March of the Penguins
Una historia de amor... distinta
WARNER BROS. Pictures
Por amor a los hijos...
Por Julio García, Univision Online
julio 2005
Titulado originalmente La Marche de l'empereur en Francia y The Emperor's Journey en Gran Bretaña, La Marcha de los Pingüinos es un documental sobre el largo viaje que hacen los pingüinos de la especie emperador en la Antártida. El tema es tratado con una sobriedad y una dulzura que hacen disfrutar cada uno de los 80 minutos que dura.
Una co-producción de varias compañías francesas y estadounidenses, incluídas Buena Vista Internacional, Canal + y National Geographic, March of the Penguins es un verdadero placer para los sentidos. No importa que el paisaje sea fundamentalmente blanco como el hielo con las variantes que presenta el cielo. March of the Penguins es una historia de amor distinta.
Con la inimitable voz de Morgan Freeman en la narración del documental en su versión estadounidense, March of the Penguins relata el rito anual de estos pingüinos. Todo comienza cuando la Antártida era un lugar más habitable, hace millones de años. La única tribu que decidió quedarse fue la del pingüino emperador.
Cada verano (no es que haga calor, sino luz y menos frío), los pingüinos, una vez que han encontrado pareja, viven para un solo objetivo común: reproducirse. Emprenden una marcha desde donde viven hasta el mismo lugar donde nacieron, el único lugar de la Antártida en donde el hielo es lo suficientemente resistente para todos. Allí ponen sus huevos, que deben proteger cuidadosamente del frío.
Pero esa no es la única marcha: las madres regresan a su lugar de origen a alimentarse y guardar comida para sus crías. Cuando regresan, les toca el turno a los padres. Pero no es tan simple: las marchas son largas, los animales están hambrientos y, así como algunos adultos no sobreviven el trayecto, algunas crías mueren si la comida demora mucho en llegar o incluso, antes de nacer, si el huevo queda expuesto al frío más segundos de los tolerables.
En este ritual de sacrificio que a veces lleva a la tragedia, hay un instinto por encima de cualquier otro: el amor de los progenitores. Son muchas las amenazas, pero año tras año se repite la misma historia y el documental lo presenta maravillosamente. March of the Penguins está clasificada apta para todos, por supuesto.
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J. B. C. - 07/08/2005
ResponderBorrarLuc Jacquet comparte con Jacques Tati, además de la nacionalidad, el gusto por la observación de conductas y el rigor, la minuciosidad de cuanto observa: sólo la filmación de El viaje del emperador le ocupó más de un año. Toda la filmografía del creador de Monsieur Hulot podría contemplarse como un gran documental sobre la especie humana. Ahí sí se diferencian los dos cineastas, pues Jacquet nos brinda un documental sobre el reino animal, concretamente sobre el pingüino emperador y su vida nómada, homérica.
Los pingüinos tienen algo de cómicos, y ahí volvemos a Tati: sus andares, sus resbalones sobre el hielo, sus zambullidas en el agua o su despegue desde ellas son puros gags visuales.
Pero El viaje del emperador es también una película cruel, porque la naturaleza, a la par que sabia, es sádica, y la muerte de los pingüinos bebés, de frío o de hambre, cuando no víctimas de las aves depredadores, arroja escenas muy tristes, aunque en ningún momento el director se deleita en ellas.
El filme de Luc Jacquet, casi una película de ciencia ficción (un planeta blanco habitado por extrañas criaturas blanquinegras), es por supuesto instructivo y poco menos que necesario: aunque la Antártida nos pille lejos, su verdad natural nos atañe, en tanto que habitantes del mismo planeta, tanto o más que otras chorradas del llamado progreso, como una que, como el pingüino, no vuela pero la llaman ave.
Publicado en http://www.lavanguardia.es/