jueves, febrero 01, 2007

Crucero con turistas encallado en la Antártida

Fuentes: Telam, Mega24, Sur54 y propias de Antawa.
31 enero 2007
Un crucero de bandera noruega encalló en las cercanías de la isla Decepción, al noroeste de la península Antártica, y, aunque pudo ser reflotado, sus pasajeros deberán ser rescatados por otro buque para volver a Ushuaia, informaron fuentes militares y navieras.
El accidente ocurrió a las 14.30, cuando el buque de bandera noruega MS Nordkapp, con 294 pasajeros y 76 tripulantes a bordo, tocó una piedra en la Isla Decepción, que forma parte del archipiélago de las Shetland del Sur, al noroeste de la península Antártica. "El capitán del Nordkapp informó que tocaron el fondo cuando salían de la Isla Decepción, a la altura de una zona conocida como los Fuelles de Neptuno, lo cual provocó daños al casco", aseguró a Télam Carlos Domínguez, titular de la agencia marítima de Ushuaia Novalia, que maneja las partidas y llegadas del barco durante la temporada de cruceros antárticos.
Por su parte, la empresa propietaria del barco, la noruega Hurtigruten, emitió un comunicado de prensa en el que informa que ninguno de los pasajeros ni tripulantes resultaron heridos. En ese mismo texto, Hurtigruten aseguró que otro barco de la compañía, el Nordnorge, llegó este mediodía a la Caleta Balleneros de la Isla Decepción, para evacuar a los pasajeros del Nordkapp. Sin embargo, el traspaso no pudo ser realizado "debido a las malas condiciones del tiempo", que incluía "ráfagas de nieve" y fuertes vientos del noreste", informó la empresa.
El buque Nordkapp, que mide 123 metros de largo y 19,5 metros de ancho, lleva pasajeros de 19 nacionalidades, y 117 de ellos son estadounidenses.
La empresa propietaria del barco también indicó hoy que "debido a los daños en la estructura, el barco no podré llegar a Ushuaia sin la compañía de otro buque" y que "no se observan pérdidas de combustible" en el agua. En la caleta balleneros, el Nordkapp recibió asistencia logística del HMS Endurance, un buque de la Armada Británica que suele estar destinado en la zona para realizar tareas científicas.
Buzos del Endurance revisaron el casco hoy y comprobaron que no existen derrames de combustible en el mar ni entrada de agua en el casco.

En Buenos aires, un vocero de la Armada Argentina dijo a Télam que "por ahora no existe ningún pedido de ayuda por parte de la compañía naviera propietaria de la nave"El vocero explicó también que "además tenemos por un acuerdo con la Armada de Chile, una patrulla antártica combinada, de la que hacemos relevos cada mes entre buques argentinos y chilenos. Cualquiera de las armadas está en condiciones de socorrerlo en caso que lo necesiten".

Están apoyando la evacuación de pasajeros y tripulación, los buques chilenos Almirante Viel y el remolcador Leucotón, estará allí mañana por la madrugada.
Si las tareas de rescate resultan tal como fueron previstas, los pasajeros llegarán a Ushuaia este viernes.

El crucero MN Nordkapp, que fue construido en 1996, mide 123,3 metros de eslora, 19,5 de manga y pesa 11.386 toneladas, transportaba pasajeros de distintas nacionalidades (la mayoría de ellos estadounidenses y europeos), informó Télam.

El viaje que contrataron los turistas incluye el siguiente itinerario: Punta Arenas; I. Tucker, Seno del Almirantazgo, en el estrecho de Magallanes; Angostura Kirke, Puerto Natales; estrecho de Magallanes; canal del Beagle; Glaciares; Puerto Williams; cabo de Hornos; Antártida; Ushuaia; Buenos Aires. Con precios que van desde los 5862 dólares a los 9322, dependiendo de la categoría de la cabina contratada.
El crucero, de siete cubiertas, cuenta con un restaurante, gimnasio, sauna, ascensores, salas de descanso, sala de conferencias y áreas al aire libre.

2 comentarios:

  1. El crucero noruego 'Nordnorge', que llevaba a bordo a más de 650 personas, llegó finalmente a las costas argentinas, luego de enfrentar severas tormentas que demoraron el traslado de los pasajeros del buque que encalló días atrás en la Antártida.

    Según se informó oficialmente, la empresa noruega costeará los gastos de traslado aéreo de los pasajeros hacia sus países de origen, lo que comenzó a realizarse este sábado de manera escalonada.

    Luego de pernoctar en Ushuaia, un grupo saldrá desde el aeropuerto Internacional Malvinas Argentinas hacia Santiago de Chile, mientras que la otra parte del pasaje afectado por el accidente sufrido por el buque en la Antártida viajará a Buenos Aires.

    El crucero 'Nordnorge', de bandera noruega, llevaba a bordo los
    293 pasajeros y 76 miembros de la tripulación que zarparon originalmente, a los que agregó a las 294 personas que rescataron en la zona del Pasaje Drake, frente a la isla Decepción, en la Antártida.

