martes, marzo 24, 2009
Historias contadas por sus protagonistas: corriendo en la Antártida
Lamentó no haber ganado en la última prueba del circuito · El madrileño se ha convertido así en el segundo español en completar el perseguido Grand Slam Marathon
Publicado en Marca.com
El español Juan Antonio Alegre, logró la medalla de plata en el Grand Slam Marathon que se disputó en la Antártida, superado tan solo por el holandés Kornelis Brienne, que sentenció la prueba a su favor en tres horas y cuatro minutos.
Alegre, conocido en el mundo de maratones alpinos como 'Chinoto', entró a un minuto del ganador, quien a su vez precedió al estadounidense Matthew Guzik, que completó el podio. La primera mujer en alcanzar la meta antártica fue la estadounidense Lisa De Young, seguida de su compatriota Connie Lutkevich y la alemana Emily
El Grand Slam Marathon consiste en completar una carrera de maratón, o de superior distancia, en cada uno de los siete continentes del planeta y en el Polo Norte. Un desafío atlético y geográfico global que nació en 2002 y que hasta la fecha sólo una treintena de corredores en todo el mundo ha logrado completar, seis de los cuales son mujeres.
El madrileño se ha convertido así en el segundo español en completar el perseguido Grand Slam Marathon. El también madrileño Miguel Caselles selló el circuito en 2007 con el número 18 del ranking internacional. Chinotto como nuevo 'finisher' ocupa el número 31 en espera de que atletas sin fronteras que siguen en liza corriendo por todo el planeta, algunos españoles, se sumen a la cotizada lista.
Llegar al último asalto de 42 kilómetros para sellar el prestigioso circuito atlético global no ha sido fácil. A mediados de marzo 200 corredores de 20 nacionalidades se citaron en el puerto argentino de la ciudad de Ushuaia con destino a la antártica isla del King George.
A bordo de un par de rompehielos rusos tuvieron que cubrir una complicada travesía marítima doblando el Cabo de Hornos y cruzando el Pasaje Drake hasta pisar territorio antártico. Una vez en tierra firme los atletas corrieron los legendarios 42 kilómetros de la prueba reina del atletismo uniendo las bases científicas de Rusia, Uruguay, Chile y China levantadas en tan inhóspito territorio.
Frente a los diez grados bajo cero de pasadas ediciones, temperaturas anormalmente altas para el lugar, de unos cero grados, hicieron algo más llevadero el difícil trayecto de barro, nieve y hielo sobre el que tuvieron que competir los corredores. Fuertes desniveles y terreno complicado no fueron obstáculo para que la cabeza de pelotón lanzase frenéticamente la carrera desde su inicio.
De la experiencia antártica a lo largo de las dos semanas que permaneció en el último continente virgen, Chinotto manifestó "Si la Antártida fuera pintura sería de Dalí, si fuera música de Falla y si fuera arquitectura de Gaudí. Pero además es algo mejor, es el único lugar del planeta que es lo que debe ser: naturaleza en estado puro sin saquear". Al igual que a su paso por el Polo Norte en 2007, Chinotto ha llevado hasta la Antártica el mismo mensaje reivindicativo de entonces: "Corre a por un Mundo más limpio".
lunes, marzo 23, 2009
Relatos de la expedición de Noruega en Base Troll
Publicado en Prodigy MSN Noticias
22mar09
En el 27° día de su travesía, en la que los miembros de la expedición parecen apenas unos puntos negros en la vasta inmensidad blanca de la Antártida, Lou Albershardt escuchó un ruido que jamás había sentido en sus dos décadas de aventuras en el hielo.
En el 27° día de su travesía, en la que los miembros de la expedición parecen apenas unos puntos negros en la vasta inmensidad blanca de la Antártida, Lou Albershardt escuchó un ruido que jamás había sentido en sus dos décadas de aventuras en el hielo.
El cable de su taladro _un aparato que cuesta 100.000 dólares y puede penetrar el hielo 92 metros (302 pies)_ se cortó y desapareció en las profundidades.
"Fue como si yo misma me hubiese hundido", expresó. "No lo podía creer".
Su equipo de científicos estaba a 800 kilómetros (500 millas) del Polo Sur, donde habían comenzado su expedición, y a 1.500 kilómetros (900 millas) de la Estación Troll, su destino final.
Se encontraban en una meseta de unos 3.000 metros (10.000 pies) de altura, con temperaturas de -20 grados centígrados (0 Farenheit) y vientos fuertes.
Se habían quedado sin su instrumento más importante: un taladro capaz de perforar a grandes profundidades. Ello representaba el fracaso de la expedición. Albershardt sabía que nadie jamás había recuperado un taladro de un pozo tan profundo. "Imposible", dijo.
