martes, noviembre 28, 2006

Banda sonora de la Película "Happy Feet"


Publicado en http://www.fantasymundo.com/
El 5 de Diciembre se publica la banda sonora de la película "Happy Feet, rompiendo el hielo" , uno de los estrenos más taquilleros de la temporada de Navidad. Una película infantil de dibujos animados que ya ha alcanzado el numero 1 en taquilla en Estados Unidos, batiendo al mismo James Bond.
La historia se desarrolla en la Antártida. En la tierra de los pingüinos Emperadores, donde cada uno necesita una canción para atraer a su alma gemela, nace un pingüino que no sabe cantar. Nuestro héroe Mumble es el peor cantante del mundo...pero resulta ser un gran bailarín de claqué. "Happy Feet" es el taquillazo más musical de las Navidades.
La banda sonora cuenta con una canción inédita de Prince "The song of the heart", temas de Pink, Brittany Murphy, The Beach Boys,The Brand New Heavies, Gia Farell, Chrissie Hynde, K.D. Lang, el actor Robin Williams (en una delirante versión del "My way" de Sinatra) y un curioso dueto entre Nicole Kidmand y Hugh Jackman.

3 comentarios:

  1. Publicado en http://www.am.com.mx/

    Los actores Elijah Good, Nicole Kidman, Hugh Hackman así como la cantante Pink dan vida a las voces de la película “El pingüino” (Happy feet).
    Se trata de una de las cintas más taquilleras en Estados Unidos superando a “Casino Royal”, por lo que con más de 550 copias en México, “Happy feet” narra la historia de que en un gran país de los pingüinos emperador en el corazón de la Antártida era necesario saber cantar.

    “Mumble” (voz Elijah Wood) era el peor de los cantantes pero sabía bailar muy bien el zapateo americano por lo que era considerado un pingüino diferente que les trajo algunas consecuencias; su mamá “Norma Gean” (voz Nicole Kidman) piensa que su hijo es bueno para ello y por eso lo apoya en todo.

    Mientras que su papá “Menphis” (voz Hugh Hackman) considera que eso no es de pingüinos, pero ambos están de acuerdo en que si su hijo no sabe cantar no podrá interpretar su “Canción de amor” ni encontrar a su pareja ideal.

