CAMPAÑA INTERNACIONAL POR EL REGRESO DE URUGUAY A LA COMISIÓN BALLENERA INTERNACIONAL-CBI
2ª etapa
Centenares de firmas de apoyo de parte de organizaciones civiles, instituciones y la ciudadanía de Uruguay, Iberoamérica y el mundo, urgen el regreso de Uruguay en defensa de las ballenas.
Uruguay Podría Determinar el Futuro de las Ballenas del Planeta
Montevideo,13 de Abril de 2005. Organizaciones ambientalistas del mundo advierten al Gobierno uruguayo la grave situación que atraviesan las ballenas del planeta, debido a la fuerte presión que ejercen países balleneros para levantar la moratoria que prohíbe la caza comercial vigente desde 1986. Centenares de firmas de apoyo de parte de organizaciones civiles, instituciones y la ciudadanía de Uruguay, Iberoamérica y el mundo, urgen el inminente regreso de Uruguay a la CBI en defensa de las ballenas.
La 2ª etapa de la Campaña Internacional en Montevideo, contará con la presencia exclusiva de la actriz y cantante Natalia Oreiro, como 'madrina' de la campaña, con el objetivo de sensibilizar a la multitud de admiradores del país y el mundo, y a las autoridades del gobierno nacional, acerca de la gran importancia de que Uruguay participe este año en la CBI.
Junto al representante de Greenpeace y el director de la OCC con el apoyo del Grupo de Trabajo Marino de América del Sur, realizarán una Conferencia de Prensa, el martes 19 de abril a las 14 horas en el Hotel Crystal Palace (18 y Cuareim). Asimismo, solicitaron entrevistas con autoridades de gobierno (ministro de Relaciones Exteriores, Presidencia y el Parlamento) y realizarán una manifestación el miércoles 20 en la ciudad, junto a los fan de Natalia, socios de Greenpeace y voluntarios de OCC, en reclamo al gobierno uruguayo por su reingreso inminente.
El 11 de Marzo pasado la Organización para la Conservación de Cetáceos-OCC (Uruguay), con el apoyo del Grupo de Trabajo Marino de América del Sur [coalición de ONG's de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y México- SAMWG[[1]] (por sus siglas en inglés)], el embajador Eduardo Iglesias (comisionado de gobierno Argentino ante la CBI), Diego Taboada (Instituto de Conservación de Ballenas-Argentina), Milko Schvartzman (Coordinador de la Campaña Ballenas Greenpeace Internacional) y diversos representantes de gobierno uruguayo; se reunieron en el Ministerio de Relaciones Exteriores con el fin de lanzar públicamente una campaña internacional orientada a promover el reingreso de Uruguay a la Comisión Ballenera Internacional.
Entre el 20 y el 24 de junio próximo, se reunirá la Comisión Ballenera Internacional, en Ulsan, Corea, el organismo encargado del manejo de los grandes cetáceos en el mundo. Como no sucedía en 20 años, las votaciones entre países balleneros y conservacionistas estarán muy parejas, y seguramente la continuación o fin de la moratoria vigente sobre la caza comercial de estos gigantes se decidirá por una diferencia mínima de votos.
Históricamente Uruguay ha sido miembro de la CBI, y votó en 1982 a favor de la moratoria que prohíbe la caza comercial de ballenas. Sin embargo el gobierno uruguayo anunció su voluntad de desvincularse a la CBI en 1985 y desde entonces no cuenta con derecho a votación.
En 2004, la OCC con el apoyo del Grupo de Trabajo Marino de América del Sur y GREENPEACE, ha promovido activamente la reintegración de Uruguay a la CBI, mediante la negociación de la deuda que el país mantiene con la CBI.
'El regreso de Uruguay este año, como miembro en la CBI a favor de la conservación de las ballenas del mundo, sería clave y estratégico, restando presión de los países balleneros que pretenden levantar la moratoria, y como desde hacía 20 años no ocurría, la balanza se inclina desfavorablemente' -manifestó Rodrigo García, Coordinador de la OCC de Uruguay.
La CBI esta formada por 60 países, entre los cuales se cuentan a los conservacionistas, los pro-cacería, además de los reclutados por Japón a cambio de programas de financiamiento pesquero.
'Es imprescindible que el Gobierno de Uruguay participe de la reunión de la CBI, si no lo hace este año, luego puede ser muy tarde', subrayó Milko Schvartzman Coordinador de la Campaña de Ballenas de Greenpeace.
Gracias a la campaña realizada, actualmente la Organización para la Conservación de Cetáceos- OCC está recibiendo centenares de firmas de apoyo de parte de organizaciones civiles, instituciones y la ciudadanía de Iberoamérica y el resto del mundo, para presentarlas al Presidente Tabaré Vázquez en apoyo de la reintegración de Uruguay a la CBI.
'Lo que tendría que abonar Uruguay este año para su reincorporación y derecho a voto en defensa de los cetáceos (inversión menor a US$ 30.000), fomentando además una excelente imagen como país y su propio desarrollo sustentable; es equivalente al valor de un auto no muy lujoso. Es una cifra muy poco comparable con los múltiples beneficios que le generaría al país, claramente inferior por ejemplo, al gasto que realiza el Estado en promoción turística exterior del Uruguay Natural' - también señaló la OCC.