Esto sucedió el 18 de enero y la expedición de científicos noruegos y estadounidenses ya había hecho uno de los recorridos con fines de investigación más largos jamás emprendidos en una de las regiones menos exploradas del Polo Sur.
Se trataba de un proyecto ambicioso para explorar la capa de hielo más vieja y gruesa del planeta, en busca de pistas sobre su pasado geológico. El objetivo era entender mejor el impacto que pueden tener los fenómenos climatológicos de la Antártida en el calentamiento de la Tierra, cuánto hielo de puede derretir y cuánto pueden crecer los océanos.
La primera fase del proyecto fue un recorrido de dos meses hacia el Polo Sur en el verano austral de 2007-2008, iniciado en esta estación de investigación noruega en el este de la Antártida, a 235 kilómetros (150 millas) de la costa.
Este verano, un equipo de 12 personas, incluidas seis que participaron en la primera expedición, inició el 23 de diciembre el viaje de vuelta, en vehículos de nieve que avanzan a muy baja velocidad. Pese a su lentitud, los vehículos son "fabulosos", según el jefe de la expedición, Tom Neumann.
Un siglo después de que los exploradores llegaron por primera vez el Polo Sur usando esquíes y trineos tirados por perros, estos científicos del siglo XXI recorrían la zona con computadoras portátiles, conexiones a la internet vía satélite, comiendo tres veces al día en un módulo con calefacción y durmiendo en literas en otro módulo.
"La idea era tener que dedicar el menor tiempo posible a tareas de supervivencia y la mayor parte del tiempo a investigaciones científicas", expresó Neumann, un geofísico de 35 años de la NASA.
El grupo incluyó cinco científicos con doctorados, entre ellos Ted Scambos, de 53 años, un renombrado experto en cuestiones polares que participó en otras nueve expediciones a la Antártida.
Su dedicación es total y pasan cuatro meses alejados de sus familias. Zoe Courville, de 31 años, se había casado hacía menos de un mes cuando empacó sus cosas y se vino al sur en octubre.
"Me encanta la nieve, la gente no lo entiende", comentó con una sonrisa.
Igualmente vitales para la expedición fueron varios noruegos que no son científicos, como Ole Tveiten, un médico que vela por la salud de todos, y Svein Henriksen, un mecánico que jamás se da por vencido.
El 18 de enero fue Henriksen quien sacó las castañas del fuego: Recuperó el taladro.
"Sin que me diese cuenta, Sven comenzó a preparar un gancho", recordó Albershardt en una conversación con un periodista tras su llegada a la estación el 21 de febrero.
En su taller _un pequeño módulo rojo montado sobre esquís_ Henriksen, de 40 años, armó algo que Neumann dijo se parecía a un "tulipán boca abajo" y probó fortuna en el hoyo de 10 centímetros (cuatro pies) de ancho y 62 metros (203 pies) de profundidad que había cavado Albershardt. Pudo enganchar el cable, pero cada vez que comenzaban a subirlo, se caía.
Treinta y seis horas después lograron izarlo hasta que quedó a 3,3 metros (11 pies) de profundidad. Era imposible seguir subiéndolo. Entonces cavaron en la nieve hasta llegar al cable y lo acoplaron al cabrestante.
El taladro, no obstante, seguía atrapado en el hoyo y para recuperarlo necesitaban etanol, algo que no tenían.
Cuatro días y medio después de que iniciaron la operación, llegó un avión que trajo 40 litros (11 galones) de etanol.
Henriksen improvisó una botella de plástico cuyo pico se abría cuando se tiraba de una cuerda. La bajaron hasta la altura indicada, tiraron la cuerda y dejaron que el etanol bañase el taladro. El día siguiente, recuperaron el aparato, que no había sufrido daños.
La caravana científica reanudó su marcha, con "Lasse" al frente y "Sambla" en la retaguardia. A los cuatro vehículos de nieve les habían dado los nombres de perros que participaron en las primeras expediciones.
Al volante de Lasse, Stein Tronstad, del Instituto Polar Noruego, observaba un radar capaz de detectar grietas como las que causaron estragos en otras expediciones previas.
A 100 metros (300 pies), la científica británica Kirsty Langley, también del Instituto Noruego, estaba pendiente en Sembla de un radar de baja frecuencia que mide la profundidad de la capa de hielo y la topografía de esa zona montañosa.
Langley escuchaba música con auriculares, cubierta por mantas. "Me sentaba a reflexionar", comentó. Pensaba en los cristales de hielo, por ejemplo, que son minúsculos, insignificantes, pero que forman capas gigantes de hielo, "mientras que nosotros no somos nada, apenas pequeños puntos negros".
Todos salían a esquiar cuando no tenían nada qué hacer o se reunían en uno de los módulos a ver películas como "El Padrino" y "El señor de los anillos".
