Para mí, visitar la Antártida satisfacía una antigua ambición. En 1958, yo era el único reportero a bordo de un dirigible de la Armada estadounidense que partió de East Weymouth, Massachusetts, siguiendo al submarino nuclear Nautilus en su viaje bajo el Polo Norte. En 1967, recorrí bases desde Groenlandia hasta Alaska a lo largo de la remota línea de sistemas de radar de advertencia temprana.
ver la historia completa en: http://www.miami.com/mld/elnuevo/9638780.htm
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