La adhesión puede realizarse muy sencillamente incluyendo los datos personales (Nombre completo, DNI o Pasaporte y País) al mail reingreso_cbi@ballenafranca.org Para obtener la información completa, en el sitio web de la OCC: www.ballenafranca.org
'En Greenpeace continuaremos trabajando cuanto sea necesario hasta que Uruguay defienda a las especies marinas por el bien de las futuras generaciones', agregó Schvartzman.
Por mayor información, detalles y fotografías:
Rodrigo García, Coordinador, OCC Uruguay,
Celular: (+598) 0 99124144. 0 479 8318 E-mail: info@ballenafranca.org
Milko Schvartzman, Coordinador de Campaña, Greenpeace,
Cel: +54 9 11 5761 4060 E-mail: mmschvar@ar.greenpeace.org
martes, abril 26, 2005
lunes, abril 25, 2005
Buque las Palmas regresa a Cartagena
publicado en terra.com
23 abril 05
El Buque de Investigaciceanogrᦩca 'Las Palmas' regresy a Cartagena tras haber participado en la CampantᲴica durante cuatro meses, en los que ha dado apoyo log?ico a las bases espas en el continente helado.
Un centenar de familiares y la banda de m? de Infanter?de Marina han recibido a los 32 hombres y 4 mujeres que integran la dotaciel buque.
El 'Las Palmas' particia la AntᲴida el pasado diciembre tras una reparacie motores, que, seg? comandante, el capitᮠde corbeta Javier Moreno, 'no han vuelto a dar problemas durante el viaje'.
Moreno exprese la mano de sus hijos peque su alegr?por la vuelta a casa, al igual que muchos miembros de la tripulacientre ellos uno que bajtoda prisa por la escalerilla con un enorme ping?e peluche.
El comandante del 'Las Palmas' explice el buque ha trasladado a medio centenar de cient?cos, v?res y material desde Usuaya, al sur de Argentina, hasta las bases antᲴicas espas.
Ae las bajas temperaturas han sido la incidencia m᳠destacada de una traves?que se ha desarrollado sin problemas.
Moreno informsimismo, de que en los pros meses el barco entrarᠥn el carenero de Navantia para un repaso a fondo que le permita volver en octubre a la AntᲴida, y comente el buque estarᠯperativo entre 5 y 10 amᳮ
El otro Buque de Investigaciceanogrᦩca, 'Hesp鲩des', llegarᠡ Cartagena a primeros del pro mayo.
Terra Actualidad - EFE
23 abril 05
El Buque de Investigaciceanogrᦩca 'Las Palmas' regresy a Cartagena tras haber participado en la CampantᲴica durante cuatro meses, en los que ha dado apoyo log?ico a las bases espas en el continente helado.
Un centenar de familiares y la banda de m? de Infanter?de Marina han recibido a los 32 hombres y 4 mujeres que integran la dotaciel buque.
El 'Las Palmas' particia la AntᲴida el pasado diciembre tras una reparacie motores, que, seg? comandante, el capitᮠde corbeta Javier Moreno, 'no han vuelto a dar problemas durante el viaje'.
Moreno exprese la mano de sus hijos peque su alegr?por la vuelta a casa, al igual que muchos miembros de la tripulacientre ellos uno que bajtoda prisa por la escalerilla con un enorme ping?e peluche.
El comandante del 'Las Palmas' explice el buque ha trasladado a medio centenar de cient?cos, v?res y material desde Usuaya, al sur de Argentina, hasta las bases antᲴicas espas.
Ae las bajas temperaturas han sido la incidencia m᳠destacada de una traves?que se ha desarrollado sin problemas.
Moreno informsimismo, de que en los pros meses el barco entrarᠥn el carenero de Navantia para un repaso a fondo que le permita volver en octubre a la AntᲴida, y comente el buque estarᠯperativo entre 5 y 10 amᳮ
El otro Buque de Investigaciceanogrᦩca, 'Hesp鲩des', llegarᠡ Cartagena a primeros del pro mayo.
Terra Actualidad - EFE
Aumenta repliegue de glaciares de la Antártida por el calentamiento global
Aumenta repliegue de glaciares de la Antártida por el calentamiento global
Fecha Publicación: 04/24/2005
http://www.radional.gob.pa/
La investigación, realizada por científicos estadounidenses y británicos, indicó que de un total de 244 glaciares marinos, un 87 por ciento ha registrado una retracción en los últimos 50 años, periodo en el que la temperatura ha aumentado 2,5 grados centígrados, publicó el jueves la revista 'Science'.
Según los científicos, ese repliegue o empequeñecimiento se ha debido principalmente a la pérdida de las plataformas de hielo flotantes en los extremos de cada uno de esos enormes ríos de agua dulce congelada que terminan en el mar.
El estudio realizado por científicos del Consejo de Investigaciones del Ambiente del Instituto Antártico Británico y el Instituto Geológico de Estados Unidos ha constatado que en los últimos años del siglo XX se han retirado al menos diez plataformas de hielo.
"Debido a que sabemos que la pérdida de estas plataformas puede causar una aceleración de los glaciares, las observaciones sugieren que la pérdida acumulativa en el frente de los glaciares puede conducir a un mayor drenaje de la Península Antártida que es mayor de lo que se pensaba hasta ahora", dijeron los científicos.
Al igual que otros estudios sobre el calentamiento global, que han pronosticado que la causa principal es la acumulación de gases invernadero (particularmente dióxido de carbono), los científicos indicaron que el acelerado repliegue de los glaciares y su descenso sobre el océano podría aumentar el nivel de los mares.
