre la investigación científica en la Antártida, aumentar las partidas destinadas a esa actividad y desarrollar un Plan Federal de Comunicación sobre los asuntos antárticos son "temas fundamentales" que deben ser desarrollados como pilares de los intereses nacionales en la región austral, sostuvo hoy Mariano Memolli, Director Nacional del Antártico.
"Debemos realizar más foros científicos, y abrir estos encuentros, como lo hicimos la semana pasada en el V Simposio Argentino y I Latinoamericano sobre Investigaciones Antárticas", mencionó Memolli en una conferencia de prensa realizada en la sede del Instituto Antártico Argentino (IAA).
"Allí nos dimos cuenta que los investigadores locales y extranjeros están muy cerrados en sus trabajos y muchos desconocían lo que están haciendo sus colegas", comentó.
En el simposio se presentaron 194 trabajos de investigación, de científicos de Brasil, Perú, Ecuador, Chile, Canadá, Italia, España, Finlandia, Suecia, Japón, Israel y la Argentina, entre otros países.
Al mismo tiempo, Menolli mencionó una Plan Federal de Comunicación, que estará centrado en difundir los trabajos que se realizan en el territorio antártico.
"La cantidad de trabajos recibidos de todo el mundo demuestran la importancia de la investigación en otros países. Ese valor es el que debemos recuperar aquí", comsideró el funcionario y dijo que "está en estudio la solicitud de un aumento del presupuesto para destinar a la investigación en la Antártida".
Del presupuesto de casi 29 millones anuales, 26 se destinan al soporte logístico (mantenimiento del rompehielos, aviones, helicópteros, ropas y bases); otros 2 millones se utilizan para la actividad política de la Dirección Nacional de Antártico y el Instituto Antártico Argentino y 600 mil pesos a proyectos científicos, de la Dirección Nacional del Antártico (DNA).
"Dependiendo de cada proyecto científico, el pedido de aumento de presupuesto llega hasta un 150 por ciento más para la investigación", subrayó Memolli.
El científico Sergio Marensi -a cargo de la dirección del Instituto Antártico Argentino- señaló que "se han establecido líneas prioritarias de investigación".
En primer lugar, la preservación y estudio de los recursos biomarinos y la protección del ecosistema marino antártico. "Esto se debe a que el 99 por ciento del ecosistema antártico depende directamente del mar", indicó.
"En segundo lugar el cambio global -disparado por el cambio climático-, un concepto más amplio que involucra a los ecosistemas. En este campo se encuentran incluidos los estudios de la capa de ozono o la hionosfera".
"Una tercera línea de investigación apunta al conocimiento y preservación de los recursos minerales. La explotación está prohibida en la Antártida, por lo que hay que conocerlos para su protección".
"Otra línea de investigación está relacionada a la historia del hombre en la Antártida y la adaptación del ser humano a este medio. No hay que olvidarse que hay muchos protagonistas argentinos, por lo que la historia sostiene los reclamos de soberanía argentina en ese territorio", consideró.
"La Argentina es un país con "vocación antártica" -remarcó Memolli-, porque realizó una ocupación temprana de la zona; creó en 1951 el Instituto Antártico Argentino, primera institución científica antártica del mundo; desarrolló un sistema de bases, refugios y apoyo logístico acorde a sus posibilidades y mantuvo en el campo diplomático acciones para mantener firme el reclamo soberano sobre el sector antártico".
Memolli recordó que "la Argentina es el país del mundo con más bases en la Antártida: seis bases permanentes, siete bases temporarias y más de 100 refugios, que pueden ser utilizados con fines científicos o de emergencias".
En cuanto al Año Polar Internacional (2007-2008), donde se profundizará el conocimiento antártico, "Argentina deberá definir su posición".
"La ciencia argentina todavía no tiene una posición, pero se está trabajando al respecto. Sí, está definida la cooperación con otros países para la realización de estudios conjuntos, la valoración de los proyectos científicos y tecnológicos, y la difusión de la cultura antártica".
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