Baños, duchas, películas, cabinas cómodas, con calefacción. Este es "un viaje de lujo" comparado con las expediciones de antes, en las que usaban tiendas y cavaban pozos en el hielo para hacer sus necesidades, señaló la científica finlandesa Anna Sinisalo, de la Universidad de Oslo.
Pero los peligros acechan.
El 11 de febrero, en una meseta de 2.700 metros (8.900 pies), el viento llegó a los 50 kilómetros (30 millas) por hora y las temperaturas bajaron a los 65 grados centígrados bajo cero (-85 Farenheit). A esas temperaturas, uno se congela apenas sale de los módulos, pero tenían que trabajar afuera, pues los motores se habían congelado.
Henriksen y varios miembros del equipo desafiaron las inclemencias del tiempo y trabajaron ocho horas a la intemperie. "Cinco o seis de nosotros sufrimos lesiones por el frío", dijo Scambos.
Al final, resolvieron el problema y pudieron continuar su marcha.
Ahora que completaron el recorrido, el próximo paso es analizar los datos recopilados por las dos expediciones y ver qué enseñanzas dejan.
Uno de sus objetivos es analizar cuatro toneladas de hielo, que almacenaron en 80 cajones y transportaron en un buque de carga ruso. Observarán mil años de historia geológica y determinarán cuánta nieve cayó y bajo qué temperaturas. Determinarán patrones del clima y verán cómo se acumula dióxido de carbono en la atmósfera. También analizarán el fenómeno de derretimiento del hielo que hace subir el nivel del agua de los océanos.
A título preliminar, la expedición ya puede haber ayudado a determinar si están subiendo las temperaturas en el este de la Antártida. Scambos dijo que los primeros datos indican que "puede haber habido un pequeño calentamiento en los últimos 30 o 40años".
domingo, marzo 22, 2009
jueves, marzo 19, 2009
Francia designa embajador para el Artico la Antártida
fuente: terra.es
El ex primer ministro socialista, Michel Rocard, fue nombrado hoy embajador de Francia encargado de las negociaciones internacionales sobre los polos del Artico y el Antártico.
El Consejo de ministros ratificó hoy mismo su nombramiento, anunció el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, en una audiencia en la Asamblea Nacional.
Según Kouchner, el ex primer ministro es una personalidad 'indiscutible' y uno de los 'pioneros' en las regulaciones internacionales de los polos, la que será su nueva misión.
De hecho, recordó el ministro, Rocard contribuyó a la elaboración de la primera Convención sobre el Antártico que considera a este continente como una 'reserva natural'.
Rocard, de 78 años, fue primer ministro (1988-91) durante la presidencia del socialista Francois Mitterrand
Estreno: "Hielos Míticos", un documental argentino sobre la Antártida y el agua
Primer estreno simultáneo en Buenos Aires y en el cine de la Base Jubany - Antártida, “Latitud 90” del Incaa
Sinopsis oficial:
Desde la antigüedad el hombre ha intentado descubrir y desentrañar los misterios de un continente tan especial como la Antártida. Hielos Míticos narra a lo largo de una travesía sin igual, la belleza de este territorio cuya importancia ya nadie desconoce por ser el poseedor de la mayor reserva natural más importante para la vida, El AGUA
Argentina no ha estado exenta de ese interés y es así que comienza a tener una presencia permanente desde principios del siglo pasado, dando inicio a toda una generación de Exploradores Antárticos. Entre ellos quizás el menos conocido, pero no por eso importante, ha sido Hernán Pujato quien fundara las dos bases mas australes que aun posee la Argentina, creador del Instituto Antártico Argentino e impulsor de la compra del primer buque rompehielos que tuvo nuestro país.
A lo largo de una expedición por los mares y bases antárticas documentando las distintas actividades y la vida que allí se desarrollan, “Hielos míticos” recopila la lucha de Pujato y sus hombres por la conquista del continente blanco.
Título original: "Hielos Míticos"
Género: documental Dirección y Guión: Daniel O. Bazán
Duración: 75 minutos
La unidad Antártida estuvo a cargo de “el Pampa” Fernández en cámara, la Dirección de Fotografía es de Miguel Rivarola, Horacio Almada en dirección de Sonido.
Estreno Jueves 19 de marzo 2009
Complejo Tita Merello
Suipacha 442, Capital - Buenos Aires - Argentina
Tel: 4322-1195
Recomienda: Más allá del sur
masalladelsur@yahoo.com.ar
un espacio antártico para todo el país
Radio Nacional Argentina AM 870
miércoles, marzo 18, 2009
Congreso internacional sobre cambio climático y la Antártida
fuente: terra.es
18mar09
El Parque de las Ciencias de Granada acogerá el próximo septiembre un congreso acerca de la evolución climática de la Antártida desde sus comienzos, hace 30 millones de años, hasta la actualidad, y cuáles pueden ser las repercusiones del avance o retroceso de su capa de hielo en el cambio climático.