La desaparición de otras plataformas "podría incrementar más aún el desequilibrio y hacer con ello una contribución sustancial al aumento del nivel oceánico", señalaron los científicos en el informe sobre su investigación.
La retirada de los glaciares debida a la descongelación se ha generalizado después de comenzar en el extremo norte y más cálido de la península Antártica para extenderse hacia la tierra firme del continente helado donde las temperaturas son más frías.
Fecha Publicación: 04/24/2005
http://www.radional.gob.pa/
La investigación, realizada por científicos estadounidenses y británicos, indicó que de un total de 244 glaciares marinos, un 87 por ciento ha registrado una retracción en los últimos 50 años, periodo en el que la temperatura ha aumentado 2,5 grados centígrados, publicó el jueves la revista 'Science'.
Según los científicos, ese repliegue o empequeñecimiento se ha debido principalmente a la pérdida de las plataformas de hielo flotantes en los extremos de cada uno de esos enormes ríos de agua dulce congelada que terminan en el mar.
El estudio realizado por científicos del Consejo de Investigaciones del Ambiente del Instituto Antártico Británico y el Instituto Geológico de Estados Unidos ha constatado que en los últimos años del siglo XX se han retirado al menos diez plataformas de hielo.
"Debido a que sabemos que la pérdida de estas plataformas puede causar una aceleración de los glaciares, las observaciones sugieren que la pérdida acumulativa en el frente de los glaciares puede conducir a un mayor drenaje de la Península Antártida que es mayor de lo que se pensaba hasta ahora", dijeron los científicos.
Al igual que otros estudios sobre el calentamiento global, que han pronosticado que la causa principal es la acumulación de gases invernadero (particularmente dióxido de carbono), los científicos indicaron que el acelerado repliegue de los glaciares y su descenso sobre el océano podría aumentar el nivel de los mares.
La desaparición de otras plataformas "podría incrementar más aún el desequilibrio y hacer con ello una contribución sustancial al aumento del nivel oceánico", señalaron los científicos en el informe sobre su investigación.
La retirada de los glaciares debida a la descongelación se ha generalizado después de comenzar en el extremo norte y más cálido de la península Antártica para extenderse hacia la tierra firme del continente helado donde las temperaturas son más frías.
Veterano antártico escribe un libro contando sus experiencias
Publicado en http://www.territoriodigital.com
24 de abril de 2005
Emilio Carlos Olsson realizó estudios topográficos en los hielos de la Antártida. Estuvo a punto de congelarse, pero sobrevivió. Hoy cuenta su historia poco recordada y fascinante
Oberá. Convicción y valentía, lealtad y vocación. Con estos materiales se forjó, hace ya 50 años, una inolvidable expedición a la Antártida que recorrió más de 1000 kilómetros a pie y en trineos para estudiar a fondo esa inhóspita geografía de la patria.
Uno de los integrantes de la misión fue el obereño Emilio Carlos Olsson, en ese entonces un joven de 24 años, que fue designado por el Instituto Geográfico Militar para realizar estudios topográficos durante todo un año en las tierras heladas de la Antártida Argentina, algo inédito hasta entonces.
"Cuando llegamos al Canal de Beagle y aparecieron los primeros témpanos fue algo maravilloso, como un sueño increíble que se hacía realidad", evocó don Emilio Olsson en la tranquilidad de su hogar. Hoy el hombre tiene 74 años y un sinfín de anécdotas para recordar, buenas y malas, como todo aquel que vivió intensamente.
La histórica expedición partió de Buenos Aires el 2 de diciembre de 1953, el día 10 arribó a Ushuaia y una semana más tarde desembarcó en la Antártida.
La misión tenía dos etapas preestablecidas: construir un destacamento y realizar estudios topográficos de avanzada, que estaban a cargo de Olsson. Pero en esa región del planeta cada día se presenta como un nuevo desafío, con temperaturas de 40 grados bajo cero y ráfagas que superan los 200 kilómetros por hora. Por eso, hasta las tareas más cotidianas demandan un gran esfuerzo y resistencia física: "Digo que nunca transpiré tanto como en el Antártida", recordó Olsson en diálogo con El Territorio.
Atado con alambre
En los primeros meses de adaptación, y mientras los obreros construían el destacamento Esperanza, los integrantes de la misión estudiaron la zona y ultimaron los detalles para las futuras expediciones. Cada día traía consigo alguna anécdota inolvidable. Como el día que Olsson desafió al mar helado… sí, al mar helado.
"Estuvimos todo el día acarreando carbón y cuando me fui a bañar no había agua -relató-. Entonces agarré un pedazo de jabón, me tiré al mar y casi me congelo, pero no quería que mis compañeros me carguen y aguanté un rato más".
"Lo peor fue que el jabón no limpiaba porque se neutralizó con la sal del mar, entonces era lo mismo que nada y salí corriendo. Me puse delante de una estufa y nunca más entré al mar", confesó entre risas.
Otra de las tareas diarias e imprescindibles era la fabricación de agua, para lo que debían recolectar buena cantidad de nieve -siempre y cuando los pingüinos no hagan sus necesidades cerca- o rescatar del mar pedazos de témpanos que luego se descongelaban en calderos.
Tal vez hoy, con los avances tecnológicos, la vida sea más sencilla. Pero hace 50 años fue muy difícil sobrevivir en el continente blanco. Y mejor que lo cuente don Olsson, como esa vez que casi voló el techo del destacamento Esperanza. "Manzione empezó a gritar desesperado, corrimos todos a ver qué pasaba y vimos que el techo subía y bajaba como diez centímetros por las ráfagas del viento", relató como si fuera una película de acción.