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  2. LOS ANGELES.- "Si Babe fue la película del chanchito que hablaba, ésta pasará a la historia como la película del pingüino que baila", afirma George Miller al comparar el film que escribió y produjo en 1995 -cuya secuela dirigió en 1998- y su más reciente trabajo de animación, Happy Feet: el pingüino , que escribió, produjo y dirigió, y que se estrena pasado mañana.
    Con su relajado acento australiano y un tono muy didáctico que aprendió de joven cuando estudió medicina y ejerció durante varios años, Miller es de esos directores que logra calmar a cualquier actor en pánico; ya sea en películas de acción como las de la serie Mad Max , en dramas como Un milagro para Lorenzo o en comedias como Las brujas de Eastwick . Y si bien sus cualidades fueron efectivas con los animales animados de Babe , con los pingüinos de Happy Feet tuvo mayores desafíos.
    "En esta película teníamos a decenas de pingüinos cantando y bailando con las voces de varios grandes actores, y a uno especialmente travieso, Robin Williams, que interpreta a dos de los personajes. Robin es pura energía; no paraba de hablar e imitar voces todo el tiempo", recordó a LA NACION Miller. Y eso que los pingüinos encarnados por Williams ni siquiera son las estrellas del film. El verdadero protagonista es Mumble -con voz de Elijah Wood-, un joven pingüino emperador que vive en la Antártida con su comunidad, pero se siente aislado. La razón: los pingüinos "cantan" para encontrar a sus parejas, pero él no tiene buena voz, lo que hace que sus compañeros, incluida Gloria -interpretada por Brittany Murphy-, la pingüinita de la que está enamorado, lo vean raro. De todas maneras, como bien le resaltan sus padres, Norma Jean (Nicole Kidman) y Memphis (Hugh Jackman), Mumble tiene un don único: ¡baila tap como nadie! Sólo gracias a su amistad con un grupo "latino" de pingüinos adelie y de su líder, el pingüino de penacho amarillo Amoroso (Robin Williams), Mumble revalora sus habilidades y vuelve a su comunidad para poner a todo el mundo a sacudir las piernas o aletas.
    El encanto de Mumble ha sido tal en Estados Unidos que a tres semanas de haberse estrenado, el film lleva recaudados 122 millones de dólares y permanece al tope en la lista de los más taquilleros, superando al James Bond de Casino Royale .
    -¿Cree que el éxito de La marcha de los pingüinos ayudó a que gente de todas las edades fuera a ver este musical de dibujos animados sobre pingüinos?
    -Creo que sí. No por nada fue el mismo estudio que hizo mi película, Warner Bros., el que lanzó La marcha de los pingüinos . Pero nosotros empezamos a trabajar en nuestro film mucho antes de que se estrenara La marcha de los pingüinos .
    -Usted empezó su carrera haciendo películas con actores; luego, en Babe 2: el chanchito en la ciudad, mezcló actores y dibujos, y ahora se aventura con una película totalmente animada. ¿Hay diferencia entre los dibujos y el trabajar con actores?
    -Los principios esenciales son los mismos. Hablo con los animadores como lo haría con un actor; claro que el animador puede tomarse tres días en realizar la actuación del dibujo que a un actor le toma un instante. Pero hablamos de lo que el personaje siente, de lo que piensa y cuál es la dinámica con otros personajes igual que lo haría con un actor. La principal diferencia es que cuando trabajás con actores confiás mucho en la intuición; cuando estás filmando, tenés que tomar decisiones en el momento sobre la luz, el sonido, las actuaciones, las cámaras y lo hacés confiando en la intuición. En animación, en cambio, se pierde toda sincronía; las voces se hacen por un lado; la animación, por otro; los movimientos de cámara, en un momento; los detalles, en otro.
    –¿Cómo se siente más cómodo?
    –Es como preguntarle a un corredor si le gusta más correr carreras de 100 metros o maratones. La animación me gusta mucho; me da tiempo para pensar las cosas, pero amo la adrenalina de filmar con actores reales.
    –¿Es cierto que originalmente no pensaba hacer esta película en tono de comedia musical? –Así es. Cuando hace unos diez años vi un documental sobre los pingüinos emperadores en la Antártida –La vida en el congelador–, quedé encantado. Me pareció que los pingüinos servían como una metáfora perfecta de la raza humana y de cómo nos manejamos como sociedad; pero después me di cuenta de que el hecho de que se comuniquen entre sí cantando era ideal para un musical.
    –La comunidad de la película tiene paralelismos con la sociedad estadounidense: un grupo más desarrollado, los pingüinos emperadores, que siente la presión de los inmigrantes, los pingüinos adelies, que podrían ser vistos como latinos. Y por encima de ellos están los seres humanos, esos seres desconocidos, peligrosos, que podrían ser entendidos como terroristas islámicos. ¿Tenía ese mensaje cuasi político en mente cuando comenzó el proyecto?
    –No, me quería mantener fiel a lo que sucede en la naturaleza con los pingüinos emperadores, que son muy majestuosos y conservadores, organizados para sobrevivir, mientras que los adelies están en las costas, son más pequeños, joviales y revoltosos, cualidades que podrían asociarse con la cultura y la música latina. Las divisiones que se dan en el mundo animal también las tenemos entre los humanos, y siempre hemos tropezado con la inhabilidad para comunicarnos. Cuando vi eso, me pareció que volvía a la historia más auténtica y relevante. Puede ser entendida como una fábula de cómo somos los seres humanos: algunos prestarán atención a la temática migratoria o a la ecológica, y otros resaltarán el valor de ser diferentes.
    –Hace tiempo que se viene hablando del proyecto de una cuarta parte de Mad Max. ¿En qué estado está el proyecto? ¿Retomaría Mel Gibson el papel protagónico?
    –Estábamos listos para empezar a filmar en Australia, justo antes de comenzar con Happy feet..., pero se desató la guerra en Irak; el dólar estadounidense se desplomó frente al australiano y perdimos muchísimo presupuesto. En ese momento, los ejecutivos de Warner Bros. leyeron el guión de Happy feet... y me dijeron que querían empezar cuanto antes. Ahora tengo dos otras películas en la lista y después volvería al proyecto de Mad Max 4. En cuanto a Mel, iba a protagonizarla en ese momento, pero creo que ahora su pasión está en la dirección más que en la actuación. El tenía apenas 21 años cuando hizo la primera; ahora tiene 50, y ésta no es una película sobre un hombre mayor que corre de un lado para el otro. Así que buscaremos a otro actor cuando llegue el momento.

    Por Alberto Armendáriz
    Para LA NACION
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  3. happy feet, es una película que me encanta ver en estas epocas de frío, es super tierna.

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