Así lo ha indicado hoy a los periodistas el presidente del Comité Científico para la Investigación de la Antártida, Jerónimo López, quien ha subrayado que este encuentro, al que se prevé asistan entre 200 y 300 investigadores de diferentes países, sirva también para plasmar los resultados de las investigaciones desarrolladas durante el Año Polar Internacional, finalizado el pasado 1 de marzo.
López ha hecho estas declaraciones en el marco de la inauguración del X Curso de Actualidad Científica organizado por el Parque de las Ciencias y la Universidad de Granada y que lleva por título 'Antártida. Ciencia en el continente helado'.
López, que ha definido el continente helado como un 'extraordinario registro' del clima del pasado, ha señalado la importancia del congreso que se celebrará en la capital granadina ya que 'lo que ocurre en la Antártida termina transmitiéndose al clima del conjunto del planeta', ha afirmado.
En esta iniciativa ha participado también la primera mujer que exploró la Antártida y ejerció la jefatura de la base antártica española, Josefina Castellví.
'Sabemos muy poco sobre el cambio climático', ha indicado la investigadora, que ha recordado su primer viaje a la Antártida en 1984: 'Uno se siente en el fin del mundo, chico, humilde. La naturaleza tiene un poder impresionante'.
Castellví, que ha acudido diez años a la citada base durante los periodos de verano austral -de noviembre a marzo- , ha señalado que el trabajo en dichas condiciones era 'muy duro y lento'.
hallazgo en la Antártida de un “cementerio” de amonites gigantes
Tanto la Antártida como el Ártico fueron escenarios de descubrimientos de restos gigantescos: un depósito natural de amonites fósiles y un monstruo marino.
publicado en Los Andes online
miércoles, 18 de marzo de 2009
Científicos argentinos anunciaron ayer el hallazgo en la Antártida de un “cementerio” de amonites gigantes, con una antigüedad de unos 75 millones de años. Mientras que también se conoció que en el Ártico fue encontrado un reptil que vivió hace 150 millones de años.
Para completar el día de descubrimientos, se informó que en Canadá fueron identificados los restos del carnívoro norteamericano más pequeño. Se trata del primo enano del velociraptor, que a penas pesaba no más de dos kilos y medio (ver aparte).
Los investigadores argentinos encontraron un depósito natural de amonites, moluscos fósiles del grupo los cefalópodos, con concha externa en espiral, parientes lejanos de los actuales pulpos y calamares.
“Lo que encontramos es un campo de amonites gigantes, de 80 centímetros a 1,20 metro de diámetro”, especificó el paleontólogo Eduardo Olivero al canal de televisión Todo Noticias.
El científico dijo que este “cementerio de gigantes del mar”, hallado a unos 100 kilómetros de la base antártica argentina Marambio, tiene como particularidad la alta concentración de restos fósiles.
“La particularidad es la concentración provocada por tormentas. Estos eran organismos que vivían en el mar abierto, morían probablemente en el mar y grandes tormentas los transportaban sobre la superficie de las aguas y los concentraban en una playa”, explicó el experto, quien destacó que el grado de preservación de los fósiles es “excelente”.
Misión en el Ártico
Un equipo noruego descubrió, en una misión en el océano Ártico, restos fosilizados de un pliosaurio que era un terrible reptil marino de 15 metros de largo y 45 toneladas de peso, informó el Museo de Historia Natural de Oslo.
Los restos de ese monstruo, apodado “Predador X” o “tiranosaurio de los mares” hasta que se le dé un nombre científico, fueron exhumados en julio de 2008 en el archipiélago noruego de las Svalbard, a unos mil kilómetros del Polo Norte, frente a las costas de Noruega.
El “Predador X” vivió hace 150 millones de años, cuando las Svalbard estaban sumergidas.
Tenía un aspecto gigantesco, con cuatro extremidades como aletas y una cabeza parecida a la de un cocodrilo.
Su mandíbula, cuatro veces más potente que la de un tiranosaurio con una fuerza estimada de 16 toneladas, tenía dientes de 30 centímetros de largo. “Su anatomía y su estrategia de caza lo convierten en el predador absoluto, el animal más peligroso de todos los mares”, comentó el Museo en un comunicado.
Un responsable del equipo que descubrió los restos contó a la AFP que se han necesitado meses para unir todos los trozos de hueso y reconstruir ese animal en un tamaño gigantesco.
"Incluso pudo haber animales de esta especie mayores, pero aún no han sido descubiertos”, añadió Joern Hurum.