    Allí encalló el buque 'Nordkapp', que sufrió roturas en su casco luego de impactar contra los peñascos del Fuelle de Neptuno, quedando inhabilitado para navegación y sufriendo, incluso, un derrame de combustible.

    Sin embargo, tras el incidente del 'Nordkapp', el 'Nordnorge' también sufrió inconvenientes: fuertes tormentas azotaron en la zona donde debía navegar el crucero y ello atrasó el viaje.

    Así lo confirmó el portavoz de la empresa noruega de cruceros Hurtigruten, Stein Lillebo, en declaraciones que reproducen distintas agencias internacionales.

    ``Los pasajeros han enfrentado condiciones climáticas muy adversas', explicó.

    En el pasaje Drake se registraron olas de 15 metros de altura y vientos de 23 a 24 metros por segundo, que luego bajaron a poco menos de 20 metros.

    Los fuertes vientos también se vivieron en la provincia de Tierra del Fuego, donde hubo ráfagas de hasta 120 kilómetros por hora, que debieron soportar los habitantes de las ciudades de Río Grande y Ushuaia, donde las autoridades declararon la emergencia meteorológica.

    Amén de la situación que atravesaron turistas y tripulantes del crucero turístico 'Nordkapp', en la zona donde encalló se están realizando averiguaciones por una presunta contaminación con fuel oil, que derramó la embarcación, luego de incidente que sufriera al chocar un con bloque de hielo.

    De acuerdo con manifestaciones de científicos de la base española 'Gabriel de Castilla', ubicada en la Caleta Péndulo en el interior de la Bahía Foster donde encalló el crucero noruego 'Nordkapp', la embarcación ya ha contaminado 5 kilómetros cuadrados de mar.

    Responsables de la empresa naviera noruega niegan esta circunstancia, pero responsables de la base española dijeron ver un gran manchón en el mar, que les preocupa, sobre todo porque afecta una zona considerada área protegida, porque es hábitat único lobos marinos y diversos tipos focas y aves.

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  2. Post del Blog más Frío del Mundo
    3 de febrero de 2007.-
    El lunes, mientras volvíamos de Caleta Cierva tras haber recogido a Joanne y Chon de la base argentina Primavera y de haber disfrutado de un estupendo asado con el que nos obsequiaron, tuvimos noticias por radio de que un barco había encallado en el interior de la Bahía Foster, en Isla Decepción.

    Automáticamente surgió la conversación sobre un accidente similar que había tenido lugar al comienzo de campaña y que aquella vez tuvo como protagonista al buque de pasajeros Orlova. En aquella ocasión, el 'Las Palmas' participó directamente en las tareas de rescate una vez que el buque se aseguró de que el 'Las Palmas' no le iba a cobrar nada (las primas de rescate son extremadamente caras, y más en esta aguas).

    El miércoles, cruzamos los Fuelles de Neptuno con una buena nevisca cayéndonos encima y una mar de fondo que nos había zarandeado durante toda la noche. El paso de los Fuelles siempre es delicado, ya que es la única entrada a la rada de la bahía y soporta un gran tráfico de barcos que entran y salen para enseñar la isla. Para que os hagáis una idea, la Isla Decepción es un antiguo volcán todavía en actividad.

    La isla tiene forma circular, ligeramente alargada, y el interior está hueco, como si un niño hubiera puesto boca abajo un cucurucho de helado y la hubiera quitado la punta, dejando solo la boca del barquillo. Esta rada tiene unos 15 km de diámetro, se llama Bahía Foster y tiene una única entrada, los Fuelles de Neptuno, que se llaman así porque el aire se emboca y sopla casi siempre con fuera en esta zona. La rada, en cambio, está muy protegida y el agua suele estar bastante en calma, excepto cuando hay tormenta.

    Pues bien, imagináos nuestra sorpresa cuando al entrar en la rada a las 8:30 AM, con bastante mal tiempo, nos encontramos un gran buque de pasajeros varado en una zona a que se llama Caleta Péndulo. El buque se llama 'Nordkapp' y es un buque de pasajeros que opera entre Ushuaia, las Islas Shetland del Sur y la Península Antártica. De hecho, el otro día nos encontramos con su gemelo, el 'Nordnorgen', en Bahía Paraíso, en la Península Antártica.

    Según me he enterado, tienen una capacidad de, aproximadamente, unos 350 pasajeros, más el personal que los atiende y la tripulación.

    El 'Nordkapp' estaba encallado cerca de la costa, a unos 300 o 400 m, parecía ligeramente escorado y a no demasiada distancia de la BAE Gabriel de Castilla. De hecho, más tarde nos enteramos que el personal de la BAE se había acercado por la playa para ofrecer su ayuda. El barco había lanzado los sistemas de contención de residuos, que al ser de color naranja se veían claramente alrededor del barco. Bien es cierto que el oleaje existente en el interior de la rada no las hacía muy efectivas.