Para solucionar el problema entró en acción el capitán Benavides, quien ordenó a los hombres que se colgaran del techo.
"Venía el viento y nos subía a los catorce, después nos bajaba y descansábamos un rato. Hasta que pasó lo peor y empezamos a reírnos. Después el capitán designó algunos compañeros y ataron el techo con alambres", recordó Olsson.
Las expediciones
La misión de 1953 estuvo integrada por quince hombres, comandados por el teniente coronel Fortunato Castro. Pero el alma del grupo fue el capitán Manuel Benavides, quien estaba en la Antártida ya desde un año antes.
Además, Emilio Olsson recuerda con gran respeto y afecto a Ítalo Sani, el fotógrafo de la expedición, al profesor de esquí Liquitay, al sargento Agustín Alonso, encargado de las comunicaciones, al cocinero Guzmán y al soldado Homero Manzione, hijo del famoso compositor Homero Manzi.
Y sin dudas, los momentos más críticos de la experiencia Antártica se vivieron durante las dos expediciones para realizar relevamientos topográficos, en las cuales participó Olsson.
La primera se desarrolló en julio, bajo el más crudo invierno, y los expedicionarios estuvieron a punto de perder la vida.
"A mí se me congelaron los dedos y de noche no podía dormir, sólo lloraba -aseguró Olsson.
Nos estábamos congelando, a punto de morir. Pero seguíamos porque había que cumplir con lo que nos habíamos propuesto".
Esa desgarradora confesión marca a fuego el coraje y la voluntad de un grupo de hombres que desafiaron a la naturaleza más cruenta por el bien de la patria. Y, más allá de los pesares, cumplieron su misión con éxito, como lo marcan las crónicas de importantes diarios de la época que evocan el hecho como una verdadera epopeya.
La segunda expedición se realizó en septiembre, con un clima un poco más benigno, aunque también sufrieron los problemas propios del descongelamiento antártico, que originó imprevistas grietas y constante peligro. De todas formas, los hombres superaron todos los contratiempos y relevaron más de 6000 kilómetros cuadrados en la Antártida Argentina, un hecho que hoy, medio siglo después, adquiere el valor de hazaña.
Un sueño cumplido
Emilio Olsson volvió de la Antártida con una idea fija: reflejar en un libro las vivencias y emociones que recogió durante un año en su misión al continente blanco.
Incluso, durante las expediciones más duras lo acompañaron sus apuntes, que luego sirvieron de impulso para escribir sus memorias.
Tras el regreso comenzó la escritura, donde contó los mayores pesares y las mejores satisfacciones de su experiencia. Pero los avatares políticos de esos tiempos conspiraron contra sus planes, ya que tras el derrocamiento de Perón fue separado de su cargo en el Instituto Geográfico Militar.
Pero el libro siempre estuvo ahí, expectante. Es más, su autor tiene varios ejemplares que va prestando a conocidos y amigos, quienes lo incentivan a publicarlo.
"En eso estoy ahora, es una cosa que tengo pendiente y me gustaría que se publique, porque hace justo 50 años que lo escribí", comentó el autor.
Pero Emilio Olsson podría haber escrito varios libros más, ya que también fue el responsable de gran parte del relevamiento topográfico de esta provincia, para lo que tuvo que internarse y recorrer miles de kilómetros en la espesura del monte misionero.
Además, cumplió diferentes cargos públicos de importancia y fue diputado provincial.
Proa al Sur (*)
"Era el día 2 de diciembre de 1953. Desde un cielo sin nubes, el sol nos despedía abrasador como si quisiera dejarnos el recuerdo de una potencia que sus rayos no tienen allí, en las tierras blancas y desoladas del Sur lejano. Casi no soplaba viento, una brisa ligera y muy cálida movía apenas algunas hojas de los árboles de la costa. El barco, que estaba casi inmóvil, como dormido sobre las aguas del río, comenzó a alejarse despacio. Iniciaba yo el viaje largo que, tantas veces, había llegado a mis sueños con la seducción de lo desconocido y misterioso. Estaba pensativo, como si no viviera la emoción de la despedida. Sí, estaba viviendo únicamente mis emociones, mis ideas, la iniciación de un sueño que se cumplía.
Reaccioné de pronto, comprendí la realidad de mi partida, y miré hacia la costa, que quedaba atrás, como si, entre todas aquellas madres que levantaban sus pañuelos húmedos de lágrimas, estuviera ella. Alcé las manos y yo también, como otros, saludé a mi madre, pero ella no estaba en el puerto. Quizá, sin tener el valor para ver cómo el barco se llevaba a un hijo hacia un lugar tan lejano y misterioso, prefirió llorar su partida y ocultar sus lágrimas. Yo sabía del dolor de mis padres, para mí los más humildes y los más buenos, y sentí que, involuntaria pero firmemente, las lágrimas comenzaban a brotarme.
Buenos Aires fue quedando atrás, desaparecieron sus rascacielos imponentes y el humo de sus fábricas formaba, en lo alto, una bruma negra. El sol de la tarde acariciaba el agua del río, el buque avanzaba".
(*) Extracto del primer capítulo del libro "Antártida Argentina, 50 años después", de Emilio Olsson.
