Publicado en www.elmundo.es
28set07
por RAFAEL BARQUÍN
MADRID.- Pocos entornos tan hostiles como la Antártida. La vida bajo las condiciones extremas del continente parece poco menos que imposible. En particular porque nada puede crecer con el único soporte del hielo. De ahí que la poquísima superficie no cubierta, un 0,3% del continente, sea un limitado refugio para la superficie de la vida.
Sin embargo, los registros climáticos demuestran que hubo épocas en las que hizo mucho más frío, hasta el punto de que no hubo ni un sólo palmo de terreno libre de los hielos perpetuos. En tal caso, habría habido períodos de extinción total de la vida en el continente; y, por tanto, recurrentes colonizaciones en las épocas más cálidas.
Pero quizás las cosas no fueran así. Un reciente estado de la cuestión publicado por la revista 'Science' recopila los indicios de que, de algún modo, la vida sobreviviera en tan inhóspito lugar, y en tan adversas condiciones. En primer lugar, se reconoce que una parte de la actual biota antártica no puede explicarse fácilmente suponiendo colonizaciones de otros continentes. Hay estudios biológicos que indican que hubo una larga, continua y aislada historia en la vida del continente.
Pero, además, recientes estudios moleculares proporcionan evidencias de la persistencia de varias especies a lo largo de millones de años; algunas, incluso retrotrayéndose a la época de Gondwana (el continente único del que se desgajaron los demás). Por ejemplo, hay especies 'cercanas' en la Antártida y Escocia, lo que se explicaría mejor suponiendo que las dos se retrotraen a esa edad geológica; y suponiendo también que en todo momento se mantuvo la vida en los dos lugares. Según el artículo, "el reexamen de la bibliografía existente proporciona evidencias sólidas que apoyan el antiguo origen de la biota antártica en la mayor parte del continente".
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