Publicado en http://actualidad.terra.es/
21 mar 07
El deshielo de las plataformas antárticas Larsen A y Larsen B ha permitido a un equipo español estudiar la fauna de unos fondos marinos inaccesibles para el hombre desde hacía más de mil años y descubrir que los fondos bentónicos son mucho más ricos y diversos de lo que se pensaba.
Según explicaron hoy en rueda de prensa los investigadores del CSIC Enrique Isla y Josep-María Gili, el objetivo de su proyecto, 'Climant', es estudiar el 'acoplamiento' que se produce en la Antártida entre el fondo marino (bentos) y la columna de agua (pélagos).
Cuando se desintegran fragmentos de la plataforma helada, los icebergs resultantes se comportan como 'verdaderos bulldozers' y destruyen los fondos a su paso, apuntó Enrique Isla, responsable del proyecto en España, en el que también participan científicos alemanes y chilenos.
Después, los micronutrientes y semillas almacenados en el hielo se precipitan al fondo del mar, lo que permite que la vida se desarrolle y se produzca la colonización con especies de zonas cercanas en las zonas arrasadas, dijo Isla.
'La retirada de las plataformas de hielo de la zona estudiada nos ha dado la posibilidad de llegar a un lugar en el primer momento de esta recolonización', añadió.
Lo que más asombró a los científicos fue descubrir que el fondo marino en esta plataforma continental era mucho más rico y diverso en animales bentónicos de lo que tenían previsto, puesto que hasta el momento se pensaba que 'el ecosistema antártico era más lento', explicó Gili.
Entre las especies halladas durante la campaña se encuentran ascidias, de aspecto semejante a tubos de plástico, y holoturias, similares a las babosas, que al parecer son los primeros grupos en llegar a las zonas despobladas.
En algunos lugares estas comunidades de animales cubren casi por completo el lecho marino.
Además, encontraron crinoideos pedunculados, animales cuyos brazos se extienden en forma de palmera, que hasta ahora eran asociados a mares profundos, 'lo que induce a pensar que las condiciones ambientales existentes bajo las plataformas de hielo son parecidas a las que se dan en el mar profundo', dijo Enrique Isla.
Los deshielos, y consecuentes desprendimientos de icebergs, por sí mismos no se pueden considerar negativos.
Durante los 40 millones de años en que la Antártida 'está donde está' este proceso a provocado un aumento en la diversidad de especies.
El gran peligro del cambio climático es la posible envergadura que pueda alcanzar porque 'si desaparece el hielo alrededor de las zonas destruidas, no habrá desde donde colonizar', especificó Gili.
Sin embargo, el científico opina que la mayor amenaza para estos ecosistemas no es el calentamiento global, 'tras 40 millones de años congelándose la Antártida no se descongelará en 100', sino el aumento de las cuotas de pesca de krill, un pequeño crustáceo que sirve de alimento a muchas especies polares como las ballenas.
Esta especie es 'clave' porque sirve de vector entre los nutrientes del hielo y muchas especies.
A diferencia del Artico, 'mucho más sensible al cambio climático', en la Antártida el Polo Sur se está enfriando y la península se está calentando.
'Las muestras de agua, animales y sedimentos obtenidas ayudarán en el análisis de cómo el cambio climático está presionando en ecosistemas especialmente sensibles', concluyó Isla.
La campaña, que se desarrolló a bordo del rompehielos alemán Polarsten, se integra en el Proyecto 'Climant', un trabajo internacional que estudia los efectos del calentamiento global en el continente helado en el que participan 40 científicos de 12 países.
Junto a los científicos del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC han participado investigadores de la Universidad de Sevilla.
Terra Actualidad - EFE
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