24 de abril de 2005
Emilio Carlos Olsson realizó estudios topográficos en los hielos de la Antártida. Estuvo a punto de congelarse, pero sobrevivió. Hoy cuenta su historia poco recordada y fascinante
Oberá. Convicción y valentía, lealtad y vocación. Con estos materiales se forjó, hace ya 50 años, una inolvidable expedición a la Antártida que recorrió más de 1000 kilómetros a pie y en trineos para estudiar a fondo esa inhóspita geografía de la patria.
Uno de los integrantes de la misión fue el obereño Emilio Carlos Olsson, en ese entonces un joven de 24 años, que fue designado por el Instituto Geográfico Militar para realizar estudios topográficos durante todo un año en las tierras heladas de la Antártida Argentina, algo inédito hasta entonces.
"Cuando llegamos al Canal de Beagle y aparecieron los primeros témpanos fue algo maravilloso, como un sueño increíble que se hacía realidad", evocó don Emilio Olsson en la tranquilidad de su hogar. Hoy el hombre tiene 74 años y un sinfín de anécdotas para recordar, buenas y malas, como todo aquel que vivió intensamente.
La histórica expedición partió de Buenos Aires el 2 de diciembre de 1953, el día 10 arribó a Ushuaia y una semana más tarde desembarcó en la Antártida.
La misión tenía dos etapas preestablecidas: construir un destacamento y realizar estudios topográficos de avanzada, que estaban a cargo de Olsson. Pero en esa región del planeta cada día se presenta como un nuevo desafío, con temperaturas de 40 grados bajo cero y ráfagas que superan los 200 kilómetros por hora. Por eso, hasta las tareas más cotidianas demandan un gran esfuerzo y resistencia física: "Digo que nunca transpiré tanto como en el Antártida", recordó Olsson en diálogo con El Territorio.
Atado con alambre
En los primeros meses de adaptación, y mientras los obreros construían el destacamento Esperanza, los integrantes de la misión estudiaron la zona y ultimaron los detalles para las futuras expediciones. Cada día traía consigo alguna anécdota inolvidable. Como el día que Olsson desafió al mar helado… sí, al mar helado.
"Estuvimos todo el día acarreando carbón y cuando me fui a bañar no había agua -relató-. Entonces agarré un pedazo de jabón, me tiré al mar y casi me congelo, pero no quería que mis compañeros me carguen y aguanté un rato más".
"Lo peor fue que el jabón no limpiaba porque se neutralizó con la sal del mar, entonces era lo mismo que nada y salí corriendo. Me puse delante de una estufa y nunca más entré al mar", confesó entre risas.
Otra de las tareas diarias e imprescindibles era la fabricación de agua, para lo que debían recolectar buena cantidad de nieve -siempre y cuando los pingüinos no hagan sus necesidades cerca- o rescatar del mar pedazos de témpanos que luego se descongelaban en calderos.
Tal vez hoy, con los avances tecnológicos, la vida sea más sencilla. Pero hace 50 años fue muy difícil sobrevivir en el continente blanco. Y mejor que lo cuente don Olsson, como esa vez que casi voló el techo del destacamento Esperanza. "Manzione empezó a gritar desesperado, corrimos todos a ver qué pasaba y vimos que el techo subía y bajaba como diez centímetros por las ráfagas del viento", relató como si fuera una película de acción.
Para solucionar el problema entró en acción el capitán Benavides, quien ordenó a los hombres que se colgaran del techo.
"Venía el viento y nos subía a los catorce, después nos bajaba y descansábamos un rato. Hasta que pasó lo peor y empezamos a reírnos. Después el capitán designó algunos compañeros y ataron el techo con alambres", recordó Olsson.
Las expediciones
La misión de 1953 estuvo integrada por quince hombres, comandados por el teniente coronel Fortunato Castro. Pero el alma del grupo fue el capitán Manuel Benavides, quien estaba en la Antártida ya desde un año antes.
Además, Emilio Olsson recuerda con gran respeto y afecto a Ítalo Sani, el fotógrafo de la expedición, al profesor de esquí Liquitay, al sargento Agustín Alonso, encargado de las comunicaciones, al cocinero Guzmán y al soldado Homero Manzione, hijo del famoso compositor Homero Manzi.
Y sin dudas, los momentos más críticos de la experiencia Antártica se vivieron durante las dos expediciones para realizar relevamientos topográficos, en las cuales participó Olsson.
La primera se desarrolló en julio, bajo el más crudo invierno, y los expedicionarios estuvieron a punto de perder la vida.
"A mí se me congelaron los dedos y de noche no podía dormir, sólo lloraba -aseguró Olsson.
Nos estábamos congelando, a punto de morir. Pero seguíamos porque había que cumplir con lo que nos habíamos propuesto".
Esa desgarradora confesión marca a fuego el coraje y la voluntad de un grupo de hombres que desafiaron a la naturaleza más cruenta por el bien de la patria. Y, más allá de los pesares, cumplieron su misión con éxito, como lo marcan las crónicas de importantes diarios de la época que evocan el hecho como una verdadera epopeya.
La segunda expedición se realizó en septiembre, con un clima un poco más benigno, aunque también sufrieron los problemas propios del descongelamiento antártico, que originó imprevistas grietas y constante peligro. De todas formas, los hombres superaron todos los contratiempos y relevaron más de 6000 kilómetros cuadrados en la Antártida Argentina, un hecho que hoy, medio siglo después, adquiere el valor de hazaña.
Un sueño cumplido
Emilio Olsson volvió de la Antártida con una idea fija: reflejar en un libro las vivencias y emociones que recogió durante un año en su misión al continente blanco.