    A lo largo de la mañana el viento y la cellisca arreciaron un poco más, lo que hizo que el barqueo de personal y material desde el Las Palmas hasta la BAE fuera un poco más pesado. Pero cuando terminamos el Comandante se dirigió de nuevo a las inmediaciones del 'Nordkapp', al que se le habían sumado su gemelo el 'Nordnorgen' pare recoger al pasaje y el buque británico 'Endurance'.

    Me consta, pues en ese momento me encontraba en el puente de mando del 'Las Palmas', que el Comandante intentó establecer contacto por radio en repetidas ocasiones tanto con el 'Nordkapp', como con el 'Endurance'. Silencio. La radio permaneció callada en todo momento. Ninguno de los barcos presentes en la bahía contestó a sus requerimientos de información y ofrecimientos de ayuda.

    En ese momento observamos manchas de lo que parecía fuel que venían desde la zona del 'Nordkapp' y que se iban adentrando en el interior de la rada. Nuevamente, el Comandante del 'Las Palmas' inquirió por radio al Nordkapp al respecto, con idénticos resultados. Entonces el Comandante se puso en contacto por radio con el Jefe de la BAE Gabriel de Castilla y, en inglés para que no cupiera ninguna duda, le dijo que habían encontrado lo que parecía un vertido de fuel, que estaban tomando muestras y le preguntaba al Jefe de la BAE si habían comprobado la llegada de fuel a la playa.

    El Jefe de la BAE le contestó que no habían constatado que hubiera fuel en la playa, pero que permanecerían atentos y que, en todo caso, era testigo de los esfuerzos del Comandante por comunicarse con los otros barcos. Únicamente en ese momento el 'Endurance' entró por radio para decir que había un problema y que estaban trabajando para evaluar la situación y para resolverlo. A partir de ahí, de nuevo silencio por radio.

    El caso es que las zodiacs estaban en el agua –pude contar un total de cuatro-, maniobrando alrededor del Nordkapp y más tarde me informaron que el 'Endurance' había llevado buzos a tierra en helicóptero para, al parecer, inspeccionar el casco. Este extremo no lo pude comprobar, pero de todo lo anterior fui testigo directo. En fin, una vez tomadas las muestras de agua con los posibles restos de fuel, mandado el informe al Comité Polar Español y toda vez que no parecía que el 'Nordkapp' necesitara o fuera a requerir ayuda del 'Las Palmas', el Comandante decidió seguir rumbo y proseguir con nuestra misión científica.

    Lo triste del caso, a mi modesto modo de entender, no es que el barco varara. Un accidente lo puede tener cualquiera. Lo triste es que todo parecía estar transcurriendo para ocultar al máximo posible la situación, el riesgo de vertido, y aún el mismo hecho del vertido en sí. Si el 'Las Palmas' no hubiera estado por allí, probablemente no se hubiera sabido la extensión del riesgo. De hecho, las primeras noticias que se publicaron decían que el varamiento se había producido fuera de la isla, cuando no era así.

    Es de destacar que a pesar de que Isla Decepción (como muchas otras zonas de la Antártida hoy objeto de un turismo demasiado masivo) tiene varias zonas declaradas como ASPA (zonas de especial interés y protección y, por lo mismo, muy sensibles), esta isla recibe una media de cuatro barcos de turistas diarios, cada uno con una media de entre 200 y 400 pasajeros. Hay que decir que las visitas turísticas únicamente desembarcan en los sitios permitidos, pero aún así el número diario de personas es enorme.

    He visto fotos de esta campaña en la que la playa donde se encuentran las antiguas instalaciones balleneras o donde bajan las aguas termales están tan llenas como una playa de España en temporada alta veraniega. No es una exageración, creedme. Lo mismo me pasó en la base Almirante Brown, en Bahía Paraíso. Y esto se repite todos los años. Otros compañeros míos me han dicho que ha habido veces que se han encontrado navegando por zonas que contenían restos aun a sabiendas que el vertido de residuos está totalmente prohibido al Sur del paralelo 60. En suma, que el impacto sobre el terreno y sobre el ecosistema es enorme y, en mi modesta opinión, debería regularse y disminuirse mucho más.

    Pero el Tratado Antártico la Antártida se encuentra ahora mismo en un statu quo en el que, sin que nadie renuncie a sus reivindicaciones, es un continente que todos están de acuerdo en preservar prístino, como un gigantesto laboratorio para la ciencia y el progreso de la propia humanidad, durante el tiempo que dure el tratado. Cierto es que todos tenemos derecho a verlo y disfrutar de él, pero ese derecho no puede estar a expensas de quién más pague o pueda permitirse el lujo de explotarlo sin tener en cuenta las consecuencias medioambientales que un flujo excesivo de personas ocasiona. Creo que muchas zonas deberían revisar sus planes y la frecuencia de uso.

    En fin. Os escribo estas reflexiones que surgen del cariño que le tengo a estas tierras. Todos los que aquí venimos a trabajar hacemos un esfuerzo para causar el mínimo impacto posible, aun a costa de algunos sacrificios o renuncias a comodidades que, la verdad, no son dignas ni de mención con tal de preservar esta maravilla para las generaciones venideras.

    Un abrazo antártico,

    Juan Carlos

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