viernes, agosto 07, 2009

Energía eólica en las bases antárticas de Argentina

Energía eólica para las bases antárticas
Presentación del georadar
Fuente: Lalicuadoratdf.com.ar

El instrumento de más alta tecnología en su tipo, permitirá ‘ver bajo la tierra’ para encontrar suelo firme, donde erigir las fundaciones para torres eólicas, en Marambio.
• Además, se realizará una perforación de casi mil metros, que atravesará el sustrato de la extinción de los dinosaurios, retrocediendo estratigráficamente a más de 65 millones de años.
Buenos Aires, 5 de agosto de 2009.- En instalaciones del Depósito Polar de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), en el puerto de la ciudad, se presentó el nuevo radar geográfico GSSI que ofrecerá imágenes 3D, en tiempo real. Del encuentro participaron autoridades de la DNA y científicos y técnicos del Instituto Antártico, del área Ciencias de la Tierra quienes serán los que lo utilizarán en la próxima campaña antártica, en la meseta de Marambio.
El representante de Geosurvey -el Ingeniero Federico Faccini- inició el dictado del curso de capacitación y explicó las características técnicas del equipamiento que incluye diversas antenas, para mediciones específicas bajo tierra. Además, accedió a la requisitoria de los científicos que pudieron apreciar en detalle las diversas aplicaciones de funcionamiento.
El equipo es el mejor en su tipo, por encima incluso de sus similares suecos, italianos e ingleses; la robustez y calidad de sus conexiones son superiores, sobre todo, en relación al clima extremo al que estará expuesto.
La gama de trabajos que este georadar puede efectuar es muy amplia porque permite ‘ver’ bajo la superficie de la tierra con absoluto detalle, todo tipo de materiales. Con una configuración especial de las antenas y por medio de ondas electromagnéticas, su capacidad de análisis abarca profundidades que van desde los 50 centímetros, hasta 300 o 400 metros, en el caso de la Antártida.
Esa potencia se deberá en parte a la configuración de las antenas, pero también a las características del sitio en el que se estará trabajando: absolutamente virgen. En cambio, de ser utilizado en suelos de la provincia de Buenos Aires, el rango de penetración no sobrepasaría los 30 metros por la presencia del material de relleno, según explicaron los expertos.
Los componentes principales del equipo son: las antenas; la Unidad de Adquisición de Datos SIR 3000; un odómetro que permite especificar la distancia entre los puntos situacionales y un sistema de georeferenciación a través de un datalogger –esto es, que registra mediciones, ordenadas en el tiempo- que se conecta a un GPS.

Energías renovables para las bases antárticas
El Dr. Rodolfo del Valle, Jefe del Departamento ‘Ciencias de la Tierra’ del Instituto Antártico Argentino (IAA), destacó las cualidades técnicas del GSSI en relación a las investigaciones para las que se lo utilizará, en la Base Marambio.
Los relevamientos iniciales se harán sobre los primeros 25 metros de la meseta de Marambio que está compuesta por un sedimento que se congela pero que en verano “la parte superficial de hasta 1 metro de profundidad se descongela y luego, por debajo, la constitución es muy heterogénea” refirió Del Valle.
La zona está evidenciando el impacto del calentamiento global, lo que significa que existe mucha agua en medio y cuando se congela “además de expandirse, forma cuñas de hielo que podrían desestabilizar las bases de las torres, en las que se colocarán turbinas eólicas para generar energía eléctrica”. De allí la importancia de la utilización del georadar, para poder encontrar un sustrato continuo, firme, que confiera estabilidad a la fundación de las estructuras de los molinos.
Australia, en la base Mawson, reemplaza hasta el 99% de su energía diesel con la energía eólica de dos molinos.
Para nuestro país, sería la primera base en utilizar esta energía y, mientras la australiana está fundada sobre roca, “en el caso de Marambio la presencia del barro congelado y una estructura de suelo muy heterogénea, con esas cuñas de hielo, si se fundara una de las patas de las torres allí, podría ceder o tener modificaciones en su verticalidad y hacerla colapsar”. Del Valle detalló que con la implementación del radar geográfico, la intención es “encontrar una parte de suelo donde sea más homogéneo y apropiado, para obtener información precisa: petrotécnica y geotécnica y suministrar estos datos a la ingeniería, para que se arbitre la mejor solución para instalar las torres”.
La iniciativa fue solicitada por el Ministerio de Defensa para realizar un trabajo conjunto con la DNA en la implementación de energías limpias, reducción del uso de combustibles fósiles y disminución de riesgos por la posibilidad de derrames en el sector Antártico.
La información geológica obtenida, también será valiosa para investigaciones científicas.

Viajar en el tiempo, bajo la superficie de la tierra
Mientras el mapeo del georadar para datos geotécnicos se enfocará hasta 25 metros, el titular del Departamento de Ciencias de la Tierra del IAA explicó que variando los parámetros de las antenas “se podrá obtener información geológica de 200 y hasta 300 metros de profundidad”. A modo de anuncio, comentó que hay un proyecto adicional que se está terminando de gestar “para hacer una perforación estratigráfica, un sondeo con obtención de muestras ‘testigos’ en la Isla Marambio, en la cuenca Larsen”.
El georadar, al brindar datos certeros sobre los primeros 200 o 300 metros, servirá “para definir la ubicación y elección del ‘derrick’ -o torre de perforación- más apropiado para que dé un resultado científico óptimo”.
El proyecto que contaría también con colaboración internacional, espera sondear hasta “más allá de los mil metros” y no tendría antecedentes en nuestro sector ya que la otra perforación realizada hasta ahora, se efectuó “del otro lado del sector antártico argentino, en el Mar de Ross”.
Este tipo de investigaciones, permiten analizar “capa por capa” los sustratos que se podrán ver “como una secuencia continua” y obtener “datos de temperaturas”, agregó Del Valle.
Si tenemos en cuenta que la influencia del cambio climático también afecta a la isla Marambio en su estructura de barro congelado, licuándolo por influencia del calentamiento, la posibilidad de acceder a información con referenciación temporal y de temperaturas hasta 65 millones de años atrás, resulta “de un altísimo valor científico”.
Para Del Valle “serán datos reveladores, porque atravesaremos el límite del Cretácico Terciario, cuando se extinguieron los dinosaurios”.
Si bien en la zona hay afloramientos de este período, suelen estar muy afectados por la meteorización o, influencia del ambiente exógeno, como la lluvia, el viento, el congelamiento y descongelamiento, etc. En cambio, al investigar ‘bajo tierra’ se podrá llegar a través del espacio, al registro estratigráfico intacto “viajando en el tiempo, a 65 millones de años”.
La investigación se realizará durante esta campaña, a partir del mes de septiembre o principios de octubre y forma parte del Plan de Mejoras de la Actividad Científica Tecnológica en la Antártida, llevado a cabo por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, que promueve un incremento cuali-cuantitativo de la producción científica del Programa Antártico Argentino.

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