Incluso, durante las expediciones más duras lo acompañaron sus apuntes, que luego sirvieron de impulso para escribir sus memorias.
Tras el regreso comenzó la escritura, donde contó los mayores pesares y las mejores satisfacciones de su experiencia. Pero los avatares políticos de esos tiempos conspiraron contra sus planes, ya que tras el derrocamiento de Perón fue separado de su cargo en el Instituto Geográfico Militar.
Pero el libro siempre estuvo ahí, expectante. Es más, su autor tiene varios ejemplares que va prestando a conocidos y amigos, quienes lo incentivan a publicarlo.
"En eso estoy ahora, es una cosa que tengo pendiente y me gustaría que se publique, porque hace justo 50 años que lo escribí", comentó el autor.
Pero Emilio Olsson podría haber escrito varios libros más, ya que también fue el responsable de gran parte del relevamiento topográfico de esta provincia, para lo que tuvo que internarse y recorrer miles de kilómetros en la espesura del monte misionero.
Además, cumplió diferentes cargos públicos de importancia y fue diputado provincial.
Proa al Sur (*)
"Era el día 2 de diciembre de 1953. Desde un cielo sin nubes, el sol nos despedía abrasador como si quisiera dejarnos el recuerdo de una potencia que sus rayos no tienen allí, en las tierras blancas y desoladas del Sur lejano. Casi no soplaba viento, una brisa ligera y muy cálida movía apenas algunas hojas de los árboles de la costa. El barco, que estaba casi inmóvil, como dormido sobre las aguas del río, comenzó a alejarse despacio. Iniciaba yo el viaje largo que, tantas veces, había llegado a mis sueños con la seducción de lo desconocido y misterioso. Estaba pensativo, como si no viviera la emoción de la despedida. Sí, estaba viviendo únicamente mis emociones, mis ideas, la iniciación de un sueño que se cumplía.
Reaccioné de pronto, comprendí la realidad de mi partida, y miré hacia la costa, que quedaba atrás, como si, entre todas aquellas madres que levantaban sus pañuelos húmedos de lágrimas, estuviera ella. Alcé las manos y yo también, como otros, saludé a mi madre, pero ella no estaba en el puerto. Quizá, sin tener el valor para ver cómo el barco se llevaba a un hijo hacia un lugar tan lejano y misterioso, prefirió llorar su partida y ocultar sus lágrimas. Yo sabía del dolor de mis padres, para mí los más humildes y los más buenos, y sentí que, involuntaria pero firmemente, las lágrimas comenzaban a brotarme.
Buenos Aires fue quedando atrás, desaparecieron sus rascacielos imponentes y el humo de sus fábricas formaba, en lo alto, una bruma negra. El sol de la tarde acariciaba el agua del río, el buque avanzaba".
(*) Extracto del primer capítulo del libro "Antártida Argentina, 50 años después", de Emilio Olsson.
Niños argentinos visitan la Base Marambio
El inolvidable viaje a la Antártida de chicos amantes de la Naturaleza
------------------------------------------------------------------------------
publicado en http://www.clarin.com/ 24 abril 2005
Lucio Fernández Moores. BASE MARAMBIO. ENVIADO ESPECIAL
lfmoores@clarin.com
Ver Foto
Ni osos marinos ni pingüinos. Frío, más frío y puro frío. Eso fue lo que encontraron en su inolvidable viaje a la Antártida los cuatro que ganaron el concurso Alas por el medio ambiente, además del merecido premio, claro está. Fue el viernes pasado, con 16 grados bajo cero y una sensación térmica de -32º. Eso sí, había sol.
Fue el día más atípico para estos jóvenes escolares. A las 6, los despertaban en la Base Aérea de la Fuerza Aérea en Río Gallegos. A las 7 se calzaban los típicos trajes naranja y media hora después estaban en el aeropuerto para subirse a un enorme avión, un Hércules C-130. Finalmente, al mediodía bajaban la escalerilla para animarse a ese territorio inhóspito.
La caminata desde la pista hasta la Base Marambio, unos 500 metros marcados por una pasarela con barandas, será seguramente la que recordarán como la más larga de sus vidas.
Ya en la base recibieron sus diplomas de manos del ministro de Defensa, José Pampuro. Cada uno los declara como Defensor del medio ambiente. El concurso fue organizado el año pasado por la Fuerza Aérea y la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, pero por razones climáticas recién se cumplió ahora, a dos meses del invierno.
Julieta Rodríguez Caruso, la más pequeña de los ganadores, parecía la más grande cuando fue a recibir su premio. Hinchada de orgullo, la pequeña, de la Escuela Adventista Nicolás Avellaneda de Trelew, dibujó un incendio en la Cordillera apagado por aviones de la Fuerza Aérea.
María Virginia Barrufaldi, la más grande, estaba todavía conmocionada por los mareos que había sufrido en el avión. Ella, estudiante de 11 años de la EGB 18 de San Nicolás, había dibujado a chicos que limpian el mundo y la sigla S.O.S. Natalí Fleitas, de Pico Truncado, ganó en la categoría intermedia, para chicos de entre 8 y 10 años. Ella era la de sonrisa más grande. Claro, otros 4.000 chicos de todo el país habían concursado, y ella estaba entre los ganadores.
