miércoles, marzo 18, 2009

hallazgo en la Antártida de un “cementerio” de amonites gigantes

Moluscos en el Sur y un reptil en el Norte
Tanto la Antártida como el Ártico fueron escenarios de descubrimientos de restos gigantescos: un depósito natural de amonites fósiles y un monstruo marino.

publicado en Los Andes online
miércoles, 18 de marzo de 2009
Científicos argentinos anunciaron ayer el hallazgo en la Antártida de un “cementerio” de amonites gigantes, con una antigüedad de unos 75 millones de años. Mientras que también se conoció que en el Ártico fue encontrado un reptil que vivió hace 150 millones de años.
Para completar el día de descubrimientos, se informó que en Canadá fueron identificados los restos del carnívoro norteamericano más pequeño. Se trata del primo enano del velociraptor, que a penas pesaba no más de dos kilos y medio (ver aparte).

Los investigadores argentinos encontraron un depósito natural de amonites, moluscos fósiles del grupo los cefalópodos, con concha externa en espiral, parientes lejanos de los actuales pulpos y calamares.
“Lo que encontramos es un campo de amonites gigantes, de 80 centímetros a 1,20 metro de diámetro”, especificó el paleontólogo Eduardo Olivero al canal de televisión Todo Noticias.
El científico dijo que este “cementerio de gigantes del mar”, hallado a unos 100 kilómetros de la base antártica argentina Marambio, tiene como particularidad la alta concentración de restos fósiles.
“La particularidad es la concentración provocada por tormentas. Estos eran organismos que vivían en el mar abierto, morían probablemente en el mar y grandes tormentas los transportaban sobre la superficie de las aguas y los concentraban en una playa”, explicó el experto, quien destacó que el grado de preservación de los fósiles es “excelente”.

Misión en el Ártico
Un equipo noruego descubrió, en una misión en el océano Ártico, restos fosilizados de un pliosaurio que era un terrible reptil marino de 15 metros de largo y 45 toneladas de peso, informó el Museo de Historia Natural de Oslo.
Los restos de ese monstruo, apodado “Predador X” o “tiranosaurio de los mares” hasta que se le dé un nombre científico, fueron exhumados en julio de 2008 en el archipiélago noruego de las Svalbard, a unos mil kilómetros del Polo Norte, frente a las costas de Noruega.
El “Predador X” vivió hace 150 millones de años, cuando las Svalbard estaban sumergidas.
Tenía un aspecto gigantesco, con cuatro extremidades como aletas y una cabeza parecida a la de un cocodrilo.
Su mandíbula, cuatro veces más potente que la de un tiranosaurio con una fuerza estimada de 16 toneladas, tenía dientes de 30 centímetros de largo. “Su anatomía y su estrategia de caza lo convierten en el predador absoluto, el animal más peligroso de todos los mares”, comentó el Museo en un comunicado.
Un responsable del equipo que descubrió los restos contó a la AFP que se han necesitado meses para unir todos los trozos de hueso y reconstruir ese animal en un tamaño gigantesco.
"Incluso pudo haber animales de esta especie mayores, pero aún no han sido descubiertos”, añadió Joern Hurum.

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