También hubo una categoría especial para chicos con discapacidad. El ganador fue Lucas Canyazo, no vidente, estudiante de la Escuela Nº 515 de Comodoro Rivadavia. Talló con un punzón y sobre una hoja de radiografía a una ballena y un pingüino. Su enorme voluntad le ganó al impedimento. Como los argentinos que ayudaron a instalar la Base Marambio, donde hace 35 años aterrizaba el primer Hércules de la Fuerza Aérea.
------------------------------------------------------------------------------
publicado en http://www.clarin.com/ 24 abril 2005
Lucio Fernández Moores. BASE MARAMBIO. ENVIADO ESPECIAL
lfmoores@clarin.com
Ver Foto
Ni osos marinos ni pingüinos. Frío, más frío y puro frío. Eso fue lo que encontraron en su inolvidable viaje a la Antártida los cuatro que ganaron el concurso Alas por el medio ambiente, además del merecido premio, claro está. Fue el viernes pasado, con 16 grados bajo cero y una sensación térmica de -32º. Eso sí, había sol.
Fue el día más atípico para estos jóvenes escolares. A las 6, los despertaban en la Base Aérea de la Fuerza Aérea en Río Gallegos. A las 7 se calzaban los típicos trajes naranja y media hora después estaban en el aeropuerto para subirse a un enorme avión, un Hércules C-130. Finalmente, al mediodía bajaban la escalerilla para animarse a ese territorio inhóspito.
La caminata desde la pista hasta la Base Marambio, unos 500 metros marcados por una pasarela con barandas, será seguramente la que recordarán como la más larga de sus vidas.
Ya en la base recibieron sus diplomas de manos del ministro de Defensa, José Pampuro. Cada uno los declara como Defensor del medio ambiente. El concurso fue organizado el año pasado por la Fuerza Aérea y la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, pero por razones climáticas recién se cumplió ahora, a dos meses del invierno.
Julieta Rodríguez Caruso, la más pequeña de los ganadores, parecía la más grande cuando fue a recibir su premio. Hinchada de orgullo, la pequeña, de la Escuela Adventista Nicolás Avellaneda de Trelew, dibujó un incendio en la Cordillera apagado por aviones de la Fuerza Aérea.
María Virginia Barrufaldi, la más grande, estaba todavía conmocionada por los mareos que había sufrido en el avión. Ella, estudiante de 11 años de la EGB 18 de San Nicolás, había dibujado a chicos que limpian el mundo y la sigla S.O.S. Natalí Fleitas, de Pico Truncado, ganó en la categoría intermedia, para chicos de entre 8 y 10 años. Ella era la de sonrisa más grande. Claro, otros 4.000 chicos de todo el país habían concursado, y ella estaba entre los ganadores.
También hubo una categoría especial para chicos con discapacidad. El ganador fue Lucas Canyazo, no vidente, estudiante de la Escuela Nº 515 de Comodoro Rivadavia. Talló con un punzón y sobre una hoja de radiografía a una ballena y un pingüino. Su enorme voluntad le ganó al impedimento. Como los argentinos que ayudaron a instalar la Base Marambio, donde hace 35 años aterrizaba el primer Hércules de la Fuerza Aérea.
viernes, abril 22, 2005
Regresa el velero TARA de la Antártida
Regresa el velero TARA de la Antártida
A su egreso de la Antártica, el 3 de abril de 2005, la tripulación del Tara, barco embajador del PNUMA, ofreció una conferencia de prensa en Brasil para informar a los medios de comunicación de su travesía por los mares australes.
El velero Tara , de la expedición científica francesa que navegó durante un año por la Antártica, que cuenta con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y que es capitaneado por Celine Ferrier, tiene como objetivo recoger información sobre los ecosistemas de la región y contribuir en la sensibilización mundial sobre la belleza y fragilidad del medio ambiente global.
"Mi sorpresa fue encontrar tantas embarcaciones, en promedio una cada dos días, y por ende muchos turistas en la Antártica”, dijo a Tierramérica Celine Ferrier, a su llegada a Río de Janeiro, tres meses después de zarpar del austral Puerto Williams en Chile.
Además de admirar la "inmensa belleza de los paisajes", y ver muchos pingüinos, focas y ballenas, la expedición afrontó un clima "imprevisible, de vientos fuertes que pueden surgir de un minuto al otro", y mucho hielo a la deriva que bloqueaba las rutas, agregó Ferrier.
Por su parte, el fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, dijo estar impresionado por "el volumen y la cantidad de glaciares", las inmensas montañas y bahías, y la rica fauna, en una "atmósfera translúcida" que acorta engañosamente la visión de las distancias. También lo conmovieron los pingüinos, por "su capacidad de convivir y trabajar bajo riesgo". Salgado se embarcó en el marco de su proyecto Génesis, apoyado por las Naciones Unidas, que prevé fotografiar en ocho años áreas aún en estado natural y vestigios de antiguas civilizaciones.
fuente http://www.pnuma.org
A su egreso de la Antártica, el 3 de abril de 2005, la tripulación del Tara, barco embajador del PNUMA, ofreció una conferencia de prensa en Brasil para informar a los medios de comunicación de su travesía por los mares australes.
El velero Tara , de la expedición científica francesa que navegó durante un año por la Antártica, que cuenta con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y que es capitaneado por Celine Ferrier, tiene como objetivo recoger información sobre los ecosistemas de la región y contribuir en la sensibilización mundial sobre la belleza y fragilidad del medio ambiente global.
"Mi sorpresa fue encontrar tantas embarcaciones, en promedio una cada dos días, y por ende muchos turistas en la Antártica”, dijo a Tierramérica Celine Ferrier, a su llegada a Río de Janeiro, tres meses después de zarpar del austral Puerto Williams en Chile.
Además de admirar la "inmensa belleza de los paisajes", y ver muchos pingüinos, focas y ballenas, la expedición afrontó un clima "imprevisible, de vientos fuertes que pueden surgir de un minuto al otro", y mucho hielo a la deriva que bloqueaba las rutas, agregó Ferrier.
Por su parte, el fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, dijo estar impresionado por "el volumen y la cantidad de glaciares", las inmensas montañas y bahías, y la rica fauna, en una "atmósfera translúcida" que acorta engañosamente la visión de las distancias. También lo conmovieron los pingüinos, por "su capacidad de convivir y trabajar bajo riesgo". Salgado se embarcó en el marco de su proyecto Génesis, apoyado por las Naciones Unidas, que prevé fotografiar en ocho años áreas aún en estado natural y vestigios de antiguas civilizaciones.
fuente http://www.pnuma.org
jueves, abril 21, 2005
lago Vostok
Científicos alemanes miden mareas en enorme lago subterráneo de Antártida
ABC digital 20 abril 2005
DRESDE, Alemania, 19 (AFP). El gigantesco lago de Vostok, que yace bajo una capa de hielo de 4.000 metros de espesor en la Antártida, tiene mareas como los océanos, según un equipo internacional de científicos que realizó mediciones por satélite, informó el martes un investigador de la Universidad de Dresde (este de Alemania).
La superficie del lago subterráneo registra flujos y reflujos de hasta dos centímetros, dependiendo de la situación de la Tierra con respecto al Sol y a la Luna, afirmó Reinhard Dietrich, coordinador de la investigación polar de esta universidad, que incluyó científicos alemanes, rusos y japoneses.
"Si bien estos efectos son pequeños en relación con los de los océanos, se les puede medir bien sobre la superficie de hielo", afirmó el científico, quien coordina las investigaciones polares de todas las universidades de Alemania.
"Estimamos que las oscilaciones del nivel de las aguas tienen un efecto de bombeo que las mantiene en movimiento dentro de este lago, lo cual es vital para los microorganismos", indicó Dietrich.
Los científicos calculan que el lago de Vostok se encuentra desde hace millones de años bajo la superficie helada de la Antártida, aislado de la atmósfera terrestre, y que las variedades de microorganismos que contiene son probablemente las más originales del planeta.
"En una perforación realizada hace algún tiempo hasta 3.600 metros de profundidad se encontraron microorganismos en el hielo muy cerca de la superficie de este lago subterráneo antártico", señaló el coordinador científico.
El lago de Vostok, de 1.000 metros de profundidad, se encuentra bajo una capa de hielo de 4.000 metros de espesor y a unos 1.000 kilómetros de la costa. Con una extensión de 250 kilómetros de largo por 50 kilómetros de ancho, el mar se asemeja a la superficie del lago de Ontario (entre Canadá y Estados Unidos).
El equipo de científicos germano-ruso-nipón se apresta ahora a recoger agua y sedimentos del lago, anunció Dietrich. Hasta ahora los investigadores se habían abstenido de tomar muestras por temor a una contaminación del agua y al traslado de microorganismos de la superficie de la Tierra hasta ese lugar.
ABC digital 20 abril 2005
DRESDE, Alemania, 19 (AFP). El gigantesco lago de Vostok, que yace bajo una capa de hielo de 4.000 metros de espesor en la Antártida, tiene mareas como los océanos, según un equipo internacional de científicos que realizó mediciones por satélite, informó el martes un investigador de la Universidad de Dresde (este de Alemania).
La superficie del lago subterráneo registra flujos y reflujos de hasta dos centímetros, dependiendo de la situación de la Tierra con respecto al Sol y a la Luna, afirmó Reinhard Dietrich, coordinador de la investigación polar de esta universidad, que incluyó científicos alemanes, rusos y japoneses.
"Si bien estos efectos son pequeños en relación con los de los océanos, se les puede medir bien sobre la superficie de hielo", afirmó el científico, quien coordina las investigaciones polares de todas las universidades de Alemania.
"Estimamos que las oscilaciones del nivel de las aguas tienen un efecto de bombeo que las mantiene en movimiento dentro de este lago, lo cual es vital para los microorganismos", indicó Dietrich.
Los científicos calculan que el lago de Vostok se encuentra desde hace millones de años bajo la superficie helada de la Antártida, aislado de la atmósfera terrestre, y que las variedades de microorganismos que contiene son probablemente las más originales del planeta.
"En una perforación realizada hace algún tiempo hasta 3.600 metros de profundidad se encontraron microorganismos en el hielo muy cerca de la superficie de este lago subterráneo antártico", señaló el coordinador científico.
El lago de Vostok, de 1.000 metros de profundidad, se encuentra bajo una capa de hielo de 4.000 metros de espesor y a unos 1.000 kilómetros de la costa. Con una extensión de 250 kilómetros de largo por 50 kilómetros de ancho, el mar se asemeja a la superficie del lago de Ontario (entre Canadá y Estados Unidos).
El equipo de científicos germano-ruso-nipón se apresta ahora a recoger agua y sedimentos del lago, anunció Dietrich. Hasta ahora los investigadores se habían abstenido de tomar muestras por temor a una contaminación del agua y al traslado de microorganismos de la superficie de la Tierra hasta ese lugar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)